jueves, 10 de marzo de 2011

En el imaginario colectivo muchas personas asocian la cuaresma con la imposiciòn masiva de la ceniza, dando màs importancia al signo que al significado y atribuyèndole caràcter màgico o pecaminoso si no se la impone. Los dìas viernes no se consume carne de res o de cerdo, y se cambia por pescado. Los ornamentos litùrgicos de obispos, sacerdotes y diàconos son de color morado. Estas son las expresiones externas, pero: y el espìritu? Esta es la pista de oraciòn para hoy:me quedo en la simbòlica exterior y, como en tantas pràcticas, religiosas, lo mìo es esa exterioridad cultual que se pliega a la masa que consume ritos sin implicaciones en el cambio de mi vida?
 
Justamente a lo que apunta la "lògica cuaresmal" es a dejar atràs el HOMBRE VIEJO para acceder a la HUMANIDAD NUEVA, a lo que se refiere San Pablo en el denso texto de Efesios que les dejè ayer para su consideraciòn. El HOMBRE VIEJO es el que se pone a sì mismo como referente fundamental y ordena todo a su ego, a su autoafirmaciòn , sin perspectiva trascendente, es el famoso "primero yo, segundo yo, tercero yo, y lo que quede para mì". Los talentos de razòn, salud, afectividad, posesiones, logros, todo lo pongo al servicio de mì mismo para envanecerme y aparecer como superior a todos los demàs, sin Dios en el horizonte. Desordeno mis afectos con respecto a Dios y a los demàs y yo me constituyo en señor de mi vida, de modo absoluto e intransigente. Como el vanidoso Narciso me extasio contemplando mi "bella" (????) figura hasta que me ahogo y me pierdo en ella.
 
Comenzando cuaresma es muy conveniente que cada uno de nosotros se pregunte cuàles son esas evidencias de la "egolatrìa": còmo manejo mis talentos? son simple tìtulos de autosuficiencia o sirven a Dios y a los demàs?
 
- Mi inteligencia? mi razòn? mis logros con los estudios?
- Mi dimensiòn emocional? Mis afectos? Los demàs son trampolìn para mi propia afirmaciòn? Los utilizo como trofeos o los respeto como lo que son, de modo gratuito e incondicional?
- Mis haberes los asumo en clave de acumular, tener, capitalizar, o estàn al servicio de una cultura de la solidaridad?
- Frente a los bienes materiales tengo libertad y sè pasar sin ellos o me dedico idolàtricamente al consumismo?
- Mi sexualidad es una posibilidad de crecimiento trascendente o es una autosatisfacciòn que utiliza al otro para el propio placer?
- Los estudios o tìtulos acadèmicos me llenan de vanidad y "descresto" a los demàs con mi erudiciòn o pongo mi conocimiento en la dimensiòn del servicio y del crecimiento de los demàs?
- Me instalo de modo egoìsta en una posiciòn: cargo, situaciòn, residencia, trabajo, y no me dejo sacar de ahì porque me considero indispensable o muy acomodado o estoy disponible para nuevas misiones y compromisos de servicio?
- Me siento el centro de la vida de los demàs o sè "bajar el perfil" y vivir y trabajar con gozo como el "siervo inùtil" del Evangelio?
 
Estas y muchas otras preguntas las propongo para orientar nuestra oraciòn de cuaresma, tiempo en el que el Señor y la Iglesia nos invitan a ser NUEVA HUMANIDAD, teniendo como referente de esa novedad al mismo Señor Jesùs. El es esa NIUEVA HUMANIDAD y la invitaciòn del Padre-Madre Dios es a que nuestra vida se inserte en la de Jesùs, se configure con El y se vuelva totalmente ordenada a su amor. A esto San Ignacio de Loyola lo llama "conocimiento interno de Jesùs":El tercero, demandar lo que quiero; serà aquì demandar conocimiento interno del Señor, que por mì se ha hecho hombre, para que màs le ame y le siga" (Ejercicios Espirituales No. 104)
 
Llamemos a esta identificaciòn con la NUEVA HUMANIDAD "conocimiento interno de Jesùs", plena identificaciòn con El. Este es el camino del desierto cuaresmal. Esto es trascender el ritualismo externo y acceder a la dimensiòn de una interioridad que se reconoce necesitada de Dios - indigencia radical del ser , y asume con humildad y responsabilidad que hay nùcleos del ser que demandan conversiòn, dejar atràs todo el universo de "afectos desordenados" para acceder al nuevo modo de vida en Jesùs.
 
No vivamos cuaresma con ese talante sombrìo de penitencias y sacrificios aburridores, de abstenciòn sicorrìgida de alimentos y cosas que nos gustan, de colores morados y prèdicas de pecado y condenaciòn eterna. Vivamos estos cuarenta dìas en la esperanza propia de quien recorre un camino de plenitud: el pueblo de Israel viviò su EXODO peregrinando por el desierto durante cuarenta años, y fue muy duro ese caminar porque viviò allì toda la dureza desèrtica, sed, hambre, carencias, desarraigo, pero en esa intervenciòn pedagògica y liberadora de Dios en sus vidas Israel se purificò, madurò, encontrò el absoluto liberador de Yahvè y se despojò de idolatrìas.
 
Es bueno que consideremos esta figura del EXODO como una imagen de nuestro propio camino de despojo, de renuncias para ser libres en el amor de Dios, de dejar atràs nuestra vieja humanidad de esclavitud, egolatrìa, afectos desordenados, y carguemos de sentido las pràcticas cuaresmales: si vamos a ayunar que sea en serio y que eso tenga un contenido de austeridad, de crecimiento interior, no es cambiar la carnecita diaria por un soberbio pargo rojo o por un ròbalo exquisito, recordemos que los pobres viven en ayuno permanente!!!! Y su pobreza es una pregunta fuerte que interroga nuestra abundancia!!!! Hagamos un aporte solidario a alguna causa noble, no hagamos de las comidas del viernes de cuaresma unos banquetes de "pachàs", y veamos otras pràcticas en las que voluntariamente renunciemos a disfrutar de cosas que nos gustan y ofrezcàmoslas en clave de sobriedad, como señal de conversiòn.
 
Que la ceniza marcada en nuestra frente vaya màs bien marcada en nuestro corazòn, y que el caràcter pedagògico del sìmbolo nos incite a esa rutpura definitiva con el mundo de nuestro ego absolutizado para dar paso a la nueva vida que Dios nos ofrece en Jesucristo, gracias a la acciòn transformadora del Espiritu.
 
Este es el talante de cuaresma. Una tarea apasionante de crecimiento humano y espiritual. Ilustremos esta oraciòn con el evangelio de hoy: Lucas 9: 22-25, y con la  primera lectura : Deuteronomio 30:15-20. Ambos textos son òptimos recursos de oraciòn en esta dinàmica de conversiòn.

Señor, reitera en nosotros, este deseo de caminar hacia Tì, despojàndonos de toda pecaminosidad, de toda indebida afirmaciòn de nosotros mismos, y llèvanos por los senderos de tu amor, dàndonos a Tì y a los demàs.
 
Con Monseñor Romero y con el Padre Arrupe nos presentamos ante Tì para ofrecerte a mi hermana Clarita, a Zelma Echeverrìa, a todas estas personas que estàn en la lista de nuestros afectos y de nuestras oraciones, concèdeles el don de la salud, de la restauraciòn plena de su ser, del logro de sus deseos de trabajar, de estudiar, de superar situaciones crìticas de la vida, siempre con aquello de que "a Dios rogando y con el mazo dando". Concèdenos a todos una NUEVA HUMANIDAD, en el espìritu de tu hijo, Jesucristo Nuestro Señor, que vive y reina contigo, por los siglos de los siglos. Amèn.
 
Feliz dìa, un abrazo grande
Antonio José Sarmiento Nova,S.J.

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