jueves, 19 de mayo de 2011

JUEVES 19 DE MAYO


Lecturas de hoy:
1.      Hechos 13: 13-25
2.      Salmo 88:2-3 y 21-27
3.      Juan 13:16-20
Pedro Miguel Lamet es un escritor español, jesuita nacido en 1941, que ha incursionado en la poesía, la novela, el ensayo, el periodismo. En su obra poética ha rescatado el valor de las escenas evangélicas, de la espiritualidad y de la mística; en la novela ha trabajado sobre figuras históricas de España, de la Compañía de Jesús, de la Iglesia, proponiendo una visión humanista, también de raíz cristiana, de los personajes y de los hechos; en el ensayo se ha fijado en temas candentes del cristianismo contemporáneo. Pueden ver sobre él en www.pedrolamet.com y en http://blogs.21rs.es/lamet/ . Vivió unos meses en Cartagena, con los jesuitas en 1980, para estudiar con atención la realidad, el contexto, la dinámica social, en donde surgió la santidad de San Pedro Claver, fruto de esa estadía es un bello libro sobre el heroico hombre de Dios entregado completamente al servicio de los esclavos africanos, traídos de su continente en condiciones indignas por traficantes y colonos.
Hoy les propongo conocer a Lamet porque verdaderamente es un autor que suscita sensibilidad evangélica, riqueza en el Espíritu, porque a través de la belleza de la palabra poética, de la narrativa inculturada, propone caminos y sentidos de trascendencia, en el estilo de Jesús. Su pluma es apostólica, no fundamentalista, abierta a los retos que nos proponen las realidades de nuestro tiempo, muy sensible al asunto fe y justicia, a los grandes testigos de la fe, y al diálogo de la fe cristiana con el mundo moderno. Incursionen en este sugerente autor, no se arrepentirán. Y veámoslo como un recurso de oración, de crecimiento en los caminos de Jesús.
De él les propongo este poema

ELOGIO DE PEDRO, EL PESCADOR, A LOS OJOS DEL MAESTRO
A fuego lento, como un tizón prendido
En medio de la noche
Me quemaron sus ojos;
Y los míos no dejarán ya nunca de ser fuego
De tanta lágrima ardiente remascada.

Me había tragado el miedo de la noche.
Yo era una sombra del hombre que había sido,
Ay,Pedro piedra, ay,Pedro despeñado
Sin rumbo por las calles
Hecho un río
En busca de una mar que no entendía!

Fueron sus ojos copiando el horizonte
Los que de amor el alma me llagaron.
Genesaret al fondo de mi barca
Y las redes tiradas en la arena.

Fueron sus ojos los que, al viento breve
De una palabra, las olas aquietaron
O curaban el aire
O andaban por el alma rebuscando un querer,
La rosa no nacida.

Fueron sus ojos los que en una playa,
-          Oh Tabor encendido, quien te olvida
Al descender del tiempo cotidiano? –
Un día de pesca y sol, enamorado,
Inquirieron: me amas?,tantas veces
Cuantas ahora de amor le he traicionado.

Ojos del Hombre, ojos descansados
Al calor de Betania,ojos en grito
Al paso de su látigo,
Ojos de joven
Camino del desierto, ojos de adulto
Y niño entre los niños.

Ojos de Dios en busca de los pobres,
Ojos del ciego que anhela la mirada,
Ojos del rico cerrados al milagro,
Ojos del cojo atados a un camino,
Ojos queridos, ojos olvidados….

Maldita noche allí junto a la hoguera
Y maldita criada en su pregunta
Que quebró en un instante el nudo firme
De una amistad nacida de unos ojos!

Cuando al salir al patio te empujaron
Y de pronto tu rostro se volviera,
Amigo, qué es el mar, qué las montañas,
Si tú miras a un hombre y le desnudas
Hasta el último latido de su sangre?

Por mirarte ya existo como un llanto
Remando noche y día en tus pupilas.
Déjame que te diga que no aliento:
Me viven esos ojos cuando lloro,
Me lloran esos ojos cuanto vivo.
Lanzo de nuevo mis redes a la arena,
Naufrago ya en el mar de tu mirada.

Es tomado de su libro “Las palabras pequeñas”, editado por Verbo Divino en 1992. Lamet es uno de los autores que se ha interesado en estudiar con más detalle al Padre Arrupe, central en COMUNITAS MATUTINA, especialmente en su libro “Arrupe: un profeta para el siglo XXI” (Ed. Temas de Hoy;Madrid 2001), allí destaca la grandeza humana y espiritual de este hombre de Dios y estudia con atención todo el contexto de su vida y los particulares retos que tuvo llevando a la Compañía de Jesús como superior general en los años críticos posteriores al concilio Vaticano II. Podemos decir que Lamet es un arrupiano, si vale el término, de tiempo completo.
Confío en que llame su atención este autor, a mí personalmente mi inspira y me anima, sé que a muchos amigos jesuitas y a laicos también, y bastante. Espero que el trasegar por su página web les facilite encontrarse con los diversos aspectos de su obra, y que esta resulte estimulante para su espiritualidad, como es la intención de esta entrega cotidiana de COMUNITAS MATUTINA. Hoy viéndonos reflejados en Pedro, el pescador, bellamente tratado por Lamet en su poema.
Sigamos muy dedicados a nuestro compromiso de oración por todos los hermanos y hermanas de LA LISTA, haciendo cada día vivo el carisma que dio origen a esta comunidad orante, fraternidad ciberespacial interesada en crecer en el seguimiento de Jesús. Hagamos cada día un ejercicio de reconocer “uno por uno”, “una por una”, a cada una de las personas que nos confían su deseo de acatar la voluntad de Dios, de sanarse, de crecer espiritualmente, y mantengamos viva esta llama, encendida por el Señor, para que El los mire con benevolencia y permita su sanación.
Recibimos las buenas noticias de la recuperación de Pedro Peña y del Padre Alberto Gómez Lamus (San Gil), oramos por la salud de los Padres jesuitas Enrique Gutiérrez, Alejandro Angulo Novoa, ahora internos en el Hospital de San Ignacio, seguimos encomendando a Jaime Monroy, a Fernando de la Peña, a Liliana Guarín, a mi sobrina Ma. Clara Sarmiento Arango, a mi hermana Clarita (esta semana cumplió su décimosexta quimioterapia), y a todos-as los-as presentamos con confianza a nuestro Padre, con la intercesión de Monseñor Romero y del Padre Arrupe, para que se fije en ellos con la bendición de la salud y de la vida feliz. Por Jesucristo,Nuestro Señor.Amén.

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