jueves, 5 de mayo de 2011

Jueves 5 de mayo.

Buenos días:
 
Lecturas de hoy
 
1. Hechos 5: 27-33
2. Salmo 33 : 2 y 9-20
3. Juan 3: 31-36
 
Hablando de nacer a una nueva manera de vida, en el contexto en el que nos lo plantea el capítulo 3 del Evangelio de Juan, es imperativo insistir en cuáles son esos aspectos en los que se ha de poner en evidencia esa novedad pascual en cada uno de nosotros y en el ámbito en el que vivimos. Conocemos bien, después del proceso cuaresmal, las exigencias que hemos ido encontrando en nuestra oración y discernimiento, y asumimos con entera libertad vivir todas las implicaciones de la presencia del Señor Resucitado en nuestra historia y en las vidas de los que aquí estamos comprometidos.
 
Ayer, en el contexto de un evento que tuvimos en la Univ. Javeriana, escuché a varias personas muy representativas de la vida de nuestro  país hablar de asuntos muy de fondo que demandan NOVEDADES RADICALES en Colombia, y lo quiero compartir con Ustedes como pistas para la oración de hoy.
 
Escuché al Arzobispo de Bogotá, Mons. Rubén Salazar Gómez, hablar de cómo su experiencia de joven sacerdote lo llevo a interesarse profundamente por la problemática social, por la pobreza, por la violencia y sus efectos en todos los espacios de Colombia, por la exclusión, y cómo eso influyó en su ejercicio sacerdotal y posteriormente, hasta hoy, episcopal. Le escuché también señalar la gravedad del relativismo moral que se expresa en el desprecio por la vida, con tantísimas manifestaciones en Colombia, muy preocupantes todas, en la cultura del dinero fácil, en la capacidad corruptora del narcotráfico, en el desafortunado y fuerte influjo de la guerrilla, del paramilitarismo, y de otros grupos violentos. Hizo esta presentación planteando serios interrogantes a los universitarios javerianos en términos de su aporte para construír un país digno y equitativo.
 
También la Mujer Cafam 2011, Ruth Helena Chaparro, comunicadora social egresada de esta universidad, y con un trabajo fundamental de inclusión desde la Fundación "Caminos de Identidad", nos planteó la situación de las comunidades indígenas en Colombia: guahibos, piapocos, embera-katíos, nukak-makú, wayúus, y todas las etnias, nos habló con verdadera pasión y mística de su trabajo con estas comunidades - este testimonio cautivó al auditorio. Nos habló de sus identidades culturales, étnicas, lingüísticas, de sus valores y tradiciones, pero también de sus sufrimientos, de sus pobrezas, de sus exclusiones. Y, como el Arzobispo, propuso a la Academia y a los universitarios el reto de estudiar, pensar y practicar la inclusión de nuestras comunidades aborígenes.
 
Y una decana nuestra, de la facultad de ciencia política, Claudia Dangond Gibsone, hizo un recuento destacado del proceso que llevó a la asamblea constituyente de 1991, y a la nueva Constitución Política, que emanó de allí. Nos puso en el conttexto de los años ochenta: escalada de la violencia guerrillera, surgimiento del paramilitarismo, desprestigio del congreso de la república, invasión del narcotráfico, pérdida de credibilidad en las instituciones, y cómo todo esto llevó a las fuerzas vivas del país a este nuevo proceso constitucional. Especialmente hizo énfasis en el famoso movimiento de la "séptima papeleta", liderado por jóvenes de varias universidades, en ese momento ella era estudiante de derecho, y el entusiasmo que esto suscitó para movilizar voluntades en torno a un nuevo movimiento constitucional. Y el reto: cómo participar hoy en la construcción de una sociedad que lamentablemente sigue siendo muy parecida a la de aquellos años ochenta.
 
Qué hacemos los seguidores de Jesús, en clave pascual, ante estas realidades que inquietan la conciencia de creyentes y no creyentes? estamos en el país del agro ingreso seguro, de los falsos positivos, del carrusel de la contratación en las obras civiles, de la mafia que subrepticiamente roba los dineros de la salud de los colombianos, del alcalde más importante del país destituído por clara incompetencia en su ejercicio, de miembros de la clase política judicializados por cooperación explícita con narcotraficantes y paramilitares, de indicadores de desempleo muy inquietantes, de una brecha muy notable aún entre los grandes capitales y las mayorías de nuestra sociedad, de integrantes del anterior gobierno seriamente comprometidos en prácticas delictivas desconocedores de la dignidad de su oficio y del voto de confianza que se les otorgó, de prácticas judiciales que a través de interpretaciones inadecuadas de jueces y abogados tratan de eludir siempre la acción de la justicia. QUE HACEMOS ANTE ESTO? Qué retos nos plantean estas realidades? Qué nos implica esto en cuanto creyentes en el Resucitado?
 
Esto es lo que les propongo para orar en esta mañana. La fe en el Dios revelado en Jesucristo no es desconectada de la historia, nuestro paso humano y cristiano por la vida y por la sociedad debe traducirse en un compromiso para generar ética, dignidad, inclusión, equidad. Así lo dijeron anoche el arzobispo, la mujer Cafam, la decana, y, en clave de la constitución de 1991, plantearon estos desafíos a  nuestro talante universitaria. Los comparto con Ustedes para que hagamos una lectura cristiana - pascual de estos inquietantes signos de que algo anda muy mal entre nosotros.
 
No lo propongo como profeta de desgracias, lo hago en clave de Pascua: hay que resucitar la dignidad, el reconocimiento de los derechos de todos y todas a una vida digna, el desarmar el recurso a la violencia como medio para imponerse, la infortunada costumbre de corromper y sobornar conciencias, y trabajar denodadamente para instaurar una nueva manera de ser humanos, un nuevo tejido social. La coherencia cristiana nos demanda aportar lo mejor de nosotros mismos en orden a esta nueva manera de vivir.
 
Qué nos dice el Espíritu a propósito de estas realidades? Qué mociones se suscitan en nosotros ante estos hechos? A dónde sentimos que nos lleva el Resucitado ante esta Colombia de 2011?
 
Varias de las personas que hemos propuesto aquí como referentes de nuestra identidad humana y espiritual se han destacado por su compromiso social desde su experiencia de fe:
 
- Dorothy Day, en los Estados Unidos, se señaló por su trabajo infatigable en favor de los derechos de los obreros.
- Martin Luther King, de la Iglesia Bautista, apostó su vida por la inclusión de los afrodescendientes en la sociedad norteamericana.
- Monseñor Romero, desde El Salvador, dió su vida martirialmente por proteger la dignidad de los pobres de su país.
- Teresa de Calcuta se entregó totalmente a los más pobres de la India y del mundo, a los indigentes, a los que la sociedad llama "desechables" (cuánto escándalo en esta expresión!)
- el Padre Arrupe se apasionó por  hacer consistente el servicio de la fe con la promoción de la justicia
 
Todos ellos fueron seguidores de Jesús, creyentes sinceros, y fueron profundamente humanos y sensibles a los desafíos de la sociedad.
 
En esta mañana del 5 de mayo los dejo con estas pistas  para la oración, pidamos al Señor un alto sentido de participación en la construcción de vidas dignas e incluídas, de sociedades respetuosas del ser humano, de honestidades a prueba de fuego.
 
Y presentemos a nuestro Dios el deseo de salud, de bienestar, de plenitud espiritual, de todas las personas que hemos asumido con gusto y responsabilidad para orar por ellos.
 
Jorge Peña Moreno nos comunica que su hermano Pedro ha experimentado una gran mejoría y que ya ha sido dado de alta de la clínica Shaio donde se encontraba hospitalizado. Estamos con ellos en su gratitud a Dios y nos alegramos profundamente por esta magnífica noticia.
 
Un abrazo, feliz día,
 

 
Antonio José Sarmiento Nova,S.J.

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