sábado, 14 de mayo de 2011

PARA QUE TENGAN VIDA EN ABUNDANCIA [ Del Domingo 15 al Sábado 21 de Mayo ]


La 4ª Semana de Resurrección nos invita a revisar nuestra capacidad de amar. No la capacidad de amar de los demás, sino la nuestra. Y a que confrontemos nuestro amor con el amor de Jesús que ha sido probado en el crisol del dolor, y por eso mismo su amor es más fuerte que la muerte.
El centro de este pasaje bíblico es la relación de bondad que pueda establecerse con las personas. Quien tenga algún interés por cuidar a la gente, por tratar bien a las personas, por conocerlas y amarlas de verdad, tiene en este evangelio la clave para lograrlo.
Conocer a las personas requiere salir de uno mismo, salir de las convicciones propias para encontrarse con la realidad de los demás. Conocer es colocarse en el lugar de otro. En sus temores o confianzas, en sus inseguridades o certezas, en sus búsquedas o extravíos. Es asumir que el otro es parte de mí. De mis alegrías y de mis esperanzas.
El que quiera conocer a los demás ha de superar la frialdad que muchas veces se tiene en el trato con la gente. Ha de aprender a escuchar a fondo y aprender a comunicarse a fondo, es decir, escuchar y comunicar con naturalidad. Y ha de eliminar la dureza, el desprecio y la indiferencia hacia las personas. Sólo así podrá ser reconocido. Lo contrario, como dice Jesús: sería actuar como un extraño, forajido o bandido.
Convertirnos en abridores de puertas, es la otra clave de este evangelio. Nuestra autenticidad se mide por nuestra capacidad de abrir puertas. ¡Cuántas puertas cerramos! ¡A cuánta gente le trancamos el paso! Y lo peor, es que para este modo de actuar siempre hay excelentes razones. Jesús ha dicho: Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia, que no es otra que la abundancia de Dios. Así ha de ser nuestra capacidad de abrir el paso a la gente, abundante.
Que nos convirtamos en puertas abiertas, en puertas que permiten el paso a la alegría, al encuentro fraterno, a la comunión. Que nuestra experiencia de la Resurrección nos haga dar la vida sin reservas y sin preguntar en beneficio de quién la damos, para que nuestra entrega nazca de la pura respuesta generosa de quien se sabe perdonado y amado de Dios.


Paso Preparatorio: Lectura del Evangelio (Ambientación)
                                                                                                          
EVANGELIO DE JUAN (10, 1-10)

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otra parte, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por la puerta ése es el pastor de las ovejas. A éste le abre el que cuida la puerta, y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: Les aseguro que Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que Yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado.
Yo soy la puerta; quien entre por Mí se salvará, podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Palabra del Señor.


1er  Paso: A LO QUE VENGO

Inicio mi encuentro con el Señor escogiendo un sitio apropiado para mi oración.
Al llegar al sitio, en forma breve y sencilla considero la calidad de la mirada de Dios Nuestro Señor sobre mí.

Y me digo a mí mismo:

¿A QUÉ VENGO?

Vengo a reconocer que Tú, Señor, eres la puerta de la Salvación

[ Al final, rezo el Padrenuestro, saboreando cada palabra ]


2do  Paso: PACIFICACIÓN

·         Ya sea sentado, paseando, acostado o reposado; tanto en casa, como en el parque o la Iglesia me sereno para que esta cita con Dios tenga lugar.
·         Me acomodo con una posición que me ayude a concentrarme-descentrarme-centrarme, implicando todo mi ser.
·         Al ritmo de la respiración, doy lugar al silencio. 
[Una y otra vez repito este ejercicio].


3er  Paso: ORACIÓN PREPARATORIA

[NOTA: La oración preparatoria siguiente me ayuda a experimentar libertad de apegos. La repito tantas veces como quiera, dejando que resuene en mi mente y en mi corazón]

Señor, que todas mis intenciones, acciones y procesos interiores,
estén totalmente ordenados a cumplir tu voluntad.


4to  Paso: COMPOSICIÓN DEL LUGAR

[ NOTA: Este paso es muy especial y merece realizarse con esmero. Le dedico unos 10 minutos]
1°) Centro mi pensamiento en el contenido de la Oración.
2°) Con la imaginación revivo lo que relata el pasaje bíblico, sin perder detalle.
3°) Me ubico en la escena como si presente me hallara.
4°) Dejo que la Palabra irradie su luz sobre mí.


5to  Paso: PETICIÓN

En forma sencilla formulo mi petición. Dejo que mi petición salga de dentro. Que nazca de lo más hondo de mi vida.

Señor, ayúdame a conocer y a tratar a las personas como Tú lo haces.

(Si me ayuda, puedo decir varias veces la petición)


6to  Paso: CONTENIDO o MATERIA DE LA ORACIÓN

[NOTA: Para Contemplar la Resurrección, San Ignacio propone 5 aspectos dinámicos para que quien contempla, se implique a fondo en la centralidad del Evangelio y de la Vida. Después de VER y OIR a las personas, se pasa a CONSIDERAR los efectos verdaderos y de santidad que surgen de la Resurrección. Y finalmente se avanza hacia un quinto aspecto que es MIRAR (gustar) el OFICIO de CONSOLAR que el Señor TRAE. Lo cual concreta la Verdad y Santidad de los Efectos de la Resurrección].


6.1) Primero. Ver las Personas

  • Ver cómo Jesús se esmera por conocernos y amarnos a todos. Y verme a mí mismo deseoso de aprender a conocer, tratar y amar como lo hace Jesús. Y reflexiono para sacar provecho.


6.2) Segundo. Oír lo que Habla Jesús.

·         Oír la voz inconfundible de Jesús, que me habla al corazón y me gana el alma. Y oírlo cuando me dice que aprenda a escuchar a las personas, que elimine la dureza, el desprecio y la indiferencia hacia los demás. Y reflexiono para sacar provecho.


6.3) Tercero. CONSIDERAR

·         Considerar y reflexionar, cómo la Divinidad, que parecía esconderse en la pasión, aparece y se manifiesta ahora en la resurrección, por sus EFECTOS de Verdad y Santidad, al abrir puertas para que nos encontremos con la alegría y la esperanza.


6.4) Cuarto. MIRAR el Oficio de CONSOLAR

·         Gustar el Oficio de CONSOLAR que trae Cristo resucitado al comunicarnos que ha venido para que tengamos vida en abundancia.


7mo  Paso: COLOQUIO

NOTA: El coloquio es un diálogo que se hace hablando como un amigo habla a otro, ya sea para pedir alguna gracia, ya sea reconociendo la fragilidad o el pecado, o para comunicar sus cosas, y queriendo consejo en ellas.
(El texto sugerido puede ser útil para el COLOQUIO).

Sean Buenos
Buenos en su rostro, que deberá ser distendido, sereno y sonriente; buenos en su mirada, una mirada que primero sorprende y luego atrae.
Buenos en su forma de escuchar. De este modo experimentarán, una y otra vez, la paciencia, el amor, la atención y la aceptación de eventuales llamadas.
Sean buenos en sus manos: Manos que dan, que ayudan, que enjugan las lágrimas, que estrechan la mano del pobre y del enfermo para infundir valor.
Manos que abrazan al adversario y le inducen al acuerdo, que escriben una hermosa carta a quien sufre, sobre todo si sufre por nuestra culpa.
Manos que saben pedir con humildad para uno mismo y para quienes lo necesitan, que saben servir a los enfermos, que saben hacer los trabajos más humildes.
Sean buenos. Muy buenos con todas las personas.
(Cf. Pedro Arrupe)


8vo  Paso: EXAMEN DE LA ORACIÓN

Nota: Las siguientes interrogantes ayudan a centrar la experiencia vivida en la Oración.
1°)   ¿Qué pasó en mí durante esta Oración?
2°)   ¿A través de cuáles señales me habló Dios?
3°)   ¿Qué me distrajo en la Oración?
4°)   ¿Qué me produjo desaliento o desconfianza en la Oración?
5°)   ¿Qué se quedó grabado en mí?
6°)   ¿Qué quiero cambiar en mi vida?



Termino la Oración con la Siguiente Ofrenda


Toma, Señor, y recibe, toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a ti, Señor lo devuelvo.
Todo es tuyo. Dispón de mí según tu voluntad.
Dame tu amor y gracia que ésta me basta. Amén.

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