viernes, 24 de diciembre de 2021

COMUNITAS MATUTINA 25 DE DICIEMBRE 2021 SOLEMNIDAD DEL NACIMIENTO DEL SEÑOR CICLO C

 

Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad”

(Juan 1: 14)



Lecturas:

  1. Isaías 52: 7-10

  2. Salmo 97

  3. Hebreos 1: 1-6

  4. Juan 1: 1-18



Una pausa profunda en el camino: días de trajín y afanes sin cesar, la espectacularidad de la sociedad de consumo con su publicidad invasiva, compras y más compras, regalos, fiestas, congestiones en el tráfico de las grandes ciudades, este obsequio me falta, reviso la lista, de nuevo a correr para adquirir y estar tranquilos porque quedaremos bien. La solemnidad cristiana de Navidad coincide desde hace siglos con los ciclos del equinoccio y también en su momento se encontró con festividades de las religiones antiguas de Europa1, también es el tiempo final del año en el que se celebra lo vivido y se llora lo sufrido. Como el cristianismo se inculturó primero en el Asia Menor y en Europa, también en el norte de Africa, el encuentro con esas culturas favoreció interacciones constructivas en el ámbito del lenguaje y de la interpretación de la fe, principalmente, pero también se infiltraron modos y prácticas que no coinciden con la sustancia de la fe cristiana.

Lo que queremos con este comentario inicial no es presumir de “superioridad religiosa” ante los creyentes de otras tradiciones o antes quienes no profesan creencias de este tipo, simplemente es una alerta profética para ir a lo esencial, al misterio conmovedor, apasionante, seductor, esperanzador, del Dios que se entra hasta lo más profundo de nosotros y se implica en la condición humana, su opción preferencial para disponernos a eso que llamamos salvación y liberación de la injusticia, del pecado, del egoísmo, de nuestras arrogancias, de todos los ídolos , de la muerte. Ese es el llamado de atención para este alto en el camino, magnífica oportunidad para discernir dónde está el fundamento de nuestra esperanza, y para no confundir esta memoria sacramental con despilfarros que no vienen a cuento.

La primera lectura, del profeta Isaías, contiene un canto de alabanza ante la inminente liberación de Jerusalén. Dos imágenes enmarcan esta lectura: la de los mensajeros que corren anunciando esta noticia de libertad, y la de los centinelas que expresan su júbilo porque ven el retorno de Yahvé a Sión. Una vez más, como en los domingos anteriores, el libro de Isaías registra la gozosa expectativa por el retorno de los israelitas, luego del penoso cautiverio en Babilonia. Miremos en este exilio forzoso, con su fuerte carga de dramatismo y sufrimiento, un prototipo de todas las penurias que padece la humanidad en muchos lugares del mundo. 2

El texto de este profeta es un feliz anticipo de lo que celebramos : la concreción definitiva de las promesas de Dios a su pueblo y a toda la humanidad, que busca infatigablemente un sentido pleno de la vida. Dios trasciende hacia la humanidad, se hace carne e historia, toma como propio todo lo que nos afecta, lo que nos hace felices y humanos, también lo que nos frustra y esclaviza, para protestar indignado contra esto último y para replantear todos los sometimientos.3 La opción preferencial de Dios es el ser humano, para El es prioritario todo lo que tenga que ver con nuestra plena realización . El niño de Belén es el germen de la nueva humanidad, en él se significa que Dios se puede insertar en cada ser humano. 4

Las palabras de Isaías son precursoras de estos acontecimientos, buena noticia de vida y de salvación: “Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz, del que anuncia la felicidad, del que proclama la salvación y dice a Sión: tu Dios reina!” 5.

Cómo devolver la ilusión de vivir en tierra propia a migrantes, desplazados, refugiados? Cómo rescatar el encanto existencial para aquellas comunidades tradicionalmente vulneradas por la pecaminosa injusticia de los depredadores de sus derechos y de su hábitat? Cómo anunciar que Dios está totalmente de parte de los últimos del mundo? Cómo entender y asumir que la vida nuestra sigue teniendo total sentido a pesar de las fuertes contradicciones vividas en estos años de pandemia?6 Cómo reencantarnos todos para hacer de los escenarios de la historia narraciones de esperanza?

El salmo corresponde a un himno de alabanza dirigido a Yahvé porque ha obrado maravillas y porque ha revelado su justicia a las naciones: “Canten al Señor un canto nuevo, porque hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria. El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones; se acordó de su amor y de su fidelidad a favor del pueblo de Israel” 7.

En esa lógica entendemos la feliz noticia de Navidad, la de Dios que se significa con eficacia en lo humano, en su historia, en las experiencias concretas de la vida. Dicho con palabras de mayor calado teológico: la humanidad es la sacramentalidad de Dios. Por eso, el divino Jesús es al mismo tiempo el humano Jesús, elemento esencial de nuestra fe que también nos permite dar un nuevo significado a nuestra condición humana. Gracias a El tenemos vocación de divinidad y de eternidad.8

Cuando - siguiendo la definición cristológica del concilio de Calcedonia en el año 451 – profesamos que Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre, estamos afirmando que el Padre Dios decidió que su Palabra-Verbo se hiciese historia y humanidad para que estas trascendieran hacia El y hacia el prójimo, haciéndose plenas y definitivas. Lo divino se significa con eficacia en lo humano, y esto se diviniza, es el gran giro teologal y antropológico que se consuma en Jesús, el Cristo. 9

Así entendemos la densidad teológica de lo que dice la carta a los Hebreos: “Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras, ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo el mundo” 10.

El Dios cristiano no transita por abstracciones, es humano, demasiado humano, se encarna, se implica, asume, se compromete, se hace todo con todos, sana, perdona, libera, reconfigura, rescata lo perdido por la muerte y el pecado, sintoniza con todos los que esperan, responde a sus demandas, no es indiferente a soledades y abandonos, es un Dios contagioso de vida y de dignidad. Este es a quien celebramos en Navidad, este es Aquel en quien descubrimos la plenitud de nuestra condición humana. 11

Dios con nosotros, para nosotros, por nosotros, desde nosotros. La divinidad sucede plenamente en la humanidad: “Y la palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad” 12

Este himno del capítulo 1 de Juan posee una dinámica descendente. Esa palabra preexistente, junto a Dios y antes de todos los tiempos, puso su morada entre nosotros, se hace carne e historia, demostrando que lo prioritario en sus intenciones es hacer nuevo al ser humano, redimirlo de todo límite y precariedad, depositando en cada uno la señal de su divinidad. Dios se hace hombre, asume nuestra limitación y temporalidad, para hacer infinito e ilimitado al hombre.13

Esto tiene claras consecuencias para nuestra manera de vivir. Estamos llamados a encarnarnos en las realidades en las que vivimos, mirar hacia abajo, estar con los que son vistos por la “sociedad” como poca cosa, reconocer que en ellos la revelación acontece con primerísima elocuencia. La novedad de la encarnación es abandonar la seguridad del Padre para tomar como propia la inseguridad de la condición humana pobre.14

Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz del desterrado. Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano”, 15se dice con ingenua belleza en la tradicional novena navideña, sencilla expresión y de certeza que hace patente la plenitud que Dios nos comunica en su palabra hecha historia y condición humana.

Navidad es fiesta de humanización plena, celebra lo más propio de nuestra condición: el amor, la búsqueda afanosa del sentido de la vida, las felicidades y las plenitudes, los seres humanos concretos con quienes hacemos nuestros territorios de afectos y comunión, la pasión por la justicia y por la dignidad, la gran faena de ser libres, la denuncia profética de las esclavitudes, la erradicación del pecado que frustra nuestra realización. Esta narrativa liberadora sucede definitivamente en la adorable persona de Jesús, Palabra plena de Dios: “Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros”. 16

Con estas consideraciones vivamos esta Navidad de 2021 entrando reverentes en el espacio sagrado del misterio del Dios humanado. Bendiciones para todos!!!





1 AUTORES VARIOS. Historia de las religiones antiguas, Oriente, Grecia y Roma. Taurus. Madrid, 1964. FRAZER, J.G. La rama dorada: magia y religión. Fondo de Cultura Económica FCE. México D.F., 1976. MARTORELL, Alfredo. El origen pagano de la Navidad. Biblioteca virtual Omegalfa. Madrid, 2020. GONZÁLEZ ALVAREZ, Eduardo. El debate sobre la celebración de Navidad. En https://www.summitenespanol.com/wp-content/uploads/2015/12/El-debate-sobre-Navidad.pdf McCULLOCH, Diarmaid. Historia de la Cristiandad. Debate. Barcelona, 2011. RICHARD, Pablo. Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia. En Revista Espiga Año XI número 23, páginas 53-77. San José de Costa Rica, 2012. HOORNAERT, Eduardo. La memoria del pueblo cristiano: una historia de la Iglesia en los tres primeros siglos. Paulinas. Madrid, 1986.

2 PIKAZA, Xabier. Cautividades de ayer y esclavitudes de hoy: caminos de liberación. Publicado en Revista de Espiritualidad número 51, páginas 473-502. Salamanca, 1992; Anunciar la libertad a los cautivos: Palabra de Dios y catequesis. Sígueme. Salamanca, 1985.

3 NAVARRO, Rosana. De lo humano vulnerado a lo humano resignificado, desde la experiencia espiritual de Etty Hillesum. Publicado en Revista Cuestiones Teológicas volumen 42 número 97, páginas 2005-228. Facultad de Teología, Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, 2015.

4 BOFF, Leonardo. Encarnación: la humanidad y la jovialidad de nuestro Dios. Sal Terrae. Santander, 1995.

5 Isaías 52: 7

6 PAPA FRANCISCO. . Soñemos juntos: conversaciones con Austen Ivereigh. Plaza & Janés. Barcelona, 2020. Este libro contiene los pensamientos, inquietudes y propuestas del papa sobre la crisis del covid-19 y el mundo que emergerá de ella.

7 Salmo 98 (97): 1-2

8 GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Olegario. Cristología. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 2001. SOBRINO, Jon. Jesucristo liberador: Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazareth. Trotta. Madrid, 1993. JUAN PABLO II. Carta Encíclica Redemptor Hominis El redentor del hombre (es la primera encíclica de su ministerio pontificio). Tipografía Vaticana. Roma, 1979. MARTÍN DESCALZO, José Luis. Vida y misterio de Jesús de Nazareth. Sígueme. Salamanca, 1995.

9 KASPER, Walter. Jesús, el Cristo. Sígueme. Salamanca, 1979. SCHYLLEEBECKX, Edward. Jesús, la historia de un viviente. Trotta. Madrid, 2010.

10 Hebreos 1: 1-2

11 CROSSAN, John Dominic & BORG, Marcus. La primera Navidad: lo que los evangelios enseñan acerca del nacimiento de Jesús. Verbo Divino. Estella, 2014.

12 Juan 1: 14.

13 SARASA GALLEGO, Luis Guillermo. El prólogo de Juan: un principio y fundamento. En Revista Cuestiones Teológicas volumen 39 número 91, páginas 99-117. Universidad Pontificia Boliviariana, Facultad de Teología. Medellín, enero-junio 2012.

14 SOBRINO, Jon. Fuera de los pobres no hay salvación. UCA editores. San Salvador, 2009. BOFF, Leonardo. Teología desde el lugar del pobre. Sal Terrae. Santander, 1986.

15 Novena tradicional de Navidad.

16 Juan 1: 14.

domingo, 19 de diciembre de 2021

COMUNITAS MATUTINA 19 DE DICIEMBRE 2021 IV DOMINGO DE ADVIENTO CICLO C

 

Feliz la que ha creìdo que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor”

(Lucas 1: 45)



Lecturas :

  1. Miqueas 5: 1-4

  2. Salmo 79: 2-3 y 5-19

  3. Hebreos 10: 5-10

  4. Lucas 1: 39-45

En este domingo el Adviento cobra la intensidad de la gozosa espera de María,1 central en el espíritu de estos días, porque ella es la portadora de la búsqueda de Dios al ser humano. Ella, preñada de Vida, se dispone a compartir el don con toda la humanidad. La prisa con la que ella se pone en camino para visitar a su prima Isabel, la alegría que transparenta, son lenguaje de su definitiva confianza en Dios. Porque creyó se cumplirán las promesas de plenitud para ella, para todos los humanos. En ella, su confianza es sacramental.2

Esa fe es la postura que se aventura a entregarse libremente a Dios, confiando en que viene la mejor propuesta en la que el ser humano se puede realizar en plenitud. No son los sacrificios ni las ofrendas materiales, ni los rituales de mera exterioridad, sino la vida misma que se involucra sin reservas en esta gran experiencia - la osadía de dejarse llevar –3 como decía el inolvidable Padre Pedro Arrupe .4

Tan radical confianza la expresa con claridad el texto de Hebreos, que se nos propone como segunda lectura de este domingo: “Dice primero, sacrificios y oblaciones no los quisiste, y holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron – cosas todas ofrecidas conforme a la Ley - , para añadir después: entonces aquì estoy dispuesto a hacer tu voluntad. Abroga lo primero para establecer lo segundo. En virtud de esa voluntad quedamos santificados, merced a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo5 María nos ofrece esta novedad, ella nos regala a Jesucristo, su relato vital se inscribe en la experiencia honda de la fe, en la que se juntan la gracia de Dios, siempre incondicional, y la respuesta generosa de la propia existencia que se ofrece sin reservas para esta mediación. 6

La genuina relación religiosa es salir de sí mismo para recibir y dar vida, como María. El ser humano se juega el sentido de su existencia en esta dinámica relacional, en la que desborda su mismidad y se torna otredad, para Dios, para el ser humano. Religión viene de la expresión latina “re-ligare”, que quiere decir rehacer los vínculos que se habían perdido a causa del egoísmo, del ensimismamiento individualista. María se da toda a Dios, y con su aceptación, su ser femenino, su vientre, se convierten en depósito de la Vida, que ella da sin reservas para que todos la tengan en abundancia. Su don es Jesús, el que ella recibe del Padre, el que ella comparte con toda la humanidad.

María relata con su actitud creyente el aspecto clave de la fe, depositar la confianza totalmente en Dios, con la certeza de que EL es garantía, principio y fundamento de la vida, Dios fiel al ser humano que avala esa ofrenda . Las expresiones religiosas rituales, la liturgia, la plegaria, la religiosidad popular, tienen sentido cuando se cargan de ese contenido creyente. No es el ritualismo sino el adorar al Padre en espíritu y en verdad: “Pero llega la hora (ya estamos en ella), en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu y los que adoran deben adorar en espíritu y en verdad.” 7

Así, vienen al recuerdo las historias de tantos hombres y mujeres, sinceras gentes de fe, que reciben el don y lo acogen con gozo y libertad, lo demuestran con discreción en su conducta, afrontan la vida con gratitud al buen Dios por esta evidencia gratuita, y se demuestran sólidas al encarar el aspecto adverso de la existencia, contagian a los suyos de esa pasión, son enteros, plenos relatos del amor definitivo. 8 En el campo de la religiosidad popular abundan las narrativas de individuos y comunidades, cristianos de a pie, conscientes del alcance totalizante de ese don de Dios, vidas íntegras y profundamente evangélicas, dados por entero al prójimo, bellos testimonios de esta historia apasionante de seguir los pasos de Jesús. Es de especial relevancia el relato femenino, hijas, hermanas, madres, esposas, compañeras, formadoras de hogares y comunidades, mujeres recias, que avalan con todo su ser y su quehacer este depositar en Dios toda la seguridad de la vida. 9

Junto a María, José,10 hombre de Dios, con total sentido del reino y de su justicia, es su compañero para vivir en la discreción del hogar, sobrio, austero, esta historia surgida en lo oculto, en la pobreza de su humilde condición, en la marginalidad de Belén, en la precariedad del primer “pesebre”, lejos de la vanagloria del mundo. Hermoso amor el de esta pareja, humildes de la tierra, relato de Dios para acoger la humanidad de Jesús.

Estamos ante una teología narrativa. Quiere decir esto que debemos salir de la cronología de sucesos para entrar en el mundo de las intenciones salvadoras y liberadoras de Dios con este relato. Lo que importa es el significado de ella , abriéndose a esta novedad de vida que acontece con su maternidad, con la que sube al ámbito de lo divino, mediación que expresa esa gran realidad de la lógica de la revelación que es Dios implicándose en lo humano, para salvar y liberar al ser humano.

El texto de Lucas, evangelio de hoy, pleno de símbolos, dice que “se puso en camino Marìa y se dirigió con prontitud a la región montañosa, a una población de Judà11, alude a que Marìa se “levanta” para una nueva vida, para resucitar, subir a la montaña es entrar en el ámbito de lo divino, la madre que da la vida al hijo, pero – y esto es esencial aquí! – es el Hijo que da vida a la madre. Por eso ella, resueltamente y sin rodeos – se apresura a llevar el Hijo a los demás. 12

La visita de Marìa a su prima Isabel significa la visita de Dios a Israel, a la humanidad. La subida de Galilea a Judà nos està adelantando la trayectoria de la vida pública de Jesùs. Marìa y Jesùs (lo màs grande) se dignan visitar a lo pequeño, la prima Isabel. El Dios con nosotros se manifiesta en el sencillo signo de una visita, que acontece fuera del marco de la religiosidad oficial, elocuente significación de que a Dios se lo encuentra en lo cotidiano, en el vientre de una madre, en la sobriedad de un hogar, en la realidad austera del dìa a dìa, en los amores profundos, como la de estas dos mujeres, que significan con transparencia evangélica la disposición para vivir la novedad de Dios en la propia humanidad.

La escena nos està diciendo que la verdadera salvación siempre repercutirà en beneficio de los demás. El bien es difusivo de sì, no es posible guardarlo, decían los filósofos escolásticos, en su esencia està el ser comunicado para que muchos lo vivan y se beneficien, para que Dios irrumpa con fuerza, como en ellas, desbordando su vitalidad.

La pregunta exigente es para nosotros hoy: Cómo portamos este mensaje, esta apasionante posibilidad de vida y de sentido trascendente en estos contextos contemporáneos? En esta Colombia tan henchida de vida y de gentes buenas, pero tan maltratada por injusticias y violencias, por corruptelas y exclusiones? 13 En este mundo hipnotizado por el consumismo y por la idolatrìa del mercado, anestesiado ante los clamores de millones de seres humanos sumidos en la marginalidad y en la pobreza?

Las palabras de la primera lectura, del profeta Miqueas, se dirigen a un pueblo que ha vivido la deportación y el exilio, la tragedia de la cautividad y del abandono, brindándoles una esperanza real que ha de superar su drama, el retorno a su tierra de origen: “En cuanto a tì, Belèn Efratà, la menor entre los clanes de Judà, de tì sacarè al que ha de ser el gobernador de Israel; sus orígenes son antiguos, desde tiempos remotos. Por eso èl los abandonarà hasta el momento en que la parturienta dè a luz y el resto de sus hermanos vuelva con los hijos de Israel. Pastorearà con la fuerza de Yahvè , con la majestad del nombre de Yahvè, su Dios. Viviràn bien, porque entonces èl crecerà hasta los confines de la tierra14

Recordemos que estas palabras se formularon en un contexto histórico real, dichas, vividas y escritas con la mayor seriedad existencial, sin la màs mínima intención de ser promesas fatuas para calmar circunstancialmente la angustia de un pueblo. En esta misma lógica, còmo presentar a los desarraigados de hoy la real y viable posibilidad de una vida con sentido en este Dios que se deshace de su trono para abajarse con los condenados de la tierra en la gran faena de la libertad y de la salvación?

María significa la confianza en Dios, que quiere siempre lo mejor para el ser humano. Lo reconoce Isabel cuando dice: “En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno; Isabel quedó llena de Espíritu Santo y exclamó a gritos: Bendita tù entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; còmo asì viene a visitarme la madre de mi Señor?” 15

Esto sucedió en un lejano y muy humilde lugar del planeta, desconocido para la mayoría, entre pobres gentes laboriosas y hogareñas, que vivìan la certeza feliz del Dios siempre mayor, deseosas de dejarse asumir por El, con total disponibilidad y generoso corazón. Marìa cumple en un ciento por ciento la voluntad de Dios.16 Esta voluntad, no es cualquier cosa, no es amargar la vida de la gente, no es imponer cargas pesadas, prohibiciones, culpas, miedos, imposiciones autoritarias. Esta voluntad del Padre es que los humanos lleguemos a un pleno desarrollo, a la vivencia cabal de la dignidad que nos es inherente, a hacer real e histórica la palabra felicidad, nuestra famosa y siempre evangélica bienaventuranza, con la mirada en ese futuro total que trasciende todas las contingencias de la historia.

Marìa lo sabe y por eso se arriesga a dejarse tomar por El: “Feliz la que ha creìdo que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!” 17















1 THURIAN, Max. María, madre del Señor, figura de la Iglesia. Hechos y Dichos. Madrid, 1976. GARCÍA PAREDES, José Cristo Rey. Mariología. Biblioteca de Autores Cristianos, BAC. Madrid, 1995. PABLO VI. Exhortación Apostólica Marialis Cultus. Tipografía Vaticana. Roma, 1974. JUAN PABLO II. Carta Encíclica Redemptoris Mater. Tipografía Vaticana. Roma, 1987. FORTE, Bruno. María, la mujer icono del misterio. Sígueme. Salamanca, 1993. RAHNER, Karl. María, madre del Señor. Herder. Barcelona, 1967.

2 BOFF, Leonardo. El rostro materno de Dios: ensayo interdisciplinar sobre lo femenino y sus formas religiosas. Paulinas. Madrid, 1979.

4 1907-1991. Superior General de la Compañía de Jesús 1965-1983.

5 Hebreos 10: 8-10

6 ARDUSSO, Franco. Aprender a creer: las razones de la fe cristiana. Sal Terrae. Santander, 2000. MARTÍN VELASCO, Juan de Dios. La experiencia de Dios, hoy. Trotta. Madrid, 2007.

7 Juan 4: 23-24. Tomado del diálogo de Jesús con la mujer samaritana.

8 GALLAGHER, Michael Paul. Mapas de la fe: diez grandes creyentes desde Newman hasta Ratzinger. Sal Terrae. Santander, 2012. SCHYLLEEBECKX, Edward. Los hombres, relato de Dios. Sígueme. Salamanca, 1994.

9 RAMOS GONZÁLEZ, Marifé. Las mujeres en el evangelio de Lucas. Conferencia en Universidad de Cantabria Aula de Teología. Santander, 10 de noviembre de 2009. RESTREPO MORENO, Marta Inés. Feminismo y espiritualidad. En Revista Lasallista de Investigación, volumen 5 número 2, páginas 146-157. Corporación Universitaria Lasallista. Medellín, 2008. MESA, Carlos E. Laura Montoya: una antorcha de Dios en las selvas de América. Carvajal. Medellín, 1999. PRONZATO, Alessandro. Una monja llamada Agustina . Atenas. Madrid, 1972. AGUIRRE, Rafael. La mujer en el cristianismo primitivo. En https://www.core.ak.uk/download/pdf/83657251.pdf

10 BOFF, Leonardo. San José: Padre de Jesús en una sociedad sin padre. Sal Terrae. Santander, 2019.

11 Lucas 1: 39

12 MADUEÑO, Manuel. Siguiendo a Jesús hijo de María: un camino de espiritualidad. PPC. Madrid, 2017.

13 PNUD Programa de Naciones Unidas para el desarrollo. Informe Segundo reporte bienal de actualización de Colombia ante la CMNUCC Convención marco de Naciones Unidas sobre cambio climático. PNUD. Bogotá, 2020. BUSHNELL, David. Colombia, una nación a pesar de sí misma. Ariel. Bogotá, 2019. GÓMEZ BUENDÍA, Hernando. Entre la independencia y la pandemia: Colombia 1810 a 2020. Fundación Razón Pública. Bogotá, 2021.

14 Miqueas 5: 1-3

15 Lucas 1: 41-43

16 SCHYLLEEBECKX, Edward. María ayer, hoy, mañana. Sígueme. Salamanca, 2000.

17 Lucas 1: 45

domingo, 12 de diciembre de 2021

COMUNITAS MATUTINA 12 DE DICIEMBRE 2021 III DOMINGO DE ADVIENTO CICLO C

 

Yo los bautizo con agua. Pero està a punto de llegar alguien que es màs fuerte que yo, a quien ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias: el los bautizarà con Espìritu Santo y fuego”

(Lucas 3: 16)

Lecturas



  1. Sofonìas 3: 14 – 18

  2. Salmo Isaìas 12: 2 – 6

  3. Filipenses 4: 4 – 7

  4. Lucas 3: 10 – 18

La primera palabra de la liturgia de este domingo tercero de Adviento – tomada de la segunda lectura – es una invitación a la alegría: “Estèn siempre alegres en el Señor; les repito, estèn alegres1 , es el común denominador de los textos de hoy, por eso se le llama el domingo “Gaudete”,2 que significa “alégrense”. No se trata de la alegría del espectáculo, de la sociedad de consumo , de los afanes de las fiestas y eventos de conveniencia social , sino del gozo que proviene de la presencia eficaz de Dios entre nosotros, el Emmanuel,3 el Dios que se inserta amorosamente en la humanidad, que asume como propia nuestra condición, un Dios cercano, palpable, ciento por ciento dedicado a nosotros.

Esta profecía anuncia que estamos afianzados sobre la realidad del Dios que está en nuestra historia, en nuestra realidad, en nuestros dramas, en nuestras plenitudes, para comunicarnos la salvación, el sentido definitivo de la vida, la superación de la ambigüedad y del pesimismo radical, la capacidad de llevar una existencia con significado trascendente. Dios humano, demasiado humano, para que nosotros lleguemos a ser divinos, demasiado divinos. El nuestro es un Dios “sinodal”, que camina hombro a hombro con nosotros, esta es la revelación que Jesús nos hace de El. 4

Tal felicidad es la razón de estas palabras de Pablo: “No se inquieten por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presenten a Dios sus peticiones, mediante la oración y la sùplica, acompañadas de la acción de gracias. Y la paz de Dios , que supera toda inteligencia, custodiarà sus corazones y sus mentes en Cristo Jesùs5.Pablo dice esto a los Filipenses porque ha vivido una densa experiencia del Dios que salva, una certeza de vida teologal, que da soporte al testimonio paulino, causa de la genuina alegría.6 Estupendo argumento para salir al paso con fuerza profética a todos esos estilos de religión entristecida, sombrìa, obsesionada con culpas y estrecheces de conciencia.7

Esta alegría es consecuencia de un proceso, que empieza por una toma de conciencia de nuestro verdadero ser, en un gran ejercicio de interiorización, de configuración del yo en cuanto sujeto de la relación con Dios, siguiendo lo que quiere decir la palabra inglesa insight, mirada profunda sobre uno mismo para hacerse consciente del propio yo, constitución de la interioridad, materia prima de la relación de trascendencia, de amor, con Dios y con el prójimo, fuente de esta genuina alegría, en la que queremos hacer énfasis en este Adviento: “Yahvè, tu Dios, està en medio de tì, un poderoso salvador!! Exulta de gozo por tì, te renueva con su amor; danza por tì con gritos de jùbilo, como en los días de fiesta8.

Si descubrimos que Dios forma parte de nuestro ser, encontraremos absoluta seguridad dentro de nosotros. Somos conscientes en nuestra vida personal y colectiva de esta presencia teologal? En Adviento se nos invita a advertir esta realidad y a valorar los alcances de la misma, en la perspectiva de una vida abierta al sentido definitivo , novedosa con la novedad de Dios, dotada de una esperanza cierta, viable, la gran apuesta de El para que todo lo humano sea redimido y liberado. 9

La gente le preguntaba: entonces, què debemos hacer?” 10. Esta pregunta es prueba de la sinceridad de los que se acercan a Juan , de su deseo honesto de acatar la invitación de este profeta a un replanteamiento total de la vida, en clave de Dios y de una humanidad plenamente asumida por El. Con cuatro pinceladas marca el Bautista la tarea de cambiar la manera de pensar y de actuar:

  • El que tenga dos tùnicas, que las reparta con el que no tiene11

  • El que tenga para comer, que haga lo mismo12

  • No exijan màs de lo que les està fijado13, responde a unos publicanos deseosos de conversión

  • No hagan extorsión a nadie; no hagan denuncias falsas14 , es su respuesta a un grupo de soldados, igualmente deseosos de una nueva vida.

Adviento, tiempo de revisión profunda de todo lo que somos y hacemos, examen de conciencia que hace posible una evaluación a fondo de nuestras motivaciones, prioridades, valores determinantes, actitudes, conductas. Juan el Bautista con su profecía se nos vuelve poderosamente actual, en él reconocemos la invitación de siempre, de parte de Dios, para que nuestra vida tome los rumbos de mayor sinceridad en todos los aspectos que la constituyen.

Es la nuestra una vida inmediatizada por lo utilitario? Sacrificamos el ser a las penosas exigencias del tener? Cargamos ladrillos a la sociedad de consumo? Toda nuestra preocupación consiste en ganancias materiales, comodidades, individualismo y competencia? El prójimo sufriente tiene una presencia significativa en nuestras decisiones o, más bien, sus dramas se nos antojan cosas lejanas de unos pobrecitos mal dotados , por allá en Africa, en Siria, en las comunas de Medellín, en Soacha, en Haití? Nos dejamos llevar por esta cultura de la velocidad y del estar siempre ocupados sin posibilidad de silencio fecundo? Nos ponemos la máscara de la felicidad ficticia, perfumada, bien vestida, sin corazón ni humanismo? 15

La nuestra es una religión de formalidades rituales sin conversión del corazón? Navidad se nos volvió tiempo de rumbas y derroches? El Bautista nos brinda unos indicadores claros para hacer este “control de calidad”: si estamos perdiendo la vida porque nos dejamos dominar por el sistema, o si nuestra libertad está abierta a Dios que está aquí para provocar una humanidad redimida de estos sometimientos.

El Bautista, como Jesùs, ratifica que no quiere saber nada de las cosas del templo ni del cumplimiento minucioso de la legislación judía, tampoco de una vida sin solidaridad y justicia. Una religiosidad que no llega al prójimo, que no genera comunión, no es la que Dios quiere. La conversión que promueve el Bautista está referida directamente a una nueva manera de ser en el servicio y en la fraternidad. Es la preocupación sincera por los demás el gran indicador de la conversión a Dios junto con un estilo sobrio, significante de la mesa común para todos.

Tenemos claro que Dios ya està en nosotros, en nuestra historia? O nos seguimos sintiendo incompletos porque aguardamos a que venga de otra parte el salvador, sin darnos cuenta de su vitalidad creadora y re – creadora, ya presente en nuestra vida.? La encarnación de Dios en nuestra humanidad equivale a una presencia inserta, implicada en lo humano, real, no distancia inaccesible sino verdad teologal en la cotidianidad de hombres y mujeres, un Dios de a pie, que disipa la distante solemnidad con la que nos han habituado a verlo.16

Porque se trata de pasar de la ansiedad angustiosa a la feliz certeza de la fidelidad del Padre, avalada con el anuncio de Juan: “Yo los bautizo con agua. Pero està a punto de llegar alguien que es màs fuerte que yo, a quien ni siquiera soy digno de desatarle la correa de sus sandalias: èl los bautizarà con Espìritu Santo y con fuego. En su mano tiene el bieldo para aventar su parva; recogerà el trigo en su granero, pero quemarà la paja con fuego que no se apaga. Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba a la gente la Buena Nueva17

Esto rompe ese paradigma de la religión de sacrificios, de expiaciones, de inculpaciones, de desprecio de lo humano, de evasión de la historia, para afirmar el proyecto de Jesùs, que es - felizmente - la inserción liberadora de Dios en la humanidad, en la que la responsabilidad personal y su correspondiente implicación moral se vive desde la óptica de la esperanza y de la bienaventuranza.

Por eso: “Grita alborozada Siòn, lanza clamores, Israel, celèbralo alegre de todo corazón, ciudad de Jerusalèn. Que Yahvè ha anulado tu sentencia, ha alejado a tu enemigo. Yahvè, Rey de Israel, està en medio de tì. Ya no temeràs mal alguno!”18

Cuando en este mundo hay tan malas noticias de tragedias, pobrezas, violencias, falta de oportunidades, exclusiones, desprecios, humillaciones, la Iglesia no tiene por qué cargar con màs agobios a los humanos. Desafortunadamente se infiltró la mentalidad de que a Dios hay que reglamentarlo de modo milimétrico, dando origen a una religión estructurada más con mentalidad jurídica que con misericordia. El Evangelio de Jesús contiene la nueva lógica de vida que transforma en su raíz el modo de relacionarnos con Dios y entre nosotros en una perspectiva de libertad y de redención. La Iglesia tiene que ser, en su esencia, portadora de la alegría de esta noticia de misericordia, de cercanìa, de Jesùs como sacramento del encuentro con Dios.

La alegría de la que habla la liturgia de hoy no es ingenua, no evade los aspectos problemáticos de la existencia ni estimula el simple disfrute de placeres sin compromisos serios. El asunto va por el lado de compartir, de hacer de la propia vida una ofrenda, en la mejor lógica evangélica, hasta que esto determine en su raíz nuestro proyecto de vida.19







1 Filipenses 4:4

2 Diócesis de SIGÜENZA-GUADALAJARA, España. “Un cristiano triste es un triste cristiano”, guía para el III Domingo de Adviento “Gaudete” , 2014. https://www.siguenza-guadalajara.org/images/domingo-adviento-3.pdf

3 Fundación RAMÓN PANÉ. Dios con nosotros: la historia de Jesús contada por Mateo , Marcos, Lucas y Juan. Buena Prensa. México D.F., 2018. CRUZ ARAUZ, Edgar J. Emmanuel , el Dios con nosotros: lectura del evangelio de Mateo en clave de “lectio divina”. PPC. Madrid, México , 2018. GELABERT BALLESTER, Martín. Palabra de Dios, Palabra del Hombre. En revista Carthaginensia número 27, páginas 231-246. Instituto Teológico de Murcia (España), 2011. CASTILLO, José María. La humanización de Dios. Trotta. Madrid, 2019.

4 COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL. La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia. Tipografía Vaticana. Roma, 2018.

5 Filipenses 4: 6-7

6 MEJÍA ARAÚJO, Valerio. Estudio sobre la alegría en medio del sufrimiento en la carta a los Filipenses. Monografía para optar al grado de magister en teología. Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Teología. Bogotá, 2010. GRÜN, Anselm. Vuestra alegría será perfecta: el mensaje de Pablo a los cristianos de Filipos. Sal Terrae. Santander, 2006.

7 MOLTMANN, Jürgen. Sobre la libertad, la alegría y el juego. Sígueme. Salamanca, 1987. PABLO VI. Exhortación Apostólica Gaudete in Domino, sobre la alegría cristiana. Tipografía Vaticana. Roma, 1975. FRANCISCO. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium sobre la alegría del Evangelio. Tipografía Vaticana. Roma, 2013. KASPER, Walter. La alegría del cristiano. Sal Terrae. Santander, 2019. YUSTE ROSSEL, Nazario & RUIZ FERNÁNDEZ, María Isabel. El humor de Dios. En INFAD Revista de Psicología volumen 2 número 1, páginas 355-362. Asociación Nacional de Psicología Evolutiva y Educativa. Badajoz, 2013.

8 Sofonías 3: 17-18

9 MARTÍN DESCALZO, José Luis. Razones para la esperanza. Atenas. Madrid, 1991.

10 Lucas 3: 10

11 Lucas 3: 11

12 Lucas 3: 11

13 Lucas 3: 12

14 Lucas 3: 14

15 Diócesis de TENERIFE, España. Vino, viene y vendrá a caminar con nosotros. Material Adviento 2021. En https://www.drive.google.com/file/de/1kiQEenq-JHhQ2cUFdHmlnLQOE3Oju6FA=view MANOS UNIDAS. Adviento 2021. En https://www.manosunidas.org/sites/default/files/adviento_2021_final.pdf CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA. Mensaje de Adviento 2021. En https://www.cec.org.co/sites/default/files/06%20Mensaje%20de%20Adviento-2021.pdf

16 SALVAT, Ignasi. Encarnación y misión. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 1998. LIBANIO, Joao Batista. El proyecto de Dios y su encarnación en la historia. En https://www.sjweb/info/documents/cis/pdfspanish/200711504sp.pdf HICK, John. La metáfora de Dios encarnado. Abya-Yala. Quito, 2010.

17 Lucas 3: 16-18

18 Sofonias 3: 14-15

19 Editorial VERBO DIVINO. La Buena Noticia de cada día. Estella, 2021.

domingo, 5 de diciembre de 2021

COMUNITAS MATUTINA 5 DE DICIEMBRE 2021 II DOMINGO DE ADVIENTO CICLO C

 

Una voz grita en el desierto: preparen el camino al Señor, allanen sus sendas. Todo barranco se rellenará, montes y colinas se abajarán, lo torcido se enderezará y lo escabroso se igualará, y todo mortal verá la salvación de Dios

(Lucas 3: 4 – 6)



Lecturas

  1. Baruc 5: 1-9

  2. Salmo 125: 1-6

  3. Filipenses 1: 4-11

  4. Lucas 3: 1-6

En sondeos de opinión que hacen algunas agencias dedicadas a ese oficio se ha afirmado que Colombia es uno de los países más felices del mundo, 1 unas encuestas son percepciones ligeras hechas por medios publicitarios amigos de la noticia sensacional, y otras se inscriben en investigaciones académicas serias y objetivas. Conocemos muy bien nuestro espíritu latino proclive a la fiesta y a la celebración del gozo de vivir, son innumerables las manifestaciones de esta actitud: el fútbol, la afirmación de la idiosincrasia nacional y de las regiones, las tradiciones culturales y religiosas, la capacidad de ganar la partida a tantas desgracias que han sucedido y que siguen afectando a muchas de nuestras comunidades, con esa disposición tan estudiada ahora que conocemos como resiliencia. 2 Es admirable el vigor individual y colectivo de nuestras gentes para afrontar con entereza las interminables adversidades de tipo económico, emocional, social, político, que maltratan sin piedad a millones de colombianos. Constatar esto habla de la altura moral y espiritual de quienes lo viven, pero no nos dispensa de la indispensable conexión con la realidad para tomar en cuenta todos los factores de desgracia y para promover acciones constantes y crecientes de superación de tanta negatividad, en la que esa etiqueta de mayor felicidad sea un estímulo para trabajar con denuedo en el auténtico sentido de la vida.

Sean estas consideraciones iniciales un “leit-motiv” para hablar responsablemente de la esperanza que se nos inculca en el tiempo de Adviento, con la pregunta seria: cómo celebrar al Dios que viene para nuestra salvación en un contexto tan dramático como el que viven tantos colombianos, y tantos – tantísimos! – seres humanos en el mundo? Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE el 42.5 % de la población colombiana vive en pobreza y 7.4 % en pobreza extrema, más de 21 millones “sobreviven” con ingresos mensuales inferiores a $ 332.000. El choque de la pandemia corona virus incrementó esta situación. 3

Y no sobra recordar que nuestro pueblo en su inmensa mayoría es profundamente religioso en el cristianismo católico y también en el evangélico, reformado y pentecostal. Es de la esencia cristiana la convicción central de la esperanza que Dios nos ofrece en la persona de Jesús, el Mesías que viene para salvar y llenar de significado trascendente nuestra humanidad, tal como lo vive y afirma la tradición del cristianismo universal. 4 Dios nos toma muy en serio, es decir, su voluntad es que seamos plenamente humanos, plenamente divinos, mediante la configuración salvífica y liberadora con el Señor Jesucristo. En consecuencia, el anuncio de esta esperanza también debe tomar en serio al ser humano, la realidad que referimos, dejándonos de “paños de agua tibia”, haciendo de la evangelización un trabajo que aliente a los creyentes a poner los pies en este mundo real con la mirada siempre puesta en el futuro definitivo. Por eso, Adviento es momento privilegiado para hacer énfasis en este aspecto esencial de nuestra fe. 5

Esto es lo que quiere destacar el relato que hoy nos presenta Lucas. Jesús tomó muy en serio la predicación del Bautista, un movimiento de conversión que puso el dedo en la llaga en ese contexto palestino – judío, a propósito de las gravísimas pecaminosidades religiosas y sociales que allí se vivían: “recorrió toda la cuenca del Jordán predicando un bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados6 , es la escueta expresión que refiere el ministerio de este profeta, hombre de sincero espíritu y religiosidad a quien le dolían en profundidad las inconsistencias de su religión y su convivencia condescendiente con el poder romano. En este Bautista se fija Jesús y a él busca para escuchar su invitación a una nueva manera de vida en Dios. 7

El profeta es el que recuerda a todos, aún a riesgo de grandes incomodidades e incomprensiones, las exigencias de los compromisos adquiridos con Dios , con palabra muy severa y exigente, sin disimular la gravedad de lo que denuncia y sin poner paños de agua tibia en la situación, llamando claramente por su nombre todas las injusticias y deshonestidades vigentes, proponiendo un camino de conversión, con el imperativo de hacer rupturas y renuncias para entrar en la dimensión de una humanidad que tiene en Dios la dimensión definitiva de su trascendencia, es el “afuera” que irrumpe para hacernos libres, el “totalmente otro” que interpela, desacomoda, haciendo posible que los humanos no nos sumerjamos irresponsablemente en el ensimismamiento del egoísmo y de la insensibilidad ante El y ante el prójimo.

La lectura de Baruc8 recoge ideas frecuentes en otros textos proféticos. Jerusalén, presentada como madre, se halla de luto porque ha perdido a sus hijos: unos marcharon al destierro de Babilonia, otros se dispersaron por Egipto y otros países. Lamento que nos conecta con los desterrados actuales de la humanidad, los que salen de sus países desesperados por el hambre y la violencia, buscando lugares donde puedan ser acogidos y reconocidos en su dignidad.

Serán viables estas palabras del profeta: “Ponte en pie, Jerusalén, sube a la altura, mira hacia oriente, y contempla a tus hijos, reunidos de oriente y occidente a la voz del Santo, gozosos invocando a Dios. A pie se marcharon, conducidos por el enemigo, pero Dios los traerá con gloria, como llevados en carroza real9?

Será posible que las naciones de mayor desarrollo económico y cultural, de mejores posibilidades laborales , tengan la sensibilidad para acoger con respeto a estos millones de migrantes del mundo, los dolientes hijos de la Jerusalén que se duele por ellos? Países de mayoría cristiana y humanista, caracterizados por sus proclamas teóricas de defensa de los derechos humanos, podrán experimentar compasión y misericordia ante esta drama , auténtica tragedia humanitaria? O , más bien, sus intereses creados los llevarán a radicalizar sus posturas xenófobas y a idear cantidad de pretextos, muchos de ellos legales, para rechazar el clamor de estas gentes ?

En el texto de Filipenses, tenemos un hermoso testimonio de la más exquisita coherencia cristiana. Pablo sentía un afecto especialísimo por la comunidad cristiana de Filipos,10 a la única a la que le aceptaba apoyo económico. En su oración recuerda lo mucho que estos cristianos le han ayudado en su ministerio. La generosidad paulina nos invita también a reconocer la bondad y gratuidad de tantas gentes estupendas que nos rodean, que viven el Evangelio a carta cabal, que se desviven por la misión, que sirven infatigablemente a sus prójimos, que discreta y silenciosamente siguen a Jesús y son 100 % testimoniales sin esperar aplausos ni recompensas. Son los cristianos que validan con sus vidas el Evangelio de Jesús, no gozan de fama mundana, esto último no les resulta atractivo por su discreción evangélica. Los encontramos en todas partes, su testimonio es esperanzador.

A este respecto, qué bello el reconocimiento de Pablo:” Siempre que me acuerdo de ustedes, doy gracias a mi Dios, y siempre que pido cualquier cosa por todos ustedes, lo hago con gozo, por su participación en el anuncio de la buena noticia, desde el primer día hasta hoy. De esto estoy seguro, que el que comenzó en ustedes una obra buena , la llevará a término hasta el día de Cristo Jesús11.

A diferencia de los otros evangelistas, Lucas sitúa con exactitud cronológica la actividad de Juan Bautista: “El año quince del reinado del emperador Tiberio12; con tal formulación, solemne y precisa, el autor de este evangelio quiere destacar la importancia del Bautista en la historia de salvación, porque en él se realiza lo anunciado por Isaías, lo sitúa en conexión con los grandes creyentes del Antiguo Testamento.

El contenido de su misión es recordar a todos que la realidad de Dios no es asunto marginal para el ser humano, sino constitutiva de su dignidad y de su felicidad: “Recorrió toda la cuenca del Jordán predicando un bautismo de arrepentimiento para perdón de los pecados, como está escrito en el libro del profeta Isaías: una voz grita en el desierto: preparen el camino al Señor, allanen sus sendas. Todo barranco se rellenará, montes y colinas se abajarán, lo torcido se enderezará y lo escabroso se igualará, y verá todo mortal la salvación de Dios13, son palabras, que vistas en la perspectiva total de la revelación, nos disponen para entender que el Bautista, inserto en la tradición de los profetas de Israel, ejerce su misión en función de Jesús, el que viene para rectificar lo descompuesto, lo desfigurado, lo pecaminoso, lo injusto, lo que desdice de la dignidad de los humanos y mancilla la santidad de Dios.

Cuáles son las torceduras y escabrosidades que debemos allanar en este mundo nuestro? Cuáles las ambigüedades e injusticias que debemos dejar atrás? Vamos a ser capaces de romper con los criterios de la sociedad de consumo, de las injustas exclusiones sociales, de la caridad ocasional , para acceder al reino de Dios y su justicia? Este Adviento de 2021 nos toma con la fuerza del Bautista para preparar estos caminos de nueva humanidad y de genuina liberación en el Señor Jesús?14

La humanidad que resulta de este dinamismo de conversión es la que acata el clamor profético: “Voz del que clama en el desierto: preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será limado, los tortuoso se volverá recto y las asperezas serán caminos allanados. Y todos verán la salvación de Dios15. Convertirse entonces es ensanchar el corazón y dilatar la esperanza para hacerla a la medida del mundo, a la medida de Dios. Una humanidad más igualitaria y respetuosa de la dignidad humana es el mejor camino para que Dios nos llegue trayendo su salvación. Aquí descansan los criterios para una Colombia muy seria y muy feliz!!!!




1 GAVIRIA VALLEJO, Camila. Índices de felicidad y bienestar subjetivo: la paradoja del caso colombiano. Tesis para optar al grado en administración de empresas. Universidad de Los Andes. Bogotá, 2005. En https://www.repositorio.uniandes.edu.co/bitstream/handle/1992/22259/u262375.pdf?sequence=1 Revista CAMBIO. El país más feliz del mundo. Edición 157, año 2004. Bogotá. Revista SEMANA. Encuesta: optimistas a pesar del terror. Edición 1086. Bogotá, 2003. CUÉLLAR, María Mercedes. Colombia, un proyecto inconcluso: valores, instituciones y capital social. Ediciones Universidad Externado de Colombia. Bogotá, 2000. COLOMBIA.CO. Colombia, el país de la alegría. En https://www.colombia.co/pais-colombia/los-colombianos-somos-asi/colombia-el-pais-de-la-alegria/

2 ORTIZ CASSIANNI, Javier & MESA, Gilmer. Resiliencia. Comisión de la Verdad. Bogotá, 2020.

3 SALAZAR SIERRA, Carolina. Más de 21 millones de personas viven en pobreza y 7.4 millones en pobreza extrema. En https://www.larepublica.co/economia/mas-de-21-millones-de-personas-viven-en-la-pobreza-y-74-millones-en-pobreza-extrema-3161813 ASOCIACION NACIONAL DE INDUSTRIALES ANDI. Colombia: balance 2020 y perspectivas 2021. En https://www.andi.com.co/Uploads/Balance%202020%20y%20perspectivas%202021_637471684751039075.pdf

4 BENEDICTO XVI. Carta Encíclica Spe Salvi La Esperanza de Salvación. Tipografía Vaticana. Roma, 2007. DÍEZ-ALEGRÍA, José María. Yo creo en la esperanza: el credo que ha dado sentido a mi vida. Desclée de Brower. Bilbao, 1975.

5 NOEMÍ, Juan. La esperanza como fuerza de libertad. En https://www.repositorio.uc.cl/xmlui/bitstream/handle/11534/16744/000674581.pdf ALEGRE, Xavier. Resistencia y esperanza cristianas en un mundo injusto: introducción al Apocalipsis. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2010.

6 Lucas 3: 3

7 SÁEZ DE MATURANA, Francisco Javier. Juan el Bautista: una aproximación al profeta del desierto. PPC. Madrid, 2020.

8 MAYORAL LÓPEZ, Juan Antonio. Lamentaciones, Baruc y la crisis exílica. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 2018.

9 Baruc 5: 5-6

10 TÁMEZ, Elsa. La carta de Pablo a los Filipenses desde la perspectiva de un prisionero político. En Revista Bíblica número 3-4, páginas 193-217. Madrid, 2012. ORTIZ VALDIVIESO, Pedro. Filipenses en Comentario Bíblico Internacional páginas 1536-1544. Verbo Divino. Estella, 2000.

11 Filipenses 1: 3-6

12 Lucas 3: 1

13 Lucas3: 3-6

14 SEGURA, Harold. Adviento: esperanza que transforma. World Vision, 2014.

15 Lucas 3: 4-6

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