domingo, 25 de septiembre de 2022

COMUNITAS MATUTINA 25 DE SEPTIEMBRE 2022 DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

 

Si no hacen caso a Moisès y a los profetas, tampoco se convencerán aunque un muerto resucite”

(Lucas 16: 31)

Lecturas:

  1. Amós 6: 1 y 4 – 7

  2. Salmo 145: 7 – 10

  3. 1 Timoteo 6: 11 – 16

  4. Lucas 16: 19 – 31

Siguiendo las lecturas que la Iglesia nos propone para este domingo los invitamos a considerar estas realidades:

  • En una población de 51 millones que tiene actualmente Colombia se estima que el 39 % vive en situación de pobreza, cerca de 20 millones de prójimos nuestros.

  • En el mundo mueren de hambre cada día unas cien mil personas

  • Más de mil millones, de los 7.500 pobladores que tiene el planeta, se encuentran en condición de pobreza extrema; cerca de tres mil millones son pobres.

  • Alrededor de 1.800 millones de seres humanos carecen de acceso al agua potable

  • Otros mil millones no tienen una vivienda que se compadezca con su dignidad, con los mínimos vitales para un hábitat respetable

  • Dos mil millones de personas no tienen acceso a medicamentos básicos

  • 900 millones de personas se encuentran en niveles muy bajos de nutrición1

El mensaje de Jesús que, en uno de sus elementos más determinantes, lleva a optar preferencialmente por los pobres y a denunciar con crudeza la indiferencia de los ricos, resulta antipático y reiterativo para muchos. Qué hacer ante esto? Callar o limar la aspereza de estos contenidos para no perder adeptos? O mantenerse firme en el vigor original del Evangelio, aún a costa de resultar ingratos a los ojos de quienes viven sumergidos en el mundo de las riquezas? La realidad misma, cruda y dolorosa, es el lenguaje más elocuente para ilustrar la severidad de Jesús en su denuncia.

Siguiendo al mismo Señor, él mismo indica que la actitud cristiana es la segunda. Es el énfasis que nos ofrece el texto de Lucas escogido para este domingo, evangelio que destaca la conciencia misericordiosa del Señor con respecto a los afectados por la pobreza , cuyas carencias son resultado de la insensibilidad de muchos de los que disfrutan con exageración egoísta de los bienes materiales, tipificados en el rico Epulón de la parábola : “Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimos, y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico y hasta los perros iban a lamer sus llagas”. 2 También, lo sabemos bien, el análisis científico de la economía señala que el modelo vigente necesita para estar “en equilibrio” la concentración de capitales en pocas manos y países, con la correlativa y escandalosa concentración de pobreza/miseria en miles de millones de hombres y mujeres. 3 Pregunta fundamental: cuál es la ética de ese “equilibrio”?

La primera lectura, del profeta Amós, como el domingo anterior, conecta con esta intención de Jesús: “Ay de los que se sienten seguros en Sión y de los que confían en la montaña de Samaría, la gente más notable de la capital de las naciones, a quienes acude la casa de Israel!” 4, este texto – del siglo VIII antes de Cristo – inspira la parábola que trae a cuento Lucas para contrastar la desmedida abundancia del rico Epulón y la dramática pobreza de Lázaro, cuya necesidad no conmueve a aquel. Amós vivió en un contexto muy parecido, con gente millonaria que se podía dar toda clase de lujos , y multitud de pobres que a duras penas sobrevivían, tal como sucede en nuestro tiempo. Este profeta se dirige a la clase alta de las dos capitales – Jerusalén y Samaría – y denuncia con rigor su forma de vida: “Los que beben vino en anchas copas y se ungen con los mejores perfumes, pero no lamentan el desastre de José”5 , refiriéndose a lo que sucede en todo el país. Amós les anuncia: “Por eso, ahora irán al destierro a la cabeza de los cautivos y cesará la orgía de los sibaritas” 6, texto que participa de la doctrina de la retribución, propia del Antiguo Testamento. Lo que padece Epulón es consecuencia de su nulo interés por Lázaro. 7

Es muy importante advertir que estos comentarios tienen el propósito de hacernos sensibles a estos hechos incontrovertibles, nunca conducirnos a un malsano sentimiento de culpa ni a un conflicto neurótico con las cosas buenas que nos dan la vida y nuestro trabajo. El objeto es ayudar a fortalecer en nosotros el sentido de solidaridad, el compromiso con la dignidad de cada persona y la indignación profética ante las injusticias que promueve el “establecimiento”: “En el mundo de hoy persisten numerosas formas de injusticia, nutridas por visiones antropológicas reductivas y por un modelo económico basado en las ganancias, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre”. 8

Para comprender por qué el rico, que comía y vestía de lo suyo, es lanzado al infierno, debemos referirnos brevemente al concepto de rico y de pobre en la Biblia. Para nosotros el uno y el otro son conceptos que aluden a una situación social y económica. Rico es el que posee mucho más de lo necesario para vivir y puede acumular bienes en demasía, y pobre es el diametralmente opuesto, el que carece de todo, el que vive en constante necesidad, con el agravante de que su condición apenas mueve a compasiones ocasionales, a limosnas fruto de piedades del momento, sin tocar en su raíz las estructuras que dan pie a este estado de cosas. Pobres, en el Antiguo Testamento, sobre todo a partir del destierro en Babilonia, eran aquellos que no tenían otro valedor que Dios. Se trataba de los desheredados de este mundo, que no tenían nada en qué apoyar su existencia, no tenían a nadie en quien confiar, pero seguían confiando en Dios. Tal confianza era la que los hacía gratos a Yavé , que no les podía fallar. En este contexto, lo sociológico no se puede desligar de lo religioso.9

La opción preferencial por los pobres no es “pobrerismo” que victimiza siempre a los vulnerables, ni una ideología resultado del resentimiento social. Es una opción por la dignidad plena de todo ser humano, promoviendo una dinámica y estructuración de la sociedad tales que en ella todo se ha de articular para tender a este objetivo común. 10 El clamor intenso del Papa Francisco quien, desde el comienzo de su ministerio como Obispo de Roma y antes, en su pastoreo de la iglesia de Buenos Aires, llama la atención sobre esta seudocultura opulenta que trata a muchos seres humanos como desechables y los “descarta” porque no son funcionales para el sistema de producción y de consumo: “Mientras tanto, los poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial, donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente. Así se manifiesta que la degradación ambiental y la degradación humana y ética están íntimamente unidas”11 . En el mundo cristiano hay ahora, ya desde hace un número importante de años, un movimiento teológico y pastoral que llama la atención con fuerza sobre estas realidades, de ahí surgen organizaciones sociales, revisión del carisma de congregaciones religiosas, replanteamientos teóricos y prácticos del quehacer pastoral, nuevas tendencias teológicas implicadas en la realidad histórica, posturas de entrega generosa por parte de muchos cristianos. Ya sabemos que nunca será suficiente lo que se haga en esta materia: es deber creyente mirar siempre a Dios y al ser humano en sus contextos de realidad, y sobre esa base discernir y tomar decisiones según el Evangelio.

Jesús nos enseña que un indicador de la verdadera religiosidad reside en la construcción de una comunidad de hermanos, donde la dignidad humana sea el principio decisivo de la misma. Siguiendo aquello de “caridad es hacer hombres, no mendigos”, estamos llamados a superar el asistencialismo y paternalismo de las caridades de momento para dar paso a un paradigma en el que la solidaridad sea estructurante de todo el tejido social, disminuyendo al mismo tiempo la abundancia de los ricos y la carencia de los pobres en la perspectiva de bienes compartidos en igualdad de condiciones, trascendiendo también los intereses políticos y económicos de los grupos de poder, de una y otra tendencia ideológica. Durante siglos ha predominado en el mundo cristiano el modelo asistencial para atender las necesidades de los pobres, sin tomar postura ante las causas estructurales de tan preocupante hecho; muchas congregaciones y organizaciones católicas han nacido bajo esta inspiración. Se impone un discernimiento serio que nos lleve a procesos profundos de conversión sin convertir al pobre en persona eternamente mantenida, sin iniciativa para tomar el rumbo de su emancipación, 12 tampoco para instrumentalizarlo o convertirlo en bandera ideológica.

Proponer esto resulta de alto idealismo, quijotesco si se quiere, pero este debe ser el horizonte ético que inspire una nueva humanidad. De lo contrario, seguiremos sometidos al designio funesto de seres humanos que utilizan a sus semejantes como mercancías y los descartan cuando nos les resultan útiles, mientras aquellos siguen anestesiados en su mundo de excesos. No podemos desarrollar nuestra religiosidad sin contar con el pobre. Un cierto tipo de predicación incompleta del cristianismo, olvidando lo sustancial del Evangelio, ha desarrollado un individualismo casi absoluto, haciendo de la relación con Dios un tratamiento vertical que desconoce al prójimo. En el mensaje original de Jesús el camino para llegar a Dios es el compromiso solidario con el prójimo. El verdadero grado de acercamiento a Dios es el acercamiento al otro, todo lo demás es idolátrico.13

Pablo, exhorta a Timoteo a vivir en la nueva humanidad, que es definitiva para este proyecto de fraternidad : “Tù, en cambio, hombre de Dios, huye de estas cosas; corre al alcance de la justicia, de la piedad, de la fe, de la caridad, de la paciencia en el sufrimiento, de la dulzura” 14 El rico Epulón es la vieja humanidad, la que ignora el sufrimiento del hermano, la que desperdicia y gasta sin sentido ético, la que es incapaz de la justicia . Si bien, nuestra esperanza está cifrada en una plenitud más allá de la muerte, que llamamos salvación, nuestra historia actual, y en ella nosotros como actores comprometidos, debemos hacer de la misma un sacramento anticipado de esa trascendencia total, dedicándonos sin reservas a la restauración de los caídos por causa de la inequidad y de la riqueza irresponsable.



1 PNUD PROGRAMA DE NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO. Informe sobre desarrollo humano 2021-2022. Naciones Unidas. New York, 2022. PNUD. Informe regional de desarrollo humano 2021: América Latina y el Caribe. Naciones Unidas. New York, 2021. LARRAÑAGA, Oswaldo. La medición de la pobreza en dimensiones distintas al ingreso. CEPAL Naciones Unidas. Santiago de Chile, 2007. STEZANO, Federico. Enfoques, definiciones y estimaciones de pobreza y desigualdad en América Latina y el Caribe. CEPAL NACIONES UNIDAS. México D.F., 2021. RODRÍGUEZ, Francisco. La pobreza como un proceso de violencia estructural. En https://www.flacsoandes.edu.ec/sites/dafault/files/agora/files/128089538.francisco_rodriguez.pdf LEWIS, Oscar. Antropología de la pobreza. Fondo de Cultura Económica FCE. México DF, 1980. CORREDOR, Consuelo. La política social en clave de derechos. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, 2010. NACIONES UNIDAS OFICINA DEL ALTO COMISIONADO PARA LOS DERECHOS HUMANOS. Los principios rectores sobre la pobreza y los derechos humanos. Naciones Unidas. New York, 2018.

2 Lucas 16: 19-21

3 SADER, Emir & GENTILI, Pablo. La trama del neoliberalismo : mercado, crisis y exclusión social. Universidad de Buenos Aires, 1999. STITGLITZ, Joseph. El malestar en la globalización. Taurus. Madrid, 2002. LEWKOWICZ, Nicolás. Auge y ocaso de la era liberal: una pequeña historia del siglo XXI. Biblos. Buenos Aires, 2020. ARNSPERGER, C. & VAN PARIJS, P. Etica económica y social: teorías de la sociedad justa. Paidós. Barcelona, 2002. NUSSBAUM, Martha. Sin fines de lucro: por qué la democracia necesita de las humanidades. Katz. Madrid, 2010. PAPA BENEDICTO XVI. Carta Encíclica Caritas in veritate. Librería Editrice Vaticana. Roma, 2009. SEN, Amartya. On ethics and economics. Blackwell. Oxford, 2003. RAWLS, John. Teoría de la justicia. Fondo de Cultura Económica. México DF, 1979.

4 Amós 6: 1

5 Amós 6: 6

6 Amós 6: 7

7 NARDONI, Enrique. Justicia , trabajo y pobreza. En FARMER, William L.(Editor). Comentario Bíblico Internacional. Verbo Divino. Estella, 2000; páginas 268-271. DÍEZ ALEGRÍA, José Manuel. La respuesta de las primeras generaciones cristianas a la exigencia evangélica de justicia. SM. Madrid, 1988. RODRÍGUEZ, Pablo Gustavo. Los mundos posibles de la pobreza en la Biblia. En https://www.core.ac.uk/download/pdf/3010442458.pdf AUTORES VARIOS. La causa de los pobres, causa de Dios. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2015.

8 PAPA FRANCISCO. Carta Encíclica FRATELLI TUTTI sobre la fraternidad y la amistad social. Librería Editrice Vaticana. Roma, 2020; número 22 .

9 GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. Jesús y los ricos de su tiempo. Servicio Bíblico Verbo Divino. Quito, 2014. AUTORES VARIOS. La justicia que brota de la fe. Sal Terrae. Santander, 1983. AUTORES VARIOS. El secuestro de la verdad: los hombres secuestran la verdad con su injusticia. Sal Terrae. Santander, 1986. CASTRO GÓMEZ, Carlos David. La opción por los pobres; análisis crítico de sus posibilidades y limitaciones en un mundo globalizado. En https://www.biblioteca.clacso.edu.ar/gsdl/collect/clacso/index/assoc/D6142.dir/04castro2.pdf BENASSAR, Bartomeu. Pensar y vivir moralmente: la actitud samaritana del pueblo de Dios. Sal Terrae. Santander, 1988.

10 CONCILIO VATICANO II. Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo moderno: Gaudium et Spes. Números 12 a 18. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 2009. CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO CELAM. Las cinco conferencias generales del episcopado latinoamericano: Río de Janeiro, Medellín, Puebla, Santo Domingo, Aparecida. San Pablo, Paulinas. Bogotá, 2014. PIKAZA, Xabier & ANTUNES DA SILVA, José (Editores). El pacto de las catacumbas: la misión de los pobres en la Iglesia. Verbo Divino. Estella, 2015. CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS. Fortalecer el compromiso cristiano con la dignidad humana y los derechos humanos. En https://www.oikoumene.org/es/resources/documets/strengthening-christian-commitment-to-human-dignity-and-human-rights

11 PAPA FRANCISCO. Encíclica Laudato si: sobre el cuidado de la casa común. Librería Editrice Vaticana. Roma, 2015; número 56.

12 FREIRE, Paulo. La educación como práctica de libertad. Siglo XXI Editores. México, D.F., 2005; Pedagogía del Oprimido. Siglo XXI Editores. México D.F. 1987. DE SOUSA SANTOS, Boaventura. Renovar la teoría crítica y reinventar la emancipación social. CLACSO. Buenos Aires, 2006. ABRAMO, Laís & CECCHINI, Simone & MORALES, Beatriz. Programas sociales, superación de la pobreza e inclusión laboral. CEPAL NACIONES UNIDAS. Santiago de Chile, 2019.

13 GONZALEZ FAUS, José Ignacio. Otro mundo es posible desde Jesús. Sal Terrae. Santander (España), 2010. CASTILLO, José María. La alternativa cristiana. Sígueme. Salamanca, 1985. COTO MURILLO, Paulo & SALGADO RAMÍREZ, Moisés. Entre el dolor de la pobreza real y el gozo de la pobreza espiritual. En https://www.clacso.edu.ar/clacso/clacso-crop/20120630090313/07mur2.pdf

14 1 Timoteo 6: 11

domingo, 18 de septiembre de 2022

COMUNITAS MATUTINA 18 DE SEPTIEMBRE 2022 DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

 

Escuchen esto los que pisotean a los pobres, los que quieren suprimir a los humildes de la tierra……”

Amós 8:4

Lecturas:

  1. Amós 8: 4 – 7

  2. Salmo 112: 1 – 8

  3. 1 Timoteo 2: 1 – 8

  4. Lucas 16: 1 – 13



Las palabras del profeta Amós, primera lectura de este domingo, podrían ser pronunciadas en un foro del Fondo Monetario Internacional o en algún destacado evento del universo financiero del planeta. Pero, con seguridad, el profeta sería abucheado y vilipendiado por decir cosas “políticamente incorrectas”: “Escuchen esto los que pisotean a los pobres, los que quieren suprimir a los humildes de la tierra1, empieza así la invectiva para seguir con el rosario de exigentes reclamos: “Dicen: cuándo pasará el novilunio para poder vender el grano, y el sábado para dar salida al trigo, achicar la medida y aumentar el peso, trucando balanzas para robar; para comprar por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias, y vender hasta el salvado del grano?”2

Y remata el profeta con el recuerdo de Dios: “Lo ha jurado Yahvé por el orgullo de Jacob: jamás he de olvidar todas sus obras!”3. Estas palabras quieren decir que el aval de esta protesta procede del mismo Dios, a quien también escuchamos decir cuando da la misión a Moisés: “He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído el clamor que le arrancan sus opresores y conozco sus angustias. Voy a bajar para librarlo del poder de los egipcios. Los sacaré de este país y los llevaré a una tierra nueva y espaciosa……” 4

Los profetas bíblicos fueron extremadamente severos al denunciar las inconsistencias religioso-morales de sus contemporáneos. Su voz se levantó potente para desenmascarar la hipocresía de una religión formal, solemne, pomposa, que se esmeraba con exceso en los rituales pero sin requerir la conversión del corazón, manifestada en el referente del prójimo humillado y abatido. En la narrativa del Antiguo Testamento encontramos los fundamentos de lo que aquí llamamos la ética de la projimidad, expresión primera de la coherencia con la voluntad de Dios es la solidaridad con quien sufre, recuperar la dignidad de quienes son abatidos por la injusticia de unos “semejantes desalmados”. 5 Cuando Dios llama a vivir un determinado proyecto de vida incluye en el mismo el compromiso ineludible con la dignidad humana, no es lugar común invocarla e invitar a promoverla, en su respeto se juega el sentido mismo de la vida.6

Esa Palabra viene también poderosa y con alta capacidad de confrontación a esta sociedad mundial globalizada, hipnotizada con el consumo, enloquecida con la lógica implacable del mercado, excluyente, demoledora con los millones de poblaciones marginales del mundo. El sistema económico neoliberal, intrínsecamente perverso por su capacidad de concentrar riqueza en minorías y de crear pobreza en las mayorías, es merecedor de este debate profético con máxima severidad. 7

Es de extrema inmoralidad la injusticia que se comete sistemáticamente contra las mayorías vulnerables de la humanidad. Muchos de estos explotadores se dicen religiosos y observantes de rituales, creyentes de doctrinas, pero sus arcas rebosan de dineros desiguales obtenidos a costa de la pobreza de muchísimos seres humanos: escandaloso recorte de las pensiones, salarios de hambre, maquila, carencia de servicios sanitarios básicos, imposibilidad de representación social, poblaciones enteras migrando hacia el “primer mundo”, buscando con ansiedad un mínimo de condiciones para subsistir con dignidad.

Somos conscientes de que la opción preferencial por los pobres y por la justicia es normativa del seguimiento de Jesús? O estamos sumergidos en una religiosidad intimista, con el facilismo propio de la nueva era, con piedades individualistas, religiosidades líquidas, de caricias “teológicas”, que desentonan completamente con la Buena Noticia del Señor? 8 Como es tendencia dominante en los evangelios, en la parábola del administrador sagaz que nos presenta hoy el relato de Lucas, Dios se nos presenta como el único Señor al que vale la pena dedicarse por entero, porque en El se encuentran la genuina libertad y la genuina humanidad. Es la afirmación contundente del principio constitutivo del reino de Dios y su justicia, como categoría determinante de un proyecto de vida trascendente, liberado y liberador.9

Podemos entender el texto en su contexto: la confrontación de Jesús con los fariseos, a quienes Lucas caracteriza como avaros y siempre dispuestos a ridiculizar sus enseñanzas, haciéndole preguntas y comentarios capciosos para descubrirlo como infractor de la ley judía y contrario a sus principios y tradiciones jurídico – religiosas.

Partiendo del ejemplo del administrador astuto, de la habilidad con la que maneja su crisis con el amo, ganándose el favor de los acreedores de este último, Jesús nos lleva a descubrir valores que son claves para el nuevo proyecto de vida que él propone: nosotros no somos dueños de los bienes materiales sino administradores, a partir de una ética del compartir y de la projimidad, con la prioridad bien conocida de los pobres y excluídos, reiteración que resulta molesta a muchos, y que es imperativo explicitar porque hace parte sustancial de su propuesta: “Estaban oyendo todas estas cosas los fariseos, que son amigos del dinero, y se burlaban de él. Pero él les dijo: Ustedes se las dan de justos delante de los hombres, pero Dios los conoce por dentro: y para Dios es abominable lo que los hombres consideran estimable”.10

El desarrollo emancipatorio del siglo XX con su afirmación del primado de la razón crítica e ilustrada, proyectada en el conocimiento científico, se olvidó del asunto fundamental de la solidaridad y de la sensibilidad con esos grandes desafíos éticos que son los prójimos abatidos por la pobreza, por la negación de sus derechos, y se obnubiló con el progreso de la tecnología, con la lógica desmedida del mercado, y cambió los ideales humanistas por los de un desarrollo desalmado. La racionalidad instrumental se plasmó en una cultura de la eficiencia y de la productividad, valorando al ser humano por su capacidad para adaptarse a este fundamentalismo de lo pragmático.11 Esto es claramente una alienación del ser humano, en lo individual y en lo social. Tal concepción riñe con los postulados fundamentales del cristianismo, la crítica que hace Jesús de la idolatría del dinero: “Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se dedicará a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero”, 12 es una indicación normativa para quienes seguimos su camino.

Por eso, la advertencia de Jesús, aludiendo a la astucia de ese administrador, es una invitación a cambiar totalmente nuestra manera de pensar y de sentir, no sólo por ir a contracorriente de ese desorden, sino porque muchas veces los principios que lo sostienen tienen su argumento en creencias religiosas ideologizadas que ponen a Dios de parte de los ricos y de los poderosos, justificando la injusticia con los desfavorecidos. Quien quiera vivir cumpliendo la voluntad de Dios no puede hacer parte de ese juego inmisericorde.

La “teología de la prosperidad”, fomentada por los grupos neopentecostales , dice que la propiedad de grandes bienes materiales es señal de la bendición de Dios para quien los posee, porque está indicando que estas personas son fieles a su voluntad. La pobreza es, en esta perspectiva, una maldición que pone al desnudo la maldad moral de quienes la padecen.13 Esto “explica” la presencia masiva de personas de las barriadas populares de nuestras grandes capitales latinoamericanas y africanas en estas congregaciones, que además son soporte de los regímenes políticos más conservadores del mundo, como los casos Trump en USA y Bolsonaro en Brasil. Esta pseudoteología les crea una expectativa de ganancia monetaria y de bienestar material a multitudes agobiadas por la pobreza.

Definitivamente, servir a dos dioses, en los términos de disyuntiva que nos presenta Jesús, es descubrir una esencial incompatibilidad. El Dios que se nos revela en Jesùs no es un tirano programador de conciencias, ni se satisface con el servilismo y con la miseria, es un Padre que tiene en la dignidad humana su más profunda y comprometedora sacramentalidad, el rostro de Dios es el del prójimo que requiere ser reconocido como humano merecedor de todo bien. En el modo cristiano de concebir al ser humano es innegable el deseo de justicia, de reivindicación de los condenados de la tierra, de promoción de bienestar material para estas poblaciones, de influír para que se den las mejores condiciones de vida para estos prójimos. Lo inaceptable es que se haga del mensaje evangélico una empresa financiera.

Nuestra vida no puede tener dos fines últimos, sólo podemos tener uno. Todos los demás objetivos tienen que ser penúltimos, es decir, orientados al último y definitivo , que es el que hemos venido planteando.

Seguir a Jesucristo no es una religión más, como algunos han querido manipularla , secuestrándole la profecía evangélica. El cristianismo es la adhesión integral del creyente a él, a su causa, a sus opciones, a sus conductas, es una pasión interpersonal y comunitaria que nos adhiere a su proyecto de plena humanidad y de plena divinidad: “Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos”.14





1 Amós 8: 4

2 Amós 8:5-6

3 Amós 8: 7

4 Exodo 3: 7-8

5 LAÍN ENTRALGO, Pedro. Teoría y realidad del otro. Revista de Occidente. Madrid, 1968. CAMPANA, Silvia Julia. De la projimidad a la hospitalidad: hacia el rostro desnudo de la íntima vulnerabilidad. En https://www.repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/8365/1/projimidad-hispitalidad-campana.pdf JARAMILLO RIVAS, Pedro. La injusticia y la opresión en el lenguaje figurado de los profetas. Verbo Divino. Estella, 1992. NARDONI, Enrique. Los que buscan la justicia: un estudio de la justicia en el mundo bíblico. Verbo Divino. Estella, 1997. SICRE, José Luis. Con los pobres de la tierra: la justicia social en los profetas de Israel. Cristiandad. Madrid, 1984. SANZ GIMÉNEZ-RICO, Enrique. Los profetas y la justicia. Campus Cultural Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 4 de noviembre, 2014. PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. Las raíces bíblicas del comportamiento cristiano. Librería Editrice Vaticana. Roma, 2008.

6 CONCILIO VATICANO II. Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Moderno Gaudium et Spes. Librería Editrice Vaticana. Roma, 1966. SARDIÑAS IGLESIAS, Loida Lucía. Dignidad humana: concepto y fundamentación en clave teológica latinoamericana. Ediciones Universidad Santo Tomás. Bogotá, 2019. BEUCHOT, Mauricio. Los fundamentos de los derechos humanos en Bartolomé de las Casas. Anthropos. Barcelona, 1994. COROMINAS, Joan. Etica primera. Desclée de Brower. Bilbao, 2000. HINKELAMMERT, Franz. Cultura de la esperanza y sociedad sin exclusión. Departamento Ecuménico de Investigaciones DEI. San José de Costa Rica. 1995. RAWLS, John. Sobre las libertades. Paidós. Barcelona, 1996.

7 STITGLITZ, Joseph. Malestar en la globalización. Taurus. Madrid, 2003. PIKKETY, Thomas. El capital en el siglo XXI. Fondo de Cultura Económica. México D.F., 2019; Capital e ideología. Planeta. Barcelona, 2020. MAZZUCATO, Mariana. Misión Economía: una guía para cambiar el capitalismo. Taurus. Madrid, 2021. PEET, R. La maldita trinidad: el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio. Laetoli. Pamplona, 2004. TOUSSAINT, E. La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos. CLACSO. Buenos Aires, 2004.

8 VIZCAÍNO CRUZADO, Eduardo. Espiritualidad líquida: secularización y transformación de la religiosidad juvenil. En https://www.rabida.uhu.es/dspace/bitstream/handle/10272/11977/Espiritualidad_liquida.pdf?sequence=4 CASANOVA, José. Genealogías de la secularización. Anthropos. Barcelona, 2012. GAUCHET. Marcel. El desencantamiento del mundo . Trotta. Madrid, 2005. VATTIMO, Gianni & GIRARD, René. Verdad o fe débil? Paidós. Barcelona, 2011.

9 SCHYLLEEBECKX, Edward. Dios futuro del hombre. Sígueme. Salamanca, 1986. AGRELO, Santiago. Nuestra humanización y el evangelio. En https://www.caritas.santiago.org/wp-content/uploads/2019/03/Plataforma_formacion_02.pdf GÓMEZ CAFFARENA, José. La entraña humanista del cristianismo. Desclée de Brower. Bilbao, 1988. MARITAIN, Jacques. Humanismo Integral. Palabra. Madrid, 2001. GEBARA, Ivone. Ensayo de antropología filosófica. Verbo Divino. Estella, 2020. BEROS, Daniel; ROGGERO, Jorge Luis; ROLDÁN, David; SOLDANO DEHEZA, Flavia. Dios, ser humano, mundo: entre la filosofía y la teología. Universidad de Buenos Aires, 2016. TORRES QUEIRUGA, Andrés. Recuperar la creación: por una religión humanizadora. Sal Terrae. Santander, 1997.

10 Lucas 16: 14-15

11 VALVERDE, José María. Génesis, estructura y crisis de la modernidad. BAC. Madrid, 1998. ALEMÁN, Jorge. Capitalismo: crimen perfecto o emancipación. NED Ediciones. Madrid, 2019. DOMENECH, Antonio. El eclipse de la fraternidad. Akal. Madrid, 2019. BAUMAN, Zygmunt. Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica. México D.F., 2006. LIPOVETSKY, Gilles. La era del vacío: ensayos sobre el individualismo contemporáneo. Anagrama. Barcelona, 2002. RAMOS, Julio. Desencuentros de la modernidad en América Latina. CLACSO. Buenos Aires, 2021. CONSTANTE, Alberto. La memoria perdida de las cosas (crítica a la modernidad). En https://www.scielo.org.mx/pdf/enclav/v1n1/v1n1a5.pdf RATZINGER, Joseph. Una mirada a Europa: Iglesia y modernidad en la Europa de las revoluciones. Rialp. Madrid, 1993. HORKHEIMER, Max. Crítica de la razón instrumental. Sur. Buenos Aires, 1973.

12 Lucas 16: 13

13 BLOOM, Harold. La religión americana. Taurus. Madrid, 2009. QUESADA CHAVES, Marco Antonio. Las huellas ocultas: la Teología de la Prosperidad en América Latina a la luz de sus orígenes ideológicos en el movimiento del Nuevo Pensamiento. En revista Repertorio Americano segunda nueva época número 29, enero-diciembre 2019; páginas 269-283. Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión-Universidad de Costa Rica, 2019. CERVANTES-ORTIZ, Leopoldo. La llamada Teología de la Prosperidad: un análisis teológico introductorio y crítico. En revista Vida y Pensamiento, volumen 39 número 2, julio-diciembre 2019; páginas 175-210. Universidad Bíblica Latinoamericana, San José de Costa Rica. OCAÑA, Martín. Los banqueros de Dios: una aproximación evangélica a la Teología de la Prosperidad. Puma. Lima, 2002. PONTIFICIO CONSEJO JUSTICIA Y PAZ. Compendio de Doctrina Social de la Iglesia. Librería Editrice Vaticana. Roma, 2004.

14 1 Timoteo 2: 5-6

domingo, 11 de septiembre de 2022

COMUNITAS MATUTINA 11 DE SEPTIEMBRE 2022 DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

 

Pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo había muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido hallado”

(Lucas 15: 32)

Lecturas:

  1. Exodo 32: 7 – 11 y 13 – 14

  2. Salmo 50: 3 – 4 y 12 – 19

  3. 1 Timoteo 1: 12 – 17

  4. Lucas 15: 1 – 32

La historia general de la humanidad y la de cada hombre/mujer en particular son relatos apasionantes de amor, justicia, vida, recta, solidaridad, bondad, pero también de egoísmos y de rupturas sin fin, de maltratos grandes y chicos hacia nuestros semejantes, de depredación de la naturaleza, de guerras y violencias, de aterradoras injusticias. En nosotros anida la línea fronteriza entre el bien y el mal, el gran misterio de la libertad con la que hemos sido configurados para emprender la aventura de la existencia.1 Somos al mismo tiempo capaces de las más generosas virtudes y también de horrendas perversiones. La historia de la humanidad así lo demuestra.

Hacemos esta constatación en el comienzo de nuestra reflexión semanal para enmarcarla en el misterio de la misericordia y de la compasión de Dios con esta condición humana simultáneamente santa y pecadora. No nos mueve un ánimo moralista pero sí el deseo de promover una conciencia crítica sobre nosotros mismos, discernimiento concienzudo que ha de llevarnos a la experiencia de sentirnos contingentes y necesitados de ese amor siempre mayor.2

Las lecturas de este domingo, concretamente el texto del capítulo 15 de Lucas, son recurso pedagógico para verificar con seriedad estas contradictorias realidades en nosotros mismos y en nuestros medios sociales y eclesiales. Ordinariamente nos convertimos en jueces implacables de las malas conductas de “los demás”, pero no nos incluímos en ese objeto de nuestras condenas, tenemos la tentación de eximirnos de responsabilidad moral haciendo uso de la “buena conciencia” , característica de la vanidad farisaica. Qué postura asumir ante los males que causamos? Entran en tensión las sanciones de la sociedad, a través de sus mecanismos judiciales, y el deseo amoroso propio de Dios : redimir al ser humano de la cautividad de su pecado y de su injusticia, lo que también demanda de nuestra parte una actitud inspirada en ese amor desbordado. 3

El escueto párrafo con el que comienza el texto de Lucas describe la esperanza que suscita Jesús en los pecadores, su tratamiento distinto y misericordioso hacia ellos, en abierto contraste con la envidia y presunción de quienes se sentían muy religiosos y estrictos observantes de la ley: “Entre tanto, todos los que recaudaban impuestos para Roma y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle. Los fariseos y los maestros de la ley murmuraban: este anda con pecadores y come con ellos”. 4 A este requerimiento, formulado con escándalo, Jesús responde con las tres parábolas de la misericordia, las de la oveja y la moneda perdida, y la muy clásica del padre compasivo y del hijo pródigo , atravesadas por la revelación del Dios misericordioso, cercano, transformador del ser humano, distante del justiciero implacable , tan socorrido por quienes se sienten propietarios de la moral. 5

Los fariseos y personajes similares tenían una idea de Dios como juez intransigente, asociado con la ley, con el cumplimiento riguroso de esta, haciendo de ello la estructura fundante de la religiosidad y de lo que ellos entendían como santidad, con el aspecto correlativo de la culpa y castigo de quien iba en contra de este ordenamiento. Jesús desbarata esta concepción cuando afirma la bondad absoluta de Dios para todos nosotros. Es el esfuerzo desmedido que se simboliza en el pastor que va en busca de la oveja perdida: “Les digo que, de igual modo, habrá màs alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión” 6, o la emoción de la mujer que busca su moneda extraviada: “Les digo que, del mismo modo, habrá alegría entre los àngeles de Dios por un solo pecador que se convierta”.7.

El Dios que se nos revela en Jesús no es el rígido contabilista de faltas y pecados, siempre a la cacería despiadada de los pecadores, que establece una escala milimétrica de condenas y castigos de acuerdo al tamaño de la pecaminosidad. El Dios Padre de Jesús se vuelca amorosamente hacia el ser humano en disposición de salvación y de reconstrucción de lo desfigurado por el pecado y por la injusticia. Este modo de llegar a las honduras del ser humano y a las motivaciones de su conducta contrasta con el estilo que penosamente se introdujo en muchos ámbitos del mundo cristiano , el de excomulgar, anatematizar, excluír, cerrar las puertas de Dios al ser humano agobiado por su pecaminosidad. 8

Son tres las actitudes que encontramos en la parábola:

  • La del hijo menor que queriendo ser libre rompe con el hogar paterno: “Pocos días después, el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano, donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino” .9

  • La del Padre compasivo que se puso dichoso por el retorno del hijo y ordenó la celebración de una fiesta para festejar el retorno al hogar: “Traigan el novillo cebado, mátenlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mìo había muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado”. 10

  • La del hermano mayor que manifiesta su inconformidad y envidia porque a su hermano, malo y pecador, le hacen tal festejo: “Hace muchos años que te sirvo y jamás dejé de cumplir una orden tuya. Sin embargo, nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos. Y ahora que ha venido ese hijo tuyo que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para èl el novillo cebado”. 11

Con la sabia sencillez de este lenguaje , Jesús nos induce a considerar en cuál actitud estamos, cuál es la imagen de Dios que tenemos , cuáles son las exigencias suyas para nuestra vida. El Señor nos revela un Dios cuya personalidad es la misericordia. Estupendo ejercicio para entrar en lo más hondo de nuestro ser, para dejarnos interrogar por el Señor y por la realidad de nuestro pecado, por nuestra postura ante las debilidades del prójimo, por nuestra capacidad para ejercer con él el ministerio de la misericordia y de la compasión. Muchos de los seres humanos que incurren en conductas desordenadas no han tenido en su vida referentes de ayuda para estructurar su identidad, han padecido abusos y violaciones, han sido desconocidos en su dignidad. Vayamos a los sitios “difíciles” de la vida para encontrarnos con estas personas, para apreciarlos con la mirada amorosa del Dios que revoluciona los cauces estrechos de muchas “moralidades”. 12

En el camino de crecer en nuestra humanidad esta Palabra nos propone la lógica salvadora del Dios de Jesús, genuina sustancia del cristianismo. El Dios de Jesús es don absoluto y total. De esto es testigo Pablo: “Doy gracias a aquel que me revistió de fortaleza, a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me consideró digno de confianza al colocarme en el ministerio, a mí que antes fuí un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero encontré misericordia porque obré por ignorancia cuando no era creyente. Pero la gracia de nuestro Señor sobreabundó en mí….”. 13

Pablo, fariseo de pura cepa, es desarmado y trastocado en sus convicciones cuando se encuentra con esta evidencia ilimitada de misericordia. Esta historia de la conversión demuestra que es Dios quien toma la iniciativa, El busca, pone las cartas sobre la mesa, irrumpe gratuitamente, sorprende, siempre a nuestra disposición para darnos la mejor y más saludable posibilidad de vida resignificada por la misericordia. 14 Si somos capaces de entrar en esta comprensión , cambiará nuestra idea de los “buenos” y de los “malos”. El no nos ama porque seamos buenos, simplemente lo hace porque somos sus creaturas, El lo apuesta todo por nosotros. La bondad, en este orden de cosas, es porque Dios está en nosotros , a pesar de nosotros mismos. Esta es la gran manifestación de su total gratuidad. Pablo es testigo ejemplar de esta misericordia.

En el relato del Exodo – primera lectura de hoy – encontramos buenas pistas para respaldar este gozoso descubrimiento. Dios “se hace” el que va a castigar al pueblo por su dedicación a la idolatría, por querer manipularlo y someterlo a sus intereses. Ante esto, Moisés, sabedor de las entrañas amorosas de Yavé, intercede para que se descubra su realidad misericordiosa: “Abandona el ardor de tu cólera y arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo”.15

Moisés tiene firme confianza en la misericordia de Dios y, siendo responsable de este pueblo que va por el desierto, no desecha el compromiso que tiene con su gente, aún a pesar del pecado y del alejamiento. Esta misma disposición es la que está presente todo el tiempo en Jesús, cuya vida es toda para esta causa del amor ilimitado y de la mano tendida para rehacer al ser humano.

Dios sólo puede amar, el perdón en El significa que su amor no acaba cuando nosotros fallamos, como pasa entre los humanos, que nos apartamos de alguien porque deshace los vínculos establecidos. La auténtica revolución del cristianismo es esta gratuidad que no sabe de límites, este amor apasionado por la humanidad, este terco empeño en perdonarnos y darnos siempre la oportunidad de la vida trascendente y libre del desorden que trae el pecado.



1 BETANCUR JIMÉNEZ, Gloria. Elena. La ética y la moral: paradojas del ser humano. En Revista CES Psicología volumen 9 número 1 enero-junio 2016; páginas 109-121. Universidad CES Corporación para Estudios en la Salud. Medellín, 2016. LIPOVESTKY, Gilles. El crepúsculo del deber. Anagrama. Barcelona, 2004. ROMANO RODRÍGUEZ, Carmen(compiladora). Reflexiones sobre lo humano. Universidad Autónoma de Puebla, 2003. NIETZSCHE, Friedrich. Más allá del bien y del mal. Alianza Editorial. Madrid, 2012. GARCÍA LÓPEZ, Jesús. La libertad humana. En https://www.digitum.um.es/digitum/bitstream/10201/21709/1/02%20la%20libertad%20humana.pdf SAFRANSKI, Rüdiger. El mal o el drama de la libertad. En https://www.ddooss.org/libros/safranski_rudiger.pdf GONZÁLEZ, Juliana. Etica y libertad. Fondo de Cultura Económica FCE. México D.F., 2007. GONZÁLEZ RESTREPO, Publio. El problema del mal en San Agustín. En Revista Franciscanum número 146, mayo-agosto 2007; páginas 97-117. Universidad de San Buenaventura. Bogotá, 2007.

2 GONZÁLEZ, María de los Angeles. Dios y el misterio del mal: Santo Tomás y Cornelio Fabro. En https://www.repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/4110/1/dios-misterio-mal-tomas-fabro.pdf LADARIA, Luis F. Teología del pecado original y de la gracia. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1993. GÓMEZ SANTIBÁÑEZ, Guillermo. El problema del mal: una aproximación teológica desde San Agustín. En https://www.biblioteca.clacso.edu.ar/Nicaragua/cielac-upoli/20170831063945/El-Problema-del-mal.pdf RICOEUR, Paul. Le mal: un defi a la philosophie et a la teologie. En Lectures 3: aux frontieres de la philosophie. Editions du Seuil. París, 1994. PIS-DÍEZ PRETI, Gustavo. El mal: una perspectiva antropológica. En https://www.eprints.ucm.es/id/eprint/4950/1/EL_MAL.pdf GESCHÉ, Adolphe. Dios para pensar 1: El mal. Sígueme. Salamanca, 2010.

3 TORRES QUEIRUGA, Andrés. Del terror de Isaac al Abba de Jesús: hacia una nueva imagen de Dios. Verbo Divino. Estella, 2000. VALMASEDA, Martín. Cuando tú dices Dios……yo me huelo otra cosa. Alandar. Madrid, 1985. MARTÍN VELASCO, Juan de Dios. La experiencia cristiana de Dios. Trotta. Madrid, 1995. HIND, Rebeca. Las mil caras de Dios. Océano. Barcelona, 2004. ROSA BORJAS, Germán. El Dios crucificado versus el mal del mundo. En https://www.repositorio.uca.edu.ni/4658/1/El%20Dios%20crucificado%20versus.pdf KASPER, Walter. La misericordia: clave del evangelio y de la vida cristiana. Sal Terrae. Santander, 2013. VIVES, Josep. Si oyerais su voz: exploración cristiana del misterio de Dios. Sal Terrae. Santander, 1988.

4 Lucas 15: 1-2. RESEÑA BÍBLICA. El evangelio de Lucas: relato de la misericordia. Número 90 verano 2016. Verbo Divino. GARCÍA VIANA, Luis Fernando. El perdón y la misericordia en Lucas. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 27 de octubre de 2009. CONTRERAS MOLINA,F. Un padre tenía dos hijos. Verbo Divino. Estella, 1999. PONTIFICIO CONSEJO PARA LA NUEVA EVANGELIZACION. Misericordiosos como el Padre. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 2015.

5 PAOLI, Arturo. La perspectiva política de San Lucas. Siglo XXI editores. México D.F., 1973; FITZMYER, Joseph A. El evangelio según San Lucas. Cristiandad. Madrid, 2018. ANTOLÍN SÁNCHEZ, Javier. La compasión en las parábolas más emblemáticas de Lucas. En Revista Estudios Agustinianos número 47 2012; páginas 211-245. Estudio Agustiniano. Valladolid, 2012.

6 Lucas 15: 7

7 Lucas 15: 10. PAPA FRANCISCO. La misericordia de Dios desarma los juicios humanos. Angelus lunes 14 de marzo 2016. Boletín, Sala de prensa de la Santa Sede. Ciudad del Vaticano, 2016.

8 PRONZATO; Alessandro. Tras las huellas del samaritano: peregrinación al santuario del hombre. Sal Terrae. Santander, 2003. DUCQUOC, Christian. Jesús, hombre libre. Sígueme. Salamanca, 1976. FERNÁNDEZ SANGRADOR, Jorge Juan. Fariseos y Escribas. En Revista Reseña Bíblica número 44, páginas 5-12 , ejemplar dedicado a Grupos políticos y religiosos en la Jerusalén del siglo I. Verbo Divino. Estella, 2004. GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. Miedo a Jesús. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2010. .

9 Lucas 15: 13

10 Lucas 15: 23-24

11 Lucas 15: 29-30

12 DROUZY, M. Jesús come con los pecadores. En https://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol14/16/016_drouzy.pdf PAPA FRANCISCO. El nombre de Dios es misericordia: una entrevista con Andrea Tornielli. Planeta. Barcelona, 2016. AGUIRRE MONASTERIO; Rafael. Compartir la mesa y conocer a Jesús. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 14 de noviembre de 2006. SANDERS, E.P. El reino: inversión de valores y perfeccionismo ético, capítulo 13 de La figura histórica de Jesús. Verbo Divino. Estella, 2005; páginas 219-227. CASTILLO, José María. Jesús y la religión, capítulo 4 del libro La humanización de Dios. Trotta. Madrid, 2010; páginas 93-117.

13 1 Timoteo 1: 12-14

14 REYNIER, Chantal. Para leer a San Pablo. Verbo Divino. Estella, 2009. CROSSAN, John Dominic & BORG, M.J. El primer Pablo: la recuperación de un visionario radical. Verbo Divino. Estella, 2009.

15 Exodo 32: 12

domingo, 4 de septiembre de 2022

COMUNITAS MATUTINA 4 DE SEPTIEMBRE 2022 DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

 

El que no cargue con su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío”

(Lucas 14: 27)

Lecturas:

  1. Sabiduría 9: 13 – 18

  2. Salmo 89: 3 – 6 y 12 – 17

  3. Filemón (capítulo único) 9 – 10 y 12 – 17

  4. Lucas 14: 25 – 33

Una interpretación distorsionada del cristianismo nos lo presenta con extremada rigidez, exaltando el sufrimiento por sí mismo y haciendo apología desmedida del mismo como camino de crecimiento en la fe, esto se acompaña con el rechazo voluntarista de todo lo que sea disfrute y placer, proponiendo como modelo de excelencia cristiana a aquellos que viven en permanente trance de dolor y de cruz, espiritualidad que se fija en ideales de negación del yo , desarrollándose así un ascetismo fundamentalista, sin la perspectiva del gratificante alto en el camino para disfrutar después de la intensidad de la faena apostólica y existencial. Muchas de las devociones de nuestro mundo católico tienen este matiz con su correspondiente cuota de permanentes penitencias.1

Esta aclaración es fundamental para situar en su contexto de origen la dimensión de la cruz en la vida de Jesús y en el camino de quienes decidimos seguirle, también para responder desde la originalidad evangélica a quienes someten a riguroso juicio un estilo de cristianismo desmesuradamente crucificado. Seguir a Jesús en la construcción del reino de Dios y su justicia demanda generosidad, abnegación, capacidad para renunciar a comodidades e intereses personales, pero no riñe con la alegría de vivir, como ámbito estimulante de fe pascual,2 y de feliz respaldo para el sentido de la vida. Sobre el particular atendamos esto que nos dice el Papa Francisco: “La persona que ve las cosas como son realmente, se deja traspasar por el dolor y llora en su corazón, es capaz de tocar las profundidades de la vida y de ser auténticamente feliz. Esa persona es consolada, pero con el consuelo de Jesús y no con el del mundo. Así puede atreverse a compartir el sufrimiento ajeno y deja de huír de las situaciones dolorosas. De ese modo encuentra que la vida tiene sentido socorriendo al otro en su dolor, comprendiendo la angustia ajena, aliviando a los demás. Esa persona siente que el otro es carne de su carne, no teme acercarse hasta tocar su herida, se compadece hasta experimentar que las distancias se borran. Así es posible acoger aquella exhortación de san Pablo: “Lloren con los que lloran”. 3 En el ámbito cristiano el sufrimiento no se busca por sí mismo ni se convierte en una experiencia masoquista, surge cuando, en ejercicio de coherencia evangélica, vienen las contradicciones y los desafíos propios de la abnegación y de renuncia a la comodidad, incluyendo la entrega total de la propia vida.

El planteamiento inicial es bastante fuerte: “Si alguno quiere venir conmigo y no está dispuesto a renunciar a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, hermanos y hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz y viene detrás de mí, no puede ser mi discípulo 4. Qué quiere Jesús decir con esto si partimos del profundo afecto cristiano por la vida familiar, considerándola el ámbito original de la madurez humana y creyente? Al escucharlo desprevenidamente podemos quedar confundidos por la aparente contradicción . Pero las cosas no son así.

El significado del texto de este domingo es el de ratificar las condiciones del seguimiento, la liberación del yo y de los apegos, haciéndonos conscientes de la pérdida de libertad que implican los afectos desordenados, para orientar la estructuración del sujeto en total disponibilidad hacia el reino de Dios y su justicia, es la total libertad para el amor. No hay aquí una invitación a vivir en enfermizo autocastigo, haciendo de este una pretendida virtud. 5 Lo de Jesús es una felicidad abnegada, servicial, hasta la máxima expresión de la misma: dar la vida por todos los seres humanos, para que tengan vida en abundancia.6

Seguimos con Jesús en camino hacia Jerusalén, el lugar de las decisiones definitivas. Sabemos que esta ruta lo lleva a enfrentarse con el resultado final de sus opciones. acerca de las dificultades que entraña el seguir su mismo camino de modelación con el Padre Dios y con el prójimo, dando a entender la hondura de las determinaciones que deben tomarse, de los sacrificios que se deben asumir, de la ofrenda total de la vida, que es lo que finalmente está en juego, sin que esto signifique deshumanización o fractura de la integración personal.7

La invitación es para todos los que quieran tomar en serio las exigencias del ser cristiano , sin privilegiar a unos que eventualmente serían más santos sobre otros más imperfectos; como estamos habituados a distinguir entre la pretendida perfección y superioridad espiritual de sacerdotes y religiosos y la imperfección de los laicos.8 Las exigencias son en la línea de una perspectiva unificante para todos, sin jerarquías de santidad; todo el pueblo de Dios está llamado a la santidad, todo el pueblo de Dios es mediador de salvación, hay diversidad de dones, pero una igualdad fundamental por el bautismo y por la fe: este es el proyecto del Padre.9 Lo contrario es incompatible con la experiencia que Jesús nos comunica.

A partir del don primero del Espíritu, este se desborda en especialidades que no son para brillo personal sino para servicio de toda la comunidad. Es en ese pueblo santo donde se destaca el carisma de vivir todos según la Buena Noticia de Jesús, realidad en la que la donación de la propia vida es señal determinante de la autenticidad de este camino.10 Llevar la cruz , abnegarse, romper con ataduras, deshacerse de impedimentos, es indicativo alto de seriedad cristiana.

El espíritu verdadero que anima esta invitación es el de una total disponibilidad para dedicarse por entero al reino de Dios y a su justicia, deponiendo todo interés egoísta, para hacernos personas plenas de amor , dispuestos todos a los máximos en materia de solidaridad y de servicio, relatando con la propia vida en qué consiste amar a Dios y al prójimo – como Jesús – sin escatimar nada a este amor siempre mayor. Con esto exorcizamos la tentación del perfeccionismo neurótico y del ascetismo que violenta las naturales inclinaciones a la felicidad y al gozo de vivir.

La experiencia de la sabiduría según el Espíritu es la que nos permite desprendernos de ese ascetismo fanático y de cierta arrogancia religioso-moral que presume de superioridad: “Quien puede conocer tu voluntad, si tù no le das la sabiduría y le envìas tu espíritu santo desde el cielo? Asì se enderezaron los caminos de los habitantes de la tierra, los hombres aprendieron lo que te agrada y se salvaron gracias a la sabiduría” .11

El sujeto maduro espiritualmente es el que capta lo esencial de Dios y lo apropia para su vida haciéndose más humano y feliz en la disposición de todo su ser para esta causa que capta la totalidad de su ser y de su quehacer. El Señor nos invita a tener una relación libre y liberadora con nuestras familias, con el variado universo de nuestros afectos, salvaguardando el gradual proceso de autonomía y de resignificación de los mismos, con el correspondiente respeto por las opciones de vida que cada uno toma.

Con el imperativo: “El que no cargue con su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío”12 , hace referencia a ese aspecto degradante como era en tiempos de Jesús el obligar a los reos a cargar físicamente con su patíbulo, como una de las manifestaciones de la alta severidad de la condena. Pero resignifica la dimensión trágica de tal imposición para proponerla como el camino de quien se juega toda la existencia por la pasión tan conocida y reiterada del reino de Dios y su justicia.

Se trata de mirar todos los obstáculos que impiden ese seguimiento: nuestro ego, las riquezas, el prestigio social, el deseo de reconocimiento, las mentalidades individualistas y competitivas, el poder, todo el amplio universo de los egoísmos, realidades que deben ser trocados por el amor desmedido al prójimo, por el tenor de vida austero y solidario, por el bajo perfil, por la disposición para compartir, por la preferencia bien conocida y reiterada de preferir a los pobres y sufrientes, y de ofrecer todo el ser en aras de su liberación.13

En cuanto a los bienes materiales hay que recordar que quienes acogen la oferta de Jesús lo hacen sabiendo que se adopta un estilo de vida austero, que se practica la pobreza como señal de la dedicación al Reino y de solidaridad con los marginados, y también como profecía que anuncia a Dios como principio y fundamento y denuncia la sociedad de consumo individualista y desentendida de la justicia debida a los prójimos necesitados. 14

Tomar la cruz es, entonces, un componente esencial del camino de Jesús, es la entrega al Dios siempre mayor que se manifiesta en los clamores del prójimo, en la vida que se dedica a la reivindicación de la dignidad de todos los humanos, en extirpar la religiosidad cómoda para vivir juiciosamente en el espíritu de las bienaventuranzas, es también decir con la propia vida que ser portadores de sentido para la humanidad es una decisión que llena con creces las aspiraciones e ideales de quienes toman su vida en serio, la vida que se inscribe en la del Dios manifestado en el Señor Jesús.



1 TANQUEREY A. Compendio de teología ascética y mística. Desclée y Cia. Madrid, 1930. SCUPOLI, Lorenzo. Combate espiritual. San Pablo. Madrid, 1996. ROYO MARÍN, Antonio. Teología de la perfección cristiana. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1962. GARCÍA RUEDA, Sara. Cristianismo auténtico y cristianismo adulterado: la crítica de Nietzsche. Trabajo de grado para optar al título de Master Universitario en Ciencias de las Religiones. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2019. NIETZSCHE, Federico. El Anticristo. Alianza Editorial. Madrid, 1997. VALADIER, Paul. Nietzsche y la crítica del cristianismo. Cristiandad. Madrid, 1982. MARLIANGEAS, Bernard D. Culpabilidad, pecado, perdón. Sal Terrae. Santander, 1997.

2 En este sentido son muy significativos los textos magisteriales del Papa Francisco, entre los que queremos llamar la atención sobre dos: Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium “La alegría del Evangelio” (noviembre 2013), y Gaudete et Exsultate “Sobre el llamado a la santidad en el mundo actual (marzo 2018). En ambos textos el Papa alude al modo evangélico de vida , inspirado en las bienaventuranzas, el proyecto de felicidad del mismo Señor Jesús. Se respira allí un ambiente de gozosa abnegación. MOLTMANN, Jürgen. Sobre la libertad, la alegría y el juego. Sígueme. Salamanca, 1985. COX, Harvey. Las fiestas de locos: ensayo teológico sobre el talante festivo y la fantasía. Taurus. Madrid, 1983.

3 Romanos 12:15 PAPA FRANCISCO. Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate sobre El Llamado a la Santidad en el Mundo Actual. Librería Editrice Vaticana. Roma, 2018; número 76.

4 Lucas 14: 26

5 GARRIDO, Javier. Proceso humano y gracia de Dios. Sal Terrae. Santander (España), 2004. GUIJARRO, Santiago. Fidelidades en conflicto: La ruptura con la familia por causa del discipulado y de la misión en la tradición sinóptica. Universidad Pontificia de Salamanca, 1998. MOXNES, Halvor. Poner a Jesús en su lugar: una visión radical del grupo familiar y el Reino de Dios. Verbo Divino. Estella, 2005. HENGEL, Martin. Seguimiento y carisma: la radicalidad de la llamada de Jesús. Sal Terrae. Santander, 1981. GARCÍA LOMAS, Juan Manuel & GARCÍA MURGAS, José Ramón (Editores). El seguimiento de Cristo. PPC. Madrid, 1997.

6 CASTILLO, José María. Dios y nuestra felicidad. Desclée de Brower. Bilbao, 2002. LISÓN BUENDÍA. Juan Francisco. De la felicidad mínima a la plena felicidad. En https://www.core.ac.uk/download/pdf/71038933.pdf RODRÍGUEZ DUPLÁ, Leonardo. Etica de la vida buena. Desclée de Brower. Bilbao, 2006. ROMO, Waldo. Permite ser feliz la moral cristiana?. En revista Teología y Vida 47 número 2-3 2006. Pontificia Universidad Católica de Chile, 2006. LARRAÑETA, R. Una moral de felicidad. San Esteban. Salamanca, 1979. LAMBERT, B. Las Bienaventuranzas y la cultura hoy. Sígueme. Salamanca, 1987. CABODEVILLA, José María. Las formas de felicidad son ocho. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1984.

7 GARRIDO, Javier. Adulto y cristiano: crisis de realismo y madurez cristiana. Sal Terrae. Santander, 2006. O´CALLAGHAN, Paul. Cristo revela el hombre al propio hombre. En https://www.core.ac.uk/download/pdf/83563189.pdf MARTÍNEZ DÍAZ, Felicísimo. Creer en el ser humano: vivir humanamente. Verbo Divino. Estella, 2012.

8 Algunos autores serios dedicados a estudiar las causas de los escándalos de pederastia/pedofilia protagonizados por sacerdotes católicos, encubiertos por algunos obispos y superiores, sostienen que una de las causas de este penoso fenómeno es la exaltación del clero, su deificación y sobrenaturalización. El laico, sometido a esta cultura, hace del clérigo un intocable, y este último lo cree y adopta un permanente estilo de autoridad y dominio sobre personas y conciencias.

9 CONCILIO VATICANO II. Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium. Librería Editrice Vaticana. Roma, 1966. Este documento magistral consagra la categoría PUEBLO DE DIOS como central en la comprensión y vivencia del ser eclesial, enseña que todos los bautizados somos iguales en dignidad, unos carismas y estilos de vida no son más perfectos que otros.

10 SCANNONE, Juan Carlos. Teología del pueblo: raíces teológicas del Papa Francisco. Sal Terrae. Santander (España), 2017. COMBLIN, José. O Povo de Deus. Paulus. Sao Paulo, 2002. El número 376 de la Revista Internacional de Teología CONCILIUM tiene como título general SABIDURÍAS Y TEOLOGÍA DEL PUEBLO, los diversos artículos abordan este asunto central de la vida eclesial, que ahora cobra la mayor relevancia con la invitación que hace el Papa Francisco a la SINODALIDAD. LOIDI, Patxi. Creer como adultos. Verbo Divino. Estella, 2005. SEGUNDO, Juan Luis. Teología abierta para el laico adulto (3 volúmenes). Carlos Lohlé. Buenos Aires, 1978.

11 Sabiduría 9: 17-18

12 Lucas 14: 27

13 SOBRINO, Jon. El seguimiento de Jesús pobre y humilde: cómo bajar de la cruz a los pueblos crucificados. En GARCÏA-LOMAS, Juan Manuel (Editor). Ejercicios Espirituales y mundo de hoy/Congreso Internacional de Ejercicios. Mensajero-Sal Terrae. Bilbao, 1992; páginas 77-94. GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. Vicarios de Cristo: los pobres en la teología y espiritualidad cristianas. Trotta. Madrid, 1991. RICHARD, Pablo. La fuerza espiritual de la Iglesia de los pobres. Departamento Ecuménico de Investigaciones DEI. San José de Costa Rica, 1988.

14 ARGANDOÑA, Antonio. Frugalidad. En https://www.media.iese.edu/research/pdfs/DI-0873.pdf THEOBALD, Cristoph. El estilo de la vida cristiana. Sígueme. Salamanca, 2016. RADCLIFFE, Timothy. Ser cristianos en el siglo XXI: una espiritualidad para nuestro tiempo. Sal Terrae. Santander, 2016.

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