domingo, 26 de febrero de 2023

COMUNITAS MATUTINA 26 DE FEBRERO 2023 DOMINGO I DE CUARESMA CICLO A

 

Jesús le contestó: Vete, Satanás, porque la Escritura dice: Adora al Señor tu Dios, y sírvele sólo a El”

(Mateo 4: 10)

Lecturas:

  1. Génesis 2: 7-9 y 3:1-7

  2. Salmo 50: 3-6;12-14 y 17

  3. Romanos 5: 12-19

  4. Mateo 4: 1-11

Empieza cuaresma 2023: nos vamos a reducir a prácticas puntuales como la abstinencia de carne los días viernes, fuera de un contexto de conversión, junto con alguna esporádica penitencia? Más simplismos que evaden las cuestiones fundamentales de la vida? O, mejor, nos vamos a sumergir en la realidad honda de lo que somos y hacemos, y nos vamos a encontrar en las honduras de nuestra conciencia con el Dios siempre mayor, que nos interroga acerca de la orientación de nuestra libertad? Qué tipo de ser humano somos? Qué tipo de ser humano estamos llamados a ser? Cuáles son los referentes de las diversas alternativas que se nos proponen como camino de realización? Detectamos con inteligencia espiritual unas y otras propuestas y sabemos discernir lo que en ellas nos lleva a la plenitud o nos hace fracasar? Es Dios para nosotros una retórica inerte, una costumbre social, un recurso apurado en momentos de angustia, nos dejamos llevar por prejuicios y estereotipos que nos llegan sobre la relación con El? 1

En cada ser humano alienta la vitalidad de Dios, que se traduce en la misión de seguir con la tarea divina de crear y recrear el mundo, transformándolo siempre para bien de toda la humanidad, con sus saludables implicaciones de comunión de bienes, de igualdad, de justicia, de solidaridad, de reconocimiento de la dignidad de cada persona y de todas las formas de vida, de sentido trascendente de la existencia. 2

Esta convicción está en los orígenes de la fe de Israel. La primera lectura de este domingo hace parte esencial del testimonio de las antiguas comunidades israelitas que dieron origen a estos textos, Dios especialista en vida, dador de la misma, tiene en el ser humano el mejor testimonio de su capacidad vivificadora: “Entonces Dios el Señor formó al hombre de la tierra misma, y sopló en su nariz y le dio vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente. Después Dios el Señor plantó un jardín en la región de Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que había formado. Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer” 3.

Dentro de la dotación original que Dios confiere a la creatura está el don de la libertad, podemos decidir a favor o en contra de Dios, el Creador nos hace responsables de nuestro destino y de la marcha de la historia. Este elemento es esencial en la comprensión cristiana del ser humano: somos libres para Dios, para el amor, para la dedicación generosa a las demás creaturas, pero igualmente libres para el egoísmo y la injusticia. Misterio profundo que debe hacerse consciente en cada uno para ponderar los alcances de nuestras decisiones. Somos creados en libertad y para la libertad. 4

Las lecturas de este domingo nos llevan a considerar la lógica de nuestra libertad, la formación de la misma, los criterios que la fundamentan, y el proyecto de vida de cada ser humano leído en esta clave determinante. Nuestra libertad está convertida al amor y a la justicia de Dios? Ella misma se orienta al bien de la humanidad y a hacer del mundo un ámbito de vida digna? O de ella emanan males y violencias, destrucción de la creación, ofensa constante a las creaturas y a quien las sustenta, el Creador, egoísmos propios de la mediocridad que se vuelve usual, domesticados por el “sistema”? Estamos en capacidad de detectar los mecanismos y motivaciones profundas que nos conducen a lo uno o a lo otro?5

Es permanente tentación de los humanos erigirnos como dioses, prescindir de la trascendencia, conocemos bien sus consecuencias. Entran en juego los argumentos de vanidad , la deificación del ser humano, el considerarnos la medida de todo, la arrogancia de quien se ve a sí mismo como imprescindible, el rechazo – o tal vez, supina ignorancia? – de Dios como la instancia que hace plena nuestra humanidad.6

En la enseñanza de la tradición cristiana hablamos de pecado original, inherente a cada humano que viene a la vida. Para transmitirlo, la teología y la catequesis han acudido a las categorías de expresión propias de cada cultura y de cada momento de la historia, conscientes de que algunas de ellas son insuficientes para hacerlo relevante a los destinatarios del mensaje, de acuerdo con los lenguajes y sensibilidades de cada momento de la historia.

Conscientes de que todo lo que resulta de la acción creadora de Dios es bueno, no podemos permanecer con una visión del pecado original como mancha primera, antes de que la persona se implique en la vida y en el ejercicio de la libertad.7 De lo que hay que hablar es de un pecado originante, de una tendencia que tenemos como consecuencia de la libertad. La “originalidad” de la disposición para pecar es justamente esta del ser humano que, en ejercicio de ese don, acepta o rechaza el carácter de Dios como principio y fundamento de su vida.

La primera lectura nos pone en contexto: “En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal” 8 y posteriormente: “Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol del jardín? …..Y la mujer le contestó: podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos, moriremos. Pero la serpiente dijo a la mujer: No es cierto. No morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces serán como Dios” 9

Es un recurso literario, propio de la antigua cultura hebrea en la que surgieron estos escritos, para expresar una verdad teológica y antropológica de fondo. Dios nos hace libres, expresión estupenda que refleja aquel “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” 10, partícipes de su divinidad, libertad incluída. Esta, desconectada de su referencia teologal, va en contra de la realización plena del ser humano; frustra el proyecto de plenitud que Dios deposita en nosotros. 11

Al mismo Jesús le suceden las propuestas del mundo, según lo refiere el clásico relato de las tentaciones, hoy en la versión de Mateo. Cómo entiende Jesús su condición de Hijo de Dios? El relato de las tentaciones, puesto intencionalmente por el autor, antes del comienzo de su ministerio público, presenta su revelador talante teologal, su “modus operandi”, su estilo desposeído del vano honor del mundo.12 Al final del relato, vamos a ver hacia donde se orienta el mesianismo de Jesús. Sepamos leerlo entre líneas, con sutileza espiritual.

La primera tentación es utilizar al Padre en beneficio propio: “Si de veras eres Hijo de Dios ordena que estas piedras se conviertan en panes13. Es la tentación de las necesidades imperiosas, la misma que sufrió el pueblo de Israel durante su largo trasegar por el desierto. Jesús en su humanidad experimenta fuertemente el asedio del mal espíritu, y debe discernir, para tomar finalmente la decisión de dar el primado de su vida a Dios. Entran aquí también todo el mundo de los intereses personales, de menor a mayor, y el olvido de la trascendencia hacia el Padre y hacia el prójimo. Jesús , con su rechazo contundente, nos indica el sesgo teologal de la libertad. Uno de los grandes legados del recientemente fallecido papa emérito Benedicto XVI es su incansable afirmación de la primacía de Dios en la vida del ser humano, como garantía de auténtica plenitud del mismo. 14

Desconfiar de Dios y dar crédito exclusivo al esfuerzo humano, constituyéndonos nosotros en la medida de la vida. A esto Jesús responde: “No sólo de pan vivirá el hombre sino también de toda palabra que salga de los labios de Dios”15 Luego, el tentador le propone hacer su entrada triunfal en la ciudad santa, descendiendo de lo alto como Mesías glorioso, invocando el poder teologal. Nos pasa también, le pasa a la Iglesia cuando olvida el carácter “descalzo” de su ministerio, cuando no se despoja de estos privilegios y se sacraliza, cuando olvida al mismo Jesús. Por eso contesta con energía y libertad :”No pongas a prueba al Señor tu Dios” 16

Surge en el escenario el apetito desordenado de triunfar: “Finalmente, el diablo lo llevó a un cerro muy alto, y mostrándole todos los reinos del mundo y la grandeza de ellos, le dijo: Te daré todo esto, si te arrodillas y me adoras” 17 Jesús rechaza tal condición citando Deuteronomio 6: 13: “Vete, Satanás, porque la Escritura dice: adora al Señor tu Dios y sírvele sólo a El” 18

El remate teológico- antropológico de estas lecturas lo da el texto de Romanos: cuando reconoce la tendencia que tenemos a desordenar el plan original de Dios: “Pero el delito de Adán no puede compararse con el don que Dios nos ha dado. Pues por el delito de un solo hombre muchos murieron, pero el don que Dios nos ha dado gratuitamente por medio de un solo hombre, Jesucristo, es mucho mayor y en bien de muchos19.

Que sea esta nueva cuaresma un tiempo de reconfiguración teologal de nuestra existencia, identificando todo aquello que nos tienta para no hacerlo. Soberanía radical como la del Señor Jesús.





1 SAVATER, Fernando. Las preguntas de la vida. Ariel. Barcelona, 1999. ESTRADA, Juan Antonio. La pregunta por el hombre y las antropologías. En Revista Pensamiento volumen 71 número 269, páginas 1227-1237. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 2015. BUBER, Martín. Qué es el hombre? Fondo de Cultura Económica FCE. México D.F., 2005. LUCAS, Juan de Sahagún. Las dimensiones del hombre. Antropología filosófica. Sígueme. Salamanca, 1996; Dios, horizonte del hombre. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1994. AMENGUAL, Gabriel. Antropología filosófica. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 2016. GEHLEN, Arnold. El hombre: su naturaleza y su lugar en el mundo. Sígueme. Salamanca, 1987. PANNENBERG, Wolfarth. Antropología en perspectiva teológica. Sígueme. Salamanca, 1993. STEIN, Edith. La estructura de la persona humana. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1998. ZUBIRI, Xavier. El hombre y Dios. Alianza Editorial. Madrid, 1984. RATZINGER, Joseph. Dios como problema. Cristiandad. Madrid, 1973.

2 RATZINGER, Joseph. El Dios de la fe y el Dios de los filósofos. Encuentro. Madrid, 2006. ROVIRA BELLOSO, Josep María. Dios, plenitud del ser humano. Sígueme. Salamanca, 2013. GALEANO, Adolfo. Idea cristiana del hombre y ciberantropología. Ensayo de antropología latinoamericana. San Pablo. Bogotá, 1995. ZUBIRI, Xavier. Tres dimensiones del ser humano: individual, social, histórica. Alianza Editorial. Madrid, 2006. WOJTYLA, Karol. El hombre y su destino: ensayos de antropología. Palabra. Madrid, 2003.

3 Génesis 2: 7-9

4 MORENO ARANDA, José Luis. El proyecto de libertad en el Señor Jesús. Instituto Técnico de Estudios Superiores de Occidente ITESO. Guadalajara, 1990. ESTRADA, Juan Antonio. De la salvación a un proyecto de sentido. Desclée de Brower. Bilbao, 2018. LOBATO, Abelardo. La filosofía cristiana de la libertad. En https://www.repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/14796/1/filosofia-cristiana-libertad.pdf CARDENAL RICARDO BLÁZQUEZ PÉREZ. El sentido cristiano de la libertad. Ponencia presentada en el Encuentro Internacional de los Equipos de Nuestra Señora. Fátima, 16-21 de julio 2018. MOLTMANN, Jürgen. El cristianismo como religión de libertad. En https://www.core.ac.uk/download/pdf/39061436.pdf PÉREZ NÚÑEZ, Juan. La libertad cristiana en la relación cristología-antropología según la teología de Walter Kasper. En Revista Veritas número 26, páginas 147-163. Pontificio Seminario Mayor San Rafael. Valparaíso, marzo de 2012. GAYOSO DONCÉ, Oscar. Significado teológico de la libertad en la Constitución Pastoral Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II. Tesis para optar al grado de Licenciado en Teología. Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, 2016.

5 CASTILLO, José María. El discernimiento cristiano. Sígueme. Salamanca, 2007. RAMBLA, Josep Maria. Reglas de discernimiento, en Una manera de estar en el mundo: los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola. Mensajero. Bilbao, 2020; páginas 333-358. MARTIN, James. Más en las obras que en las palabras. Una guía ignaciana para (casi) todo. Sal Terrae. Santander, 2011. BRACKLEY, Dean. Discernir y decidir en Espiritualidad para la solidaridad : nuevas perspectivas ignacianas. UCA Editores. San Salvador, 2010; páginas 183-253.

6 FERRY, Luc. El hombre-dios o el sentido de la vida. Tusquets. Barcelona, 1997. HARARI, Yuval Noah. De animales a dioses: breve historia de la humanidad. Debate. Bogotá, 2015. HOBSBAWM, Eric. Historia del siglo XX. Crítica. Barcelona, 1995. DÍAZ SALDAÑA, Omar. La Torre de Babel y la imagen del mundo moderno. En Revista El Hombre y la máquina número 23, páginas 70-83. Departamento de Filosofía Universidad del Valle. Cali, julio-diciebre 2004.

7 SCHOONENBERG, Piet. El poder del pecado. Carlos Lohlé. Buenos Aires, 1970; El hombre y el pecado. Carlos Lohlé. Buenos Aires, 1971. REVISTA INTERNACIONAL DE TEOLOGÍA CONCILIUM. Número 304. El pecado original: un código de falibilidad? Verbo Divino. Estella, febrero 2004. FUENTES MENDIOLA, Antonio. El pecado original en la perspectiva de la economía salvífica. En https://www.core.ac.uk/download/pdf/83557816.pdf LADARIA, Luis F. Teología del pecado original y de la gracia. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 2019. GELABERT BALLESTER, Martín. Salvación como humanización. Esbozo de una teología de la gracia. San Esteban. Salamanca, 1985. GONZÁLEZ, Miguel. El pecado original: una confrontación entre Kant y Lutero. En Revista Teología y Vida volumen 61 número 2, páginas 217-241. Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, 2020.

8 Génesis 2: 9

9 Génesis 3: 1-5

10 Génesis 1: 26

11 MÚNERA DUQUE, Alberto. Pecado personal desde la comprensión del pecado original. Facultad de Teología Universidad Javeriana. Bogotá, 1982. GRELOT, Pierre. El problema del pecado original. Herder. Barcelona, 1970. McEVENUE, Sean. Violencia y mal en la Biblia. En FARMER, William R. Comentario Bíblico Internacional. Verbo Divino. Estella, 2000; páginas 272-278. GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. Pecado en ELLACURÍA, Ignacio & SOBRINO, Jon. Conceptos fundamentales de la Teología de la Liberación, volumen II. UCA Editores. San Salvador, 2008; páginas 93-106. FLECHA ANDRÉS, José Román. El pecado y los pecados En su obra Moral fundamental: la vida según el Espíritu. Sígueme. Salamanca, 2012; páginas 250. MARTÍNEZ, Julio Luis & CAAMAÑO, José Manuel. El pecado en su obra Moral fundamental: bases teológicas del discernimiento ético. Sal Terrae. Santander, 2014; páginas 463-503.

12 CABESTRERO, Teófilo. Pero la carne es débil. Antropología de las tentaciones de Jesús y de nuestras tentaciones. Desclée de Brower. Bilbao, 2007. GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. Las tentaciones de Jesús y la tentación cristiana. En Revista Estudios Eclesiásticos número 47, páginas 155-188. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 1972.

13 Mateo 4: 3

14 RATZINGER, Joseph. Ser cristiano en la era neopagana. Encuentro. Madrid, 1995; Introducción al Cristianismo. Sígueme. Salamanca, 2001.

15 Mateo 4: 4

16 Mateo 4: 7

17 Mateo 4: 8-9

18 Mateo 4: 10

19 Romanos 5: 15

domingo, 19 de febrero de 2023

COMUNITAS MATUTINA 19 DE FEBRERO 2023 DOMINGO VII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

 

Ustedes han oído que se dijo: amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo les digo: amen a sus enemigos y rueguen por los que los persigan…”

(Mateo 5: 43 – 44)



Lecturas:

  1. Levítico 19: 1-2 y 17-18

  2. Salmo 102: 1-8 y 10-13

  3. 1 Corintios 3: 16-23

  4. Mateo 5: 38-48

Una manera de abordar la historia de la humanidad puede ser desde la perspectiva de la violencia, de las guerras, de las enemistades y rencores que enfrentan a unos seres humanos en contra de otros, países, continentes, regiones, grupos étnicos, religiosos, familiares, partidos políticos, bandas delincuenciales, también personas individuales.1 Hacerlo sería dramático, doloroso en extremo, pero también aleccionador. Podemos verlo desde la óptica de una pedagogía exigente que nos invita a mirar los entresijos del ser humano que con tanta frecuencia y facilidad se embarca en estas aventuras de la intransigencia, de la incapacidad para el perdón, de la intención deliberada de acabar con sus semejantes.

Si cuantificamos el número de años en los que la humanidad ha estado implicada en estas faenas de violencia, vamos a constatar que han sido muchos más los tiempos de guerra que los de paz y convivencia pacífica. En nuestra visión creyente nos encontramos ante una de las manifestaciones más destructoras del misterio del mal, esa incógnita que no terminamos de resolver y que tampoco podemos evadir porque en la búsqueda de respuesta está contenido uno de los mayores retos éticos y espirituales de nuestra condición humana.2

Sobre este asunto tan álgido, en el evangelio de este domingo, Jesús nos sale al paso de esta manera: “Ustedes han oído que se dijo: amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, qué recompensa merecen? No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, qué hacen de extraordinario? No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo”. 3

Hay que decirlo con toda claridad: esta es la manera cristiana – radical, por cierto – de tomar postura ante el fenómeno del odio y de la destrucción vengativa del prójimo. Esto no tiene vuelta de hoja. Es uno de los elementos más característicos del seguimiento de Jesús, la superación total de la ley del talión:4 “Ustedes han oído que se dijo: ojo por ojo y diente por diente. Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra”. 5

La Palabra tiene el propósito de llegar a nuestras honduras, las individuales y colectivas, para confrontar, purificar, estudiar también los mecanismos y las motivaciones del odio y de la agresividad, y hacer posible en nosotros un ser humano nuevo que, más allá de buenas intenciones y de retóricas de momento, emerja con una conciencia asumida de ser hijo y hermano, de incluír en su proyecto de vida la sabiduría del perdón y de la reconciliación. Tal es el punto de llegada de este proceso. 6

El núcleo del seguimiento de Jesús está en una ética de máximos, tengamos presente el evangelio del domingo anterior, que se hace más riguroso en el que es materia de nuestra reflexión hoy: “Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo”. 7 Sobre esta base se impone que cada uno explore en su interioridad y, desde ahí, hacia el mundo, hacia la sociedad, para profundizar cuáles son los resortes de ese odio , fuerza destructiva del pecado, su lógica interna, sus “justificaciones”, sus motivos, toda su dinámica de muerte.8 Al hacerlo, entramos en un proceso de conversión, que empieza por el autoconocimiento , por la identificación de esa fuerza instintiva que luego se hace consciente y se torna poder que deshace en el ser humano su imagen de hijo de Dios. Aquí surge el llamamiento a la experiencia profunda del perdón. 9

La vocación que todo ser humano recibe de Dios es a ser santo, a ser perfecto, a cultivar una excelente humanidad, participando de la propia perfección de Dios, en quien destaca como sustancia de esta invitación el camino del amor incondicional, a El mismo, y desde El a todos los seres humanos, con preferencia de los humillados y ofendidos. Sólo hay santidad cuando el ser humano se despoja de sus intereses particulares y trasciende hacia el Totalmente Otro que es Dios y, en consecuencia, hacia el prójimo; no es posible una santidad desconectada de los demás.10

En las lecturas de este domingo se nos ofrece la alternativa de una santidad inserta en el mundo y totalmente entregada al ejercicio de la projimidad, los tres textos ponen el camino de la santidad en el amor y en todos sus elementos concomitantes. No es asunto exclusivamente cristiano, porque de esta convicción participan las otras tradiciones religiosas, las espiritualidades y los humanismos, pero en el caso concreto de Jesús esta ruta es asumida en clave teologal, en clave de los prójimos humillados y ofendidos, y también – esto es de particularísimo relieve – de los enemigos, de quienes nos hacen mal, de aquellos con quienes nos resulta más costoso entrar en una relación constructiva. En el mismo Jesús encontramos la referencia prototípica del amor al enemigo, también en quienes se destacan como seguidores suyos.

La primera lectura proviene del código de santidad del libro del Levítico , que plantea claramente la responsabilidad con el prójimo: “No odies en tu corazón a tu hermano, pero corrige a tu prójimo, para que no cargues con un pecado por su causa. No te vengarás ni guardarás rencor a tus paisanos. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Yahvé”. 11

Buena parte de este código de santidad está orientada a la regulación del comportamiento social dominado por el mandamiento del amor al prójimo. De acuerdo con esto, el camino para llegar a Dios y lograr la santidad comienza con el respeto hacia la vida y la dignidad del otro. Este criterio es esencial en la Ley y en los Profetas, es lo que determina nuestra relación con Dios.

En el texto de la segunda lectura – de la primera carta a los Corintios – Pablo considera al ser humano como templo de Dios y morada del Espíritu: “Acaso no saben ustedes que son templo de Dios, y que el Espíritu de Dios vive en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y ese templo son ustedes mismos” . 12 Así, el ser humano viene a ser un sacramento de Dios, una significación eficaz de su presencia,13 acompañada de la gracia que transforma y propicia la entrega, el servicio, la abnegación, la atención a cada persona, el reconocimiento de su valor, sin diferencias ni categorías. Dios se dice a sí mismo en el ser humano, constituído como prójimo. 14

Por eso, las palabras de Pablo tienen tanta resonancia para nosotros, que nos decimos seguidores de Jesús. El dice que el verdadero templo donde habita Dios son las personas. Es en ellas, en el amor a ellas, donde se da el auténtico culto a Dios, especialmente en aquellos cuya dignidad ha sido profanada por el pecado de la injusticia, o de cualquier tipo de violencia y agresión.

Así, Jesús supera el mandamiento antiguo que permite el odio al enemigo, expresado en la ley del talión: “ojo por ojo y diente por diente” 15 legitimación del rencor y de la venganza, raíz de tantos conflictos y desavenencias en la humanidad. Lo que Jesús pide se sale del circulo de los habituales afectos que tenemos: familia, amigos, grupos de pertenencia, personas con quienes nos identificamos y, en cambio, nos proyecta a los que parecerían no merecer nuestro amor, o incluso parecerían merecer nuestro desamor.

Ser perfectos como Dios significa vivir un amor sin límites, dejando atrás la pobre lógica de esa ley , y conformando una sociedad en la que la justicia, la compasión, la misericordia, la solidaridad, sean los ejes articuladores de las relaciones humanas. El Evangelio de Jesús es radical y supera con creces los mínimos de nuestra justicia limitada, que él mismo cuestiona con rigor cuando dice: “Y si saludan solamente a sus hermanos, qué hacen de extraordinario? Hasta los paganos se portan así. Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto” . 16

Cuando simplemente dejamos de hacer el mal no alcanzamos el bien moral supremo, la santidad, porque podemos estar pecando por omisión del bien, paradójicamente. Esta propuesta del amor a los enemigos, de altísima exigencia espiritual y ética, es el salto cualitativo que marca la diferencia, donde salimos de nuestro confortable ámbito de cumplimientos mínimos para entrar en la radicalidad del amor que nos asemeja a Dios.







1 APARICIO ORDÁS, Luis A. El origen de la violencia en las sociedades humanas: violencia simbólica, violencia fundadora y violencia política. En www.ieee.es Instituto Español de Estudios Estratégicos, documento de opinión, 24 de agosto de 2015. DAVID, Charles Philippe. La guerra y la paz. Icaria. Barcelona, 2008. GIRARD, René. La violencia y lo sagrado. Anagrama. Barcelona, 2005. GLUKSMANN, A. El discurso del odio. Taurus. Madrid, 2005. IGLESIAS, Juan José. La violencia en la historia: análisis del pasado y perspectiva sobre el mundo actual. Universidad de Huelva. Huelva, 2012. BERKOWITZ, L. Agresión: causas, consecuencias y control. Desclée de Brower. Bilbao, 1996. MARTÍNEZ PACHECO, Agustín. La violencia, conceptualización y elementos para su estudio. En https://www.scielo.org.mx/pdf/polcul/n46/0188-7742-polcul-46-00007.pdf

2 LÓPEZ SOJO, Dagoberto. El cristiano ante el problema de la violencia. En https://www.antonianumroma.org/public/pua/dispense7/1.%20DagoViolencia.pdf REVISTA RESEÑA BÍBLICA NÚMERO 108. La violencia en la Biblia: una visión general de 360 grados. Verbo Divino. Estella, 2020. BAUCHAMP, Paul & VASSE, Denis. La violencia en la Biblia. Verbo Divino. Estella, 1992. LOHFINK, Norbert. Violencia y pacifismo en el Antiguo Testamento. Desclée de Brower. Bilbao, 1990.

3 Mateo 5: 43-48

4 MALISHEV, Mijail. Venganza y ley del talión. En https://www.redalyc.org/pdf/4463/446344563003.pdf FROMM, Erich. Anatomía de la destructividad humana. Siglo XXI. México D.F., 1997. TERRADAS SABORIT, Ignasi. Justicia vindicatoria. Consejo Superior de Investigaciones Científicas CSIC. Madrid, 2008. FRANCO , Gabriel. Las leyes de Hammurabi. En https://www.core.ac.uk/download/pdf/268241993.pdf

5 Mateo 5: 38-39

6 LILLO, José Luis. Sobre el perdón y la reconciliación, una perspectiva psicoanalítica. En Revista Temas de Psicoanálisis número 7, páginas 1-35. Sociedad Española de Psicoanálisis. Madrid, enero de 2013. CRESPO, M. El perdón, una investigación filosófica. Encuentros. Madrid, 2004. ETXEBERRIA, Xavier. El perdón y la reconciliación en la convivencia cívica. Instituto Catalán Internacional por la Paz ICIP. Barcelona, 2018. GARRIDO-RODRÍGUEZ, Evelyn. El perdón en procesos de reconciliación: el mecanismo micropolítico del aprendizaje para la convivencia. En https://www.scielo.org.co/pdf/papel/v13n1/v13n1a05.pdf

7 Mateo 5: 48

8 ORTIZ MILLÁN, Gustavo. Los enemigos y los efectos racionales del odio. En Revista Dianoia volumen LXIX número 53, páginas 33-56. Universidad Nacional Autónoma de México UNAM. México D.F., noviembre, 2004. BONNET, Piedad. Apuntes sobre el discurso del odio en la sociedad contemporánea. En Revista Desde el Jardín de Freud número 19, páginas 177-186. Escuela de Estudios en Psicoanálisis y Cultura, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, enero-diciembre 2019.

9 SÓDING, Gerardo José. Padre, perdónalos: el perdón difícil y la novedad de Jesús. En Revista Teología tomo XLVI número 100, páginas 447-464. Pontificia Universidad Católica Argentina. Buenos Aires, diciembre 2009. DE SOUZA MOITAS, Yochabel. El carácter transformador y los límites del perdón. Una reflexión acerca del proceso de reconciliación en Sudáfrica. Tesis para optar al título de Doctor en Filosofía, Universidad Autónoma de Barcelona (Tutora: Victoria Camps). Barcelona, 2015. MANDELA, Nelson. El largo camino hacia la libertad. Aguilar. Madrid, 2010. CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA. Artesanos del perdón, la reconciliación y la paz. CEC. Bogotá, 2016. LÓPEZ PÉREZ, Elías. La liberación desde la reconciliación: la alianza preferencial con el enemigo. En Revista Theologica Xaveriana número 179, páginas 251-268. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2015. SERVICIO JESUITA A REFUGIADOS COLOMBIA. Herramientas para la reconciliación: sanando las heridas del conflicto y reconstruyendo los vínculos y el tejido social a nivel personal, comunitario, político y ecológico. Material de seis cartillas para trabajo en grupos. Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús. Bogotá, 2020.

10 BESTANI, Juan Felipe. Santidad y felicidad en el siglo XXI. Lumen. Buenos Aires, 2019. HÄRING, Bernhard. Llamados a la santidad. Herder. Barcelona, 1985. SANTOS , Felipe. La santidad hoy: cómo ser santos en una sociedad inhumana? En https://www.autorescatolicos.org/felipesantoslibros526.pdf PAPA FRANCISCO . Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate sobre la llamada a la santidad en el mundo actual. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2018.

11 Levítico 19: 17-18

12 1 Corintios 3: 16-17

13 GIL SOLDEVILLA, Samuel. Teología del templo en el Nuevo Testamento, deslocalización y desplazamiento hacia el Templo del Espíritu. En https://www.core.ac.uk/download/pdf/61486216.pdf DOMÍNGUEZ, José Arturo. Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu. En https://www.dadun.unav.edu/bitstream/10171/4996/1/JOSE%20ARTURO%20DOMINGUEZ.pdf MOLTMANN, Jürgen. La dignidad humana. Sígueme. Salamanca, 1993. LOBATO, Abelardo. Dignidad y aventura humana. San Esteban. Salamanca, 1997. MASIÁ CLAVEL, Juan. Ser humano, persona y dignidad. Desclée de Brower. Bilbao, 2010. BIERI, P. La dignidad humana: una manera de vivir. Herder. Barcelona, 2017. SARDIÑAS IGLESIA, Loida Lucía. Dignidad humana: concepto y fundamentación en clave teológica latinoamericana. Universidad de Santo Tomás. Bogotá, 2018.



14 SCHYLLEEBECKX, Edward. Los hombres, relato de Dios. Sígueme. Salamanca, 1994. LÜKE, Ulrich. El mamífero agraciado por Dios. Sígueme. Salamanca, 2018. RUIZ DE LA PEÑA, Juan Luis. Imagen de Dios. Antropología teológica fundamental. Sal Terrae. Santander, 1996. GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. Proyecto de hermano : visión creyente del hombre. Sal Terrae. Santander, 1987. MARTÍNEZ DÍEZ, Felicísimo. Creer en el ser humano, vivir humanamente. Antropología en los Evangelios. Verbo Divino. Estella, 2012.

15 Mateo 5: 38

16 Mateo 5: 47-48

domingo, 12 de febrero de 2023

COMUNITAS MATUTINA 12 DE FEBRERO 2023 DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

 

Delante de ti tienes fuego y agua; escoge lo que quieras. Delante de cada uno están la vida y la muerte, y cada uno recibirá lo que elija”

(Eclesiástico 15: 16-17)



Lecturas:

  1. Eclesiástico 15: 14 – 20

  2. Salmo 118: 1-5;17-18 y 33-34

  3. 1 Corintios 2: 6 – 10

  4. Mateo 5: 17 – 37



Un elemento que identifica claramente la modernidad y la postmodernidad es la búsqueda afanosa del ser humano en pos de su libertad, la afirma a tiempo y a destiempo, las grandes expresiones de la cultura se hacen voceras de ese propósito, en muchos casos es radical este deseo total de autonomía. Ser libres, tomar las riendas de la vida, de la historia, no permitir “intervenciones” esclavizantes, trabajar con denuedo para liberarse de toda tutela. Es plenamente legítimo este deseo, nos identificamos ciento por ciento con el mismo.1 Pero también es preciso advertir que en esta apasionante tarea liberadora se esconden falacias, estudiadas a fondo por las ciencias humanas, particularmente el psicoanálisis, cuando se detectan “miedos a la libertad”, creación de nuevos sometimientos disfrazados de libre albedrío, como los que analiza con hondo sentido crítico Erich Fromm en un libro que así se titula.2

Concretamente nos referimos a las “esclavitudes” de la humanidad “libre” de los siglos XX y XXI: la sociedad de consumo, la fascinación por la lógica del mercado, la idolatría de la capacidad adquisitiva, la multitud de paraísos artificiales creados por el temor a las responsabilidades que trae la libertad, los fundamentalismos ideológicos, políticos, religiosos, la absolutización de ciertos liderazgos, los sometimientos emocionales, los hombres y mujeres “usados” de modo esclavista, con cifras aterradoras de los mismos. Muchos seres humanos son esclavos en la gran era de la liberación.3 Los sistemas totalitarios del siglo XX – nazismo, comunismo, dictaduras militares y regímenes de seguridad nacional en América Latina y en Africa – con los “ciudadanos” que los aplauden y respaldan, son también lenguaje elocuente del miedo a la libertad. Y qué decir de las evasiones de la realidad en el mundo de las sustancias psicoactivas y el llamado “retorno de lo religioso” con sus sectas y grupos cerrados que se apoderan de mentes y conciencias , en patético ejercicio de colonización mental y emocional.

Ser libre es un reto de primera magnitud para el ser humano adulto, demanda un ejercicio permanente de discernimiento, de ponderación responsable de todas las alternativas que presenta la vida, examen cuidadoso sobre la base de una gran seriedad existencial, siempre alerta para despejar la tentación del sometimiento. De modo especial llamamos la atención sobre la pérdida de libertad cuando la experiencia religiosa se malentiende y se convierte en dictadura de la conciencia con el trasfondo de un Dios autoritario que no admite intentos de autonomía. Son muchos los análisis del hecho y de las creencias religiosas, también las posturas de numerosos seres humanos, con abierta confrontación a las instituciones religiosas, a las imágenes de Dios, y a las consecuencias prácticas de esto, desde la afirmación de la libertad. Unos optan por abandonar la fe – ateísmo – otros someten la misma a rigurosa crítica – agnosticismo – y también muchos acceden a la genuina experiencia del Dios que libera.4

Vamos al rescate del carácter liberador de la fe en Dios y de la experiencia religiosa y espiritual, en el modo como nos ha sido revelada en Jesús de Nazaret. Por eso, humildemente acogemos el pensamiento crítico de aquellos maestros de la sospecha que en la segunda mitad del siglo XIX y en buena parte del XX hicieron severas confrontaciones a la religión y a las religiones.5 Carlos Marx desde la economía política nos habla de la “religión opio del pueblo”, Federico Nietzsche desde la moral propende por una condición humana emancipada de Dios y de superestructuras ideológicas. Sigmund Freud desde el psicoanálisis estudia las profundidades del inconsciente y se refiere a Dios como proyección de frustraciones no resueltas. No les parece que el Espíritu Santo pudo hablar a través de ellos?

Estamos entrando en una zona de alta susceptibilidad, para la Iglesia, para todas las tradiciones religiosas, para la cultura moderna, para todos los humanos, principales implicados en la cuestión. Jesús , en el texto del evangelio de este domingo, nos introduce en el más allá de la ley, en su espíritu, y nos conduce a la relación profunda de la libertad humana frente a Dios, cuestionando en su raíz la configuración legalista del judaísmo de su tiempo y dando una pauta decisiva para sus seguidores en todas las épocas de la historia6: “Y les digo que si la justicia de ustedes no es más grande que la de los maestros de la Ley y de los fariseos, no entrarán en el Reino de los cielos”. 7

El filósofo español Juan Martín Velasco estudia juiciosamente el impacto de la cultura moderna sobre la religión, la explicitación de la razón ilustrada y crítica, la secularización de la sociedad, los movimientos emancipatorios del siglo XX, las luces que brindan las ciencias sociales y humanas en esta perspectiva de autonomía, y ofrece unas líneas de superación del conflicto a partir de una espiritualidad cristiana que sintoniza con las grandes preocupaciones de la modernidad, poniendo a dialogar el espíritu original del Evangelio con tales aspiraciones liberadoras.8

La primera lectura nos sitúa frente a la gran posibilidad de ser libres: “ El te ha puesto delante fuego y agua, alarga tu mano y toma lo que quieras. Qué grande es la sabiduría del Señor, tiene un gran poder y todo lo ve!” 9, con esta escueta afirmación el autor bíblico reconoce el sentido de la libertad, el discernimiento, la postura del hombre ante alternativas que – debidamente ponderadas – le permiten tomar una decisión, en el ejercicio maravilloso de la responsabilidad, y de la capacidad de hacerse a sí mismo.10

A esto lo conocemos en lenguaje clásico como el libre albedrío, tema clave de la filosofía y de la teología porque hace parte esencial de todo ser humano que toma en serio su vida queriendo estructurarla responsablemente, examinando con sentido crítico las alternativas que se le plantean y decidiendo ante ellas el sentido mismo de su existencia, de lo que lo hace plenamente humano.

Por otra parte, la segunda lectura – de la primera carta a los Corintios – nos dice: “Sin embargo, entre los perfectos hablamos de sabiduría, pero no de la sabiduría de este mundo ni de los jefes de este mundo, abocados a la ruina, sino de una sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida por los jefes de este mundo….” . 11

Nos hemos referido frecuentemente a la colisión que se produce entre lo que Jesús plantea y la manera de ser y de pensar de ciertas mentalidades humanas, influídas por mentalidades legalistas, religioso-rituales, como las de los sacerdotes del templo de Jerusalén y los maestros de la ley. Jesús entra en abierta contradicción con estos “mapas mentales” porque no ve en ellas posibilidades de libertad , cifran su saber en cumplimientos externos sin conversión al amor de Dios y al amor del prójimo, simplemente observancias, las más de ellas verdaderamente opresoras. De la sabiduría de la cruz propuesta por Pablo es de la que requerimos para poder vivir en una feliz libertad nuestra relación con Dios y nuestra apropiación de lo que entendemos por esa voluntad suya y por ley.

El texto evangélico que se propone para este domingo sigue como continuidad de las bienaventuranzas. El autor está escribiendo para judíos convertidos al cristianismo, por eso su lenguaje y continuas referencias a las tradiciones de Israel, a sus prácticas religiosas. No hace estas alusiones en línea de continuidad con el judaísmo sino en abierta discontinuidad. En Jesús se supera la Ley y se entra en una nueva lógica de relación con Dios y con el prójimo.

La oferta de Jesús es opuesta a la de los fariseos y maestros de la ley, él defiende la actitud ante el espíritu de la ley y no el cumplimiento por sí mismo, desconectado este de Dios y de lo más íntimo del corazón humano, y advierte sobre el conocido peligro del legalismo. La redacción del texto utiliza la contraposición “Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados…..pero yo les digo….” para indicar con esto la radical novedad del espíritu de los mandamientos, que consiste en superar con creces lo que está mandado puntualmente: “Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: no matarás, pues el que mate será reo ante el tribunal. Pues yo les digo que aquel que se encolerice contra su hermano será reo ante el tribunal; el que llame a su hermano imbécil será reo ante el sanedrín; y el que le llame renegado será reo de la Gehenna de fuego”.12

En cambio, Jesús alude a las exigencias del propio ser, y en esto surge de nuevo la cuestión de la libertad, ser libre pertenece a lo más íntimo de la condición humana, Jesús así lo asume y por eso nos guía por el sendero fino del espíritu que ha de inspirar nuestras conductas y observancias, trascendiendo su materialidad formal e imprimiéndoles un significado liberador y definitivo: “Para ser libres nos ha liberado Cristo”. 13



1 SERRANO GÓMEZ, Enrique. Modernidad y Libertad. En Revista Estudios Políticos número 26, páginas 9-24. Insituto de Estudios Políticos. Medellín, enero-junio 2005. ARENAS CASTILLO, Camila. El concepto de libertad moderna: una lectura feminista de la promesa inacabada. Trabajo para optar al título de Magister en Filosofía. Universidad de Chile. Santiago de Chile, 2005. KANT, Emmanuel. Crítica de la razón pura. Alfaguara. Madrid, 1978; Crítica de la razón práctica. Losada. Buenos Aires, 1993. MARCUSE, Herbert. El hombre unidimensional. Planeta. Buenos Aires, 1993. NIETZSCHE, Federico. Más allá del bien y del mal. EDAF. Madrid, 1985. FREUD, Sigmund. El malestar en la cultura Alianza Editorial. Madrid, 2010.GONZÁLEZ GAMBOA, Jaime. La encrucijada de la libertad moderna. Tesis para optar al grado de Doctor en Filosofía. Universidad de Chile. Santiago de Chile, 2017. NOAH HARARI, Yuval. De animales a dioses. Debate. Bogotá, 2015.

2 FROMM. Erich. El miedo a la libertad. Paidós Ibérica. Barcelona, 1980; Y seréis como dioses. Paidós Ibérica. Barcelona. 199; La condición humana actual. Paidós. Barcelona, 2009; Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Fondo de Cultura Económica. México, D.F., 1971; El corazón del hombre. Fondo de Cultura Económica. México D.F., 2020.

3 GALÁN, Lola. Los nuevos rostros de la esclavitud. En https://www.fundacionpfizer.org/sites/default/files/01_los_nuevos_rostros_esclavitud.pdf RUIZ PÉREZ, Francisco José. Las idolatrías redivivas. En Revista Proyección número 46, páginas 305-316. Facultad de Teología de Granada. Granada, 1999. NIETZSCHE, Federico. El nuevo ídolo en Así habló Zaratustra. Alianza Editorial. Madrid, 2003; páginas 86-89. RUBIO GIL, Angeles & SAN MARTÍN PASCAL, María Angeles. Subculturas juveniles, identidad, idolatrías y nuevas tendencias. En https://www.injuve.es/sites/default/files/Revista96_11.pdf RUEDA, Eduardo & VILAVICENCIO, Susana. (Editores). Modernidad, colonialismo y emancipación en América Latina. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales CLACSO. Buenos Aires, 2018. ARENDT, Hannah. Los orígenes del totalitarismo. Alianza Editorial. Madrid, 2006. BAUDRILLARD, Jean. La sociedad de consumo. Siglo XXI Editores. México D.F., 2002. CABALLERO CALDERÓN, Eduardo. El buen salvaje. Planeta. Barcelona, 1966.

4 MARDONES, José María. Matar a nuestros dioses: un Dios para un creyente adulto. PPC. Madrid, 2007; Postmodernidad y cristianismo. Sal Terrae. Santander, 1988; Análisis de la sociedad y fe cristiana. PPC. Madrid, 1995. TORRES QUEIRUGA, Andrés, Fin del cristianismo premoderno. Sal Terrae. Santander, 2000. GARRIDO, Javier. El conflicto con Dios hoy. Sal Terrae. Santander, 2000. ROBINSON, John A.T. Sincero para con Dios. Ariel. Barcelona, 1969. TAMAYO ACOSTA, Juan José. Para comprender la crisis de Dios hoy. Verbo Divino. Estella, 2000.

5 TORRALBA, Francesc. Los maestros de la sospecha. Fragmenta Editorial. Barcelona, 2013. MANRESA, Ferrán. Maestros de la sospecha: críticos de la fe. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2007. RICOEUR, Paul. Freud: una interpretación de la cultura. Siglo XXI Editores. México D.F., 1999. NIETZSCHE, Federico. El crepúsculo de los ídolos. Alianza Editorial. Madrid, 2001. DELACAMPAGNE, Christian. Historia de la Filosofía en el siglo XX. RBA Libros y Publicaciones. Barcelona, 2022.

6 DUCQUOC, Christian. Jesús, hombre libre. Sígueme. Salamanca, 1976. JUSTO, Emilio L. La libertad de Jesús. Sígueme. Salamanca, 2014. BINZ, Stephen J. El Dios de la libertad y de la vida: un comentario sobre el libro del Exodo. Liturgical Press. Colegeville, 1995. SOBRINO, Jon . Jesucristo Liberador. Trotta. Madrid, 1991. COSTADOAT, Jorge. Cristo liberador, mediador absoluto del Reino de Dios. En Revista Teología y Vida volumen XLIX, páginas 97-113.Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago de Chile, 2008. GUERRERO, Jesús Alonso. Jesucristo, salvador y liberador: la cristología de Jon Sobrino. Tesis para optar al grado de Licenciado en Teología. Pontificia Universidad Gregoriana. Roma, 1986. LOIS FERNÁNDEZ, Julio. Jesús de Nazaret, el Cristo liberador. HOAC. Madrid, 1995.

7 Mateo 5: 20.

8 MARTIN VELASCO, Juan. El malestar religioso de nuestra cultura. Ediciones Paulinas. Madrid, 1993; La experiencia cristiana de Dios. Trotta. Madrid, 1995; El encuentro con Dios. Caparrós Editores. Madrid, 1997. DUQUE, Joao. Manuel. El Dios ocultado. Sígueme. Salamanca, 2017. JOHNSON, Elizabeth A. La búsqueda del Dios vivo: trazar las fronteras de la teología de Dios. Sal Terrae. Santander, 2008. McFAGUE, Sallie. Modelos de Dios: teología para una era ecológica y nuclear. Sal Terrae. Santander, 1994. CABADA CASTRO, Manuel. El Dios que da qué pensar: acceso filosófico antropológico a la divinidad. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1999.

9 Eclesiástico 15: 16-18

10 CASTILLO, José María. El discernimiento cristiano: por una conciencia crítica. Sígueme. Salamanca, 2001. LÓPEZ CORDERO, Martha Lucía. El discernimiento como educación responsable de la libertad desde las categorías de libertad, pecado y gracia. Propuesta teológica a partir de La Vida es Sueño de Pedro Calderón de la Barca. Trabajo de grado para optar al título de Magister en Teología. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2009. CATALÁ, Toni. Discernimiento y vida cotidiana. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2012. MIFSUD, Tony .El discernimiento: de la espiritualidad a la ética. En Revista Cuestiones Teológicas volumen 47 número 108, páginas 134-154. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, julio-diciembre 2020. RUIZ JURADO, Manuel. El discernimiento espiritual: teología, historia, práctica. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 2002.

11 1 Corintios 2: 6-7

12 Mateo 5: 21-22

13 Gálatas 5: 1

domingo, 5 de febrero de 2023

COMUNITAS MATUTINA DOMINGO 5 DE FEBRERO 2023 DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

 

Por eso, que la luz de ustedes brille ante los hombres , para que ellos vean sus buenas obras y den gloria al Padre de ustedes que está en los cielos”

(Mateo 5: 16)



Lecturas:

  1. Isaías 58: 7-10

  2. Salmo 111: 4-9

  3. 1 Corintios 2: 1-5

  4. Mateo 5: 13 – 16

Es de todos sabido el carácter esencial de la coherencia ética que se pide a cada ser humano como lenguaje de fidelidad a su conciencia,1 a Dios, si es creyente, a la misma humanidad, a las convicciones fundamentales que dan sustento a su existencia, como dice con honda sabiduría el salmo 111: “Se yergue, como luz para los buenos, el que es justo, clemente y compasivo. Tiene piedad y ayuda al hombre bueno, y lleva sus negocios en conciencia. El justo no vacila ni un momento, su recuerdo por siempre durará; no teme los rumores alarmantes, su corazón confía en el Señor. El hace caridad y da a los pobres; su honradez permanece para siempre, levantará su frente con honor”. 2 El ser humano que es fiel a su conciencia es luz para el mundo, en la seriedad de su opción fundamental, y en la forma concreta como esta estructura todas sus opciones particulares, su estilo de vida, su relación con las demás personas, su trabajo, su servicio a la sociedad, la pertenencia a su comunidad de fe, su modo de estar en el mundo. 3 Quien vive en ética, justicia y rectitud, contribuye a la dignificación de la humanidad.

Pero también hay que mirar el reverso de la moneda, la decadencia moral, la corrupción, el vacío ético, el relativismo a ultranza, todas las conductas que desdicen de esa dignidad inherente a lo humano. Son tantas las narrativas en este sentido, la precariedad de muchas gentes, su incapacidad para el respeto, su decidida voluntad de maltratar al prójimo, sus estratagemas para evadir la responsabilidad, sus muchos procederes ajenos a la vocación de fidelidad a la que nos llaman Dios y la vida. Este tipo de personas no son luz para el mundo, 4 no son salvación para nadie, traen degradación, muerte, decadencia, frustración de todo proyecto de autenticidad.

El evangelio de este domingo, inscrito en el espíritu de las Bienaventuranzas, nos invita a una existencia luminosa e inspiradora: “Ustedes son luz para el mundo. No se puede esconder una ciudad edificada sobre un cerro. No se enciende una lámpara para ocultarla, sino para ponerla en un candelero, a fin de que alumbre a todos los de la casa. Por eso, que la luz de ustedes brille ante los hombres, para que ellos vean sus buenas obras y den gloria al Padre de ustedes que está en los cielos”. 5 Jesús nos llama a ser significativos para la humanidad, salvíficamente signicativos.

Qué es , en definitiva, lo que salva y da sentido pleno al ser humano? Pregunta que se formula con gran simpleza pero que esconde el deseo más profundo que alienta en nosotros, el que moviliza todo nuestro proyecto vital. A esta cuestión responden los múltiples esfuerzos de la filosofía, las tradiciones religiosas, los núcleos de valores de las comunidades y grupos sociales, las configuraciones culturales, los desarrollos de la ciencia, el reconocimiento de la dignidad humana, la organización institucional y jurídica, la capacidad humana de amar, de entregar la vida a un ideal totalizante, y tantas manifestaciones del hombre en busca de un significado cabal para su existencia.

Muchas de estas realizaciones son atinadas y logran dar un sustento humanista, espiritual, a quienes las viven, constituyéndose como genuinos arraigos de trascendencia, de felicidad, de plenitud, de armonía y coherencia, pero también otras resultan insuficientes, unas porque sucumben a la tentación de la arrogancia , o porque se consideran la medida plena de todo lo que las personas pueden hacer en esta materia, o porque se constituyen en penosos escenarios de dominación y tiranía de unos humanos para otros, revistiendo en unos casos modalidades sofisticadas, y en otros vulgar atropello y depredación.

El fallecido pensador polaco Zygmunt Bauman 6 en su libro “Vidas desperdiciadas: la modernidad y sus parias”, aborda la gravísima problemática de lo que él llama “residuos humanos”, consecuencia de la modernidad, de cierto tipo de globalización brutalmente desigual, del desequilibrio siempre creciente entre naciones ricas y naciones pobres.

La presente reflexión aprecia profundamente todo lo que la humanidad hace para obtener su plenitud y su realización,7 y reconoce con optimismo tales tareas, pero al mismo tiempo se sitúa en postura crítica para encontrar las señales de oscuridad, de injusticia, de desazón, de ruptura de la esperanza y del significado trascendente de la existencia. Repetido: el buen ser humano salva a sus semejantes!!

Y, para no prolongarnos en un análisis excesivo de la cuestión, proponemos lo que señala Pablo en la segunda lectura de este domingo, a ver qué retos nos plantea, en la clave de lo que venimos analizando: “Yo mismo, hermanos, cuando fui donde ustedes a anunciarles el misterio de Dios, no confié mi mensaje al prestigio de la palabra o de la sabiduría, pues sólo quería manifestarles mi saber acerca de Jesucristo, y además crucificado” .8

Tantas personas generan su propia oscuridad porque han dado la espalda al carácter fundamental del amor, de la compasión, de la solidaridad, del reconocimiento comprometido del prójimo y han desacralizado el misterio de la vida. Pablo en sus palabras está hablando de una sabiduría superior, que no es de razonamientos humanos, y deposita la raíz de la misma en Jesucristo crucificado, realidad que a los ojos de cierta lógica es total insensatez . Si exploramos en el significado de estas palabras nos vamos a encontrar con el Dios que se vacía de sí mismo para darse todo al hombre en términos de salvación y de liberación, Dios que se encarna en el aspecto dramático de nuestra realidad, el sufrimiento, el mal, la injusticia, la muerte, asumiéndola para salvarla. 9

Nos damos cuenta del alcance de esta definitiva inserción de Dios a través de Jesús? Captamos la novedad sustancial que en él se nos ofrece? La manera como vivimos actualmente significa algo para otros en términos de consistencia ética y espiritual?

Lo que destaca en el Señor Crucificado es su lenguaje contundente de amor y de incondicional solidaridad con el género humano, susceptible este último de sucumbir en su ambigüedad y, en consecuencia, necesitado de salvación. Esto es lo que ilumina y da sabor a la nueva condición humana que surge de la implicación de Dios en nuestra historia: “Ustedes son la sal de la tierra. Y si la sal se vuelve desabrida, con qué se le puede devolver el sabor? Ya no sirve para nada sino para echarla a la basura o para que la pise la gente”. 10

El gran indicador para valorar al ser humano no reside en su disposición para el progreso material, sino en su apertura al amor definitivo, en su actitud de trascendencia, en su capacidad para construír un mundo incluyente, solidario, justo. Esto, que desde luego no es patrimonio exclusivo del cristianismo, sí hace parte de los elementos normativos del proyecto de Jesús, y al asumirlos nos juntamos con hombres y mujeres de buena voluntad para construír un mundo que refleje la trascendencia de Dios desde la amorosa sabiduría de la cruz.

La experiencia del apóstol Pablo es una proclamación constante de la sabiduría de la cruz, que desafía la vanidad de todos los poderes y poderosos del mundo, que pone en crisis los títulos humanos de soberbia y autosuficiencia, y nos indica contundentemente que es la lógica del amor la que salva e ilumina a la humanidad: “Me presenté débil, iba inquieto y con mucho temor, de manera que no tenía el lenguaje ni los discursos de los que saben hablar y conquistar a sus oyentes. Pero sí, se manifestó el Espíritu con su poder , para que ustedes creyeran, no ya por la sabiduría de un hombre, sino por la sabiduría de Dios”. 11

Las dos miniparábolas que trae hoy el texto de Mateo – la de la sal, la de la luz - puestas inmediatamente después de las bienaventuranzas, 12 son una referencia directa a la misión de los seguidores de Jesús.13 No estamos en el mundo para establecer una estructura religiosa en el sentido tradicional del término, similar a la de los fariseos y maestros de la ley, sino para comunicar la Buena Noticia que proviene de Dios, oferta misericordiosa para todos, primeramente para los desheredados y condenados, con el fin de alentar a una vida digna y esperanzada. Y esto es anunciar una gratuidad desbordante, que supera desmedidamente lo puntual y se convierte en el clima permanente de ser humanos en este camino propuesto por Jesús.

El profeta Isaías nos indica en qué consisten esa sal y esa luz: “Compartirás tu pan con el hambriento, los pobres sin techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas desnudo y no volverás la espalda a tu hermano. Entonces tu luz surgirá como la aurora y tus heridas sanarán rápidamente. Tu recto obrar marchará delante de ti y la Gloria de Yavé te seguirá por detrás”. 14



1 GIL HELLÍN, Francisco. La fidelidad a la conciencia, garantía de convergencia. En https://www.dadun.unav.edu./bitstream/1071/5888/1/FRANCISCO%20GIL%20HELLIN.pdf NEDONCELLE, Marcel. La fidelidad. Palabra. Madrid, 2002. BRUGUÉS, Jean Louis. La conciencia: Dios habla al corazón del hombre. En Revista Teología y Vida volumen 56 número 2, páginas 383.394. Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago de Chile, 2014. MORALES, José. Una visión cristiana de la conciencia. En https://www.core.ac.uk/download/pdf/83564156.pdf GARCÍA DE HARO, R. Qué es la conciencia habitual? En https://www.repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/14784/2/que-es-conciencia-habitual.pdf DE CELAYA, Ignacio. La sindéresis, principio de rectitud moral. En https://www.core.ac.uk/download/83558235.pdf VIDAL, Marciano. Para conocer la ética cristiana. Verbo Divino. Estella, 1989; Moral de Actitudes (3 volúmenes). Perpetuo Socorro. Madrid, 1990. MIFSUD, Tony. Ethos cotidiano: cómo interpretar éticamente la realidad? Universidad Alberto Hurtado. Santiago de Chile, 2006. VARGAS VARGAS, Jorge Eduardo. Formación de la conciencia moral: referentes conceptuales. En Revista Educación y Desarrollo Social volumen 3 número 1, páginas 108-128. Universidad Militar Nueva Granada. Bogotá, enero-junio 2009.

2 Salmo 111: 4-9

3 LUYPEN, William. Fenomenología del Derecho Natural. Carlos Lohlé. Buenos Aires, 1971. RAWLS, John. Teoría de la Justicia. Fondo de Cultura Económica. México, D.F., 2006. CAMPS, Victoria & GINER, Salvador. Manual de Civismo. Ariel. Barcelona, 1998. MARTÍNEZ NAVARRO, E. Etica para el desarrollo de los pueblos. Trotta. Madrid, 2000. GARCÍA, Dora Elvira & TRASLOSHEROS, Jorge (Coordinadores) Etica, persona y sociedad: una ética para la vida. Porrúa-Tecnológico de Monterrey. México, D.F., 2007. MARINA, José Antonio. Etica para náufragos. Anagrama. Madrid, 1999. CALDERÓN C. , Antonio. La convivencia social entre la ética y el pluralismo: una perspectiva desde Emmanuel Lévinas. En Revista Actualidades Investigativas en Educación, volumen 18 número 2, páginas 1-17. Universidad de Costa Rica. San José de Costa Rica, mayo-agosto, 2018.

4 BERTHIN SILES, Gerardo. El ser humano, la corrupción y la política. En https://www.scielo.org.bo/pdf/rcc/n5/a16.pdf MIRANZO DÍAZ, Javier. Causas y efectos de la corrupción en las sociedades democráticas. En Revista de la Escuela Jacobea de Posgrado número 14, páginas 1-26. Xalapa México, junio 2018. RODRÍGUEZ GARCÍA, N. y CAPARRÓS, Fabián. La corrupción en un mundo globalizado: análisis interdisciplinar. Ratio Legis. Salamanca, 2004. PARDO MANRIQUE, Román Angel. La corrupción como descomposición de las relaciones constitutivas del ser humano. Una reflexión teológica. En Revista Veritas número 41, páginas 89-115. Pontificio Seminario Mayor San Rafael. Valparaíso, diciembre 2018.

5 Mateo 5: 14-16

6 1925-2017. BAUMAN, Zygmunt. Vidas desperdiciadas: la modernidad y sus parias. Paidós. Barcelona, 2005. CALZADILLA, Ramón. La crisis humana como una crisis en la formación de valores. En Sapiens Revista Universitaria de Investigación volumen 11 número 2, páginas 57-74. Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Caracas, julio-diciembre 2010. FERRATER MORA, José . Las crisis humanas. Alianza Editorial. Madrid, 1983. ARENDT, Hannah. La condición humana. Paidós. Barcelona, 1998. VALVERDE, Carlos. Génesis, estructura y crisis de la modernidad. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1996.

7 KRAUSE, C. Ideal de la humanidad para la vida. En https://www.biblioteca.org.ar/libros/89759.pdf LEPP, Ignacio. La existencia auténtica. Carlos Lohlé. Buenos Aires, 1972. MORIN, Edgar. La vía para el futuro de la humanidad. Paidós. Barcelona, 2011. COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA GLOBALIZACIÓN. Por una globalización justa: crear oportunidades para todos. Organización Internacional del Trabajo OIT. Ginebra, 2004. ORTIZ CORONADO, Eduardo Flavio. Aporte de las religiones para la fundamentación racional de la moral en el orden mundial. Una mirada crítica a la ética mundial de Hans Küng. En Revista Tierra Nuestra número 11, páginas 109-125. Universidad Nacional Agraria La Molina. Lima, 2016. KÜNG, Hans. Proyecto de una ética mundial. Trotta. Madrid, 1991; En busca de nuestras huellas: la dimensión espiritual de las religiones del mundo. Debate. Barcelona, 2004. FROMM, Erich. La revolución de la esperanza: hacia una tecnología humanizada. Fondo de Cultura Económica. México D.F., 2000.

8 1 Corintios 2: 1-2

9 STEIN Edith. SANTA TERESA BENEDICTA DE LA CRUZ. Ciencia de la Cruz. Monte Carmelo. Burgos, 2014. SANCHO FERMÍN, Francisco Javier. Dentro del sanjuanismo moderno: la Ciencia de la Cruz de Edith Stein. En Revista Teresianum número 44, páginas 323-352. Facultad Teológica Teresianum. Roma, 1993. ROMÁN MARTÍNEZ, María del Carmen. Confundirá la sabiduría de los sabios: en busca de la sabiduría como criterio de discernimiento paulino. En Revista Proyección número 56, páginas 299-314. Universidad Loyola de Andalucía, Facultad de Teología de Granada. Granada, 2009. MOLTMANN, Jürgen. El Dios Crucificado: la cruz de Cristo como base y crítica de la teología cristiana. Sígueme. Salamanca, 2010. NSENGIMANA NIHIGO, Jean Bosco. La cruz histórica de Jesús de Nazaret: anuncio de una cultura de la hermandad universal y denuncia de la inédita inhospitalidad. En https://wwwrepositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/8476/1/cruz-historica-jesus-nazaret-anuncio.pdf BOFF, Leonardo. Pasión de Cristo, Pasión del Mundo. Sal Terrae. Santander, 1980.

10 Mateo 5:13

11 1 Corintios 2: 3-5

12 CHÉRCOLES, Adolfo. Las Bienaventuranzas, corazón del Evangelio. Mensajero. Santander, 2014. RADCLIFFE, Timothy. Ser cristianos en el siglo XXI: una espiritualidad para nuestro tiempo. Sal Terrae. Santander, 2016. TRIGO, Pedro. Espiritualidad encarnada: para vivir la novedad del Vaticano II. Sal Terrae. Santander, 2022; Jesús, nuestro hermano. Acercamientos orgánicos y situados a Jesús de Nazaret. Sal Terrae. Santander, 2018.

13 FRICKE, Roberto. Las parábolas de Jesús: una aplicación para hoy. Mundo Hispano. El Paso, 2005. CENTRO BIBLICO VERBO DIVINO. Las parábolas de Jesús: Para leer el Nuevo Testamento. Verbo Divino. Quito, 2016. LOHFINK, Gerhard. Las cuarenta parábolas de Jesús. Verbo Divino. Estella, 2021.

14 Isaías 58: 8

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