domingo, 27 de noviembre de 2022

COMUNITAS MATUTINA 27 DE NOVIEMBRE 2022 DOMINGO I DE ADVIENTO CICLO A

 

Tengan en cuenta el momento en que viven y vayan pensando en espabilarse del sueño, pues la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe”

(Romanos 13: 11)

Lecturas

  1. Isaías 2: 1-5

  2. Salmo 121: 1-9

  3. Romanos 13: 11-14

  4. Mateo 24: 37-44

Cómo llegamos a este Adviento de 2022, del que se nos dice que es tiempo de esperanza porque las promesas de Dios se dibujan en el horizonte? Un mundial de futbol como el de Qatar, teñido de la sangre de miles de obreros trabajando a destajo en la construcción de suntuosos escenarios deportivos, malamente pagados según el capricho de los poderosos jeques del petróleo; en nuestro país la expectativa de una “paz total”, después de tantos años de violencias y de cifras enormes de muertos, desplazados y desaparecidos; el alza notable en el costo de vida que afecta en demasía los presupuestos de la mayoría de familias, con toda su carga de limitaciones y estrecheces; y, como siempre, la sociedad de consumo desatada en su frenesí de compras y gastos desmesurados.1

Cuál es, entonces, la postura realista de la humanidad ante estos hechos, cuyo dramatismo nos interroga y exige respuestas críticas, contundentes, capaces de impactar en la vida de nuestras sociedades y de nuestras comunidades de fe? Cómo vivir este Adviento desde Jesús, desde su Evangelio? 2 Debemos hacer un esfuerzo para re-significar los contenidos propios de este tiempo, porque son muchos los discursos y prácticas religiosas cristianas bastante triviales, fundamentalistas y desconectados del universo real de los seres humanos, de los escenarios cotidianos donde se viven simultáneamente los fracasos-sufrimientos y las búsquedas de sentido.

No es del caso entrar en explicaciones de fondo para estudiar las causas de estas visiones incompletas de nuestra fe, pero sí expresar la preocupación que esto genera, con la consiguiente búsqueda teológica y pastoral de hacer una afirmación integral de los elementos que conforman la Buena Noticia de Jesús: la plenitud de todos los seres humanos en Dios cuando pasemos la frontera hacia El, pero al mismo tiempo una anticipación comprometida, eficaz, gozosa, de la dimensión histórico-existencial de este mensaje, con su consiguiente influjo en una vida proactiva, capaz de dotar de significado trascendente todo el quehacer constructivo y creador de los seres humanos, también para que quienes nos involucramos en esta visión creyente hagamos una opción preferente, real y eficaz, por aquellos hermanos nuestros a quienes no llegan las mejores razones para vivir con significado y dignidad. 3 Adviento no es , entonces, un pasatiempo, un elemento de “checking list” en el calendario religioso del año, es una manera de ser humanos, siempre en clave de esperanza con el indispensable referente de realidad, de encarnación, que no nos exime de la conexión comprometida con los clamores del ser humano en este momento de la historia.

El ministerio del profeta Isaías, muy destacado en el Antiguo Testamento, se realiza en un período de angustia, por varias razones. La primera es que el pueblo reducido de Judá está acosado por las presiones de dos países poderosos, Asur y Egipto, deseosos de devorar a esta pequeña comunidad. 4La segunda, porque la religiosidad de estos creyentes es apenas ritual, formal, con poca pasión por Dios y por su proyecto.

Consciente de estas limitaciones, el profeta se presenta como un testigo de la esperanza:”En tiempos futuros, el cerro de la Casa de Yavé será el más alto de los cerros y se elevará por encima de las lomas5 . No ignora la crisis ni el vacío de sentido que viven sus contemporáneos, pero hace evidente que su misión procede de un Dios totalmente comprometido con la plenitud de su gente: “Gobernará a las naciones y administrará justicia a muchos pueblos. Harán arados de sus espadas y sacarán hoces de sus lanzas. Una nación no levantará la espada contra la otra…”6 y por eso invita: “Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz de Yavé7.

Esto compromete a la comunidad de fe a cambiar su culto inerte, estereotipado, frío, por un tipo de vida coherente, que signifique con el propio relato vital la certeza de que Dios es el aval de su historia, y que esto se significa en la paz, en el respeto mutuo, en la armonía, nuevo orden de sentido que expresa como Yavé sí es el fundamento de esta realidad llamada a una transformación radical. Lo que está en juego el paso cualitativo de una religiosidad “ideológica”, formal, sociocultural, a una experiencia transformadora del Dios viviente. 8

Cómo discurre esto en Colombia y en el mundo? Desde los análisis académicos rigurosos hasta la misma experiencia de contacto con estas condiciones dramáticas y dolorosas, podemos dar fe de que en este mundo, a muchísimos hombres y mujeres se les niega la posibilidad de vivir dignamente; decisiones políticas y económicas que privilegian los grandes capitales en contra de los requerimientos de las mayorías; desastres naturales que afectan a los más pobres porque las condiciones de su infraestructura no están preparadas para hacer frente a la fuerza desbordada de la naturaleza; sociedades de bienestar sofocadas en el consumo y en la vida placentera, desconocedoras de estos abrumadores y permanentes acontecimientos.9

Con el lenguaje de “lo que está en lo alto”, de la “luz”, los textos bíblicos nos están invitando a detectar el pre-texto de Dios, su pasión en extremo generosa por el ser humano y su felicidad, su deseo de hacer de esta historia un ámbito en el que la trascendencia del amor y de la libertad determinen todo el ser y la práctica de la condición humana : “Levanto mis ojos a los montes, de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra10.

Cuando Pablo nos advierte: “Ustedes saben en qué tiempo vivimos y que ya es hora de despertar. Nuestra salvación está ahora más cerca que cuando comenzamos a tener fe: la noche avanza,está cerca el día 11, nos está proponiendo interpretar estos signos de los tiempos en clave teologal, y derivar de ahí novedades sustanciales para nuestro modo de vivir. A eso, en lenguaje de cristianos raizales, le llamamos conversión, cambio de mentalidad, reorientación de nuestras motivaciones y prioridades: “ Dejemos entonces las obras propias de la oscuridad y tomemos las armas de la luz12 .

Para nosotros esa luminosidad de Dios es el mismo Señor Jesús: “Más bien, revístanse de Cristo Jesús, el Señor” 13. Con estos elementos, se trata de hacer un examen de conciencia juicioso, individual y comunitario, para detectar dónde residen nuestros afectos desordenados y cuáles sus consecuencias: afanes de superioridad, lejanía de los pobres, consumismo, derroche, vanidad religioso-moral, culto al poder, intrigas y maquiavelismo, religiosidad ritual, enfriamiento del matrimonio y de la familia, infidelidades, trabajo ejercido sin perspectiva de servicio, acumulación de riquezas, autojustificaciones, oscuridad, injusticia.

El tono apocalíptico del texto de Mateo es una invitación clarísima al reconocimiento humilde de estas deficiencias nuestras, y a la actitud de vigilancia que debe determinar la totalidad de nuestro proyecto de vida: "Por eso, estén ustedes prevenidos, porque no saben qué día vendrá su Señor”14. La alternativa no es “arreglar las cosas a última hora” después de haber llevado una existencia desordenada y egoísta, que tampoco parte del temor a la posible inminencia de la muerte. Lo que se propone es una vida según el Espíritu, fundamentada en Dios y en el prójimo, con la clara vivencia del proyecto de vida que se desprende del Evangelio.15

Caminar por los senderos de Dios no es para construír una sociedad de perfectos, con el estilo arrogante de quienes se sienten mejores que los demás, al modo fariseo fustigado por Jesús. Esta es una propuesta para gentes humildes, que saben que el sentido definitivo de la vida no nos lo damos por nosotros mismos. El ser humano es radicalmente necesitado de Dios, de su vitalidad , y también necesitados de los demás seres humanos en clave de comunión y de solidaridad.

Vivir así es, por una parte, derribar todos los ídolos de la autosuficiencia y, por otra, acoger a cada persona como prójimo, como compañero de camino, en la seductora historia de los que construyen con esperanza esta nueva manera de vivir llamada Evangelio, siempre incluyente y dispuesta a la donación de todo nuestro ser. El advenimiento-adviento de Jesús se logra en el propio advenimiento. Es el desembarco de sí mismo en la propia conciencia para trascender hacia Dios y hacia los demás. Con esta sensibilidad empezamos el Adviento 2022 y el nuevo año litúrgico, en el que seremos acompañados principalmente por el evangelio de Mateo.



1 PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO PNUD. Informe sobre desarrollo humano 2021-2022. Naciones Unidas. New York, 2022. ROXANA, Mauricio. Un crecimiento débil y crisis global frenan la recuperación del empleo en América Latina y el Caribe. Organización Internacional del Trabajo OIT. Ginebra, 2022. FRENKEL, Roberto & RAPETTI, Martín. La crisis mundial desde la perspectiva de los países en desarrollo: algunas reflexiones. En https://www.nuso.org/articulo/la-crisis-mundial-desde-la-perspectiva-de-los-paises-en-desarrollo-algunas-reflexiones/ MACKENZIE, Eduardo. La crisis colombiana del año 2022. Dipon. Bogotá, 2022. LOPEZ HERRAIZ, Alberto. Mundial de Qatar 2022, corrupción en la FIFA. Trabajo de grado en periodismo, Universidad Complutense. Madrid, 2021.

2 ESTEVA, Gustavo. La crisis como esperanza. En Revista Bajo el Volcán volumen 8 número 14, páginas 17-53. Revista del postgrado de sociología. Benemérita Universidad Autónoma del Estado de Puebla, México; 2009. FINLEY, Mark. Esperanza para un mundo en crisis. Casa Editora Sudamericana. Buenos Aires, 2020. DE LUCA, Ana & LEZAMA, José Luis. La crisis del sistema de la vida. Reflexiones para una ecología política de la esperanza. En Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, volumen 66 número 242. Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, 2021. GUEVARA ARISTIZÁBAL, Juan Felipe & ESCHENHAGEN, María Luisa. Pensar en tiempos de crisis: cómo dialogar con la vida? En https://www.scielo.org.co/pdf/noma/n46/0121-7550-noma-46-00237.pdf MESA, Miguel Angel. Espiritualidad para tiempos de crisis. Desclée de Brower. Bilbao, 2015. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Olegario. La raíz de la esperanza. Sígueme. Salamanca, 1985. BLOCH, Ernst. El principio esperanza (3 volúmenes). Trotta. Madrid, 2007.

3 GARCÍA DE ANDOIN, Carlos. El desarrollo humano integral en la teología cristiana. En Revista de Fomento Social volumen volumen 73, número 2, páginas 211-223. Compañía de Jesús España. Madrid, 2018. LARRÚ, José María. Los valores, pilares del desarrollo humano integral. Un análisis en retrospectiva desde la propuesta de la Populorum Progressio. En Revista Miscelánea Comillas, volumen 76 número 149, páginas 375-407. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 2018. PAPA PABLO VI. Carta Encíclica Populorum Progressio sobre el Desarrollo de los Pueblos. Librería Editrice Vaticana. Roma, 1967. LUSSI, Carmen. Una mirada teológica al desarrollo humano integral. Publicación del Centro Scalabriniano de Estudios Migratorios, disponible en www.csem.org.br

4 GUERRA SUÁREZ, Luis María. Isaías, profeta de la esperanza. En Revista Almogaren volumen 29 número 1, páginas 121-133. Centro Teológico de Las Palmas. Palma de Gran Canaria, 2006. SANZ GIMÉNEZ-RICO, Enrique. Los profetas y la justicia. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 4 de noviembre de 2014. CENTRO BÍBLICO VERBO DIVINO. Los profetas hombres de Dios y del pueblo. Verbo Divino. Quito, 2015. MESTERS, Carlos y EQUIPO CRB. Lectura profética de la historia. Verbo Divino. Estella, 1999. JANTHIAL, Dominique. El libro de Isaías o la fidelidad de Dios a la casa de David. Verbo Divino. Estella, 2010.

5 Isaías 2: 2

6 Isaías 2: 4

7 Isaías 2: 5

8 CASTILLO, José María. Espiritualidad para insatisfechos. Trotta. Madrid, 2011; Dios y nuestra felicidad. Desclée de Brower. Bilbao, 2001. GALLI, Carlos María. La alegría siempre nueva del Evangelio y las novedades pastorales de Francisco. En https://www.repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/10695/1/alegría-siempre-nueva-evangelio.pdf RUSTER, Thomas. El Dios falsificado: una nueva teología desde la ruptura entre cristianismo y religión. Sígueme. Salamanca, 2011. DOMÍNGUEZ MORANO, Carlos. Creer después de Freud. Paulinas. Madrid, 1992. ESTRADA, Juan Antonio. Las muertes de Dios: ateísmo y espiritualidad. Trotta. Madrid, 2018. GARRALDA, Jaime. Desenterrar y vivir el Evangelio. Desclée de Brower. Bilbao, 2017. METZ, Johann Baptist. Memoria passionis: una evocación provocadora en una sociedad pluralista. Sal Terrae. Santander, 2007. GARRIDO, Javier. Introducción a la fe cristiana: para personas que buscan. Verbo Divino. Estella, 2019.

9 CORTINA, Adela y CARRERAS, Ignasi. Consumo, luego existo. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2003. SEMINARIO TEOLOGICO CRISTIANISMO Y JUSTICIA. Dios en tiempos líquidos: propuesta para una espiritualidad de la fraternidad. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2019. AUTORES VARIOS. La dignidad humana puesta en cuestión: aportes críticos en torno a una idea fundamental. Universidad de San Buenaventura. Bogotá, 2020. CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS. Fortalecer el compromiso cristiano con la dignidad humana y los derechos humanos. En https://www.oikoumene.org/es/resources/documents/strengthening-christian-commitment-to-human-dignity-and-human-rights BURITICÁ ZULUAGA, Diego. El concepto de persona humana en la tradición cristiana y su progresión hacia el personalismo. En Revista Cuestiones Teológicas volumen 41, número 96, páginas 467-493. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, julio-diciembre 2014. DÍAZ, Carlos. La persona como don. Desclée de Brower. Bilbao, 2001.

10 Salmo 121: 1-2

11 Romanos 13: 11-12

12 Romanos 13: 12

13 Romanos 13: 14

14 Mateo 24: 42

15 BERGER, Peter. Los numerosos altares de la postmodernidad. En busca de un paradigma para la religión en una época pluralista. Sígueme. Salamanca, 2016. GIMÉNEZ, Josep. Lo último desde los últimos: esbozo de esperanza y escatología cristianas. Sal Terrae. Santander, 2018. URíBARRI BILBAO, Gabino. Teología de ojos abiertos. Sal Terrae. Santander, 2018; Cosmovisión de la esperanza. En Revista Estudios Eclesiásticos volumen 81 número 317, páginas 435-456. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 2006. FLECHA ANDRÉS, José Román. La esperanza cristiana en el ocaso de las utopías. En Revista Salmanticensis número 60, páginas 17-42. Universidad Pontificia de Salamanca, 2013. LIBANIO, Juan Bautista. Utopía y esperanza cristiana. Dabar. México, 2000. MOLTMANN,Jürgen & WIESEL, Elie. Esperar a pesar de todo. Trotta. Madrid, 1996.

domingo, 20 de noviembre de 2022

COMUNITAS MATUTINA 20 DE NOVIEMBRE 2022 SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO CICLO C

 

El es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia: El es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la plenitud, y reconciliar por él y para él todas las cosas”.

(Colosenses 1: 18-20)



Lecturas:

  1. 2 Samuel 5: 1 – 3

  2. Salmo 121: 1 – 5

  3. Colosenses 1: 12 – 20

  4. Lucas 23: 35 – 43

Nombrar al Señor Jesús con el título mundano de rey resulta inadecuado, la presentación que nos hacen los evangelios es muy contraria a los modos del “mundo”: vemos a un Señor nacido marginalmente, en una familia también marginal, el curso de su vida se da en medios pobres, siendo él un pobre real, comunicando su Buena Noticia en la clave de las bienaventuranzas, mensaje a contracorriente de las pretensiones humanas de vanagloria, privilegios y dominación sobre los demás y, de remate doloroso y dramático, su muerte en cruz, ajusticiado por el poder religioso y por el poder político de su país, Palestina. El relato teologal de Jesús es desafío y provocación a todas las pretensiones humanas de autoritarismo y arrogancia. 1

El Cristo Rey al que hoy celebramos es el antirrey, el que decepciona las expectativas mesiánicas de Israel, que en su imaginario tenía la expectativa de un Mesías poderoso militar, emperador dueño de todos los poderes para salvar al pueblo elegido o notable reformador religioso que vendría a poner “orden” en las prácticas rituales y morales de estas tribus. La esperanza mesiánica era manifestación de una necesidad político-religiosa, que demandaba un liderazgo poderoso para estructurar al pueblo,2 en determinado momento de su historia marcado por fracasos y derrotas.

Jesús no corresponde a estos imaginarios mesiánicos. El evangelio de hoy nos presenta cómo reina Jesús el Cristo: no desde un trono imperial sino desde la cruz donde los poderosos del mundo crucifican a los justos y a los inocentes: “También los soldados se burlaban de él; se acercaban , le ofrecían vinagre y le decían: si tú eres el rey de los judíos, sálvate! Había encima de él una inscripción: este es el rey de los judíos”. 3

Lo de Jesús es diametralmente opuesto a la lógica de los poderes mundanos, incluídos los religiosos. Lo suyo es anunciar un nuevo orden de vida – lo que llamamos BUENA NOTICIA – que, desde la paternidad de Dios, incluye a todos los seres humanos, principalmente a quienes sistemáticamente son impedidos de vivir con dignidad, para construír una cultura de comunión , de mesa compartida, de solidaridad y de justicia. Eso que designamos como reino de Dios es el “modus operandi” de Jesús, que lo hace sin fundamentarse en la tradicional mentalidad de dominación-opresión.4

Sin ánimo de torpedear la comunión eclesial, conviene recordar que esta fiesta de Cristo Rey, instituída en 1925 por el Papa Pío XI5, si bien tiene la intención de destacar el señorío de Jesús y su primacía en la creación y en la historia, también tuvo el componente “ideológico” de reaccionar ante la pérdida de los Estados Pontificios, propiciada por el movimiento italiano de reunificación, y también ante el creciente secularismo con su alta cuota de agnosticismo y ateísmo. Como sea, es fundamental el rescate de la memoria y la purificación evangélica del señorío de Jesús y de su realeza, ciento por ciento incompatible con los poderes mundanos. Este proceso nos ayuda a todos en la Iglesia a rescatar la originalidad irreductible del Señor Jesucristo.

Cómo anunciar la realeza de Cristo en este mundo generador de seres humanos compradores y consumidores, competitivos, individualistas, sofocando sus subjetividades en una tecnología que rompe los vínculos interpersonales? Qué decimos a esa multitud de seres humanos abandonados, desconocidos, humillados, dominados por poderes políticos y económicos abiertamente denigrantes de su dignidad? Cómo llegar con este mensaje a las masas de la humanidad empobrecida, a los millones de víctimas de la demencia beligerante de los poderosos, a las madres cabeza de familia con sus hijos expuestos a pobrezas humillantes? 6

La realeza de Jesús se arraiga en su realidad histórica, que, a partir de la experiencia pascual de los primeros discípulos, se hace sacramentalidad, en el mejor sentido teológico de esta expresión. Jesús es la visibilidad de Dios, su narrativa salvífica y liberadora, él nos demuestra la cercanía misericordiosa y compasiva de ese Padre que opta preferencialmente por el ser humano, para situarnos en la plenitud de sentido que nos ofrece como salvación y liberación.

El poderío real de Jesús no es, de ninguna manera, la entronización ideológica de una potestad que se enseñorea sobre todos los poderes del mundo. La potencia jesuánica – como lo señala el teólogo Jon Sobrino – es su implicación total con las cosas del Padre Dios y, en consecuencia, con las cosas de la humanidad, principalmente con aquella a la que le son negadas, por parte de los poderes mundanos, las posibilidades de sentido y de vida digna.7 El es la plenitud de Dios porque en él reside la plenitud de lo humano, y viceversa: él es la plenitud de lo humano porque en él habita la plenitud de lo divino. Esta es la genuina fe del cristianismo, y allí está el fundamento de su realeza.8

Con este domingo concluye el año litúrgico, destacando la figura de Jesús como plenitud de la historia, de la humanidad, mediación definitiva para el encuentro con Dios, tal como la expresa con gran profundidad el texto de la carta de Pablo a los Colosenses, segunda lectura de hoy: “El es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la plenitud y reconciliar por él y para él todas las cosas” 9

Se impone reflexionar sobre cómo Pablo y los primeros cristianos llegan a esta profunda y clarísima definición cristológica. Y para esto es preciso acudir a la lógica del Evangelio, a la de él mismo, en su disposición de servir a todos, no a ser servido, en su negativa a todo tipo de poder y preeminencia, en su despojo de toda gloria humana. Jesús es ,por excelencia, el ser que se ha negado a todo lo que tenga que ver con la grandeza que exalta el mundo.10

Sabemos que en la Cristología al Señor Jesucristo se le asignan varios títulos: Mesías, Hijo de Dios, Rey, entre los más recurrentes. Nos ocupa hoy el de rey, por el contenido de la solemnidad que celebra la Iglesia en este domingo. Es preciso decir que la de rey es la menos afortunada de las denominaciones que se le dan, justamente por todos los contenidos de su vida, de su misión, por su pobreza, por su cercanía a los desheredados, por su misma condición social, por su cruz, por su anuncio de la Buena Noticia en condiciones de no-poder, de sí-servir.

La primera lectura – de 2 Samuel – nos habla del rey como salvador en medio de grandes dificultades. Por diversas causas de tipo político y religioso el reino de Israel se había dividido en dos: reino del sur (Judá) y reino del norte (Israel), con gran animadversión entre ambos.

Y David, rey de Judá, es buscado por los del norte porque vieron en él la solución a las grandes crisis que vivían, esto era inaudito. Por la enemistad entre los dos reinos, era tal su carisma que acudieron a él en situación límite para hacerlo rey, para reconocerlo como principio de unidad y de superación del conflicto. Este es uno de los elementos que hacen de este hombre una leyenda en toda la historia del pueblo elegido: “Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel donde el rey, a Hebrón. El rey David hizo un pacto con ellos en Hebrón, en presencia de Yahvé, y ungieron a David como rey de Israel” 11

Es bueno recordar que cuando los israelitas pidieron un rey, los profetas se escandalizaron y consideraron esto una apostasía porque para ellos el único posible era Yahvé, no admitían otro tipo de liderazgo; entonces solucionaron el problema haciéndolo representante de Dios y por eso le ungieron. El simbolismo del ser ungido es de mucha densidad en el Antiguo Testamento porque significa que se le confiere la misión de conducir al pueblo en nombre de Dios. Este antecedente nos vuelve a la realeza de Jesús, en quien encontramos una radical referencia al Padre Dios y una permanente actitud para cumplir su voluntad sin reservas ni limitaciones.12

El texto de Lucas nos presenta a Jesús en la cruz, en medio de dos delincuentes, escarnecido y humillado, dato relevante para comprender la asignación que se hace a él del título de rey y para darle vuelta al significado mundano que habitualmente lo acompaña: “La gente estaba mirando. Los magistrados, por su parte , hacían muecas y decían: Ha salvado a otros; que se salve a sí mismo si es el Cristo de Dios, el elegido”. 13

La cruz es el trono de nuestro rey crucificado. Una constatación así debe ponernos en alerta contra el triunfalismo religioso que a menudo se ha colado en la vida de la Iglesia , también en nuestras ínfulas de superioridad. Lo nuestro es – en Jesucristo – dar vida, siguiendo el beneficio que de él hemos recibido, servir infatigablemente.



1 ALEGRE SANTAMARÍA, Xavier. MI reino no es de este mundo: conflictividad de la existencia cristiana en el mundo según el cuarto evangelio. En Revista Estudios Eclesiásticos número 54, páginas 499-525. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 1979; Al acecho del reino diferente: temas bíblicos básicos en clave liberadora. Nueva Utopía. Madrid, 2012. CÁCERES, Aldo Marcelo. El poder de Jesús: aproximaciones desde algunos textos y contextos. En Revista Estudios Agustinianos número 40, páginas 247-271. Estudio Teológico Agustiniano de Valladolid, 2005. CROSSAN, John Dominic. Jesús, vida de un campesino judío. Crítica. Barcelona, 1994. MEIER, John P. Un judío marginal: nueva visión del Jesús histórico (5 volúmenes). Verbo Divino. Estella, 2006. DUQUOC. Christian. Jesús, hombre libre. Sígueme. Salamanca, 1976. GUERRERO, José Ramón. El otro Jesús. Sígueme. Salamanca, 1978. MOLTMANN, Jürgen. El Dios crucificado. Sígueme. Salamanca, 2006.

2 SICRE, José Luis. El desarrollo de la esperanza mesiánica en Israel. En Revista Cuestiones Teológicas volumen 34 número 82, páginas 249-256. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, junio-diciembre 2007. BRAVO GALLARDO, Carlos. El pueblo en tiempos de Jesús: La no-historia del pueblo o el reverso de la historia. En https://www.redicces.org.sv/jspui/bitstream/10972/1099/1/RLT-1985-006-C.pdf GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. Locura y escándalo: un Mesías crucificado y una historia marcada por la cruz. En https://www.scielo.br/j/pteo/a/ms5HGMf4TPqmKrCWh8sCj3d/?lang=es El rosto humano de Dios: de la revolución de Jesús a la divinidad de Jesús. Sal Terrae. Santander, 2015.

3 Lucas 23: 36 - 38

4 CASTILLO, José María. El reino de Dios: por la vida y la dignidad de los seres humanos. Desclée de Brower. Bilbao, 1999. FARMER, William R. El Jesús histórico: llamada de Dios a la libertad por el amor. En IDEM. Comentario Bíblico Internacional. Verbo Divino. Estella, 2000; páginas 219-228. SOBRINO, Jon. Centralidad del Reino de Dios en la Teología de la Liberación. En ELLACURÏA, Ignacio & SOBRINO, Jon. Mysterium Liberationis: conceptos fundamentales de la Teología de la Liberación (2 volúmenes). UCA Editores. San Salvador, 2008; páginas 467-510, volumen 1. HORSLEY, Richard. La revolución del Reino: cómo Jesús y Pablo transformaron el mundo antiguo. Sal Terrae. Santander, 2005. THEISSEN, Gerd. El movimiento de Jesús: historia social de una revolución de los valores. Sígueme. Salamanca, 2005.

5 Achille Damiano Ambrogio Ratti, 1857-1939, papa desde 1922 hasta 1939. PAPA PÍO XI. Carta Encíclica Quas Primas sobre la fiesta de Cristo Rey. Librería Editrice Vaticana. Roma, 1925. ESCUDERO IMBERT, José. El pontificado de Pío XI, Papa Achille Ratti. En Revista Anuario de Historia de la Iglesia número 6, páginas 77-111. Universidad de Navarra. Pamplona, 1997.

6 BOFF, Leonardo. Teología del cautiverio y de la liberación. Paulina. Madrid, 1985. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. La mirada de Jesús sobre el poder. En Revista Teología y Vida volumen 55 número 1, páginas 83-104. Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago de Chile, 2014. PONCE CUÉLLAR, Miguel. Cristo, Siervo y Señor. Edicep. Valencia, 2007. OSORIO HERRERA, Byron León. Kénosis y donación: la donación como atributo divino. En Revista Cuestiones Teológicas volumen 41 número 96, páginas 347-376. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, julio-diciembre 2014. DUNN, James D. Redescubrir a Jesús de Nazareth. Sígueme. Salamanca, 2015. GAVRILYUK, P. El sufrimiento del Dios impasible. Sígueme. Salamanca, 2012. PAPA JUAN PABLOII. Jesucristo, aquel que se despojó de sí mismo. Catequesis en la audiencia general del miércoles 17 de febrero de 1988. https://www.vatican.va(/content/john-paul-ii/es/audiences/documents/hf_jp-ii_aud_19880217.pdf

7 BRAVO GALLARDO, Carlos. Jesús de Nazaret, el Cristo Liberador. En ELLACURÍA, Ignacio & SOBRINO, Jon. Mysterium Liberationis: conceptos fundamentales de la Teología de la Liberación (2 volúmenes). UCA EDITORES. San Salvador, 2008, páginas 551-573, volumen 1. URÍBARRI BILBAO, Gabino. El hijo se hizo carne: cristología fundamental. Sígueme. Salamanca, 2021. SCHNACKENBURG, Rudolph. La persona de Jesucristo: reflexiones en los cuatro evangelios. Herder. Barcelona, 1998. SESBOUÉ, Bernard. Jesucristo, el único mediador. Ensayo sobre la redención y la salvación (2 volúmenes). Secretariado Trinitario. Salamanca, 2010.

8 KASPER, Walter. Jesús, el Cristo. Sígueme. Salamanca, 2008. GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. La realidad del hombre nuevo: Jesús, Adán definitivo, y La vigencia del Hombre Nuevo para nosotros. En IDEM. La Humanidad Nueva: ensayo de Cristología. Sal Terrae. Santander, 2016; páginas 269-415. NOLAN, Albert. Jesús hoy: una espiritualidad de libertad radical. Sal Terrae. Santander, 2011. SIMONS CAMINO, Alberto. Ser humano: un ensayo de antropología cristológica. Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Lima, 2013. WHITE, Michael. De Jesús al cristianismo: un proceso de cuatro generaciones. Verbo Divino. Estella, 2007. COMISIÓN TEOLÓGICA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS EN AMÉRICA LATINA. Jesucristo, prototipo de humanidad en América Latina. Buena Prensa. México D.F., 2001. GONZÁLEZ, Carlos Ignacio. El es nuestra salvación: Cristología y Soteriología. Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM. Bogotá, 1991. SEGUNDO, Juan Luis. El hombre de hoy ante Jesús de Nazaret. Cristiandad. Madrid, 1983.

9 Colosenses 1: 18-20

10 VILLAMÁN, Marcos. Mesianismo y poder en el evangelio de Marcos. Centro Antonio de Montesinos. México D.F., 1988. ELIZONDO, Virgilio (Editor). Via Crucis: la pasión de Cristo en América. Verbo Divino. Estella, 1993. MALDONADO, Luis. La “exaltación” de Jesús en la cruz según el cuarto evangelio. Educ. Quito, 1980. MORONTA, Mario; Obispo de San Cristóbal (Venezuela). El Cristo de nuestra fe: reflexiones a partir de la cristología de la religiosidad popular venezolana. Gráficas Monfort. Caracas, 1991. TRIGO, Pedro. Los Cristos de América Latina: curso latinoamericano de cristianismo. Centro Gumilla. Caracas, 1989.

11 2 Samuel 5: 3

12 PAPA JUAN PABLO II. Homilía en Misa Crismal Jueves Santo , 9 de abril de 1998. “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ungió”. JOHNSON, Kevin. Cómo ha hecho Dios a Jesús, Señor y Mesías? En https://www.unisbc.edu.co/wp-content/uploads/2020/04/art02.pdf MERINO BEAS, Patricio. Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Universidad de Santo Tomás. Bogotá, 2015. LEON-DUFOUR, Xavier. Voz UNCIÓN en Vocabulario de Teología Bíblica. Herder. Barcelona, 1988; páginas 812. GONZALEZ-ALIÓ, José Luis. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo: la relación intrínseca entre mesianidad y filiación. En https://www.dadun.unav.edu/bitstream/10171/5648/1/JOSE%20LUIS%20GONZALEZ-ALIO.pdf

13 Lucas 23: 35

domingo, 13 de noviembre de 2022

COMUNITAS MATUTINA 13 DE NOVIEMBRE 2022 DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

 

Pero antes de esto, a ustedes les echaràn mano y los perseguirán. Los llevaràn a juzgar en las sinagogas, los meterán en la cárcel y los presentaràn ante reyes y gobernadores por causa mìa. Asì tendrán oportunidad de dar testimonio de mì”

(Lucas 5: 12 – 13)

Lecturas:

  1. Malaquìas 3: 19 – 20

  2. Salmo 97: 5 – 9

  3. 2 Tesalonicenses 3: 7 – 12

  4. Lucas 21: 5 – 19

Nos encontramos cerca de la conclusión del año litúrgico, nos restan este domingo y el siguiente, solemnidad de Jesucristo Rey del Universo. Como sabemos, el año así visto es un ciclo completo de catequesis en el que los textos bíblicos y los contenidos que de allí proceden son un servicio a la formación de los creyentes para crecer en una captación e interiorización de la totalidad del hecho cristiano, 1 el recurso bíblico más importante que se sigue es el de los tres evangelios sinópticos, así: en el ciclo A el evangelio de Mateo, en el ciclo B el evangelio de Marcos y en el ciclo C el evangelio de Lucas, este último es el que estamos concluyendo. Las lecturas bíblicas que se señalan para cada día no están allí de modo caprichoso o casual, tienen una intencionalidad y una pedagogía gradual para que los cristianos tengan un seguimiento continuo de la fe en el Señor Jesucristo, con el correspondiente propósito de traducirlo a su proyecto de vida.

La pretensión, si este formato sistemático se toma en serio, es que cada comunidad cristiana y cada discípulo de Jesús en particular, tengan una visión integral de la realidad salvadora y liberadora que Dios nos manifiesta en su Hijo, siguiendo los énfasis propios de cada uno de los tres relatos evangélicos conocidos como los sinópticos. 2

Los textos de este domingo nos plantean una visión de profundidad sobre el sentido de la historia desde la clave de Dios como plenitud de lo humano.3 En estas lecturas hay un lenguaje que en estudios bíblicos se llama mentalidad apocalíptica, amerita un fino trabajo de interpretación para no incurrir en un literalismo que puede causar miedos y angustias, debido al lenguaje que utilizan estos textos, muy propios de aquella cultura y de las posibilidades expresivas que la caracterizaban.

Recordamos ahora a los profetas de desgracias que predicen que en tal día y hora sucederá el fin del mundo, acompañado de desastres naturales y de señales de destrucción. Cada cierto tiempo surgen estas hipótesis creando confusión en muchísimas personas. Tal asunto se asocia con una predicación moralista y con un anuncio de los castigos de Dios para la maldad de la humanidad; lenguajes muy propios de los grupos religiosos fundamentalistas.4 Todo esto es falso y no expresa la realidad de un Dios a quien reconocemos en su esencia como compasivo y misericordioso. Tales tendencias transmiten imágenes falsas de Dios. No nos equivocamos al afirmar que allí hay alto contenido de “terrorismo religioso”, inaceptable por supuesto.

La visión cristiana de la historia de la humanidad es esperanzadora, constructiva, generadora de sentido. Sabe el cristianismo que el mundo y la historia son autónomos, que no hay un Dios “mágico” manejando de modo predeterminado los acontecimientos, esa concepción del “todo está escrito” es fatalista y no procede de la concepción original de nuestra fe, sabemos que hemos sido dotados de libertad y de capacidad de autodeterminación, creer en Dios no nos exime de la responsabilidad histórica. Esta constatación es alentadora y nos invita a ser gestores de nuestro destino.

El texto de Malaquías surge en un contexto bien explícito: en el siglo VI antes de Cristo muchos judíos fueron tomados como cautivos y deportados a Babilonia, perdieron su independencia para expresar su fe religiosa. Fue una catástrofe total. Surgieron muchos mensajes proféticos orientados a anunciar un futuro mejor, como este de hoy: “Pero para ustedes, los adeptos a mi Nombre, les alumbrará el sol de justicia con la salud en sus rayos, y ustedes saldrán brincando como becerros bien cebados fuera del establo” 5,los profetas pretendían alimentar la esperanza del pueblo en medio de la desolación que este despojo representaba para ellos, causado por el poder invasor del imperio babilónico. Es un operativo profético para rehacer el sentido de vida de los creyentes, que podemos comparar con la teología de la esperanza, que empezó a elaborarse en la Alemania de la postguerra, luego del desastre de la II guerra mundial, o también con nuestra teología latinoamericana de la liberación, que anima desde Dios a la lucha por un mundo justicia y de reivindicación de los pobres. 6

Ese esperado día de liberación, de restitución de su territorio y de su templo, nunca llegó, por eso los profetas derivaron hacia el anuncio de un mundo distinto, siempre mejor y definitivo en Dios, más allá de la historia, que se concreta en la bendición del “sol de justicia”, expresión que alude al mismo Yavé. En general, la historia de Israel estuvo atravesada por glorias y grandezas, pero también por derrotas y fracasos, muchos de ellos producto de su arrogancia y de su olvido de los fundamentos de su fe y de los compromisos adquiridos en el pacto de la alianza. La crisis, la pérdida de sus seguridades y garantías no fueron castigo de Dios, sino consecuencia de la vida desordenada que los llevó a la injusticia y al abandono de los valores que debían vivir como expresión de su coherencia en la fe.7

A la luz de esto, también estamos llamados a valorar nuestra vida real, lo que sucede en el mundo de hoy, lo que hemos vivido en el siglo reciente y lo que nos sucede en lo que va corrido de este. Malaquías y otros textos bíblicos de similar naturaleza contienen una teología de la historia que presenta, con un lenguaje propio de esas culturas semitas antiguas, la realidad humana frágil en búsqueda de sentido, dando a la misma un significado trascendente desde la experiencia de Dios que se revela como salvador y liberador, es decir, como el dador de sentido por excelencia.8

Es una tensión contradictoria permanente entre las maravillas que hace el ser humano, los avances del conocimiento y los desarrollos de la tecnología, la conciencia de la libertad y del valor esencial de la razón, la crítica rigurosa de los poderes que esclavizan y maltratan la dignidad humana, y la cadena interminable de guerras, totalitarismos, dictaduras, esclavitudes, destrucción del hábitat, economía deshumanizada, pobreza, exclusión, violación de los derechos humanos. Somos paradójicos!

Estas son señales de los tiempos que – como creyentes – estamos llamados a discernir en un saludable ejercicio de fe para entender nuestro presente y nuestro futuro, y para asumir la responsabilidad que nos corresponde como constructores de una mejor humanidad. La presencia cristiana en la historia tiene la vocación de iluminar y de dar significado trascendente al ser humano para que no absolutice ninguna realidad política o económica, ni a los líderes tampoco. La revelación de Dios en Jesucristo es revelación del nuevo ser humano llamado a insertarse en esa divinidad. 9 Sobre este mismo fundamento es imperativo someter a una exigente crítica las visiones religiosas deformadas, generadoras de temores ante un Dios eventualmente justiciero e implacable, para acceder a la fe genuina, que libera y da sentido.

El lenguaje que utiliza el texto de Lucas también es apocalíptico, propio de una tendencia del judaísmo de los tiempos de Jesús y de los posteriores a su muerte, la conciencia de un combate entre las fuerzas del bien y las del mal, contraste fuerte entre unas manifestaciones que anuncian el final del tiempo disponiendo a la humanidad para convertirse y aguardar la inminencia de la irrupción decisiva de Dios en la historia.

Ayudan a comprender este contexto las contradicciones que vivieron con particular intensidad las primeras comunidades cristianas. La oficialidad religiosa del judaísmo los detestaba por ser seguidores de Jesús, a quien ellos acusaron de hereje y blasfemo y condenaron a muerte. Para griegos y romanos resultaba incomprensible que estas personas depositaran toda su confianza en un crucificado que , visto en clave de poder, era un derrotado de la historia.

Eso ayuda a explicar bien el lenguaje que nos propone el evangelio: “Como algunos hablaban del Templo, de cómo estaba adornado de bellas piedras y de ofrendas votivas, él dijo: De esto que ven, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra, ni una que no sea derruída. Le preguntaron: Maestro, cuándo sucederá eso? Cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?”10 .

Es claro que Jesús no alude a una materialidad arquitectónica, la del templo, que era suntuoso y motivo de orgullo para los judíos. El se refiere a una manera de entender la vida, de relacionarse con Dios, eso es lo que se va a poner en crisis y es él mismo el responsable de suscitarla. 11 Socava un estilo religioso y propone una nueva manera de relacionarse con Dios y con el ser humano, para eso debe someter a confrontación el modelo que se simboliza en el Templo, que desatará su ira contra los profetas que sigan el camino que él señala: “Les echarán mano y los perseguirán; los entregarán a las autoridades de las sinagogas y los conducirán ante reyes y gobernadores por causa de mi Nombre. Esto sucederá para que den testimonio de mí”. 12 13 Jesucristo crucificado es la mayor confrontación a todas las pretensiones de los poderosos del mundo, la credibilidad definitiva no reside en las potencias que dominan al ser humano, sino en el amor que salva y redime.

A Jesús no le impresiona tanto ese posible fin del mundo cuanto la actitud ante la realidad, es el presente del ser humano lo que a él le interesa. La garantía la da la confianza en Dios, no “el templo” ni la absolutización de instituciones e ideologías, por eso es sano que de vez en cuanto estas seguridades entren en crisis, para que podamos llegar a lo esencial del proyecto divino.





1 PÉREZ TAMAYO, Matilde Eugenia. El año litúrgico. En https://www.semillitademostaza.files.wordpress.com/2013/05/el-ac3b1o-litc3bargico.pdf RUIZ GARCÍA, Elisa. El calendario litúrgico y su representación gráfica. En https://www.ucm.es/data/cont/docs/446-2013-08-22-08_ruiz%20garcia.pdf GOÑI BEASOAIN DE PAULORENA, José Antonio. Espiritualidad del año litúrgico. En https://www.paulorenaliturgia.com/wp-content/uploads/2019/11/La-espiritualidad-del-Año-Liturgico-Surge-73-2015-351-373.pdf BERNAL, José Manuel. Iniciación al año litúrgico. Cristiandad. Madrid, 1984; Para vivir el año litúrgico. Verbo Divino. Estella, 1997. LEBON, Jean. Para vivir la liturgia. Verbo Divino. Estella, 1987.

2 PIKAZA, Xabier. Para celebrar: fiesta del pan, fiesta del vino. Mesa común y Eucaristía. Verbo Divino. Estella, 2007. RATZINGER, Joseph. Introducción al espíritu de la liturgia. San Pablo. Bogotá, 2005. BOROBIO, Dionisio. La celebración en la Iglesia., volumen 1: Liturgia y sacramentología. Sígueme. Salamanca, 1987. GUARDINI, Romano. El espíritu de la liturgia. Agape. Buenos Aires, 2010.

3 LÓPEZ, Edgar Antonio. Teología de la historia como teología de la acción. En Revista Theologica Xaveriana volumen 65 número 180; páginas 471-496. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2005. VON BALTHASAR, Hans Urs. Teología de la Historia. Encuentro. Madrid, 1992. PANNENBERG, Wolfarth. La revelación como historia. Sígueme. Salamanca, 1977. BLOCH, Ernst. El principio esperanza (tres volúmenes). Trotta. Madrid, 2004. FRAIJÓ, Manuel. El sentido de la historia: introducción al pensamiento de W. Pannenberg. Cristiandad. Madrid, 1986. LAÍN ENTRALGO, Pedro. Antropología de la Esperanza. Labor. Barcelona, 1978. METZ, Johann Baptist. Dios y el tiempo: nueva teología política. Trotta. Madrid, 2002. MOLTMANN, Jürgen. Teología de la Esperanza. Sígueme. Salamanca, 2006.

4 MARDONES, José María. Para comprender las nuevas formas de la religión. Verbo Divino. Estella (Navarra, España), 1997. BOSCH, Juan. Para conocer las sectas. Verbo Divino. Estella (Navarra, España), 2000. PRAT, J. El estigma del extraño: un ensayo antropológico sobre sectas religiosas. Ariel. Barcelona, 1997.

5 Malaquías 3: 19

6 ALFARO, Juan. Hacia una teología del progreso humano. Herder. Barcelona, 1969; Esperanza cristiana y liberación del hombre. Herder. Barcelona, 1975; De la cuestión del hombre a la cuestión de Dios. Sígueme. Salamanca, 2005. GUTIÉRREZ MERINO, Gustavo. Teología de la Liberación: perspectivas. Centro de Estudios y Publicaciones CEP. Lima, 1971. ELLACURÍA, Ignacio. Historicidad de la salvación cristiana. En https://www.redicces.org.sv/jspui/bitstream/10972/1035/1/RLT-1984-001--A.pdf ALBURQUERQUE, Eugenio. Moral social cristiana: camino de liberación y justicia. San Pablo. Madrid, 2006. BOFF, Clodovis. Teología de lo político. Sígueme. Salamanca, 1981. CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE. Instrucción Libertatis Conscientia sobre libertad cristiana y liberación. Librería Editrice Vaticana. Roma, 1986; Instrucción Libertatis Nuntius sobre algunos aspectos de la teología de la liberación. Librería Editrice Vaticana. Roma, 1984. ALVES, Rubem. Cristianismo, opio o liberación? Sígueme. Salamanca, 1974. CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA. Identidad cristiana en la acción por la justicia. Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano. Bogotá, 1976. MOLTMANN, Jürgen. Esperanza para un mundo inacabado. Trotta. Madrid, 2017; La justicia crea futuro: política de paz y ética de la creación en un mundo amenazado. Sal Terrae. Santander, 1992;

7 ABREGO DE LACY, José María. Los libros proféticos. Verbo Divino. Estella, 2005. SICRE DÍAZ, José Luis. Profetismo en Israel. Verbo Divino. Estella, 2003. BLENKINSOPP, Joseph. Profetismo y profetas. En FARMER, William. Comentario Bíblico Internacional. Verbo Divino. Estella, 2000; páginas 867-872. BRUEGGEMANN, W. La imaginación profética. Sal Terrae. Santander, 1986. SICRE, José Luis. Con los pobres de la tierra: la justicia social en los profetas de Israel. Cristiandad. Madrid, 1985.

8 ALIAGA GIRBES, Emilio. El Apocalipsis de San Juan: lectura teológico-litúrgica. Verbo Divino. Estella (Navarra, España), 2008. MESTERS, Carlos. El Apocalipsis: la esperanza de un pueblo que lucha. Rehue. Santiago de Chile, PREVOST, J.P. Para leer el Apocalipsis. Verbo Divino. Estella, 1994. RICHARD, Pablo. Apocalipsis: reconstrucción de la esperanza. Departamento Ecuménico de Investigaciones DEI. San José de Costa Rica, 1994. SCHÜSSLER FIORENZA, Elizabeth. Apocalipsis: visión de un mundo justo. Verbo Divino. Estella, 1997. FOULKES, R. El Apocalipsis de San Juan: una lectura desde América Latina. Nueva Creación. Buenos Aires, 1989.

9 GONZALEZ FAUS, José Ignacio. Otro mundo es posible desde Jesús. Sal Terrae. Santander, 2016;Una Iglesia nueva para un mundo nuevo: justicia, paz e integridad de la creación en Gaudium et Spes. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2013. O´CALLAGHAN, Paul. Cristo revela el hombre al propio hombre. En https://www.core.ac.uk/download/pdf/83563189.pdf TABET, Miguel Angel. El hombre, imagen de Dios. En https://www.dadun.unav.edu/bitstream/10171/5949/1/MIGUEL%20A.%20TABET.pdf

10 Lucas 21: 5-7

11 ESTRADA, Juan Antonio. La pregunta por Dios: entre la metafísica, el nihilismo y la religión. Desclée de Brower. Bilbao, 2005. RATZINGER, Joseph. BENEDICTO XVI. Fe y futuro. Desclée de Brower. Bilbao, 2007. EIZAGUIRRE, José. Actitudes proféticas hoy: pasión por el creador, la creación y las creaturas. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria, 25 de noviembre de 2014. COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL. Comunión y servicio: la persona humana creada a imagen de Dios. Librería Editrice Vaticana. Roma, 2004. RUIZ DE LA PEÑA, Juan Luis. Imagen de Dios: Antropología Teológica Fundamental. Sal Terrae. Santander, 1988. ALLO, Gloria. El hombre, creatura de Dios: implicancias de la creatureidad. En https://www.repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/2258/1/hombre-creatura-dios-implicancias.pdf

12 Lucas 21: 12-13

13 PONCE CUÉLLAR, Miguel. El misterio del hombre. Herder. Barcelona, 2014. RIVERÓN CORTINA, Salvador. La persona humana: misterio que reclama respeto. En https://cbioetica.org/suplement/43_sup.pdf

viernes, 4 de noviembre de 2022

COMUNITAS MATUTINA 6 DE NOVIEMBRE 2022 DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

 

No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para El todos viven”

(Lucas 20: 38)



Lecturas:

  1. 2 Macabeos 7: 1 – 14

  2. Salmo 16: 1 – 8

  3. 2 Tesalonicenses 2: 16 a 3: 5

  4. Lucas 20: 27 – 38



La clave de comprensión de las lecturas de este domingo es la vitalidad definitiva de Dios,1 garantía que da sentido total a la existencia humana, respuesta al gran interrogante por el significado pleno de nuestra vida, respaldo a quienes viven en la rectitud y en la justicia, y título de eternidad que legitima la no disolución de la identidad personal en el momento de la muerte. Este es un asunto crucial para todos nosotros, lo constatamos en nuestra cotidianidad, y lo descubrimos en el esfuerzo que hacen las tradiciones espirituales y filosóficas para responder cabalmente a esta que podemos afirmar es la cuestión por excelencia de la humanidad.2

Pero principalmente lo vivimos cuando la “hermana muerte” toca nuestras puertas, con el fallecimiento de los seres queridos, o con la experiencia de nuestra radical fragilidad, en las diversas formas en que esta se manifiesta en nosotros. Aquí es donde surgen los grandes interrogantes existenciales, en especial el del sentido definitivo de la vida, el misterio de la muerte y del sufrimiento, y el empeño de conferir a todo nuestro ser y quehacer un significado trascendente. Vale decir, que el fenómeno de la muerte no sea la extinción total de lo nuestro, esta maravillosa vida, que los creyentes descubrimos como don de Dios, y que no nos resignamos a perder. 3

Si vamos al encuentro con la naturaleza, descubrimos con fascinación la cadena interminable de la vida y el dinamismo interno de ella misma para transmitirse de unos seres a otros; esta, en la inagotable diversidad de sus manifestaciones, es un renacimiento permanente. En este hecho fundamental podemos percibir la proyección de eternidad que es la base de nuestra esperanza, en ese continuo morir y resucitar las especies afirman con su propia identidad este prodigio avasallador. Sin embargo, gran compañera de la vida es la muerte, con todo su correlato de limitaciones, precariedad, contingencia, lugar donde estamos siempre en plan de pregunta, de búsqueda, afirmando a como dé lugar : no es posible que tanta maravilla sea perecedera. El sabio jesuita Teilhard de Chardin4 decía: “la muerte no es un accidente sobrevenido de manera fortuita: forma parte integrante, por construcción, del proceso de la creación”.

Don Miguel de Unamuno5 , el maestro del sentimiento trágico de la vida, rebelándose frente a la muerte y diciendo, que con razón, contra la razón o sin ella, no le daba la gana de morirse, que haría falta que lo cesaran de la vida, porque él no pensaba dimitir. Esta insurrección unamuniana es la que habita en la mayoría de los humanos, nos experimentamos finitos, frágiles, pero simultáneamente deseosos de la vida sin fin, de la permanencia en nuestro ser original.6 El pensador Baruch Spinoza, tomando la vocería de la humanidad, dice que “un hombre libre en nada piensa menos que en la muerte, y su sabiduría no es una meditación de la muerte, sino de la vida. 7

El Padre Gustavo Baena, S.J., profesor e investigador en estudios bíblicos y en teología en la Universidad Javeriana y en otros centros colombianos de formación teológica, nos decía con señalado énfasis que Dios es un especialista en vida, que El lo que sabe hacer es dar vida, que lo suyo es mantener a sus creaturas en el dinamismo de la vida, que el logro más completo de esa experticia es el ser humano, y que el método especializado de Dios para formar magníficos hombres y mujeres es el Señor Jesucristo. Este fue siempre uno de los grandes “leit-motiv” de este entrañable maestro. 8 Nos entusiasmó siempre con estas afirmaciones!

La primera lectura de hoy, del libro segundo de los Macabeos, nos pone ante una historia donde la muerte y la vida se juntan en misterioso y dramático binomio: “Siete hermanos fueron apresados junto con su madre. El rey, para forzarlos a probar carne de puerco (prohibida por la Ley), los flageló con azotes y nervios de buey. Uno de ellos, hablando en nombre de los demás, decía así: Qué quieres preguntar y saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que violar las leyes de nuestros antepasados9

El relato se inscribe en el contexto de las luchas sostenidas contra los soberanos seléucidas – entre ellos Antíoco Epifanes – para conseguir la libertad religiosa y política del pueblo judío, ahora dominados por estos invasores, deseosos de sofocar su inquebrantable confianza en Dios y su fidelidad a la Ley. Nos conecta de inmediato con los mártires y testigos de todos los tiempos de la historia, enfrentados a los poderes que no soportan su rectitud ni el carácter insobornable de sus conciencias. La fidelidad espiritual y moral es una señal inequívoca de la vitalidad de Dios en la interioridad de estas personas. Uno después de otro, estos hermanos Macabeos, con su heroica madre a la cabeza, van pasando al martirio de modo inquebrantable, con afirmaciones como esta: “Tú, criminal, nos privas de la vida presente, pero el Rey del mundo, a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitará a una vida eterna 10

Cada vez que parte un ser querido, o que vivimos nuestras propias situaciones límite, formulamos la pregunta mayor por la razón de nuestra vida, y nos ponemos en búsqueda de la respuesta, de la que hacen parte tantas bellas historias de fe y de amor, de donación amorosa de la existencia, de ofrendas con heroísmo, desde los primeros siglos del cristianismo hasta nuestros días.

Para los judíos no hubo una idea clara de la resurrección en los comienzos de su historia. Son los últimos escritos del Antiguo Testamento, los más próximos al tiempo de Jesús, los que empiezan a dar fe de esta certeza en la vida eterna, como Daniel, Macabeos y Sabiduría. Contribuyó mucho a implantar esta convicción la idea de que quienes morían por ser fieles a Dios y a sus mandamientos debían recibir una recompensa definitiva.11 Estos hermanos Macabeos y su madre acreditan con su martirio la confianza en este Dios que respalda plenamente su fidelidad con el premio de una vitalidad que se inserta totalmente en El y que, en consecuencia, es inagotable.12

Pasando al evangelio, nos encontramos con las habituales trampas que los hombres religiosos judíos pretendían poner a Jesús: “Se acercaron algunos de los saduceos, los que sostienen que no hay resurrección, y le preguntaron: Maestro, Moisés nos dejo escrito que si a uno se le muere un hermano casado y sin hijos, deberá tomar como mujer a la viuda para dar descendencia a su hermano…….13 Los saduceos eran uno de los grupos religiosos contemporáneos de Jesús, pertenecían a la aristocracia social y económica, su visión religiosa era profundamente conservadora y discrepaban totalmente de todo movimiento de reivindicación de los pobres y humildes, los mensajes y actitudes de Jesús en relación con los excluídos les repugnaban hasta el escándalo.

El les responde, limitándose a indicar la diferencia radical entre la vida presente y la futura: “Los hijos de este mundo toman mujer o marido, pero los que lleguen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellos marido, ni pueden ya morir , porque son como ángeles, y son hijos de Dios por ser hijos de la resurrección . 14

A la luz de este texto, la comparación con los ángeles significa que la humanidad en estas condiciones , que proceden de Dios mismo, pasa a una forma nueva de existencia, inmortal, en la que no están sujetos a las leyes del matrimonio ni a las de procreación. Jesús desarma la capciosa cuestión que le proponen los saduceos, dando el salto cualitativo que revela a Dios como el garante por excelencia del ser humano que vive en justicia y rectitud, y poniendo en tela de juicio la obsesión legalista propia de estos personajes. El Dios de Jesús es el Dios de la vida y de la libertad: la certeza pascual que aquí se vislumbra supera estas estrecheces mentales, tan pobres, tan reductoras de la grandeza humana.

Los discípulos de Jesús vivieron el fracaso y el desconcierto de la muerte trágica de su maestro, y tuvieron que descender al abismo de esta desolación, pero , gracias a la experiencia pascual del Crucificado, la condición humana se redimensionó. Ese acontecimiento de muerte-vida los implicó a ellos en este nuevo y total sentido de vida, la que no se termina, porque es la propia de Dios. Y también nos implica a nosotros. Definitivamente, el asunto de Dios es el asunto de la vida!15

El remate de la respuesta de Jesús a los saduceos es contundente: “No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para El todos viven”16 , lenguaje que es de la misma naturaleza que el de Pablo, en la segunda lectura de hoy: “Que el mismo Señor nuestro, Jesucristo, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado y nos ha dado gratuitamente una consolación eterna y una esperanza dichosa, los consuele y los afiance en toda obra y palabra buena17

El buen Dios recoge nuestra pasión por la vida, toma en serio nuestra gran pregunta por el sentido de la misma, sabe que la muerte y la precariedad nos estremecen, ante esto deposita en nosotros la semilla de la eternidad, nos hace inconformes y se inserta en nuestro ser para hacernos infinitos Y se hace relato definitivo en Jesús, en quien se resumen el dramatismo de la condición humana y la plenitud de la divinidad.











1 GUTIÉRREZ MERINO, Gustavo. El Dios de la vida. Centro de Estudios y Publicaciones CEP. Lima, 1989. MOLLÁ, Darío. Cristianos en intemperie: encontrar a Dios en la vida. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2006. DORADO SOTO, Antonio. Obispo de Málaga (España). Carta Pastoral Señor y Dador de Vida. Málaga, 1997. PAPA JUAN PABLO II. Carta Encíclica Dominum et Vivificantem sobre el Espíritu Santo. Librería Editrice Vaticana. Roma, 1986. REVISTA INTERNACIONAL DE TEOLOGÍA CONCILIUM. Número 342: Señor y dador de vida: el Espíritu hoy (número monográfico). Verbo Divino. Estella, septiembre 2011. TORRES QUEIRUGA, Andrés. El Dios de Jesús: aproximación en cuatro metáforas. En https://www.servicioskoinonia.org/biblioteca/teologica/QueirugaDios4Metaforas.pdf ; Repensar la Revelación: la revelación divina en la realización humana. Trotta. Madrid, 2008. ESCALANTE MOLINA, Luis Alfredo. Teología como argumentación creyente al servicio de la vida y de la no violencia. En Revista Theologica Xaveriana volumen 64 número 177, enero-junio 2014; páginas 99-126. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2014. MOLTMANN, Jürgen. El Espíritu de la vida. Sígueme. Salamanca, 1998.

2 BUENO, Gustavo. El sentido de la vida. En https://www.fgbueno.es/med/dig/gb96sv6.pdf CASTILLO, José María. Espiritualidad para insatisfechos. Trotta. Madrid, 2011. ESTRADA, Juan Antonio. El sentido y el sinsentido de la vida: preguntas a la filosofía y a la religión. Trotta. Madrid, 2010. WEIL, Simone. A la espera de Dios. Trotta. Madrid, 1993.

3 GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Olegario. Madre y Muerte. Sígueme. Salamanca, 1994. ANGARITA ARBOLEDA, Consuelo & DE CASTRO, Alberto Mario. Cara a cara con la muerte: buscando el sentido. En Revista Psicología desde el Caribe, número 9, enero-junio 2002, páginas 1-19. Universidad del Norte. Barranquilla, 2002. FRANKL, Viktor. Ante el vacío existencial. Herder. Barcelona, 1982. MAY, Rollo. El hombre en busca de sí mismo. Gredos. Madrid, 1982. RIVARA, Greta. Apropiación de la finitud: Heidegger y el Ser para la muerte. En https://www.scielo.org.mx/pdf/enclav/v4n8/v4n8a4.pdf SCHELER, Max. Muerte y supervivencia. Encuentro. Madrid, 2001. SARAMAGO, José. Las intermitencias de la muerte. Círculo de Lectores. Barcelona, 2005.

4 1881-1955. Científico jesuita francés notable por su estudio de la evolución desde la materia inanimada hasta lo que él llamó el nivel de la complejidad-conciencia presente en la racionalidad del ser humano. Su trabajo es definitivo para el diálogo entre la ciencia y la fe, superando el antagonismo promovido por algunos fundamentalistas de la razón ilustrada y por otros ídem del cristianismo católico, que juzgaban incompatibles las certezas de la fe con los hallazgos del conocimiento científico. TEILHARD DE CHARDIN. El medio divino. Taurus. Madrid, 1965; El fenómeno humano. Taurus. Madrid, 1965.

5 1864-1936. Ya referido en las notas de pie de páginas de estas reflexiones dominicales con su apasionada inquietud por el misterio de Dios, por el misterio del mal, por el misterio del sentido definitivo de la vida.

6 UNAMUNO, Miguel de. Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos. Biblioteca Nueva. Madrid, 1999.

7 1632-1677. Pensador holandés de origen sefardí, cuyos antepasados se remontan a España. De sus obras destacamos: “Tratado Teológico-Político”, “Tratado de la reforma del entendimiento”, “Pensamientos metafísicos”.

8 BAENA BUSTAMANTE, Gustavo. Fenomenología de la Revelación. Teología de la Biblia y hermenéutica. Verbo Divino. Estella, 2011.

9 2 Macabeos 7: 1-2

10 2 Macabeos 7: 9

11 DE LUBAC, Henri. El misterio de lo sobrenatural. Encuentro. Madrid, 2001.POLO, L. Antropología trascendental. Eunsa. Pamplona, 1991. KONDRLA, Peter. El ser abierto a la trascendencia. En Revista Sincronía número 68, julio-diciembre 2015, páginas 35-46. Departamento de Filosofía y Letras. Universidad de Guadalajara. HASSENHÜTTL, Hans. La trascendencia en el hombre: Dios está en medio de nosotros. En https://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol11/44/044_hassenhuttl.pdf ZUBIRI, Xavier. Naturaleza, historia, Dios. Alianza Editorial, Fundación Xavier Zubiri. Madrid, 1999; El problema teologal del hombre: Dios, religión, cristianismo. Alianza Editorial, Fundación Javier Zubiri. Madrid, 2005.

12 JIMÉNEZ G. Humberto. I Macabeos. En FARMER, William R. (Editor). Comentario Bíblico Internacional. Verbo Divino. Estella, 2000; páginas 662-676. ARANDA PÉREZ, Gonzalo II Macabeos. En FARMER, William R. Comentario Bíblico Internacional. Verbo Divino. Estella, 2000; páginas 677-686. GRELOT, Pierre. El libro de Daniel. Verbo Divino. Estella, 1999. ARANDA PÉREZ, Gonzalo. Daniel. Comentarios a la Biblia de Jerusalén. Desclée de Brower. Bilbao, 2006. BUSTO, José Ramón. La justicia es inmortal: una lectura del libro de la Sabiduría de Salomón. Sal Terrae. Santander, 1992. VÍLCHEZ, J. Sabiduría. Verbo Divino. Estella, 1990.

13 Lucas 20: 27-28

14 Lucas 20: 34-36

15 PAGOLA, José Antonio. Resucitado por Dios, capítulo 14 de su libro Jesús: aproximación histórica. PPC. Madrid, 2007; páginas 411-444. BRAMBILLA, Franco Giulio. El Crucificado Resucitado. Sígueme. Salamanca, 2003. FRAIJÓ, Manuel; ALEGRE, Xavier; TORNOS, Andrés. La fe cristiana en la resurrección. Sal Terrae. Santander, 1998. PIKAZA, Xabier. El evangelio: vida y pascua de Jesús. Sígueme. Salamanca, 1990. MOINGT, Joseph. El hombre que venía de Dios (2 volúmenes). Desclée de Brower. Bilbao, 1995.

16 Lucas 20: 38

17 2 Tesalonicenses 2: 16-17

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