domingo, 29 de mayo de 2022

COMUNITAS MATUTINA 29 DE MAYO 2022 SOLEMNIDAD DE LA ASCENSION DEL SEÑOR

 

Todo lo ha sometido bajo sus pies, lo ha nombrado cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo y se llena del que llena de todo a todos”

(Efesios 1: 22-23)

Lecturas:

  1. Hechos 1: 1-11

  2. Salmo 46

  3. Efesios 1: 17-23

  4. Lucas 24: 46-53



Por qué en la tradición cristiana llamamos a Jesús El Señor? Por qué , cuando nos referimos a alguien de especial rectitud y seriedad humana, lo calificamos como un señor, como una dama? Es una manera de aludir a alguien cuya humanidad es bondadosa, honesta, justa, solidaria, referida siempre a sus prójimos, respetable y respetado por toda la comunidad. Este comentario no tiene relación con ser personas “de clase”, ricas, poderosas, de la aristocracia; el señorío es algo bien distinto, es el reconocimiento de alguien que resume en su ser y en su conducta los mejores atributos de la dignidad humana.1 En definitiva, un ser humano así es, en el mejor sentido de la expresión, una buenísima persona. 2 En Jesús de Nazareth encontramos el señorío en su más completa realización. La celebración de este día, la Ascensión, es el reconocimiento de esta condición. 3

Jesús es el Señor porque en Él se cumplen plenamente la divinidad y la humanidad, es el centro de la fe cristiana, la razón de nuestra esperanza y, porque gracias a Él, los seres humanos estamos llamados a ser asumidos por Él en esa misma plenitud de lo humano y de lo divino: “En Cristo y por Cristo, Dios Padre se une a los hombres. El Hijo de Dios asume lo humano y lo creado, restablece la comunión entre su Padre y los hombres. El hombre adquiere una altísima dignidad y Dios irrumpe en la historia humana, vale decir, en el peregrinar de los hombres hacia la libertad y la fraternidad, que aparecen ahora como un camino hacia la plenitud del encuentro con Él”. 4 En la plena revelación que Dios hace de sí mismo en Jesús está siempre incluído el ser humano, Jesús no es un triunfador ensimismado sino un Señor cuya razón de ser somos nosotros, nuestra realización plena, nuestra liberación y salvación, porque todo lo de Dios es para la humanidad. La opción preferencial de Dios somos los humanos y, en esto del señorío de Jesús, se define el pleno significado de nuestra existencia. 5

Haciendo el habitual esfuerzo de interpretación de los textos bíblicos y dando el salto cualitativo para descubrir su sentido teológico y antropológico, fijémonos en lo que significa la Ascensión de Jesús, vale decir, su señorío: “…..poder que ejercitó en Cristo resucitándolo de la muerte y sentándolo a su diestra en el cielo por encima de toda autoridad y potestad y poder y soberanía, y de cualquier título que se pronuncie en este mundo o en el venidero. Todo lo ha sometido bajo sus pies, lo ha nombrado cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo y se llena del que llena de todo a todos”. 6

Ya nos hemos referido varias veces al asunto del lenguaje que utilizan los relatos bíblicos, bien distinto de nuestra mentalidad contemporánea, pero siempre apuntando a dar testimonio de la fe en Dios y de la forma como esta resulta plenamente conectada con nuestras expectativas de sentido .

Lo de hoy es encontrarnos maravillados con el señorío de Jesús que implica también a la humanidad, haciéndola participar de tal condición. En la primera lectura – de Hechos de los Apóstoles – encontramos trazados los rasgos específicos de la esperanza cristiana. En los textos de los recientes domingos de Pascua hemos escuchado a Jesús refiriendo todo su ser al Padre, aval de la totalidad de su misión y también prometiendo el Espíritu como garantía de que El permanecerá animando la vida de quienes siguen su camino, configurando la Iglesia y constituyéndose como razón y sentido de todos aquellos que opten libremente por asumir su proyecto de vida.

Ahora el testimonio de la comunidad primitiva que da origen a este relato lo presenta en términos de consumación y plenitud: “Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre ustedes, y serán testigos míos en Jerusalén, Judea y Samaría, y hasta el confín del mundo. Dicho esto, en su presencia se elevó, y una nube se lo quitó de la vista. Seguían con los ojos fijos en el cielo mientras él se marchaba, cuando dos personajes vestidos de blanco se les presentaron y les dijeron: hombres de Galilea, qué hacen ahí mirando al cielo? Este Jesús, que les ha sido arrebatado, vendrá como lo han visto marchar al cielo” . 7

El texto de la carta a los Efesios – segunda lectura de este domingo - conecta el señorío del Mesías Jesús con la comprensión que deben tener los miembros de la comunidad eclesial acerca de la esperanza a la que quedan abiertos gracias a la acción pascual del Señor, toda la vida de los seres humanos es re-significada en esta plenitud de Jesús: “Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, Padre de la gloria, les conceda un Espíritu de sabiduría y revelación que les haga conocer y les ilumine los ojos de la mente para apreciar la esperanza a la que los llama, la espléndida riqueza de la herencia que promete a los consagrados, y la grandeza extraordinaria de su poder a favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa….” 8 Cuando en ejercicio de nuestra constante búsqueda del sentido de la vida, de nuestras constantes preguntas ante las realidades dramáticas que nos retan, como la muerte, el mal, el sufrimiento, la injusticia que se ensaña con los inocentes, las interminables ambigüedades de nuestra condición, nos encontramos con un Dios ciento por ciento implicado en la respuesta y en la oferta de significado trascendente para todo lo nuestro.9 El Dios revelado en Jesucristo es un Dios que está entre nosotros acompañando, cuidando, defendiendo, amando, salvando, liberando, trabajando con amor desbordante para que no se pierda nada de lo humano.10

Esta certeza da sólida consistencia al compromiso cristiano con la dignidad humana, con la reivindicación de sus derechos, con la opción preferencial por los más pobres, con el cuidado de la vida en todas sus manifestaciones; el ser humano, así visto, es rostro de Dios. Cuando decimos que Jesús es el Señor estamos reconociendo que en Él, Dios Padre ha acontecido definitivamente revelándonos al mismo tiempo lo más pleno y definitivo de su divinidad y lo más pleno y definitivo de nuestra humanidad, entendiéndose esta inserta en aquella, lo que nos recuerda la afirmación clave del Génesis: “ Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó11 . El amoroso deseo de Dios nos hace participar de su divinidad y de su esencia.

Junto con los elementos de reconocimiento de este señorío también aparece la dimensión de universalidad del proyecto que Dios Padre nos ofrece en Jesús, hecho que subraya de modo decisivo el trabajo constante que él hizo con sus discípulos y con otros abriéndoles la mente y el corazón a una realidad de vida que no podía limitarse al ámbito de la ley y de las tradiciones religiosas de los judíos, contexto bien conocido a través de las controversias sostenidas por El con los sacerdotes y maestros de la ley, y también con la dureza de mente de sus seguidores.

El gran interés de Dios que aquí se evidencia está dirigido a todos los seres humanos, su cercanía y compasión, su misericordia, su voluntad, sólo tienen en la mira la total realización y felicidad de la humanidad. Y esto lo significa con eficacia en la persona del Señor Jesucristo, cuya condición simultánea de Dios y de ser humano es la concreción del querer del Padre para todos los que con libertad acojan su iniciativa de sentido y de salvación.12

De esta universalidad se desprende la condición misionera de la Iglesia, el envío a comunicar la Buena Noticia, a restaurar al ser humano caído por el pecado y por la injusticia, sometido por las indignidades que otros deciden para oprimir y maltratar a muchos. Cuando en todos los tiempos de la historia se dan tantas vejaciones y humillaciones al ser humano, la propuesta de Jesús brilla como un rescate permanente y muy completo del valor de cada persona. Esta certeza nos compromete al trabajo por la dignidad humana en todas sus formas, educativas, psicológicas, pastorales, políticas, económicas, jurídicas. Tomar en serio a Jesucristo es tomar en serio al ser humano, es el asunto por excelencia de la agenda de Dios!13

Instrumentalizar al ser humano, convertirlo en objeto de manipulaciones e intereses egoístas, descartarlo de la mesa común, desecharlo de la vida, es abofetear al mismo Señor de la vida, en quien nuestra dignidad tiene su raíz y fundamento: “Destrozar la autoestima de alguien es una manera fácil de dominarlo. Detrás de estas tendencias que buscan homogeneizar al mundo, afloran intereses de poder que se benefician de del bajo aprecio de sí, al tiempo que, a través de los medios y de las redes se intenta crear una nueva cultura al servicio de los más poderosos. Esto es aprovechado por el ventajismo de la especulación financiera y la expoliación, donde los pobres son los que siempre pierden”. 14

Las siguientes palabras de Jesús no se quedan solamente en un trabajo de proselitismo religioso y de aumentar numéricamente el conjunto de los seguidores, ellas son un envío claro a llenar de sentido teologal la historia de la humanidad: “ Me han concedido plena autoridad en cielo y tierra. Por tanto, vayan a hacer discípulos entre todos los pueblos, bautícenlos consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo y enséñenles a cumplir cuanto les he mandado. Yo estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”. 15

Anunciar al Señor Jesucristo, el ascendido, es trabajar con Él en la ascensión del ser humano, para que su dignidad sea siempre reconocida y promovida.







1 SARDIÑAS IGLESIAS, Loida Lucía. Dignidad humana: concepto y fundamentación en clave teológica latinoamericana. Ediciones Universidad de Santo Tomás. Bogotá, 2019. BIERI, P. La dignidad humana, una manera de vivir. Herder. Barcelona, 2017. COROMINAS, Joan. Etica primera. Desclée de Brower. Bilbao, 2000. HEIDEGGER, Martin. Carta sobre el humanismo. Alianza. Madrid, 2000.LOBATO, Alejandro. Dignidad y aventura humana. San Esteban. Salamanca, 1997. MASIÁ CLAVEL, Juan. Ser humano, persona y dignidad. Desclée de Brower. Bilbao, 2010. MARITAIN, Jacques. Humanismo Integral. Palabra. Madrid, 1999.

2 FERRER, Urbano. Qué significa ser persona? En https://www.um.es/urbanoferrer/documentos/Qué%20significa%20Ser%20Persona.pdf CALVO, Antonio. El arte de ser persona. En https://www.mounier.es/revista/pdfs/056041046.pdf MOUNIER, Emmanuel. Manifiesto al servicio del personalismo. Taurus. Madrid, 1986.

3 BOFF, Leonardo. Qué significa que Cristo subió a los cielos. En https://www.donbosco.org.ar/uploads/recursos/recursos_archivos_128_944.pdf STUHLMACHER, Peter. Jesús de Nazaret, Cristo de la fe. Sígueme. Salamanca, 1996.

4 III CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO DE AMÉRICA LATINA, Puebla de Los Ángeles, México. Documento conclusivo, número 188. CELAM, San Pablo, Paulinas. Bogotá, 2014; página 293.

5 GELABERT BALLESTER, Martín. Palabra de Dios, palabra del hombre. En revista Carthaginensia número 27, páginas 231-246. 2011. Instituto Teológico de Murcia (España), 2011; Un Dios capaz del hombre: humanidad en Dios, divinización del hombre. En revista Carthaginensia volumen XXXV número 67, páginas 35-52. Instituto Teológico de Murcia (España), enero-junio 2019. JUAN PABLO II. Carta Encíclica Redemptor Hominis Redentor del Hombre. Librería Editrice Vaticana. Roma, 1979. ALFARO, Juan. De la cuestión del hombre a la cuestión de Dios. Sígueme. Salamanca, 1988. LATOURELLE, René. El hombre y sus problemas a la luz de Cristo. Sígueme. Salamanca, 1989. THIELICKE, Helmut. Esencia del hombre. Herder. Barcelona, 1985. GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. Proyecto de hermano: visión creyente del hombre. Sal Terrae. Santander, 1991.

6 Efesios 1: 20-23.

7 Hechos 1: 8-11

8 Efesios 1: 17-19

9 CONSTANTE, Alberto. La pregunta que interroga por el sentido del ser. En https://www.scielo.org.mx/pdf/enclav/v4n7/v4n7a5.pdf ESTRADA, Juan Antonio. El sentido y el sinsentido de la vida: preguntas a la filosofía y a la religión. Trotta. Madrid, 2010. GESCHÉ, Adolph. El sentido. Volumen VII de la colección Dios para pensar. Sígueme. Salamanca, 2004. VAZQUEZ, Rodolfo. No echar de menos a Dios. Trotta. Madrid, 2021. FRANKL, Viktor. A pesar de todo, decir sí a la vida. Faro. Madrid, 2010.

10 DUCQUOC, Christian. Dios diferente. Sígueme. Salamanca, 1987. BOFF, Leonardo. El rostro materno de Dios. Paulinas. Madrid, 1987. GUTIÉRREZ, Gustavo. El Dios de la vida. Sígueme. Salamanca, 1994; Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente. CEP. Lima, 1986. JOHNSON, Elizabeth A. La búsqueda del Dios vivo. Sal Terrae. Santander, 2008. GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. El rostro humano de Dios: de la revolución de Jesús a la divinidad de Jesús. Sal Terrae. Santander, 2015. CASTILLO, José María. La humanidad de Dios. Trotta. Madrid, 2012; La humanidad de Jesús. Trotta. Madrid, 2017.

11 Génesis 1:27

12 FABRIS, Rinaldo. Jesús de Nazaret. Sígueme. Salamanca, 1990. JEREMIAS, Joachim. Abba: el mensaje central del Nuevo Testamento. Sígueme. Salamanca, 1993. KASPER, Walter. Jesús, el Cristo. Sígueme. Salamanca, 1997. GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. Acceso a Jesús. Sígueme. Salamanca, 1993.

13 O´CALLAGHAN, Paul. Cristo revela el hombre al propio hombre. En https://www.core.ac.uk/download/pdf/83563189.pdf GONZÁLEZ CARVAJAL, Luis. Con los pobres contra la pobreza. Paulinas. Madrid, 1991. DÍAZ, Carlos. La persona como don. Desclée de Brower. Bilbao, 2001. GUARDINI, Romano. Mundo y persona: ensayo para una teoría cristiana del hombre. Guadarrama. Madrid, 1963.

14 PAPA FRANCISCO. Carta Encíclica Fratelli Tutti sobre la Fraternidad y la Amistad Social. Librería Editrice Vaticana. Roma, 2020; número 52.

15 Mateo 28: 18-20.

domingo, 22 de mayo de 2022

COMUNITAS MATUTINA 22 DE MAYO 2022 VI DOMINGO DE PASCUA CICLO C

 

Si alguno me ama, guardará mi palabra , y mi Padre le amará ; y vendremos a él y haremos morada en él”

(Juan 14: 23)

Lecturas

  1. Hechos 15: 1-29

  2. Salmo 66: 2-8

  3. Apocalipsis 21: 10-14 y 22-23

  4. Juan 14:23-29

Gran novedad del estilo de Jesús es su libertad de espíritu, consecuencia de su intimidad con el Padre. En los relatos evangélicos encontramos continuas alusiones a esto, su manera de proceder ante la religión judía, ante sus leyes e instituciones, su postura ante la autoridad política romana, ante su familia., ante sus mismos discípulos, esclarecen esta nueva manera de ser y de actuar, de la que se desprenden consecuencias liberadoras para los seres humanos seducidos por su propuesta. 1 Jesús propone la vida según el Espíritu,2 estableciendo la medida de lo relativo, lo que es mediación para llegar a Dios y al prójimo, y de lo absoluto, lo que viene de Dios y lleva a Él, y lo que genera plenitud en el ser humano y en todo lo que concierne al Reino y a su justicia. Jesús pone así un punto esencial para la relación entre Dios y el ser humano, entre este y sus semejantes: “Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas”. 3 Ser libre es una expresión de dignidad y de garantía para promover relaciones justas y saludables entre todas las gentes. 4

La experiencia pascual tiene consecuencias muy concretas de transformación en las personas y comunidades que la experimentan. Ese resultado consiste en que Dios nos asume a través de la mediación de Jesús y nos constituye como humanidad nueva, profundamente libre con la libertad que caracteriza a los hijos de Dios. Lo vemos en los primeros discípulos que pasaron del temor, de la insuficiente comprensión que tenían de la persona de Jesús, al coraje apostólico, a la disposición de máxima generosidad para ofrecer sus vidas a la causa de la Buena Noticia: “Esta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud”. 5 En esta referencia Pablo alude a un asunto central de su teología y espiritualidad: la superación que hace Jesús de la ley antigua y la oferta liberadora de las bienaventuranzas, respuesta a la absolutización de la milimétrica legislación jurídico-ritual del judaísmo de su tiempo por parte de los sacerdotes del Templo de Jerusalén y de los maestros de la ley. 6

Es lo que propone la primera lectura de este domingo – de Hechos de los Apóstoles – en la que se da una controversia sobre la práctica de la circuncisión y la obligatoriedad con la que un grupo de tendencia judaizante pretendía imponerla a los recién convertidos al camino de Jesús. No terminaban de entender que lo sucedido con él no se limitaba a ser una simple reforma de la religión tradicional. Es un orden de vida nuevo, densamente teologal y humano, en el que se propone un proyecto arraigado en la libertad y en el amor, en la doble referencia fundante de Jesús: el Padre Dios y el prójimo-hermano7.

Se plantea una situación específica que da pie a una discrepancia en la primitiva comunidad cristiana pero también a un discernimiento que tiene todo el sentido para quienes deseamos vivir en el proyecto de Jesús: se trata de la obligatoriedad del cumplimiento de la ley judía para los convertidos cristianos procedentes del paganismo, insistencia que provenía de un grupo que aún no entendían la novedad radical de la salvación realizada en Jesucristo, superando la antigua lógica de la relación con Dios fundamentada en el cumplimiento minucioso de la complicada maraña normativa del judaísmo: “Bajaron algunos de Judea que adoctrinaban así a los hermanos: si ustedes no se circuncidan conforme a la costumbre mosaica, no podrán salvarse. Esto fue ocasión de una acalorada discusión de Pablo y Bernabé contra ellos8

Esto, que podría verse como una simple anécdota , da pie para un debate, diálogo y posterior discernimiento, que hace referencia directa a qué es lo que verdaderamente salva y libera en la novedosa lógica de plenitud que el Padre nos ofrece en Jesucristo. Es de la más profunda actualidad para el discernimiento espiritual de la conciencia cristiana, por ejemplo, ante asuntos tan delicados como el aborto, la eutanasia, también la decisión de optar por tal o cual candidato en un proceso electoral, nuestra postura ante el dinero y los bienes materiales, el ejercicio de la sexualidad, y tantos otros asuntos que hacen parte de la cotidianidad.. El discernimiento es ejercicio de libertad y responsabilidad en conciencia, 9 con su correspondiente referencia a la dignidad humana.

Conocemos bien las severas confrontaciones que Jesús hace a los sacerdotes y maestros de la ley por su fundamentalismo legalista y por su cerrazón e intransigencia ante la iniciativa de la misericordia de Dios que quiebra esa mentalidad, como se aprecia en tantas escenas de los relatos evangélicos: “El les respondió: Bien profetizó Isaías de ustedes, hipócritas, según está escrito: este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, pues enseñan doctrinas que son preceptos de hombres. Dejando el precepto de Dios, se aferran a la tradición de los hombres10

Pablo, primero fariseo radical y perseguidor acérrimo de los primeros cristianos, es ahora un testigo convencido de que lo sucedido en Jesús es un hecho salvífico que introduce algo novedoso y definitivo para la relación de los humanos con Dios y para su esperanza de vida y salvación: es el mismo Jesús que anula la justicia de la ley y se ofrece él mismo como mediación definitiva para este encuentro en el que el ser humano accede a su verdadera y definitiva realización . Caso típico de contraste entre la absolutización de leyes humanas y la auténtica voluntad de Dios. Esta última es siempre liberadora y causa de crecimiento en humanidad y sentido de trascendencia. Las prescripciones y determinaciones legales son medios relativos a un fin, la ley debe estar al servicio del ser humano y de su libertad, nunca al revés: “El sábado ha sido instituído para el hombre y no el hombre para el sábado11 . En la práctica de Jesús este es un asunto central, él deja muy claro que el querer de Dios no pasa por agobiar a las personas con normas minuciosas, lo suyo es el ejercicio de la compasión y de la misericordia, sin que esto equivalga a un relativismo permisivo.12 El crecimiento del sujeto cristiano libre es en clave de responsabilidad, adquirida a partir de su opción fundamental por seguir el camino de Jesús y por estructurar su vida moral en esa misma perspectiva. 13

Cuántas veces absolutizamos normas humanas! En el ámbito religioso esto ha sido particularmente problemático: estrecheces mentales, que han servido más para generar culpa y angustia, que esperanza y salvación. El hecho materia del relato nos revela que la Buena Noticia de Jesús es por esencia liberadora, saturada de cercanía de Dios al ser humano, provocadora de sentido, genuina liberación que sitúa las normativas en su carácter de mediación referida a este proyecto fundamental14

En la complejidad que nos suscita el lenguaje del Apocalipsis descubrimos otro aspecto de esta novedad: Jesús es el verdadero templo, en él se supera la localización puntual en tiempos, lugares, rituales, prácticas, porque Dios asume la historia y realidad del ser humano en su Hijo y a través de El, y hace de todo lo humano el espacio de su acontecer salvador: “Pero no ví santuario alguno en ella, porque su santuario es el Señor, el Dios todopoderoso y el Cordero. La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbren porque la ilumina la gloria de Dios, y su lámpara es el Cordero15

El templo de Dios es la realidad, El sucede en nuestra historia, en nuestra humanidad, no separándose de ella sino integrándose para que todo el devenir nuestro se articule en una unidad de sentido. Esta es la Jerusalén del futuro, ya iniciada, a la que alude la segunda lectura. Es el futuro felicísimo , razón de nuestra esperanza, que llegará a su consumación cuando vayamos a la bienaventuranza definitiva, que encuentra en esta historia un espacio privilegiado de anticipación en las realizaciones propias del reino de Dios y su justicia.

Con esto queda derrumbada la mentalidad que distingue lo profano de lo sagrado, Lo ratifica Juan cuando dice: “Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él16 . Es lo que este evangelista llama “adorar al Padre en espíritu y en verdad”: “Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos adoradores son los que quiere el Padre”, 17 palabras de Jesús a la mujer samaritana en el hermoso diálogo que trae el evangelio de Juan en el capítulo cuarto, maravillosa síntesis de la vida en el Espíritu.

La vida según el Espíritu es el inmenso y desbordante espacio de un Dios profundamente apasionado por el ser humano y por su historia, un Dios que no acepta esclavitudes ni designios humanos sacralizados, un Dios empeñado en hacernos siempre responsables con la libertad propia de los hijos de Dios.



1 DUCQUOC, Christian. Jesús, hombre libre. Sígueme. Salamanca, 1980. JUSTO, Emilio J. La libertad de Jesús. Sígueme. Salamanca, 2014. COSTADOAT, Jorge. La libertad de Cristo. En revista Verdad y Vida volumen XL 1999, páginas 110-134. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Teología. Santiago de Chile, 1999. BRAVO GALLARDO, Carlos. Jesús de Nazaret, el Cristo Liberador. En ELLACURÍA, Ignacio & SOBRINO, Jon (Editores) Mysterium Liberationis Conceptos Fundamentales de la Teología de la Liberación; volumen I páginas 551-573. UCA Editores. San Salvador, 2008.

2 AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. Jesús y el Espíritu. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 23 de octubre de 2018. PAPA FRANCISCO. Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate sobre el Llamado a la Santidad en el Mundo Actual. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2018. CODINA, Víctor. No extingáis el Espíritu: una iniciación a la pneumatología. Sal Terrae. Santander, 2008; El Espíritu del Señor actúa desde abajo. Sal Terrae. Santander, 2015; Creo en el Espíritu Santo. Sal Terrae. Santander, 2013. PIKAZA, Xabier. Espíritu Santo., en FLORISTAN, Casiano & TAMAYO-ACOSTA, Juan José (Editores). Conceptos Fundamentales del Cristianismo, páginas 400-413. Trotta. Madrid, 1993.

3 Marcos 1:21-22

4 COMBLIN, Josep. La libertad cristiana. Sal Terrae. Santander, 1979; Vocación a la libertad. San Pablo. Madrid, 1999. CANDIARD, Adrien. La libertad cristiana: de Pablo a Filemón. Encuentro. Madrid, 2022. SCHMIDT ANDRADE, Ciro E. Sentido escatológico de la libertad: Santo Tomás de Aquino. En https://www.repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/12567/2/sentido-escatologico-libertad.pdf

5 Gálatas 5: 1

6 HÄRING, Bernard. La Ley de Cristo. Herder. Barcelona, 1970. KÄSEMANN, Ernst. La llamada de la libertad. Sígueme. Salamanca, 1978. KÜNG, Hans. Libertad del cristiano. Herder. Barcelona, 1975. MARTÏNEZ, Julio Luis & CAAMAÑO, José Manuel. Moral fundamental: bases teológicas del discernimiento ético. Sal Terrae. Santander, 2014.

7 LADARIA, Luis F. Introducción a la Antropología Teológica. Verbo Divino. Estella, 1993. MOLTMANN, Jürgen. El hombre: antropología cristiana en los conflictos del presente. Sígueme. Salamanca, 1987. RUIZ DE LA PEÑA, Juan Luis. Imagen de Dios: antropología teológica fundamental. Sal Terrae. Santander, 1990. ZUBIRI, Xavier. El hombre y Dios. Alianza Editorial. Madrid, 1988.

8 Hechos 15: 1-2

9 MIFSUD, Tony. El discernimiento: de la espiritualidad a la ética. En revista Cuestiones Teológicas volumen 47 número 108, páginas 134-154. Universidad Pontificia Bolivariana, Facultad de Teología. Medellín, julio-diciembre, 2020. VIDAL, Marciano. El discernimiento ético: hacia una estimativa moral cristiana. Cristiandad. Madrid, 1981; Para conocer la ética cristiana. Verbo Divino. Estella, 1989; Fundamentación de la ética teológica. En VIDAL, Marciano (Editor). Conceptos fundamentales de ética teológica. Trotta. Madrid, 1992. Páginas 233-251. LÓPEZ AZPITARTE, Eduardo. Fundamentación de la ética cristiana. Paulinas. Madrid, 1994. SCHRAGE, W. Etica del Nuevo Testamento. Sígueme. Salamanca, 1987.

10 Marcos 7: 6-8

11 Marcos 2: 27. Respuesta de Jesús a las quejas de unos fariseos que se escandalizaron porque sus discípulos realizaban actividades que estaban “prohibidas” por la ley judía.

12 FLECHA ANDRÉS, José Román. El relativismo en la sociedad actual. En https://www.fpablovi.org/images/InstitutoSocial/materiales/seminarioDSI/V_05_seminario_jose_roman_flecha.pdf CALDERÓN, Germán. Universalismo contextualizado: entre el relativismo ético extremo y el universalismo absoluto. En https://www.saocamilo-sp.br/assets/artigo/bioethikos/80/Bioethikos_384-394_.pdf

13 HERRÁEZ, Fidel Opción fundamental. En VIDAL, Marciano (Editor) Conceptos fundamentales de ética teológica, páginas 343-366. Trotta. Madrid, 1993. ROMO P., Waldo. Permite ser feliz la moral cristiana? En revista Teología y Vida volumen XLVII número 2-3, páginas 243-273. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Teología. Santiago, 2006. VIDAL, Marciano. Orientaciones éticas para tiempos inciertos: entre la Escila del relativismo y la Caribdis del fundamentalismo. Desclée de Brower. Bilbao, 2007; Nueva moral fundamental: el hogar teológico de la ética. Desclée de Brower. Bilbao, 2000.

14 Un teólogo que se ha esforzado por estudiar juiciosamente la originalidad de Jesús y de su Evangelio, y por confrontar críticamente el excesivo predominio de lo ritual y jurídico sobre lo profético y carismático, es el conocido José María Castillo Sánchez (n. 1929). Entre sus obras destacamos “La alternativa cristiana”, “La humanización de Dios”, “Espiritualidad para insatisfechos”, “El seguimiento de Jesús”, “El reino de Dios: por la vida y la dignidad de los seres humanos”, “La iglesia que quiso el Concilio”, “Dios y nuestra felicidad”.

15 Apocalipsis 21: 22-23

16 Juan 14: 22

17 Juan 5: 23

domingo, 15 de mayo de 2022

COMUNITAS MATUTINA 15 DE MAYO 2022 V DOMINGO DE PASCUA

 

En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros”

(Juan 13: 35)



Lecturas:

  1. Hechos 14: 19-28

  2. Salmo 144

  3. Apocalipsis 21: 1-5

  4. Juan 13: 31-35



Gran tentación que tenemos los seres humanos con la realidad del amor es dejar que este se vuelva lugar común, retórica de circunstancias, lenguaje bonito que hablamos sin mayores implicaciones de compromiso y responsabilidad real con nuestros semejantes, proclamas formales de solidaridad que llenan documentos oficiales de estados e instituciones , anunciadas de modo altisonante para luego no convertirse en asunto de la vida cotidiana y de las opciones reales de los ciudadanos y de la gente de las iglesias y de los grupos religiosos. El Papa Francisco, preocupado con la cruda fenomenología de la violencia y del desamor, con la injusticia sistemática de las sociedades contra las personas màs frágiles, con el racismo y la intolerancia, con la arrogancia de los grupos política y económicamente màs poderosos, con la indiferencia de muchos ante la dura suerte de otros muchos, ha publicado a finales de 2020 su carta encíclica “Fratelli tutti sobre la fraternidad y la amistad social” : “Las siguientes páginas no pretenden resumir la doctrina sobre el amor fraterno, sino detenerse en su dimensión universal, en su apertura a todos. Entrego esta encíclica social como un humilde aporte a la reflexión para que, frente a diversas y actuales formas de eliminar o de ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras. Si bien la escribo desde mis convicciones cristianas, que me alientan y me nutren, he procurado hacerlo de tal manera que la reflexión se abra al diálogo con todas las personas de buena voluntad”. 1

A algunos grupos religiosos, de señalado estilo fundamentalista, les parece que las enseñanzas del Papa Francisco son “poco religiosas” y excesivamente sociales, porque llama la atención sobre las causas estructurales de la pobreza y de la marginación, porque denuncia la inhumanidad del modelo económico neoliberal, porque propende por la atención, el cuidado y la inclusión de los grupos de migrantes sin hogar que circulan por el mundo entero. Por esto le llaman “comunista”. Estos prójimos integristas tienen en la mira una religión vertical, miran hacia Dios sin mirar al que sufre, se olvidan de que el hermano vulnerado en su dignidad es el camino privilegiado para el encuentro con el Dios Padre de toda la humanidad, también desconocen que desde el Evangelio hay una palabra potente para aportar al desarrollo de la sociedad y al fomento de los derechos humanos: “Para nosotros, ese manantial de dignidad humana y de fraternidad està en el Evangelio de Jesucristo. De èl surge para el pensamiento cristiano y para la acción de la Iglesia el primado que se da a la relación, al encuentro con el misterio sagrado del otro, a la comunión universal con la humanidad entera como vocación de todos”. 2

En el modo propio de Jesùs el mandamiento del amor es normativo para todo el que decida seguir su camino, no es posible ser cristiano negando el carácter fundante de este mandato. Tambièn en otras tradiciones religiosas y humanistas este precepto tiene carácter indispensable. La vida humana tiene sentido y trascendencia si el amor entra en la base de todas nuestras actitudes, decisiones y conductas. 3 Podemos afirmar que la autenticidad de una vida se aprecia en la medida de la efectividad de su amor a los semejantes en los distintos ámbitos de su experiencia y relación.

El evangelio de este domingo tiene como planteamiento central este asunto, definitivo para quienes tomen en serio el seguimiento de Jesús. Es una exigencia de primer orden para configurar la existencia en el máximo grado posible de autenticidad: “Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros4.

Estas palabras son tomadas de un discurso de Jesús en el cuarto evangelio, exactamente después del gesto simbólico del lavatorio de los pies. Esta acción de Jesús tiene el valor de paradigma central en su propuesta. Aquí, la diferencia entre el maestro y los discípulos no queda abolida, es puesta de manifiesto de forma evidente. Sólo reconociendo que el discípulo no es mayor que su señor, ni el enviado más grande que quien lo envía, es posible apreciar la inversión de valores propuesta por Jesús.5 El es el maestro que asume frente a sus discípulos el papel de siervo, y lo constituye como actitud determinante de la existencia cristiana: “Si yo, que soy el Señor y Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes6. El ministerio de la Iglesia es servicio amoroso, nunca encumbramiento de vanagloria y de poder. 7

Este elemento es esencial en la cristología del evangelio de Juan. Cuando la comunidad que da origen a este texto está diciendo esto es porque ya lo ha vivido a fondo y porque reconoce en ese rasgo una característica inherente a la identidad de Jesús y al proyecto de vida de quienes desean hacerse sus discípulos. Solo el que hace suya la vida de Dios – como Jesús – será capaz de desplegarla en sus relaciones con los demás. La manifestación de esa vitalidad es el amor efectivo a todos los seres humanos. 8

Durante siglos hemos insistido demasiado en cuestiones accidentales, en cumplimiento de normas, principalmente prohibiciones, sin preocuparnos de enmarcar estas realidades en el contexto original del amor de Dios mediado en Jesús y comunicado a todos para que lo convirtamos en el centro de nuestros proyectos de vida. Es rasgo distintivo de los cristianos, lo dice claramente Jesús en el texto evangélico que nos ocupa este domingo: “En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos, en el amor que se tengan los unos a los otros9.

El amor que pide Jesús tiene que manifestarse en todos los aspectos de la existencia. La nueva comunidad tendrá como nota distintiva el amor manifestado y vivido. Jesús no funda un club de perfectos cuyos miembros deban ajustarse a unos estatutos, sino una comunidad que experimenta a Dios como Padre. Así, cada discípulo se configura con él, haciéndose hijo y hermano, como él.10

Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto11 A qué gloria alude? Dónde está esa gloria? Esta se da donde sucede el amor sin reservas, como en el caso de Jesús, que hace de toda su vida una donación de sí mismo, en nombre del Padre y de cada ser humano, y se propone como modelo de la nueva humanidad que surge en el reino de Dios y su justicia. 12

La credibilidad del cristianismo está mediada en aquellas personas que hacen de su vida una ofrenda constante y creciente de sí mismos para participar a muchos la vitalidad teologal, que es dignidad, libertad, sentido de vida, trascendencia. Queda entonces claro que no se trata de una majestad exaltada por razones de poder , es el Dios crucificado13 para quien morir por amor a los demás es su mayor gloria, porque es la mayor manifestación posible del amor. La gloria de Jesús no es algo posterior a su muerte, es esa misma muerte por amor. En consecuencia, dar gloria a Dios es vivir en esa misma perspectiva de amorosa donación.

El destacado entusiasmo apostólico de Pablo y Bernabé sólo puede tener explicación en este dinamismo del amor: hacer frente a las persecuciones a las que eran sometidos por las autoridades judías y romanas, fundar nuevas comunidades de creyentes, cuidarlas y conservarlas, pasar las fronteras del exclusivismo judío y hacer de la Buena Noticia de Jesús una realidad universal, dirigida a todos los seres humanos, servir con delicadeza a cada persona, dedicarse con preferencia a los enfermos y empobrecidos, son elocuentes evidencias de su deseo de dar la vida para significar que con Jesús ha llegado un nuevo orden de vida – siempre liberador y salvador – para toda la humanidad: “Al día siguiente, partió con Bernabé rumbo a Derbe. Después de haber evangelizado esta ciudad y haber hecho numerosos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía de Pisidia. Confortaron a sus discípulos y los exhortaron a perseverar en la fe, recordándoles que es necesario pasar muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios14. Tal conducta apostólica es referente para las comunidades cristianas de todos los tiempos de la historia.15

La donación del amor no se puede reducir a “los mismos con los mismos”, constituyendo, como se suele decir con ironía, “una sociedad de elogios mutuos”, pecado en el que a menudo incurrimos constituyendo grupos cristianos de autocontemplación, con cierto complejo de superioridad moral y religiosa, señalando con actitud vanidosa a quienes no creen y viven como ellos. No se trata de amar solamente a quienes nos resultan simpáticos porque participan de nuestras convicciones. El amor cristiano es desbordante, no sabe de límites, se orienta a los seres humanos de todas las condiciones, creencias, identidades, contextos, culturas.

El texto de Apocalipsis – segunda lectura – alienta nuestra esperanza con su magnífica visión: “Después ví un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más…..Esta es la morada de Dios entre los hombres: El habitará con ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. El secará todas sus lágrimas y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó16.

Es la gran meta de nuestros esfuerzos por transformar las realidades de muerte y desamor que nos rodean, redimiendo al mundo con la fuerza pascual del Resucitado. Todo el trabajo por la justicia, por la promoción de la dignidad humana, por el perdón y la reconciliación, tiene raigambre pascual y amorosa. El Evangelio es creíble cuando nos dejamos de retóricas piadosas para insertarnos en las realidades dramáticas del ser humano, aprendiendo nosotros también de ellos, de sus maneras de dar vida y de resucitar. Es el mundo nuevo que surge desde Jesús.





1 PAPA FRANCISCO. Carta Encìclica Fratelli Tutti sobre la Fraternidad y la Amistad Social, número 6 . Tipografìa Vaticana. Roma, 2020.

2 PAPA FRANCISCO. Carta Encìclica Fratelli Tutti sobre la Fraternidad y la Amistad Social, número 277. Tipografìa Vaticana. Roma, 2020. PACE, Enzo. El Papa Francisco frente a la crisis sistémica de la Iglesia una, santa, católica y romana. En https://www.redalyc.org/pdf/3872/387234073011.pdf

3 FROMM, Erich. El arte de amar: una investigación sobre la naturaleza del amor. Paidòs. Buenos Aires, 1984. ORTEGA Y GASSET, Josè. Estudios sobre el amor. Edaf. Madrid, 1995. GIANNINI, H. La metafísica eres Tù: una reflexión ética sobre la intersubjetividad. Catalonia. Santiago de Chile, 2008. PLASENCIA LLANOS, Vicente. Ser humano: un proyecto inconcluso. Reflexiones filosófico-teològicas sobre la antropología. Universidad Politècnica Salesiana. Cuenca, 2017. JUNG, Carl. Sobre el amor. Trotta. Madrid, 2005. ORTIZ OSÈS, A. Amor y sentido. Anthropos. Barcelona, 2003. WEIL, Simone. Raìces del existir. Sudamericana. Buenos Aires, 1954. KÛNG, Hans. Proyecto de una ética mundial. Trotta. Madrid, 1990. BAUMAN, Zygmunt. Amor lìquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Fondo de Cultura Econòmica. Mèxico D.F., 2005. DOMINGO MORATALLA, Agustìn. El arte de cuidar. Rialp. Madrid, 2013. VON BALTHASAR, Hans Urs. Sòlo el amor es digno de fe. Sìgueme. Salamanca, 1997.

4 Juan 13: 34-35. BOEDER, Heribert. El mandamiento supremo: una provocación. En https://www.repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/5040/1/mandamiento-supremo-provocacion-boeder.pdf

5 PAPA BENEDICTO XVI. Homilìa del Jueves Santo, 20 de marzo de 2008. En https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/homilies/2008/documents/hf_ben_xvi_hom_20080320_coena-domini.pdf . PAGOLA, Josè Antonio. Recuperar el proyecto de Jesùs. PPC. Madrid, 2014. CABRA, Pier Giordano. Sin amor no hay nada. Sal Terrae. Santander, 2012.

6 Juan 13: 14-15

7 Cardenal JORGE MARIO BERGOGLIO. El verdadero poder es el servicio. Editorial Claretiana. Buenos Aires, 2007. CASTILLO, Josè Marìa Los ministerios de la Iglesia. Verbo Divino. Estella, 2002. SOBRINO, Jon. Lo fundamental de todo ministerio: servir a los pobres y víctimas en un mundo norte-sur. En revista Concilium número 334, páginas 13-26. Verbo Divino. Estella, 2010.

8 TORRALBA, Francesc. La lógica del don. Khaf. Madrid, 2012. AGUIRRE MONASTERIO. Rafael. La mirada de Jesùs sobre el poder. En revista Teologìa y Vida volumen 55 nùmero 1. Páginas 83-104. Pontificia Universidad Catòlica de Chile, Facultad de Teologìa. Santiago, 2014. CODINA, Vìctor. Una Iglesia nazarena: teología desde los insignificantes. Sal Terrae. Santander, 2010. BROWN, Raymond R. La comunidad del discípulo amado. Sìgueme. Salamanca, 2016.

9 Juan 13: 35

10 LUCCHETTI BINGEMER, Marìa Clara. Discìpulos de Jesùs hoy. En revista Theologica Xaveriana número 156, páginas 565-581. Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Teologìa. Bogotà, 2005. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. Discìpulos y testigos de Jesùs en la sociedad actual Aula de Teologìa, Universidad de Cantabria. Santander, marzo 16 de 2010. RICHARD, Pablo. Discìpulas y discípulos de Jesùs : de cuàl Jesùs? Bùsqueda del Jesùs histórico en los cuatro primeros siglos del cristianismo. En https://www.biblioteca.clacso.edu.ar/Costa_Rica/dei/20120712025346/discipulas.pdf KÛNG, Hans. Ser Cristiano. Trotta. Madrid, 2006.

11 Juan 13: 31-32

12 GONZÀLEZ FAUS, Josè Ignacio. Otro mundo es posible desde Jesùs. Sal Terrae. Santander, 2010; Proyecto de hermano: visión creyente del hombre. Sal Terrae. Santander, 1987. TORRALBA ROSELLÒ, Francesc. Un humanismo cristiano para el siglo XXI. En https://www.hospitalarias.org/reestructuracionafrica/wp-content/uploads/Humanismo-cristiano-Torralba.pdf

13 MOLTMANN, Jürgen. El Dios crucificado: la cruz de Cristo como base y crítica de la teología cristiana. Sígueme. Salamanca, 2010. SOBRINO, Jon. El principio misericordia: bajar de la cruz a los pueblos crucificados. UCA Editores. San Salvador, 2012.

14 Hechos 14: 21-22

15 GARCÍA-VIANA, Luis Fernando. Introducción a los Hechos de los Apóstoles. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 22 de octubre de 2013. LOHFINK, Gerard. La Iglesia que Jesús quería. Desclée de Brower. Bilbao, 1987. LORENZEN, T. Resurrección y discipulado. Sal Terrae. Santander, 1999.

16 Apocalipsis 21: 1 y 3-4

domingo, 8 de mayo de 2022

COMUNITAS MATUTINA 8 DE MAYO 2022 DOMINGO IV DE PASCUA CICLO C

 

Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna; ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos”

(Juan 10: 27-28)



Lecturas:

  1. Hechos 13: 14 y 43-52

  2. Salmo 100

  3. Apocalipsis 7: 9-17

  4. Juan 10: 27-30



Durante estos nueve años de ministerio del Papa Francisco1 hemos escuchado su continua insistencia en que la Iglesia se despoje de sus privilegios, se baje de su pedestal, no reclame para sí honores y vanos elogios, que el ministerio de obispos, sacerdotes y diáconos tenga “olor a oveja”, que seamos una comunidad “en salida”, que las interpelaciones del mundo real de los seres humanos toquen la fibra pastoral de todos los cristianos, que sea notable una particular dedicación a los que él llama “descartados” por el maligno sistema económico imperante, que no presumamos de superioridad moral y religiosa, que nos encarnemos en la cotidianidad de las personas, que dejemos de lado el estilo clerical y , en general, toda manifestación contraria al Evangelio. En definitiva, que seamos como Jesús,2 caminando hombro a hombro con la humanidad, haciendo lo mismo que él hizo, dando vida, entusiasmando con el anuncio de la Buena Noticia, ejerciendo el servicio de la compasión y de la misericordia, haciendo de toda la vida eclesial una tarea permanente de comunicar esperanza y sentido pleno de la existencia: “Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación”. 3

Sus textos magisteriales más conocidos: las encíclicas “Laudato Si: sobre el cuidado de la casa común” 4, la ya referida exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”, la Encíclica “Fratelli Tutti sobre la Fraternidad y la amistad social5, la Exhortación Apostólica “Amoris Laetitia sobre el Amor en la Familia6, son elocuentes evidencias del hondo sentido de responsabilidad evangelizadora y pastoral con el que el papa vive su servicio como pastor de la Iglesia universal, extensivo también a todos los seres humanos de buena voluntad. La Iglesia no puede permanecer encerrada en la patología autorreferencial, su razón de ser es el anuncio y realización de la Buena Noticia, dialogando con los diversos contextos socioculturales en los que se desenvuelve la humanidad, interpretando los signos de los tiempos, acogiendo a todas las personas como madre generosa y providente, denunciando las injusticias e inconsistencias que maltratan la dignidad humana, proponiendo infatigablemente el rico humanismo que se desprende de la fe en Jesucristo. Para nuestro tiempo, esta tendencia pastoral se establece a partir del Concilio Vaticano II, con la sabia guía de los santos pastores Juan XXIII y Pablo VI. 7 Las asambleas de los obispos de América Latina en Medellín8, Puebla de Los Ángeles9, Santo Domingo10, Aparecida11, junto con las nuevas tendencias teológicas y pastorales que se dejan encontrar por las realidades más acuciantes de las sociedades, ponen sobre el tapete que la Iglesia en su totalidad está llamada a este servicio,12 tanto a quienes libremente acogen el mensaje de Jesucristo como a la humanidad entera, siempre en espera de iniciativas que la llenen de esperanza y de sentido.

Nos referimos a estas realidades porque este IV domingo de Pascua se conoce como Día del Buen Pastor. Su contexto no puede quedarse simplemente en la clásica y trajinada exaltación del estamento clerical, porque lo propio de esta alusión y del esfuerzo que quiere destacarla es la Iglesia en su totalidad como comunidad ministerial y pastoral, animada por el Espíritu, que suscita diversidad de dones, todos orientados a la comunión del cuerpo eclesial, a la vivencia del talante evangélico en cada cristiano y al testimonio sacramental ante el mundo, en los términos en que lo estamos refiriendo: “Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos. En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común”. 13

Esta reflexión nos lleva a pensar con hondo afecto y reconocimiento en tantos hombres y mujeres que dedican lo mejor de sí mismos al servicio del Evangelio y a la construcción de sus Iglesias particulares: laicos, legión de catequistas, servidores de la Palabra, agentes de pastoral, formadores de niños y jóvenes, responsables de la administración de los bienes materiales de la Iglesia, promotores de pobres y excluídos, religiosas de innumerables y ricos carismas, diáconos, sacerdotes y obispos, inspirados en el talante servicial del Señor Jesús, que hacen de la Iglesia una experiencia apasionante. 14

Con estas referencias queremos contribuír a una vivencia sólidamente formada de la fe en Jesucristo, siempre dando el paso de la inercia propia de la religiosidad sociocultural a una experiencia en la que la persona que opta por ella es transformada por el Espíritu, accediendo así a la nueva humanidad de Jesús, con todo lo que esto tiene de disposición para compartir a muchos esta vitalidad teologal: “Yo les doy la vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos15.

Es una pena grande que las interpretaciones reduccionistas del nuestra fe hagan de la práctica cristiana un simple cumplimiento de rituales religiosos desconectados de sus implicaciones existenciales, resultado de una evangelización deficiente, más preocupada por la administración de sacramentos que por una genuina educación en el humanismo y en la espiritualidad que procede de la fe. 16

Vistas así las cosas, el evangelio de Juan,17 que nos acompaña durante estos domingos del tiempo de Pascua, es un potente recurso para esclarecer la cuestión de la religiosidad reducida a los límites de lo ritual y para posibilitar una espiritualidad liberadora que supere esa condición y se traduzca en un ser humano integral, de plena consistencia teologal y antropológica, en el Señor Jesús.

Tema central es el del pastor modelo que da la vida por las ovejas: “Yo soy el buen pastor: conozco a mis ovejas , y ellas me conocen a mí – como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre – y doy mi vida por las ovejas18 Dar la vida significa desgastarse por los demás, amando y sirviendo según el estilo de Jesús. El asunto de la vida eterna debe empezar a suceder en esta vida, haciendo de la projimidad el elemento central de nuestros proyectos existenciales. Tal es la clave del pastoreo en las comunidades cristianas, que no es tarea exclusiva de obispos y sacerdotes, sino de una Iglesia que se entiende toda ella en clave ministerial.

Siguiendo el espíritu de Jesús queremos hacer un llamado de atención ante la exaltación desmedida que muchos laicos hacen de los clérigos, culto a la personalidad, tan nocivo para la pureza evangélica de la Iglesia, que a menudo ha derivado en los penosos escándalos de pederastia, horrenda mezcla de pretensiones de poder y de sexualidad desintegrada.19 Quien está plenamente dotado de la vida de Dios – como Jesús – necesariamente se remite a participarla a muchos, comprometido al máximo con las ovejas que le son confiadas.

Los laicos también tienen vocación de pastoreo, ellos no son súbditos de los sacerdotes sino cristianos adultos llamados a servir a la humanidad desde sus estilos específicos de vida:20 el matrimonio, el ejercicio profesional y laboral, la construcción de ciudadanía, la configuración de la sociedad en justicia y equidad, la generación de cultura, educación, institucionalidad, ordenamiento jurídico, ciencia y tecnología con raigambre humanista

Jesús nunca se creyó más que nadie, se dispuso al servicio de todos, como consecuencia de su intimidad con Dios. Esto mismo es lo que tiene que acontecer en nosotros: las ovejas somos alimentadas por el pastor, la única razón de su quehacer somos las ovejas: “Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen21. Estas palabras de Jesús son dirigidas a unos judíos que lo acosaban con preguntas capciosas para tener de qué acusarle.

Para nosotros queda claro que “ser oveja” implica acercarse a él sin prejuicios, acercarse a la vida real, principalmente a la vida dura que aqueja a tantísimos seres humanos , y descubrir en ella el clamor de Dios que invita a recibir una vida que dignifica y que libera. Esa escucha exige modificar posturas adquiridas, consideradas inmodificables, renuncia a intereses y comodidades, y total apertura para la solidaridad y el servicio.

Jesús, viviendo para los demás, está identificándose con el ser de Dios. Así manifiesta la verdadera Vida, que es la misma de Dios, Esa Vida es la que él nos comunica. Dios se la está comunicando, con la feliz consecuencia de que en ella misma está contenida la comunicación de la misma a nosotros. Así, Jesús es revelación de Dios, y modelo del ser humano nuevo, sacramento del Padre y sacramento de la nueva humanidad.

Los pastores de la Iglesia están llamados a indicar testimonialmente en qué consiste esto de desvivirse por las ovejas del rebaño, acreditarse con su conducta evangélica, dispuestos siempre para recibir a todos, santos y pecadores, sin establecer límites para la atención que exige el ministerio.22 En la Iglesia todos somos importantes dentro de esa rica diversidad de carismas del Espíritu.

1 IVEREIGH, Austen. El gran reformador: Francisco, retrato de un papa radical. Ediciones B Colombia. Bogotá, 2015; Wounded Sheperd: Pope Francis and his struggle to convert the Catholic Church. Henry Holt. New York, 2019. FRANCO, Massimo. El Vaticano según Francisco. Aguilar. Madrid, 2015. CASTRO, Jorge. La visión estratégica del papa Francisco. Distal. Buenos Aires, 2015. VALENTE, Gianni. Francisco, un papa del fin del mundo. Marova. Madrid, 2013.

2 MARTÍNEZ DÍEZ, Felicísimo. Creer en Jesucristo: vivir en cristiano. Verbo Divino. Estella, 2007. DUCQUOC, Christian. Jesús, hombre libre: esbozo de una cristología. Sígueme. Salamanca, 1980. MACHOVEC, Milan. Jesús para ateos. Sígueme. Salamanca, 1976. FRAIJÓ, Manuel. Jesús y los marginados: utopía y esperanza cristiana. Cristiandad. Madrid, 1985. HORSELY, R.A. Jesús y el imperio: el Reino de Dios y el nuevo desorden mundial. Verbo Divino. Estella, 2003.

3 PAPA FRANCISCO. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium La Alegría del Evangelio, número 27. Tipografía Vaticana. Roma, 2013. NAVARRO, Jesús Arturo. El papado de Francisco desde la esperanza discreta. En https://www.redalyc.org/pdf/325/32530725008.pdf

4 PAPA FRANCISCO. Carta Encíclica Laudato Si sobre el cuidado de la casa común. Tipografía Vaticana. Roma, 2015.

5 PAPA FRANCISCO. Carta Encíclica Fratelli Tutti sobre la Fraternidad y la Amistad Social. Tipografía Vaticana. Roma, 2020.

6 PAPA FRANCISCO. Exhortación Apostólica Amoris Laetitia sobre el Amor en la Familia. Tipografía. Vaticana. Roma, 2016.

7 CONCILIO VATICANO II. Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Moderno Gaudium et Spes. Edición Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1996. PAPA PABLO VI. Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi El Anuncio del Evangelio Hoy. Tipografía Vaticana. Roma, 1975. PAPA JUAN PABLO II. Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte Al comienzo del año 2000. Tipografía Vaticana. Roma, 2000.

8 Agosto-Septiembre de 1968.

9 Enero-Febrero 1979

10 Octubre 1992.

11 Mayo 2007.

12 CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO CELAM. Las cinco conferencias generales del episcopado latinoamericano: Río de Janeiro, Medellín, Puebla, Santo Domingo, Aparecida. Paulinas & San Pablo. Bogotá, 2014.

13 1 Corintios 12: 5-7

14 ZIZIOULAS, Joannis D. El ser eclesial: persona, comunión, Iglesia. Sígueme. Salamanca, 2003. PIÉ-NINOT, Salvador. Eclesiología: la sacramentalidad de la comunión cristiana. Sígueme. Salamanca, 2006. TILLARD, Jean Marie. Carne de la Iglesia, Carne de Cristo: en las fuentes de la eclesiología de comunión. Sígueme. Salamanca, 1994. CONGAR, Yves. Por una Iglesia servidora y pobre. San Esteban. Salamanca, 2014; Ministerios y comunión eclesial. Fax. Madrid, 1973; Autoridad y libertad en la Iglesia. Desclée de Brower. Bilbao, 1978; Jalones para una teología del laicado. Estela. Barcelona, 1969. LUBAC, Henri de. Meditación sobre la Iglesia. Encuentro. Madrid, 2008.

15 Juan 10: 28.

16 VELA, Jesús Andrés. Reevangelización: el primer anuncio del Evangelio a bautizados no cristianos. Pontificia Universidad Javeriana – Facultad de Teología. Bogotá, 2014; Evangelizar de nuevo: el kerigma cristiano en un mundo roto. Pontificia Universidad Javeriana-Facultad de Teología. Bogotá, 2010; Reiniciación cristiana: respuesta a un bautismo sociológico. Verbo Divino. Estella, 1986. MORAL, José Luis. Jóvenes sin fe? Manual de primeros auxilios para reconstruír con los jóvenes la fe y la religión. PPC. Madrid, 2007. TORRES QUEIRUGA, Andrés. Fin del cristianismo premoderno. Sal Terrae. Santander, 1993. FOSSION, André. Volver a empezar: veinte caminos para volver a la fe. Sal Terrae. Santander, 2005.

17 CASTRO SÁNCHEZ, Secundino. Evangelio de Juan. Desclée de Brower. Bilbao, 2013. BROWN, Raymond E. El evangelio y las cartas de Juan. Desclée de Brower. Bilbao, 2010. CARRILLO ALDAY, Salvador. El evangelio según San Juan. Verbo Divino. Estella, 2010. GUILLET, Jacques. Jesucristo en el evangelio de Juan. Verbo Divino. Estella, 2006.

18 Juan 10: 14-15

19 CUCCI, Giovanni; ZOLLNER, Hans; DÍEZ ARAGÓN, Ramón Alfonso. Iglesia y pedofilia: una herida abierta. Sal Terrae. Santander, 2011. SCICLUNA, Charles; ZOLLNER, Hans; AYOTTE, David. Abuso sexual contra menores en la Iglesia: hacia la curación y la renovación. Sal Terrae. Santander, 2012. GUARINELLI; Stefano. El sacerdote inmaduro: un itinerario espiritual. Sígueme. Salamanca, 2016.

20 PAPA JUAN PABLO II. Exhortación Apostólica Christifideles Laici sobre la Vocación y Misión de los Laicos en el Mundo y en la Iglesia. Tipografía Vaticana. Roma, 1988. CONCILIO VATICANO II. Decreto Apostolicam Actuositatem sobre el Apostolado de los Laicos. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1996. ESTRADA, Juan Antonio. La espiritualidad de los laicos. San Pablo. Madrid, 1991. GARCÍA DE ANDOIN, Carlos. Laicos cristianos, Iglesia en el mundo. HOAC. Madrid, 2004. BOROBIO, Dionisio. Misión y ministerios laicales. Sígueme. Salamanca, 2001.

21 Juan 10: 27

22 GONZÁLEZ DORADO. Antonio. Sacerdotes dignos de crédito. Sígueme. Salamanca, 1990. MONSEÑOR OSCAR ARNULFO ROMERO. La voz de los sin voz: la palabra viva de Monseñor Romero. Selección de textos. UCA Editores. San Salvador, 2014. FARES, Diego. El olor del pastor: el ministerio pastoral en la visión del Papa Francisco. Sal Terrae. Santander, 2018.

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