domingo, 12 de mayo de 2024

COMUNITAS MATUTINA 12 DE MAYO 2024 DOMINGO VII DE PASCUA CICLO B SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

 

Dios desplegó esta fuerza en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su diestra en los cielos, por encima de todo principado, potestad, virtud, dominación, y de todo cuanto tiene nombre, no sólo en este mundo sino también en el venidero”

(Efesios 1: 20-21)

Lecturas:

  1. Hechos 1: 1-11

  2. Salmo 46

  3. Efesios 1: 17-23

  4. Marcos 16: 15-20

Cuando revisamos ciertas tendencias para escribir y formular la historia de la humanidad en sus diversos períodos, encontramos que se hace desde los poderosos-as, desde los señores, desde los que mandan en lo político, en lo cultural, en lo económico. Muchas de esas narrativas son culto a la personalidad , adulaciones desmedidas, y desconocimiento casi total de las gentes, de los pueblos. Tales realidades revelan una mentalidad: que los únicos cuya vida se tiene en cuenta es la de los que detentan el poder, las comunidades se silencian totalmente, y se olvida o minimiza que muchos de esos “señores” han sido déspotas, dictadores, enfermizos sujetos concentrados en su ego y en su conciencia de ser indispensables para el destino de sus reinos, estados y naciones. Parte muy importante de la literatura contemporánea ha dedicado páginas de extraordinaria ironía para señalar la decadencia de los “dueños del mundo”, como la obra teatral de Eugenio Ionesco1 “El rey se muere” 2, en la que su personaje principal, el rey Berenguer, tipifica con ácido humor los excesos de los poderosos, y recorre los desvaríos de la condición humana cuando se apasiona por el poder, el desamor, la hipocresía, el vano honor del mundo. 3

En profético y radical contraste, en el mundo cristiano reconocemos a un Señor que es ajeno ciento por ciento a las veleidades y exageraciones ya señaladas, Señor que nos abre el horizonte para otra posibilidad llena de esperanza y de trascendencia para la humanidad, lo suyo es el vaciamiento de toda vanagloria, la ofrenda salvífica de su vida, la ausencia de toda señal de dominio abusivo, la implicación amorosa en la vida nuestra, el ir descalzo por las calles de la vida, el tener la cruz por trono, El, en quien el Padre Dios ha dicho en qué consiste ser auténticamente humano, auténticamente divino, la mayor denuncia que se ha pronunciado en la historia contra todo emperador, todo rey, todo dictador, todo deleznable poderoso. Lenguaje de Dios para salvación del género humano: “Dios desplegó esta fuerza en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su diestra en los cielos, por encima de todo principado, potestad, virtud, dominación, y de todo cuanto tiene nombre, no sólo en este mundo sino también en el venidero. Sometió todo bajo sus pies y le constituyó cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo, la plenitud del que lo llena todo en todo”. 4 En esta solemnidad de la Ascensión celebramos y reconocemos este Señorío .

Qué dice este genuino Señor a nuestra vida? Cómo responde El a nuestras expectativas, necesidades, búsquedas de sentido? Cómo es causa en nosotros y para nosotros de libertad y salvación? Cómo lo hacemos significativo para estos tiempos de la historia? Cada época del devenir de la humanidad exalta sus absolutos, entroniza personas, ideologías, modelos políticos, estilos, mentalidades. También cada época trae sus desencantos y frustraciones, sus nuevas esclavitudes. Cómo anunciar el señorío de Jesucristo en estas circunstancias concretas? El magisterio de la Iglesia, en especial a partir del Concilio Vaticano II, 5junto con la teología y la propuesta pastoral encarnada en los diversos ámbitos del mundo, nos indican que hay una sincera preocupación para no evangelizar en abstracto, porque se impone una conexión explícita con los contextos de los seres humanos que atienden este llamado. El elemento esencial de la encarnación de Dios en nuestra historia y realidad es la clave para asumir esta dimensión indispensable del hecho cristiano.6 Es fundamental para la misión eclesial anunciar a este Dios hecho historia, realidad, carne, humanidad. Lo captamos muy bien en la sincera preocupación pastoral del Papa Francisco, la revelación de Dios en Jesucristo da plena significación a la dignidad del ser humano: a los que él llama descartados, a los líderes sociales, a los jóvenes estudiantes, a los mayores en trance de jubilación, a los que se esfuerzan por lograr un sustento digno para sus hogares, a los que no se resignan a la injusticia, a los que persiguen apasionadamente un sentido absoluto para su existencia, a quienes no se resignan a una inmanencia irreversible.

La Ascensión nos lleva a reconocer que en Cristo se hace definitiva realidad el contacto del ser humano con Dios; eso que llamamos “cielo” es un futuro pleno y decisivo que sólo nos viene gracias a la mediación salvadora-liberadora del Señor. En El y por El nos es dado superar la radical precariedad de nuestra contingencia , de los límites que nos imponen la muerte y el pecado, quedando abiertos para siempre a la trascendencia, asumidos por El y ascendidos con El a la plenitud del Padre.7 En este modo de Dios nuestra humanidad accede a la justicia que le es debida por su dignidad y a la salvación que, gracias a la mediación de Jesucristo, obtenemos por vía de regalo amoroso e incondicional.

Explorar el mundo, conocerlo y estructurarlo en la comprensión de las diversas disciplinas científicas, con el fin de transformar la naturaleza en aras de mejor calidad de vida para todos; esforzarnos por captar los entresijos de la mente, estudiarla en profundidad, reconocer los más hondos dinamismos que la configuran, promover la libertad a través de la explicitación de aquellos dinamismos inconscientes, formular posturas críticas que nos permitan emanciparnos de opresiones y dominios alienantes, desarrollar tecnología para agilizar los procesos de transformación del mundo, proponer un pensamiento que dé raíz y fundamento a toda la humanidad, analizar los comportamientos y sus condiciones, hacernos libres en la expresión artística y en la lúdica para hacer de la existencia una experiencia placentera, enamorarnos apasionadamente, empeñarnos en la justicia y en la equidad para que sean viables sociedades donde todos podamos participar de los beneficios en igualdad de condiciones, son , entre muchas otras, expresiones elocuentes de esa pasión por “ascender”, por ganarle la partida a la inevitable precariedad, por no terminar en un dramático proceso de descomposición orgánica. El señorío del ser humano adquiere plenitud de significado en el señorío de Jesús. 8

También nos salen al paso los tropiezos, inherentes a nuestra contingencia, donde las interminables limitaciones que nos acompañan se tornan lenguaje desafiante que nos invitan a ir “más allá” para encontrar la genuina razón del existir. Porque es claro que no podemos prescindir del sufrimiento, de la realidad del mal en sus inagotables evidencias, de la enfermedad, de la muerte, con su inevitable y definitiva cuestión sobre el sentido último de la vida. 9

Hacer conciencia de todos estos elementos es un excelente caldo de cultivo para comprender y vivir la plenitud que nos viene de Dios, el “todo en todos” del que habla la carta a los Efesios, que tiene su concreción en la persona del Señor a quien designamos como Jesús, el Cristo: “Para que ustedes conozcan cuál es la esperanza a la que han sido llamados por El, cuál la gloriosa riqueza otorgada por El en herencia a los santos, y cuál la soberana grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes, conforme a la eficacia de su fuerza poderosa” .10 La subida de Cristo a los cielos, según el lenguaje más tradicional, es pasar del tiempo a la eternidad, de lo inmanente a lo trascendente, donde se articulan salvíficamente la humanidad y la divinidad, siendo esta última la que acredita que la existencia de todo ser humano, que libremente acceda a tal beneficio, quede para siempre abierta a Dios y asumida por El, aval en el que felizmente se nos garantiza que vivir no es quedar expuestos al absurdo de la finitud y de la muerte. La primera lectura de este domingo, comienzo del relato de Hechos de los Apóstoles, es un claro ejemplo de esto, con ello se formula una convicción de la fe de los primeros cristianos, que se transmite a todas las generaciones de creyentes: Jesús no fue revivificado ni volvió al modelo de vida humana que tenía antes de morir. El fue constituído Señor viviendo la vida divina en la plenitud de su humanidad: “Dicho esto, fue levantado en presencia de ellos, y una nube lo ocultó a sus ojos” ,11 realidad que también afirma el evangelio de Marcos: “Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios” .12Todos nuestros esfuerzos por afirmar la maravilla de la dignidad humana, nuestra lucha por la justicia y por la equidad, la denuncia profética de las realidades pecaminosas que oprimen a millones de personas en el mundo, la negativa a estructurar proyectos de vida sobre ambiciones de poder y de riquezas, la fe en el servicio y en la solidaridad, también en la libertad, son realidades que, para nosotros creyentes en Jesús, tienen raíz en su señorío, en ese estar El a la diestra del Padre para que el ser humano sea, en nombre de Dios, señor de la vida, señor de sus decisiones, señor de su libertad, señor de la fraternidad y de la solidaridad.13 Consecuencia de todo lo anterior es la invitación misional de Jesús a sus discípulos y a nosotros, el asunto no puede permanecer encerrado en un rincón de la historia, se trata de propagarlo porque están en juego la esperanza y el sentido de vida de la humanidad: “Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación…..Estos son los signos que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y, aunque beban veneno, no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien” .14 El cristianismo es una novedosa condición en la relación de Dios con el ser humano, el Espíritu del Señor alienta para ir a todos los rincones de la humanidad a anunciar esta buena noticia: “Mientras ellos estaban mirando fijamente al cielo, viendo cómo se iba, se les presentaron de pronto dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: Galileos, por qué permanecen mirando al cielo? Este Jesús, que de entre ustedes ha sido llevado al cielo, volverá tal como lo han visto marchar” .15

Antonio José Sarmiento Nova, SJ

1 Slatina, Rumania, 26 de noviembre 1909; París , Francia, 28 de marzo 1994.

2 IONESCO, Eugenio. Le roi se meurt (El rey se muere). Folio-Gallimard. París, 1990.

3 GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel. El otoño del patriarca. Random House. Bogotá, 2022. ROA BASTOS, Augusto. Yo, el Supremo . Real Academia Española de la Lengua. Asociación de Academias de la Lengua. Madrid, 2019. ASTURIAS, Miguel Angel. El Señor Presidente. Alianza Editorial. Madrid, 2013. CABALLO, Vicente E. Un análisis psicológico de Donald Trump. En https://www.behavioralpsycho.com/wp-content/uploads/2018/10/13.Caballo_25-1-pdf COLLINS, Jim. Cómo caen los poderosos. Harper Collins Publishers. New York, 2009. LÓPEZ HERRADOR, Marcos. Los poderosos. La rebelión de las élites mundiales. Sekotia. Córdoba, 2021. CASTRO GÓMEZ, Santiago. El tonto y los canallas. Notas para un republicanismo transmoderno. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2019. ARMARIO, Diego. Los tontos con poder. Almuzara. Madrid, 2006. VARGAS LLOSA, Mario. La fiesta del Chivo. Alfaguara. Buenos Aires, 2022.

4 Efesios 1: 20-22.

5 CONCILIO VATICANO II. Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Moderno Gaudium et Spes. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1967. SANTIAGO SANTIAGO, Eloy A. El hombre, imagen de Dios, a la luz de Cristo. Antropología cristocéntrica de la Gaudium et Spes. En Almogaren número 37, páginas 151-172. Centro Teológico de Las Palmas. Palma de Gran Canaria, 2005. OCHOA CADAVID, Víctor Manuel. Una lectura antropológica de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. En Cuestiones Teológicas volumen 35, número 84; páginas 282-300. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, junio-diciembre 2008. CARRODEGUAS NÚÑEZ, Celestino. El concepto de persona a la luz del Vaticano II. Una reflexión desde el derecho. En Estudios Eclesiásticos número 323; páginas 825-841. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 2007. TORAÑO LÓPEZ, Eduardo. El misterio del hombre en la Gaudium et Spes. En Teología y Catequesis número 129; páginas 105-133. Universidad Eclesiástica San Dámaso. Madrid, 2014.

6 PARRA, Alberto. Textos, contextos y pretextos. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2003; “Dicen pero no hacen” Teología de la Acción. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2022. BEVANS, Stephen. Modelos de teología contextual. Verbo Divino. Quito, 2004. GIBELLINI, Rossino. La teología del siglo XX. Sal Terrae. Santander, 1998. BOFF, Clodovis. Teología de lo político: sus mediaciones. Sígueme. Salamanca, 1980. GUTIERREZ MERINO, Gustavo Teología desde el reverso de la historia. Centro de Estudios y Publicaciones CEP. Lima, 1977. SEGUNDO, Juan Luis. De la sociedad a la teología. Carlos Lohlé. Buenos Aires, 1973. ELLACURÍA, Ignacio. Filosofía de la realidad histórica. Trotta. Madrid, 1991. SOLS LUCÍA, José. La teología histórica de Ignacio Ellacuría. Trotta. Madrid, 1999. CERVERA CONTE, Ignacio. La contextualización en el quehacer teológico. En Estudios Eclesiásticos volumen 81, número 316; páginas 145-176. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 2006.

7 GONZALEZ, Justo L. La Ascensión: una doctrina descuidada. Mundo Hispano. El Paso, 2022. HERRERA GABLER, Jorge F. Cristo, exaltado en la cruz. Eunsa. Pamplona, 2012. BOFF, Leonardo. Qué significa que Cristo subió a los cielos? En https://www.donbosco.org.ar/uploads/recursos/recursos_archivos_128_944.pdf GONZALEZ, Justo L. Jesús es el Señor. El señorío de Jesucristo en la Iglesia primitiva. PUMA. Lima, 2011. CAPELLETI, Lorenzo. El señorío de Cristo en el tiempo. En https://www.30giorni.it/articoli_id_20860_12.htm AMATO, Angelo. Jesús, el Señor. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1998. PAGÁN, Samuel. Jesucristo es el Señor. Cristología del Nuevo Testamento. Clie. Barcelona, 2022. KASPER, Walter. Jesús el Cristo. Sígueme. Salamanca, 2000.

8 LUCAS LUCAS, Ramón. Horizonte vertical: sentido y significado de la persona humana. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 2010. LUCAS, Juan de Sahagún. Dios, horizonte del hombre. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1994. TABET, Miguel A. El hombre, imagen de Dios. En https://www.dadun.unav.edu/bitstream/10171/5949/1/MIGUEL%20A.%20TABET.pdf ARMENDARIZ, L. Hombre y mundo a la luz del Creador. Cristiandad. Madrid, 2001. MOORMAN, K. Teología de la Creación en un mundo en evolución. Verbo Divino. Estella, 2005. RUIZ DE LA PEÑA, Juan. Imagen de Dios. Antropología Teológica Fundamental. Sal Terrae. Santander, 1988. ESTRADA DÍAZ, Juan Antonio. El ser humano como proceso: don y naturaleza. En Revista Iberoamericana de Teología volumen 10 número 19; páginas 77-104. Universisdad Iberoamericana. Ciudad de México, julio-diciembre 2014.

9 ESTRADA, Juan Antonio. El sentido y el sinsentido de la vida: preguntas a la filosofía y a la religión. Trotta. Madrid, 2010. FERRATER MORA, José . Las crisis humanas. Alianza Editorial. Madrid, 1983. LUYPEN, Wilhelm. Fenomenología Existencial. Carlos Lohlé. Buenos Aires, 1969. LIPOVETSKY, Gilles. La era del vacío. Anagrama. Barcelona, 1986. FROMM, Erich. El corazón del hombre: su potencia para el bien y para el mal. Fondo de Cultura Económica FCE. Ciudad de México, 1995.

10 Efesios 1: 18-19

11 Hechos 1: 9

12 Marcos 16: 19

13 SARDIÑAS IGLESIAS. Loida Lucía. Dignidad humana: concepto y fundamentación en clave teológica latinoamericana. Universidad de Santo Tomás. Bogotá, 2019. PAPA JUAN PABLO II. Carta Encíclica Redemptor Hominis Redentor del Hombre. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano 1979.

14 Marcos 16: 15-18

15 Hechos 1: 10-11

domingo, 5 de mayo de 2024

COMUNITAS MATUTINA 5 DE MAYO 2024 DOMINGO VI DE PASCUA CICLO B

 

Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que le es grata cualquier persona que le ama y practica la justicia, sea de la nación que sea”

(Hechos 10: 34)



Lecturas:

  1. Hechos 10: 25-48 (se recomienda leer todo el capítulo desde el comienzo para captar la historia del centurión Cornelio)

  2. Salmo 97

  3. 1 Juan 4: 7-10

  4. Juan 15: 9-17

El don de Dios es para todos los seres humanos, ; es su iniciativa universal de salvación, de plenitud de sentido, realidades que El ofrece a través de Jesucristo. Las páginas de los relatos evangélicos y las enseñanzas de los apóstoles, contenidas en el Nuevo Testamento, son reflejo de esta intencionalidad. La práctica de Jesús es de acogida, de inclusión, de compasión, misericordia, amoroso interés por cada ser humano que se encuentra con él. Penosamente, a lo largo de la historia, se ha utilizado el nombre de Dios para condenar, para clasificar en “dignos de salvación” e “indignos de salvación”, configurando posturas religiosas claramente discriminatorias y contrarias a la mente que se nos revela en el Señor Jesús. Gracias a Dios, es bien conocido el estilo suyo, que contraarresta todo tipo de elitismo de soberbia religioso-moral. 1 La oferta salvífica que Dios nos ofrece en Jesús marca una ruptura fundamental con el exclusivismo de la religión judía y, por extensión, con otras ofertas religiosas que solamente acogen a los suyos, por creencias o por cultura. Con él se inaugura un tiempo ecuménico, un tiempo en el que Dios propone el camino de Jesucristo como alternativa de plenitud y salvación, siempre referido a la libertad del “oyente de la Palabra”. 2

Estos días de Pascua son una excelente oportunidad para reflexionar sobre el ministerio de Jesús , su manera de reconocer la dignidad de las gentes vulneradas y vulnerables, el trato misericordioso dado a los pecadores, la formación de su grupo de discípulos-as tomándolos de las comunidades más humildes de Galilea, su intimidad con Dios que repetidas veces lo llevó a afirmar cosas como esta: “Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. No los llamo ya siervos porque el siervo nunca sabe lo que suele hacer su amo; a ustedes los he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre se lo he dado a conocer”. 3 Las lecturas que se nos ofrecen para este sexto domingo de Pascua contienen un mensaje esperanzador, de genuino significado ecuménico, en el sentido cristiano de este término.

Quien está “tomado” por el Espíritu es una persona que trasciende las fronteras establecidas por mentalidades cerradas, con serias dificultades para tener una mirada ecuménica de la vida y del acontecer salvífico de Dios. El relato que propone hoy el texto de Hechos de los Apóstoles es una preciosa narrativa pascual que tiene como punto de partida el contexto judío de ese tiempo en el que – como bien sabemos por la historia y por la interpretación bíblica – había una concepción exclusivista y excluyente de parte del judaísmo ortodoxo que no admitía salvación para quienes no hacían parte de esa comunidad de fe. El centurión Cornelio, protagonista del relato, es una intervención del Espíritu para que se abran mentes y corazones a las nuevas posibilidades abiertas por Jesús en materia de universalidad salvífica; este personaje es un recién convertido procedente del paganismo, hombre de fina sensibilidad espiritual: “El centurión Cornelio, hombre justo y temeroso de Dios, reconocido como tal por el testimonio de toda la nación judía, ha recibido de un ángel santo el aviso de hacerte venir a su casa y de escuchar lo que tú digas” . 4 Una clarísima consecuencia de la experiencia pascual reside en el paso cualitativo de la cerrazón judía a la apertura universal del cristianismo naciente.

El Papa Francisco, en su encíclica de 2020 “Fratelli Tutti”,5 hace una juiciosa reflexión sobre lo que divide a la humanidad, con una propuesta de esperanza: cambiar el signo de una globalización excluyente a una cultura del diálogo y del encuentro, asumiendo la diversidad de lo humano como riqueza para construir una mejor humanidad; el Papa, naturalmente, parte de sus convicciones cristiano-católicas, como pastor de la Iglesia universal, consciente de que en ellas hay una indispensable apertura al ecumenismo y al diálogo entre las religiones. La etimología de “católico” es universal, universalidad, esta nota fundamental define a la Iglesia como una comunidad que, centrada en la persona del Señor Resucitado, es abierta a todos los humanos, con la intención de significar la comunión en la diversidad bajo la acción unificante del Espíritu: “Este enfoque, definitiva, reclama la aceptación gozosa de que ningún pueblo, cultura o persona puede obtener todo de sí. Los otros son constitutivamente necesarios para la construcción de una vida plena. La conciencia del límite o de la parcialidad, lejos de ser una amenaza, se vuelve la clave desde la que podemos soñar y elaborar un proyecto común. Porque “el hombre es el ser fronterizo que no tiene ninguna frontera”. 6 Nos parece muy oportuno recordar esto porque permanecen posturas que cierran puertas, que ponen excesivas condiciones para entrar a hacer parte de la comunidad, que presumen de ser un grupo privilegiado. El mismo Jesús lo enseña como elemento “sine qua non” de su camino: “Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”. 7

La pretensión del amor universal de Dios, mensaje central del evangelio de Juan que proclamamos este domingo, no se anda con rodeos, la propuesta de Jesús no establece límites, él rompe proféticamente con ese mundo cerrado, lleno de prejuicios, y hace evidente que tal novedad está dispuesta a incluír a todo ser humano. El relato de Hechos deja entrever leyes y mentalidades sacralizadas para los judíos, cuyo incumplimiento implicaba la declaración de impureza, como sanción, con la exigencia de someterse a las prácticas de purificación para salir del estado anormal causado por el contacto con el extranjero, pero también revela la novedad del Resucitado en cuanto a acogida y apertura: ”Cuando Pedro entraba, salió Cornelio a su encuentro y cayó postrado a sus pies. Pedro lo levantó y le dijo: : levántate, que también yo soy un hombre. Mientras conversaba con él, entró y encontró a muchos reunidos. Pedro les dijo: ya saben ustedes que un judío tiene prohibido juntarse con un extranjero o entrar en su casa, pero Dios me ha hecho ver que no hay que llamar profano o impuro a ningún hombre” .8Todos los seres humanos tenemos igual valor ante Dios, no hay superioridades ni inferioridades de carácter esencial. La igualdad fundamental de todos en Dios es el ideal que plantea la Buena Noticia de Jesús!9 : “Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que le es grata cualquier persona que le ama y practica la justicia, sea de la nación que sea” .10

La nueva conciencia de Pedro a partir de su experiencia de Dios y de su encuentro con un hombre justo como Cornelio nos mueve a pensar en tantas exclusiones e injusticias que hemos cometido asignando a Dios la “responsabilidad” de ese exclusivismo, cuando es una decisión del pecado nuestro. Debemos afirmar con humildad que hemos ido en contravía del Padre Dios y de la originalidad de Jesús. Conductas como estas no son ni humanas ni cristianas. La grata actitud de Pedro y de Cornelio nos habla de otro paradigma, el de la mesa compartida, el de la dignidad fundamental de todos los humanos, el de la inclusión y la fraternidad .

Así, el evangelio y la segunda lectura nos hablan de la iniciativa amorosa de Dios y de la invitación que El nos hace: “Como el Padre me amó, yo también los he amado; permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor” .11 El amor en sentido cristiano no es sinónimo de gratificaciones individuales, de caricias para calmar la conciencia, de sensiblerías; la oferta cristiana consiste en un amor vigoroso, en una disposición para donarse como Jesús, en la infatigable responsabilidad hacia el prójimo, en la ética de la solidaridad y de la comunión: “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por las personas que ama”,12 y “Este es mi mandamiento, que se amen los unos a los otros como yo los he amado” .13 Jesús, con la ofrenda amorosa de todo su ser, no está buscando “ganar puntos”, ni ser aplaudido. Lo suyo nace de Dios mismo, la iniciativa teologal es dar todo para que la humanidad sea bienaventurada, para que salga de la ignominia del desconocimiento . Jesús es el relato máximo de Dios, en el que renuncia a todo privilegio, incluso el de la conservación de su propia vida, para que el ser humano se vea asumido por la incondicionalidad de este amor.

El cristianismo no puede ser una religión de caridades ocasionales, de prácticas cultuales y piadosas desentendidas de la comunión fraterna, de beaterías egoístas. Estamos llamados a “permanecer” en el amor fundante y fundamental: “Queridos, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios; en que Dios envió al mundo a su hijo único, para que vivamos por medio de él” .14 La conciencia de ser asumidos por un amor desbordante y gratuito, ha de acompañar todos los pasos de nuestra vida, para que nunca nos sintamos superiores a nadie, para que sepamos reconocer en cada persona un lenguaje de ese misterio de dignidad , para que no permitamos que nuestra libertad sea secuestrada por ideologías clasistas y por religiosidades excluyentes. “Lo que les mando es que se amen los unos a los otros” , 15 es lo que esclareció la mente y el corazón de Pedro para reconocer en Cornelio un prójimo universal, marcando la pauta cristiana de que todo ser humano, es poseedor de un valor esencial.

Antonio José Sarmiento Nova, SJ



1 PAGOLA, José Antonio. Rasgos de la acogida de Jesús: curador de la vida, defensor de los últimos, amigo de los pecadores. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 17 y 24 de abril de 2007. POLANCO, Rodrigo. La Iglesia y la universalidad de la salvación en el cristianismo. En Teología y Vida volumen XLIV; páginas 423-443. Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, 2003. CONFERENCIA EPISCOPAL ALEMANA. A todos los pueblos su salvación. La misión de la Iglesia universal. En https://www.dbk.de/fileadmin/redaktion/veroeffentlichungen/deutsche-bischoefe/DB76es.pdf HERNANDEZ SOLÍS, Pablo Antonio. Por todos o por muchos? Una aproximación al tema de la universalidad de la salvación desde el relato de la institución de la eucaristía (Marcos 14:24; Par Mateo 26:28). Trabajo de grado para optar al título de Licenciatura Canónica en Teología. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, 2016. PÉREZ TAPIAS, José Antonio. Universalidad del cristianismo en la multiplicidad de las culturas. En Proyección número 43; páginas 83-94. Facultad de Teología de Granada, 1996.

2 CONCILIO VATICANO. Declaración sobre la Libertad Religiosa Dignitatis Humanae. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1993; páginas 649-673. CONCILIO VATICANO II. Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia Ad Gentes Divinitus. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1993; páginas 547-601. CONCILIO VATICANO II. Decreto sobre el Ecumenismo Unitatis Redintegratio. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1993; páginas 602-634. RAHNER, Karl. Oyente de la Palabra: fundamentos para una filosofía de la religión. Herder, 2017. PALACIO, Carlos. La “salvación en Jesucristo” en la reflexión teológica latinoamericana. En https://www.redicces.org.sv/jspui/bitstream/10972/1349/1/RLT-2001-053-B.pdf FERNANDEZ, Víctor Manuel. La acción universal de la tercera persona: otra “fenomenología del espíritu”. En Teología tomo XXXV número 71; páginas 141-157. Pontificia Universidad Católica Argentina. Buenos Aires, 1998.

3 Juan 15: 14-15. PAPA JUAN PABLO II. La autoridad de Pedro en la apertura de la Iglesia a los paganos. Audiencia general del miércoles 13 de enero de 1993.En https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/audiences/1993/documents/hf_jp-ii_aud_19930113.pdf TRIGO, Pedro. Apertura de la Iglesia al mundo actual según el Concilio Vaticano II. En https://www.redicces.org.sv/jspui/bitstream/10972/1110/1/RLT-1995-035-C.pdf PAPA JUAN PABLO II. Carta Encíclica Redemptoris Missio sobre La Permanente Validez del Mandato Misionero. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 1990.

4 Hechos 9: 22-23

5 PAPA FRANCISCO. Carta Encíclica Fratelli Tutti sobre la Fraternidad y la Amistad Social. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2020. AZCUY, Virginia Raquel. El desafío inclusivo de la espiritualidad desde Evangelii Gaudium y Fratelli Tutti. En Poliedro número 3 año 1, páginas 284-293. Universidad San Isidro. Buenos Aires, 2020. PRIETO SANTANA, María Dolores. La encíclica Fratelli Tutti y el fundamento antropológico de la fraternidad. En Proyección: teología y mundo actual número 279; páginas 427-443. Universidad Loyola de Andalucía. Granada, 2020. CENTRO LOYOLA SAN SEBASTIÁN. Guía de lectura de Fratelli Tutti. En https://www.centroloyola.org/wp-content/uploads/2021/2021/07/Guia-de-lectura-de-Fratelli-tutti-ES.pdf CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO CELAM. Fratelli Tutti: meditaciones desde América Latina y el Caribe. Publicaciones Celam. Bogotá, 2020. NIETO VICENTE, Teófilo. La Fratelli Tutti como propuesta de un modelo de persona, sociedad e Iglesia. En Salmanticensis 68; páginas 459-487. Universidad Pontificia de Salamanca, 2021.

6 Encíclica Frattelli Tutti número 150.

7 Juan 15: 12-13

8 Hechos 10: 25-28

9 GEHMAN PEACHYE, Linda. Creados como iguales: mujeres y hombres a la imagen de Dios. Comité Central Menonita. New York, 2009. ETXEBERRIA, Xabier. Derechos humanos y cristianismo. Universidad de Deusto. Bilbao, 1999. DICASTERIO PARA LA DOCTRINA DE LA FE. Declaración Dignitas Infinita sobre la Dignidad Humana. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2024. HERVADA, Javier. La dignidad y la libertad de los hijos de Dios. En https://www.dadun.unav.edu/bitstream/10171/6488/1/IV-DIGNIDAD.pdf DE SOUSA SANTOS, Buenaventura. Si Dios fuese un activista de los derechos humanos. Trotta. Madrid, 2014. COMISION TEOLOGICA INTERNACIONAL. Dignidad y derechos de la persona humana. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 1983. BORGOÑO, Cristián. Cristianismo y Derechos Humanos. Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, 2018. GARCÍA ROJO, Jesús. Dignidad de la persona humana: perspectiva teológica. En https://www.revistadeespiritualidad.com/upload/pdf/1950articulo.pdf

10 Hechos 10: 34-35

11 Juan 15:9-10

12 Juan 15:13

13 Juan 15: 12

14 1 Juan 4: 7-9

15 Juan 15: 17

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