domingo, 30 de junio de 2024

COMUNITAS MATUTINA 30 DE JUNIO 2024 DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

 

Pero Jesús, sin tener en cuenta esas palabras, dijo al jefe de la sinagoga: no temas, basta que creas”

(Marcos 5: 36)

Lecturas:

  1. Sabiduría 1: 13-15

  2. Salmo 29

  3. 2 Corintios 8:7-13

  4. Marcos 5: 21-43

No es posible construír un proyecto de vida serio sin tener en cuenta la realidad inevitable de muestra condición humana frágil y contingente. Este es el ámbito en el que se cultiva la eterna pregunta del ser humano por lo definitivo, si todo este cúmulo de precariedades acaban por disolver en nosotros la ilusión de vivir, si la muerte es la que determina nuestra existencia, si esta precariedad nos pone ante las puertas del fracaso y del sufrimiento irreversibles. Eso nos aterra, y cobra particular relevancia cuando somos nosotros o nuestros seres queridos los afectados por tales evidencias, que en cada momento de la historia revisten formas particulares.1

La fragilidad es inherente a nosotros, no depende de nosotros evitarla, aunque de modo legítimo hagamos denodados esfuerzos para mitigar su impacto . De modo culminante lo reconocemos en la muerte, “esta señora muerte que se va llevando todo lo bueno que en nosotros topa”, como reza el poema “Señora muerte” de León de Greiff.2 Muchas manifestaciones de la precariedad provienen del egoísmo sistemático de unos seres humanos que se encarnizan contra sus semejantes creando estructuras de injusticia, justificando guerras y saqueos, haciendo de la violencia su argumento para someter al prójimo. Cada uno de nosotros, desde los propios relatos de vida, puede escribir la biografía de su devenir precario, también mirando con sensibilidad encarnada las grandes tragedias que afectan la humanidad en todos los tiempos de la historia. 3

Qué decir ? Como ya lo hemos propuesto en anteriores reflexiones de COMUNITAS MATUTINA, debemos dar la razón a Albert Camus 4 cuando afirma que el único problema filosófico verdaderamente serio es el suicidio?5 Nos sumergimos así en una noche oscura sin esperanza ni redención? Veamos qué nos proponen las lecturas bíblicas de este domingo. Ellas afirman que nos alienta una esperanza fundante y encarnada en la realidad, para nosotros apuesta definitiva de trascendencia y de sentido pleno de la vida.6

Desentrañamos el texto de Marcos 5:21-43, que nos propone hoy la Iglesia. Los milagros, como los dos que refiere, son las señales del nuevo orden de vida que irrumpe con Jesús, es el Reino de Dios y su justicia, con su empeño de reivindicar la dignidad humana ofendida y humillada por el mal, por la misma religión judía, por la pobreza, por la enfermedad, por el pecado.7 Aquí subyace une profunda y esperanzadora teología de la vitalidad de Dios comunicada por Jesús, que en este caso se tipifica en la mujer agobiada por una hemorragia incontenible8 y por la confiada solicitud de Jairo, líder de la sinagoga, que implora a Jesús la curación de su hija en peligro de muerte. 9 Son dos mujeres en plena condición fràgil, también en expectativa de vida y de salud.

La mujer del flujo permanente, llamada hemorroísa en algunas de las traducciones castellanas de los evangelios, está marcada por la impureza ritual y legal; siguiendo las normas establecidas en ese contexto, la suya es una enfermedad vergonzosa: “Se encontraba allí una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias…..Como había oído hablar de Jesús, se le acercó por detrás y tocó su manto, porque pensaba: con solo tocar su manto quedaré curada. Inmediatamente cesó la hemorragia, y ella sintió en su cuerpo que estaba curada de su mal”. 10 Jesús reivindica la dignidad de esta mujer, no se fija en su impureza legal sino en su clamor de reconocimiento y en la profunda confianza que manifiesta al buscar la sanación. Jesús la acredita como un nuevo ser humano, la restablece como mujer: “Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz, y queda curada de tu enfermedad”. 11

Jairo, dirigente de la sinagoga, caracteriza el desencanto del pueblo ante la institución religiosa judía, esta no sana, impone pesadas cargas pero no transmite sentido de vida y esperanza. Ese judaísmo del tiempo de Jesús no conduce a la vida; la hija de Jairo, imagen del pueblo, está abocada a la muerte. Este hombre busca en Jesús una alternativa que considera garantía de salud: “Todavía estaba hablando, cuando llegaron unas personas de la casa del jefe de la sinagoga y le dijeron: tu hija ya murió, para qué vas a seguir molestando al Maestro? Pero Jesús, sin tener en cuenta esas palabras, dijo al jefe de la sinagoga: no temas, basta que creas”. 12 El relato marca un contraste entre la decepción de muchos de sus contemporáneos ante el Templo de Jerusalén, rígida entidad cerrada a los clamores populares, y la saludable oferta de Jesús, que no repara en el escepticismo de quienes le rodeaban: “Tu hija ya murió…..13 sino en la confianza manifestada por este dirigente judío abierto a la novedad de la Buena Noticia: “No temas, basta que creas”.14

Sus contemporáneos, incluyendo a sus propios discípulos, desconfían de Jesús, de su anuncio de vida, de su decisiva confianza en el Padre. Por eso invita a tres de sus seguidores – Pedro, Santiago, Juan – para que sean testigos de la curación de la niña: “Y sin permitir que nadie lo acompañara, excepto Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago, fue a casa del jefe de la sinagoga. Allí vió un gran alboroto, y gente que lloraba y gritaba. Al entrar les dijo: por qué se alborotan y lloran? La niña no está muerta, sino que duerme”. 15 Curiosamente, esos mismos discípulos están presentes en los relatos de la transfiguración y en la oración en el huerto, antes del prendimiento, y en ambas escenas se duermen. Ese sueño es un símbolo elocuente: rechazan la posibilidad de la muerte cruenta de Jesús. En cambio, él trata de enseñarles que el camino hacia la Vida es la muerte dramática, que ya le es inminente, pero estos no aceptan, como la mayoría de los judíos, que esa sea la alternativa. Para que aprendan que èl es la imagen de un Dios que da vida, los lleva consigo. Con esta conducta les está indicando que la vieja sinagoga, el viejo templo, no son alternativas de salvación, que está entrando en la historia de la humanidad la novedad redentora del amor definitivo de Dios, y que él, Jesús de Nazareth, debe asumir las consecuencias dolorosas de su postura crítica ante esa religión oscurecida por la ceguera de sus leyes y de sus rituales.

También a nosotros nos llegan los miedos y los escepticismos, hacemos de ellos “zona de confort”, nos instalamos en la falsa seguridad de una religión cómoda, cumplidora de normas, carente de profecía y de vitalidad teologal, desentendida de los dramas de tantos seres humanos que buscan confiadamente , como la hemorroísa y como Jairo, una respuesta en el Evangelio de Jesús.16 La desbordante confianza de los pobres y humildes nos da una lección de ruptura liberadora, ellos dejan atrás las estructuras inertes, moribundas, de esa religiosidad formal, para ingresar en el universo de vida arrasadora que Jesús trae.

A lo largo de su historia, la Iglesia en algunos momentos se ha paralizado ante los retos de la realidad, que exige respuestas nuevas y encarnadas para los constantes requerimientos del ser humano; tensión dialéctica entre el carisma-profecía y la institución, con el reto de fondo que es la fidelidad a Dios y al ser humano, como el mismo Jesús lo anunció. La Iglesia, nuestra Iglesia, si quiere seguir siendo la Iglesia de Jesús, tendrá que salir al encuentro del Maestro, rompiendo esas ataduras que frenan su dinamismo evangelizador: “Una auténtica fe – que nunca es cómoda e individualista – siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra”. 17 Este es el esfuerzo de la profecía y de los profetas en el desarrollo eclesial: trabajar con denuedo para que el carisma original del Señor Jesucristo se mantenga vigente, para que el aspecto institucional de la Iglesia se ponga siempre al servicio del Evangelio.

La propuesta de Jesús se inscribe plenamente en una cultura de la vida, en un apasionado compromiso con la dignidad y con la libertad de todos los seres humanos. Desde la paternidad de Dios se afirma nuestra vocación de trascendencia, que se realiza haciendo de esta realidad, un escenario donde se promueva y defienda la vida en todas sus manifestaciones. El Dios que nos revela Jesús tiene como prioridad la vitalidad constante y creciente de todas sus creaturas: “El ha creado todas las cosas para que subsistan; las creaturas del mundo son saludables, no hay en ellas ningún veneno mortal y la muerte no ejerce su dominio sobre la tierra. Porque la justicia es inmortal”. 18 Pablo, en 2 Corintios 8: 7-9 y 13-15, segunda lectura , invita a resolver con generosidad el problema de la injusticia y de la desigualdad, señal dolorosa de la cultura de la muerte, y pone como referente principal de esta iniciativa al mismo Jesús: “No se trata de que ustedes sufran necesidad para que otros vivan en la abundancia, sino de que haya igualdad. En el caso presente, la abundancia de ustedes suple la necesidad de ellos, para que un día la abundancia de ellos supla la necesidad de ustedes. Así habrá igualdad”. 19

El abajamiento de Jesús, la ausencia en él de toda arrogancia y poderío humano, son signo de la total solidaridad de Dios con la humanidad sumida en el desconcierto de la injusticia y del egoísmo, la invitación a su seguimiento es optar por ese mismo estilo de vida, en el que el prójimo sea determinante para construir comunidades de mesa compartida, de fraternidad sin ambigüedades, de justicia gozosa, indicativos de una esperanza real, inserta en los mejores ideales de humanidad con espíritu: “Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, que , siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza”. 20 En el felicísimo misterio de la encarnaciòn de Dios, Jesùs lo visibiliza a El y también a nosotros, los humanos, toma modo frágil y nos redime para que esta inevitable precariedad histórico-existencial-biològica adquiera para siempre condición de eternidad.



Antonio Josè Sarmiento Nova, SJ



1 MARTÍN MORILLAS, José Manuel & MUÑOZ, Francisco. Complejidad, fragilidad y conciencia agónica. En https://www.ugr.es/~fmunoz/documentos/COMPLEJIDADfragilidadef2.pdf . ANRUBIA, Enrique (editor). La fragilidad de los hombres. La enfermedad, la filosofía y la muerte. Cristiandad. Madrid, 2010. DÍAZ MASSÓ, Eugenio. Una pragmática de la fragilidad humana. Universitat Oberta de Catalunya. Barcelona, 2017. BAUMAN , Zygmunt. Miedo lìquido. La sociedad contemporànea y sus temores. Paidòs. Barcelona, 2007; Vidas desperdiciadas: la modernidad y sus parias. Paidòs. Buenos Aires, 2005. JOHNSON, Felipe. La fragilidad humana desde su mundo nocivo: sobre la interrumpible continuidad del existir. En https://www.plarci.org/index.php/escritos/article/view/1146/1314 ARISTOTELES. Acerca de la brevedad y la longevidad de la vida En IDEM. Acerca de la generación y la corrupción: tratados breves de historia natural. Gredos. Madrid, 1987; páginas 305-316.ANRUBIA, Enrique (Editor). La fragilidad de los hombres: la enfermedad, la filosofía y la muerte. Cristiandad. Madrid, 2008. CARDONA SUAREZ, Luis Fernando. Mal y sufrimiento humano: un acercamiento filosófico a un problema clásico. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotà, 2013.


2 Medellín 1895, Bogotá 1976. Uno de los grandes poetas de Colombia y América Latina.

3 Les recomendamos ver el dramático documental “Gaza después del 7 de octubre” (en francés). Lo encuentran en www.cinemut¡ns.com Asì mismo les recomendamos “Human a documentary”, documental que encuentran en You Tube, con subtítulos en castellano.

4 1913-1960

5 Así lo plantea Camus en su libro de 1942 “El mito de Sísifo”. El autor, representante de la filosofía del absurdo reflexiona sobre la insignificancia de la vida humana, a partir de su lectura del mito griego de Sísifo condenado a subir una pesada piedra, cuando se aproxima a la cumbre el peso lo devuelve, sometiéndolo a iniciar repetidas veces el penoso ascenso.

6 GRONDIN, Jean . Hablar del sentido de la vida. En Utopía y Praxis Latinoamericana volumen 17 número 56 páginas 71-78. Universidad del Zulia. Maracaibo, enero-marzo 2012. BUENO, Gustavo. El sentido de la vida. En https://www.fgbueno.es/med/dig/gb96sv6.pdf ADLER, Alfred. El sentido de la vida. Biblioteca libre Omegalfa, 2018 (Ediciòn electrónica). FRANKL, Viktor. El hombre en busca de sentido. Herder. Barcelona, 2006.

7 LATOURELLE, René. Milagros de Jesús y teología del milagro. Sígueme. Salamanca, 1997. PELÁEZ DEL ROSAL, J. Los milagros de Jesús en los evangelios sinópticos. Verbo Divino. Estella, 1984. ALEGRE, Xavier. Entrada “Milagro” en FLORISTÁN, Casiano & TAMAYO, Juan José. Conceptos fundamentales del cristianismo. Trotta. Madrid, 1993; páginas 788-794. LEON-DUFOUR, Xavier. Los Milagros de Jesús. Cristiandad. Madrid, 1979. FRANKL, Viktor & LAPIDE, Pinchas. Bùsqueda de Dios y sentido de la vida: diálogo entre un teólogo y un psicólogo. Herder. Barcelona, 2005.

8 Marcos 5: 25-34

9 Marcos 5: 22-24 y 35-43

10 Marcos 5: 25 y 27-29

11 Marcos 5: 34 . SIDGWICK, Emma. Entre el límite y el umbral: el borde en el motivo cristiano temprano de la hemorroísa. En https://www.scielo.org.mx/pdf/tods/n29/n29a5.pdf ESTEVEZ LOPEZ, Elisa. El poder de una mujer creyente: cuerpo, identidad y discipulado en Marcos 5: 25-34. Verbo Divino. Estella, 2003. SIERRA, Angela María & VELEZ, Olga Consuelo. Curar y levantar los cuerpos femeninos: una lectura desde la hermenéutica crítica feminista. En Theologica Xaveriana volumen 62 número 173. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2012.

12 Marcos 5: 35-36

13 Marcos 5: 35

14 Marcos 5: 36

15 Marcos 5: 37-39

16 TELLO, Luz Marina. Mujeres sanadas por Jesús. Trabajo de grado para optar al título de Magister en Teología. Universidad Pontificia Bolivariana. . Medellín, 2013. VILLA BETANCOURT, Ana Cristina. Jesùs y las mujeres: encontrarlo, seguirlo, ser sus testigos. En https://www.laici.va/content/dam/laici/documenti/donna/teologia/espanol/jesu_s-y-las-mujeres-encontrarlo-seguirlo-ser-sus-testigos.pdf CALDUCH BENAGES, Nuria. El perfume del evangelio: Jesùs se encuentra con las mujeres. Verbo Divino. Estella, 2008. BIANCHI, Enzo. Jesùs y las mujeres. Una insòlita visión del mundo femenino a través de las palabras de Jesùs. Lumen. Buenos Aires, 2008. PIÑERO SÀENZ, Antonio. Jesùs y las mujeres. Trotta. Madrid, 2014. RAMOS GONZÀLEZ, Marifè. Las mujeres en el Evangelio de Lucas. Aula de Teologìa de la Universidad de Cantabria. Santander, 10 de noviembre de 2009.

17 PAPA FRANCISCO. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium La Alegría del Evangelio, número 183. Paulinas. Bogotá, 2013.

18 Sabiduría 1: 13-15

19 2 Corintios 8: 13-14

20 2 Corintios 8: 9

domingo, 23 de junio de 2024

COMUNITAS MATUTINA 23 DE JUNIO 2024 DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

 

Después les dijo: por qué tienen miedo? Cómo no tienen fe? Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?”

(Marcos 4: 40-41)

Lecturas:

  1. Job 38: 1-11

  2. Salmo 106

  3. 2 Corintios 5: 14-17

  4. Marcos 4: 35-41

En todos los momentos de la vida, individual y colectiva, existen amenazas que atentan contra la paz y la armonía de la humanidad, contra su buen ser y su bienestar.1 Es una manifestación incontrovertible de nuestra inevitable fragilidad: siempre hay tendencias contrarias a la felicidad. Las de estos tiempos están en las eternas crisis económicas, las amenazantes determinaciones de gobiernos que proponen cambios negativos en asuntos tan sensibles como los servicios de salud, los derechos pensionales y laborales, la educación, violencias tan persistentes como las guerras en Ucrania y en Gaza, inaceptables desde todo punto de vista , crisis y sentimientos de temor desde aquellos que son explosión de la desesperanza, dolorosa respuesta a los continuos sinsabores de la vida, pasando también por los momentos de sufrimiento personal, cuando la inevitable fragilidad toma proporciones desoladoras, hasta el encerramiento en tragedias sin retorno. Son enfermedades sociales que ponen a muchas de nuestras colectividades y prójimos en unidad de cuidado intensivo.2

Es innegable que tantas situaciones negativas asustan, crean un sentimiento colectivo de miedo y angustia, inciden en el incremento de las enfermedades mentales, desestabilizan los modos y proyectos de vida de muchos en el mundo. 3 Pero más allá de esto, estamos ante una explosión de vida que no se resigna al fracaso, es la profecía del sentido definitivo de la existencia como reacción y resistencia a esa cultura de la muerte.

También el mal moral, el pecado, es fuente de grandes miedos e inseguridades. No en vano solemos decir que no se puede dormir tranquilamente cuando la conciencia nos reclama serias responsabilidades en este sentido. Angustia y remordimiento para quien lo comete, sufrimiento y sentimiento de ofensa para quien lo padece. En el ámbito católico el sacramento de la penitencia-reconciliación es remedio para las conciencias, misericordia de Dios mediada en la Iglesia, consuelo para el penitente, vuelta a la paz interior, recuperación del gozo de vivir, superación de los temores. 4

Cómo hablar de esperanza en estos tiempos de crisis? Cómo motivar para vivir una esperanza real, encarnada en la historia, con capacidad de movilizar el sentido de la vida y de influír constructivamente para modificar el curso negativo de estos acontecimientos? 5 Sobre las diversas respuestas que se dan a esta cuestión de fondo, asunto prioritario en la agenda del bien común, hay que someter a juicio crítico los mesianismos políticos y religiosos que manipulan las carencias del pueblo para lograr rendimientos electorales y proselitistas en sus respectivas cofradías. Son muchos los falsos profetas, los que prometen redención de la pobreza y la corrupción y, una vez, en el poder, dan la espalda a quienes los eligieron dedicándose a resolver sus intereses de partido. O el caso de los predicadores apocalípticos que asustan con imágenes de un Dios mágico que pasa costosas cuentas de cobro a sus creyentes. 6

Las lecturas de este domingo son una invitación al análisis crítico de estas realidades, a hacer conciencia de nuestros miedos, y a la búsqueda de una esperanza activa, arraigada en la realidad, dinámica, innovadora, creativa: “Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le dijeron: Maestro! No te importa que nos ahoguemos? Despertándose , él increpó al viento y dijo al mar: silencio! Cállate! El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo: por qué tienen miedo? Cómo no tienen fe?7

El relato surge en medio de las dificultades que vivían las comunidades cristianas primitivas en el imperio romano. El mar simboliza el peligro, amenaza para quienes viven cerca de él, por ahí se aproximan los perseguidores. La comunidad, aún escasa y débil, es como la nave sometida al ímpetu de la tempestad. Muchos pierden la fe y naufragan ante las presiones de ese medio tan hostil. El texto es un recuerdo de que Jesús nunca ha abandonado, ni abandonará, la barca de la humanidad, de la Iglesia. Esta certeza da sentido y solidez a la fe de la comunidad.8

Sea esta Palabra una oportunidad para hacernos conscientes de todo aquello que nos amenaza: nuestros propios fantasmas, los imaginarios que tenemos de sometimiento, las personas que nos han agredido, la injusticia que padecemos, los miedos que nos invaden, el complejo de inferioridad, los factores externos de pobreza, inseguridad económica, vacío emocional. Caemos en el pesimismo y nos resignamos a perder la felicidad? Capitulamos ante tantos argumentos negativos? Nos refugiamos en una religiosidad de culpas y angustias? Sentimos que somos merecedores de estos “castigos”? La genuina espiritualidad cristiana, la que se desprende de la experiencia original de Jesús, es una alternativa liberadora, nos propone creer en Dios y en la humanidad puestos de pie, frente altiva, mirada transparente, coraje, disposición para la lucha, temple y fortaleza: “Por eso, nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con criterios puramente humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no lo conocemos más. El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente”. 9

Con frecuencia los discípulos de Jesús no le entendían su mensaje de esperanza plena y de dignidad, quedaban perplejos ante algunas de sus palabras, se mantenían atados a su condición de creyentes del judaísmo legalista y ritual, tampoco captaban sus reflexiones sobre las contradicciones a las que estaba expuesto por la claridad de sus denuncias, vislumbrando lo que el evangelista Marcos considera como un mesianismo crucificado, esto último les aterraba.10 Es decir, se escandalizaban ante la posibilidad de un fracaso de las pretensiones de su maestro. Esto se refleja en el texto: “Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: quien es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?” 11 No terminaban de entenderle porque sus mentes estaban atadas a otros modelos religiosos que no coincidían con el proyecto de Jesús.

Qué nos dicen lo uno y lo otro? La serenidad y el vigor de Jesús ante las inseguridades de sus discípulos? En qué nos parecemos y en qué tomamos distancia? Cómo es la calidad de nuestra fe? No vamos a presumir de valientes e intrépidos ante las dificultades que nos presenta la vida, todos experimentamos temores e incertidumbres. Pero se impone revisar a fondo nuestra actitud creyente y someterla a proceso crítico con la misma clave de Jesús, si nuestra fe es acomodada a un establecimiento jurídico-ritual, si nos incomoda lo que interrogue estas seguridades religiosas, si no admitimos el aspecto dramático-crucificado de la vida de Jesús.

De todo esto se deriva una invitación al realismo, lo vemos como una consecuencia de la encarnación de Dios en nuestra humanidad, en nuestra realidad, en el aspecto doloroso de la misma, en las muchas cruces a las que estamos expuestos los humanos. En la primera lectura del libro de Job, se dice que el Señor le contesta desde una tempestad, recurso frecuente para hablar de las manifestaciones de Dios en el Antiguo Testamento: “El Señor respondió a Job desde la tempestad diciendo: quién es ese que oscurece mi designio con palabras desprovistas de sentido? Ajústate el cinturón como un guerrero: yo te preguntaré y tú me instruirás”. 12

Ante la desconfianza de Job, Dios le está demostrando lo que es capaz de hacer por él para frenar todas las adversidades que lo aquejan. Job es símbolo de paciencia, resistencia y discernimiento del sentido mismo de la crisis, vive varias etapas en su proceso, la protesta ante la injusticia que lo aflige, la dependencia del consejo de sus amigos que lo incitan al desencanto frente a Dios, el paulatino reconocimiento de su precariedad y, en lo mismo, el surgimiento de la esperanza y del realismo creyente. 13 Dios lo interpela haciéndole caer en la cuenta de que El es el Señor de la historia. Las dificultades de la vida no son derrota para quien lo tiene como su principio y fundamento, de esto dan testimonio narrativas heroicas de hombres y mujeres que hicieron frente a la contradicción, incluyendo la ofrenda cruenta de su vida, corroborando con ello ese señorío y el temple profundo que los habilitó para no perder la batalla: el mismo que procede del Señor Jesús.



Antonio José Sarmiento Nova, SJ



1 BOFF, Leonardo. La amenaza de la convivencia en los días actuales. En https://www.alainet.org/es/articulo/183701 BELLO-MONTES, Catalina. Desafíos y estado futuro de la convivencia en Colombia al 2025. En Revista Criminalidad volumen 56 número 2, páginas 319-332. Policía Nacional de Colombia. Bogotá, mayo-agosto 2014. GIRALDO PATIÑO, Paula Andrea. El vacío existencial y la pérdida del sentido de vida en el sujeto postmoderno: retos para el cristianismo del siglo XXI. En Cuestiones Teológicas volumen 41, número 96; páginas 425-444. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, julio-diciembre 2014. LIPOVETSKY, Gilles. La era del vacío: ensayos sobre el individualismo contemporáneo. Anagrama. Barcelona, 2002. ZALDÍVAR PÉREZ, Dionisio F. Pérdida de sentido y neurosis existencial. En https://www.pepsic.bvsalud.org/pdf/rcp/v14n1/10.pdf FROMM, Erich. El miedo a la libertad. Paidós. Barcelona, 2021. RENGIFO LÓPEZ, Julián David. La comunidad y el miedo: comportamiento de la sociedad colombiana durante los meses de cuarentena obligatoria por la crisis del covid-19. En Miradas volumen 15, número 1; páginas 143-165. Universidad Tecnológica de Pereira, junio 2020.


2 RIVAS GARCÍA, Ricardo Marcelino. La crisis del humanismo: una revisión y rehabilitación de los supuestos del humanismo cristiano ante los desafíos del antihumanismo contemporáneo. En Franciscanum volumen LXI número 172; páginas 1-28. Universidad de San Buenaventura. Bogotá, 2019. FROMM, Erich. El corazón del hombre: su potencia para el bien y el mal. Fondo de Cultura Económica FCE. Ciudad de México, 1995.

3 UNAMUNO, Miguel de. Del sentimiento trágico de la vida. Austral. Barcelona, 1956. GARCÍA-ALANDETE, Joaquín. GALLEGO-PÉREZ, José Francisco.

4 RAMOS REGIDOR, José. El sacramento de la penitencia. Reflexión teológica a la luz de la Biblia, la historia y la pastoral. Sígueme. Salamanca, 1975. LITURGIA PAPAL. Ritual de la Penitencia. En https://www.liturgiapapal.org/attachments/article/844/Ritual%20de%20la%20Penitencia.pdf FLÓREZ, Gonzalo. Penitencia y Unción de Enfermos. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1993. PAPA JUAN PABLO II. Carta Apostólica Misericordia Dei sobre algunos aspectos del sacramento de la penitencia. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2002. BOROBIO, Dionisio. La penitencia como proceso. De la reconciliación real a la reconciliación sacramental. San Pablo. Madrid, 2004.

5 MOLTMANN, Jürgen. Esperanza y planificación del futuro. Sígueme. Salamanca, 1987. ESTEVA, Gustavo. La crisis como esperanza. En Bajo el Volcán volumen 8 número 14 páginas 17-53. Universidad Autónoma de Puebla, 2008. NUSSBAUM, Martha C. La monarquía del miedo: una mirada filosófica la crisis política actual. Paidós. Barcelona, 2019. KABAT-ZINN, Jon. Vivir con plenitud las crisis. Kairós. Barcelona, 2009. MARINA, José Antonio. Anatomía del miedo. Un tratado sobre la valentía. Anagrama. Barcelona, 2006.

6 MAHER, Mónica (coordinadora). Fundamentalismos religiosos, derechos y democracia. FLACSO. Quito, 2019. BELAUNDE MATOSSIAN, Francisco. Fundamentalismo religioso y política. Konrad Adenauer Stitfung. Lima, 2020. ALONSO TEJADA, Aurelio. Hegemonía y religión: el tiempo del fundamentalismo. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales CLACSO. Buenos Aires, 2009.

7 Marcos 4: 37-40

8 SOLHAUNE, Liliana. Jesús en la barca. En https://www.surco.org/sites/default/files/cuadmon/solhaune_0.pdf SICRE, José Luis. El Evangelio de Marcos. Verbo Divino. Estella, 2020. GNILKA, Joachim. El evangelio según San Marcos (dos volúmenes). Sígueme. Salamanca, 1999.MARCUS, Joel. El Evangelio según Marcos (dos volúmenes). Sígueme. Salamanca, 2010. CENTRO BIBLICO VERBO DIVINO. Estudio orante del evangelio de Marcos. Verbo Divino. Quito, 2011. PIKAZA, Xabier. Evangelio de Marcos. La Buena Noticia de Jesús. Verbo Divino. Estella, 2012. MATEOS, Juan & CAMACHO, Fernando. El Evangelio de Marcos. El Almendro. Córdoba, 1993. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. La persecución en el cristianismo primitivo. En Revista Latinoamericana de Teología número 37, páginas 11-42. Universidad Centroamericana José Simeón Cañas UCA. San Salvador, 1996. GIL ARBIOL, Carlos. Los orígenes del cristianismo. En Almogaren número 49, páginas 163-193. Centro Teológico de Las Palmas. Palma de Gran Canaria, 2009. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. Así empezó el cristianismo. Verbo Divino. Estella, 2015. SAENZ, Alfredo. La Nave y las tempestades. Gladius. Madrid, 2005. MARTIN DE LA HOZ, José Carlos. Breve historia de las persecuciones contra la Iglesia. Rialp. Madrid, 2015.

9 2 Corintios 5: 16-17. MESA BOUZAS, Miguel Angel. Espiritualidad para tiempos de crisis. Desclée de Brower. Bilbao, 2014. RAMBLA, Josep. El clamor del Espíritu en época de crisis. En https://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol26/102/102_rambla.pdf

10 CARBULLANCA-NÚÑEZ, César. DE SOUZA NOGUEIRA, Paulo Augusto. Cristología del evangelio de Marcos. En Theologica Xaveriana volumen 67 número 84; páginas 333-359. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, julio-diciembre 2017. j GONZALEZ FAUS, José Ignacio. Locura y escándalo: un Mesías crucificado y una historia marcada por la cruz. En https://www.scielo.br/pteo/a/ms5HGMf4TPqmKrCWh8sCj3d?lang=es VERNOLA, Pablo. Marcos 8: 27-33: una propuesta de identidad para discípulos en tiempo de crisis. En Revista Bíblica número 82; páginas 99-121. Asociación Bíblica Argentina. Buenos Aires, 2020..

11 Marcos 4: 41.

12 Job 38: 1-3

13 MORLA, Víctor. El libro de Job: recóndita armonía. Verbo Divino. Estella, 2004. ARENS, Eduardo. Job, o la teología desde la dignidad humana. En Theologica Xaveriana volumen 60 número 170 páginas 371-394. Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, 2010. GUTIERREZ MERINO, Gustavo. Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente. CEP. Lima, 1986. QUEZADA, Javier. El libro de Job: una drama psicológico en forma de panel. En Revista Iberoamericana de Teología número 2, páginas 33-68. Universidad Iberoamericana. Ciudad de México, enero-junio 2006. RAMOS , Alejandro. Job y el sentido del sufrimiento. Universidad Fasta. Mar del Plata, 2018. MAUREIRA PACHECO, Max. Disolución política de la teología: comentarios al libro de Job. En https://www.uv.es/sfpv/quadern_textos/v35p119-132.pdf SANZ GIMENEZ-RICO, Enrique. Job y Qohelet: el dolor y la muerte. En https://www.repositorio.comillas.edu/rest/bitstreams/28436/retrieve CARBAJOSA, Ignacio. Job sienta a Dios en el banquillo. Sobre el sufrimiento inocente. En https://www.it.clonline.org/cm-files/2017/07/18/carbajosa_giobbe:jot_down_spa.pdf

domingo, 16 de junio de 2024

COMUNITAS MATUTINA 16 DE JUNIO 2024 DOMINGO XI DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

 

Tambièn dijo Jesùs: A què se parece el reino de Dios o con què podremos compararlo? Es como una semilla de mostaza que se siembra en la tierra . Es la màs pequeña de todas las semillas del mundo , pero una vez sembrada crece y se hace mayor que todas las otras plantas del huerto, con ramas tan grandes que hasta las aves pueden posarse bajo su sombra”

(Marcos 4: 30-32)

Lecturas:

  1. Ezequiel 17: 22-24

  2. Salmo 91

  3. 2 Corintios 5: 6-10

  4. Marcos 4: 26-34



Recientemente ha fallecido el notable teólogo Jurgen Moltmann,1 miembro de la Iglesia Evangèlica Luterana de Alemania, pastor de su congregación, docente e investigador que beneficiò al cristianismo del siglo XX y de esta parte del XXI con valiosas obras2 que ahora hacen parte del patrimonio universal del pensamiento cristiano. Su fecunda obra tiene la marca de la TEOLOGÌA DE LA ESPERANZA, 3que asì se titula su màs importante escrito; publicado en 1966 este texto surge en la postguerra europea, principalmente en una Alemania que fue devastada por dos guerras mundiales en las que resultò perdedora y enjuiciada por la mayoría de naciones. La esperanza es el asunto nuclear de nuestra fe que abordan desde diversas òpticas las lecturas bíblicas que la Iglesia propone para este domingo.

El profesor Moltmann vivió en carne propia la crudeza de la segunda guerra mundial cuando fue obligado, como muchos jóvenes alemanes de la época, a enrolarse en las fuerzas militares del régimen nazi. En sus memorias relata que no hizo un solo disparo. Al concluìr la contienda fue hecho prisionero por los ingleses en un campo de concentración en Bèlgica en el trienio 1945-1948. De su testimonio de esa época data la convicción de haber perdido la esperanza en la cultura alemana que promovió la barbarie del asesinato masivo de judíos y de otros grupos étnicos y religiosos, en siniestros lugares de muerte como Auschwitz, Birkenau, Buchenwald. Es un tiempo europeo de ruinas espirituales, morales, físicas, económicas. Muchos jóvenes como èl , es perfectamente comprensible, se desencantaron y entraron en profundas crisis espirituales y emocionales. A Moltmann le llegó la gracia por la amistad con un capellàn que le obsequiò un ejemplar del Nuevo Testamento y lo invitò a hacer parte de un grupo de cristianos que se reunían para alimentar su fe, orar y comentar las Escrituras. En este contexto surge su interés por formarse como teólogo y pastor siguiendo las pautas de la llamada Iglesia Confesante, segmento muy importante del luteranismo alemán que se opuso ferrèamente a la demencia de Hitler y del nazismo. Asì, entendemos mejor ese formidable aporte suyo a la teología y a la espiritualidad, una formulación teológica desde la esperanza4. Al rendir homenaje a su memoria no podemos menos que ayudar a hacer vigente su experiencia espiritual y su juiciosa actividad como maestro de la fe, teología que en su momento animò a muchos a surgir de las ruinas con la mirada puesta en el Crucificado-Resucitado, legado que también ha de prolongarse hasta estos países nuestros de Amèrica Latina, nuestra Colombia, tan severamente afectados por injusticias, violencias, y desgobiernos sin fin. Con los mismos ojos de solidaridad miramos también al amplio mundo de seres humanos desilusionados por fracasos afectivos, soledades, caída de sus ídolos, decepción ante ideologías e instituciones, frustraciones de toda índole, vacìos de significado. Para todos-as ellos-as es el anuncio de la esperanza que porta el Señor Jesùs.

La fuerza teológica y espiritual del trabajo de Moltmann reside en su vigorosa confianza en el Dios Crucificado5 a quien Dios ha Resucitado y constituìdo Señor de la historia y Salvador de la humanidad. Esta es la raíz de su esperanza , la misma que nos mantiene desde hace siglos y que en cada momento de la historia reviste su modo particular para trascender las crisis y desencantos que causan los desafueros del poder y de las tragedias que el ser humano emprende contra sus semejantes: “Por eso tenemos siempre confianza. Sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos como en el destierro, lejos del Señor. Ahora no podemos verlo, sino que vivimos sostenidos por la fe; pero tenemos confianza y quisiéramos màs bien desterrarnos de este cuerpo para ir a vivir con el Señor. Por eso procuramos agradar siempre al Señor , ya sea que sigamos viviendo aquí o que tengamos que irnos”. 6 En la formulación de esta teología moltmanniana hay una potente conexión entre la esperanza histórica y la apertura al futuro definitivo de Dios, la trascendencia plena del ser humano y de su historia. Por eso, algunos de los autores y pensadores de la teología de lo político y de la teología de la liberación tienen en Moltmann a uno de sus inspiradores. Un anuncio del Dios que se nos revela en Jesucristo pasa por una historia comprometida con las grandes causas de justicia y dignidad del ser humano, siempre abiertas a esa plenitud de los cielos nuevos y la nueva tierra: “Yo, el Señor, digo: también yo voy a tomar la punta màs alta del cedro; arrancarè un retoño tierno de la rama màs alta , y yo mismo lo plantarè en un monte muy elevado, en el monte màs alto de Israel. Echarà ramas, darà fruto y se convertirá en un cedro magnìfico. Animales de toda clase vivirán debajo de èl, y aves de toda especie anidaràn a la sombra de sus ramas. Y todos los àrboles del campo sabrán que yo soy el Señor”. 7

Fieles a Dios y al ser humano, fieles a la trascendencia definitiva y a la realidad histórica, en el mejor espíritu de la encarnaciòn de Dios, la esperanza cristiana se afianza en el mundo, en los contextos de la humanidad, y aporta su jerarquía de valores para la construcción de un mundo justo y equitativo siempre proyectado a la plena consumación de la historia en el futuro de Dios, “Pues en Cristo quiso residir todo el poder divino , y por medio de èl Dios reconciliò todo el universo ordenàndolo hacia èl, tanto lo que està en la tierra como lo que està en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que Cristo derramò en la cruz”. 8

En el análisis de la realidad, en el discernimiento de la misma, siempre estamos llamados a leer los signos de los tiempos9 y a interpretarlos en clave creyente para responder con seriedad evangélica y humana a los desafíos que nos plantean los seres humanos en la diversidad de medios sociales en los que se desenvuelven, muchos de ellos con clamores de sentido y de justicia verdaderamente abrumadores. El anuncio de la Buena Noticia de Jesùs debe ser responsable con el Evangelio y con el ser humano que lo acoge y busca en èl significado y salvación. Esto es determinante en la configuración de la esperanza que procede del Señor Jesucristo.

Podemos apropiar el sentido de las dos sencillas parábolas que nos trae hoy el Evangelio de Marcos en esta òptica de la esperanza. Cuando Jesùs, en el transcurso de su ministerio público, hizo del Reino de Dios el contenido central de su predicación, se fijò precisamente en seres humanos profundamente necesitados de ella, abatidos por mil causas que conocemos bien, se hizo portador del sentido teologal de la vida, siendo èl mismo ese sentido, visibilizò al Dios misericordioso y compasivo, y alentò a esos entrañables prójimos suyos con el espíritu de las bienaventuranzas y con la preferencia amorosa del Padre para todos esos a quienes el “mundo” despreciaba ingresándolos ahora en la mesa del Reino. La pequeñez de sus vidas, de sus realidades sociales y domèsticas, la toma Jesùs como el germen de una nueva manera de ser – ese mismo Reino – cargado de posibilidades y de razones para una existencia plena: “Jesùs dijo también: Con el reino de dios sucede como con el hombre que siembra semilla en la tierra; que lo mismo da que estè dormido o despierto, que sea de noche o de dìa, la semilla nace y crece, sin que èl sepa còmo. Y es que la tierra produce por sì misma: primero el tallo, luego la espiga y màs tarde los granos que llenan la espiga. Y cuando ya el grano està maduro, lo recoge, porque ha llegado el tiempo de la cosecha”. 10

Sean estas reflexiones una invitación al discernimiento juicioso de la sencillez pero también densidad de las señales del Reino, advirtiendo en lo oculto y discreto las potencialidades de la esperanza. La propuesta cristiana tiene que ser mucho màs que repeticiones rituales, aquí lo que bulle es el Espìritu derramando sus dones y su vitalidad para que el Reino de Dios sea la raíz de nuestros proyectos de vida, germen de la nueva manera de ser que nos trae Jesùs y garantía de una vida que valga la pena, una vida que supera el empobrecedor pragmatismo de las “programaciones” a las que nos somete un sistema que sòlo sabe de domesticar mentes y de absolutizar poderes, riquezas, ideologías, consumos, liderazgos deleznables. Es el ser humano nuevo que nace con Jesùs y en Jesùs, sin pretensiones de fama y llamativas manifestaciones de “importancia”, quien sigue este camino toma también el estilo de sobriedad y moderación propio de quien se sabe relativo, de quien tiene puesta su confianza en Dios sin renunciar al ejercicio de su libertad y de su responsabilidad: “Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que si le pedimos algo conforme a su voluntad, El nos oye. Y asì como sabemos que Dios oye nuestras oraciones, también sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido”. 11

El Reino de Dios no acontece de modo espectacular, es de su esencia la discreción, el “bajo perfil”, que no por oculto es menos eficaz y capaz de hondas transformaciones en quien se deja tomar por su gracia: “Es la màs pequeña de todas las semillas del mundo, pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las otras plantas del huerto, con ramas tan grandes, que hasta las aves pueden posarse bajo su sombra”. 12. Se dan asì las mejores condiciones para cultivar esta esperanza, actitud que nos habilita para ser gestores de nuestra historia, para asumir la vida en la gratuidad de Dios, para ser nosotros narrativas del nuevo mundo que surge con el Evangelio, para trabajar a tiempo y a destiempo en esta apasionante tarea de llenar de sentido la vida de nuestros semejantes. 13



Antonio Josè Sarmiento Nova, SJ

1 1926-2024

2 Teologìa de la Esperanza; 1966; El Dios crucificado, 1972; La Iglesia, fuerza del Espìritu, 1975; El hombre. Antropologìa cristiana en los conflictos del presente, 1971; El experimento esperanza, 1976; Un nuevo estilo de vida, 1981; Etica de la esperanza, 2011; Cristo para nosotros hoy, 1997; En el fin, el principio, 2004; Trinidad y Reino de Dios, 1980; con Eckhart Lor publicò Esperanza para un mundo inacabado, 2017. La venida de Dios: escatologìa cristiana, 2004. La Editorial Sìgueme de Salamanca (España) tiene publicadas en su catàlogo casi todas las obras de J. Moltmann.

3 MOLTMANN, Jurgen. Teologìa de la Esperanza. Sìgueme. Salamanca, 1972.

4 CORDOVILLA PEREZ, Angel. Jurgen Moltmann. Aula de Teologìa de la Universidad de Cantabria. Santander, 2 de febrero de 2010. MONDIN, Battista. La teología de la esperanza hoy. En https://www.seleccionesdeteologia.net/assets/pdf/095_02.pdf BROWN, Stepehn. Cincuenta años despuès de la Teologìa de la Esperanza , la visión de Jurgen Moltmann sigue siendo fuente de inspiración. En https://www.oikoumene.org/es/news/50-years-after-theology-og-hope-jurgen-moltmanns-vision-continues-to-inspire BLOCH, Ernst. El principio esperanza. Aguilar. Madrid, 1980 (3 volùmenes). FLECHA ANDRES, Josè Ramòn. La esperanza cristiana en el ocaso de las utopías. En Salmanticensis número 60, páginas 17-42. Universidad Pontificia de Salamanca, 2013. GARCÌA GOMEZ-HERAS, J.M. Introducciòn: Un éxodo personal hacia la utopía En MOLTMANN, Jurgen & HURBON, Laennec. Utopìa y esperanza: diálogo con Ernst Bloch. Sìgueme. Salamanca, 1980. MOLTMANN, Jurgen. Teologìa de la Esperanza. Sìgueme. Salamanca, 1982; El experimento esperanza. Sìgueme. Salamanca, 1977; Esperanza y planificación del futuro. Sìgueme. Salamanca, 1971.

5 MOLTMANN, Jurgen. El Dios Crucificado. Sìgueme. Salamanca, 1999; El camino de Jesucristo: cristología en dimensiones mesiánicas. Sìgueme. Salamanca, 1993. BELTRÀN, Juliàn Andrès. Jurgen Moltmann : una aproximación a la teología de la cruz. En El Agora , volumen 13, número 1; páginas-243-260. Universidad de San Buenaventura. Medellìn, enero-junio 2013. HERNANDEZ DÌAZ, Heyner. La teodicea, el pathos de Dios y el Crucificado en la teología de la cruz de J. Moltmann. En Veritas número 40; páginas 121-144. Pontificio Seminario Mayor San Rafael. Valparaìso, agosto de 2018. CASALI, Vìctor. Teologìa de la Cruz de J. Moltmann. Universidad Adventista del Plata. Buenos Aires, 2017.

6 2 Corintios 5: 6-9

7 Ezequiel 17: 22-24.

8 Colosenses 1: 19-20.

9 CHENU, Marie Dominique. Los signos de los tiempos. En https://www.centromanuellarrain.uc.cl/images/pdf/textos/Chenu.SignosTiempos.pdf MERINO BEAS, Patricio. Discernir los signos de los tiempos. Perspectiva cristológica y pneumatològica. En Franciscanum volumen L, número 150; páginas 13-32. Universidad de San Buenaventura. Bogotà, septiembre-diciembre 2008. GONZALEZ CARVAJAL, Luis. Los signos de los tiempos. El Reino de Dios està entre nosotros. Sal Terrae. Santander, 1987. NOEMI, Juan. En búsqueda de una teología de los signos de los tiempos. En Teologìa y Vida volumen 48 nùmero 4; páginas 439-447. Pontificia Universidad Catòlica de Chile. Santiago, 2007. SCHICKENDANTZ, Carlos. Autoridad teológica de los acontecimientos históricos. En Teologìa volumen L número 115; páginas 157-183. Pontificia Universidad Catòlica Argentina. Buenos Aires, 2014; Signos de los tiempos: sentido y vigencia de una forma de proceder teológicamente. En Albertus Magnus volumen 9 nùmero 2; páginas 87-106. Universidad de San Tomàs. Bogotà, julio-diciembre 2018.

10 Marcos 4: 26-29

11 1 Juan 5: 14-15.

12 Marcos 4: 31-32

13 PAPA BENEDICTO XVI. Carta Encìclica La Esperanza que Salva Spe Salvi. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2007. BYUNG CHUL-HAN. El espíritu de la esperanza. Herder. Barcelona, 2024. GALILEA, Segundo. Espiritualidad de la esperanza. Publicaciones Claretianas. Madrid, 1988. ZUBIRI, Xavier. Las fuentes espirituales de la angustia y de la esperanza. En https://www.redicces.org.sv/jspui/bitstream/10972/3406/1/RLT-1991-022-G.pdf CASTRO CAVERO, Josè Manuel. La esperanza: fundamentos antropoteològicos. En Almogaren número 24, páginas 153-162. Centro Teològico de Las Palmas. Palma de Gran Canaria, 1999. LAÌN ENTRALGO, Pedro. Antropologìa de la Esperanza. Guadarrama. Barcelona, 1978. RAMOS GONZALEZ, Marifè. La fe esperanzada: còmo podemos recuperar su dinamismo? Aula de Teologìa de la Universidad de Cantabria. Santander, 18 de febrero de 2014.

domingo, 9 de junio de 2024

COMUNITAS MATUTINA 9 DE JUNIO 2024 DOMINGO X DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

 

Despuès entrò Jesùs en una casa, y se juntò de nuevo tanta gente que ni siquiera podían comer èl y sus discípulos. Al saber que estaba allì, los parientes de Jesùs acudieron a llevárselo, pues decían que se había vuelto loco”

(Marcos 3: 20-21)

Lecturas:

  1. Génesis 3: 9-15

  2. Salmo 129

  3. 2 Corintios 4: 13 a 5:1

  4. Marcos 3:20-35

Sin lugar a dudas una dimensión esencial de Jesùs, de su ministerio, es ser signo de contradicción. Asì lo vislumbra el anciano Simeòn, cuando Josè y Marìa acuden al Templo de Jerusalèn para cumplir con el ritual judío de circuncidar y presentar al pequeño Jesùs: “Simeòn les diò su bendición, y dijo a Marìa, la madre de Jesùs: Mira, este niño està destinado a hacer que muchos en Israel caigan y muchos se levanten. Serà un signo de contradicción que pondrá al descubierto las intenciones de muchos corazones. Pero todo esto va a ser para tì como una espada que te atraviese el alma”. 1 Jesùs revela al mismo Dios, pues èl lo es en plenitud, esto – aunque hoy nos parezca inusitado porque ya estamos “acostumbrados” a èl – desconcierta profundamente a unos y a otros: a sus discípulos que poco acertaron al comienzo en la captación de su misterio, a las multitudes que lo seguían y escuchaban, gratamente sorprendidas por su exquisito trato y por el modo amoroso y compasivo de su conducta pero también cuestionados por las rupturas que planteaba y, por supuesto, a sus detractores, los sacerdotes y dirigentes oficiales de la religión judía que vieron en èl a un hereje y contradictor de las tradiciones religiosas de Israel. 2

Su manera de hablar de Dios, como Padre-Abbà, su pretensión de autoridad: “La gente se admiraba de còmo les enseñaba, porque lo hacìa con plena autoridad y no como los maestros de la ley” 3, su resuelta predilección por los màs desfavorecidos, su postura ante los rituales y normativas de la religión, su discreto silencio cuando se retiraba a la intimidad de la plegaria, su propuesta del Reino tan a contracorriente de los valores habituales que nos proponemos los humanos en todos los tiempos de la historia, los antídotos evangélicos propuestos en las bienaventuranzas que se hacen programa de libertad , buscar el servicio para desarmar el poder, proponer la vida austera como signo de comunión con los pobres y como soberanía ante la idolatrìa del dinero, luchar por la justicia en abierta confrontación contra los excesos de la injusticia, enaltecer al ser humano por su sola condición de tal, enriquecida con el ser todos hijos de Dios, son las muchas señales que desconciertan , causan controversia y desacomodan principalmente a los jefes religiosos de Israel y a todos aquellos que se sienten dueños de la verdad de Dios. Por todas estas cosas dice el evangelio de este domingo: “Al saber que estaba allì, los parientes de Jesùs vinieron a llevárselo , pues decían que se había vuelto loco”. 4 En què consiste la “locura” de Jesùs? 5

Veamos. En el contexto del relato evangélico de hoy están involucrados los “enemigos” de Jesùs, los que finalmente le condenaron a muerte : “Tambièn los maestros de la ley que habían llegado de Jerusalèn decían: Beelzebù, el propio jefe de los demonios, es quien ha dado a este hombre poder para expulsarlos” , 6 aludiendo a sus exorcismos y curaciones milagrosas, y dejando ver que estaban profundamente escandalizados por su estilo tan novedoso y severo en su confrontación de la religión tradicional, enfocada principalmente en las formalidades minuciosas del culto y en la milimetrìa de su legislación. Quien tome en serio a Jesùs, quien sea capaz de dar el paso cualitativo de una religiosidad de inercia sociocultural a una experiencia de libertad en Dios necesariamente rompe con los esquemas mundanos y con todas sus ofertas de fama, dinero, prestigio, poder, y con esa práctica de la religión marcada por la soberbia y por la presunción de sentirse mejores que los demás, típico proceder farisaico. 7

Estamos ante una dialéctica que encontramos a menudo en los textos evangélicos: las oposiciones entre Reino de Dios-religiòn ritual, adorar al Padre en espíritu y en verdad-pureza exterior , libertad del ser humano en Dios-sometimiento a la ley, es un asunto clave que marca líneas de coherencia en el Evangelio de Jesùs. El, en el mismo relato de Marcos, confronta a sus opositores “dueños de la religión”: “Les aseguro que Dios perdonarà a los hombres todos los pecados y todo lo malo que digan; pero el que ofenda con sus palabras al Espìritu Santo no tendrá perdón, sino que será culpable para siempre. Esto lo dijo Jesùs porque afirmaban que tenía un espíritu impuro”. 8 Ir contra el Espìritu Santo es rechazar de plano el don de Dios manifestado en Jesùs y empeñarse en absolutizar la religión y su cumplimiento por sì misma y no como mediación entre Dios y la humanidad . 9

Las reiteradas polémicas de Jesùs con los maestros religiosos del judaísmo de su tiempo concluyen en que estos se negaron definitivamente al don de Dios del que èl es portador. No cupo en sus mentes rìgidas la libertad del Evangelio, tampoco el Reino de Dios y su justicia; Jesùs les resultò una enorme contradicción, desde su òptica no les era posible aceptar esta novedad, por eso lo llevaron al juicio, a la condena y a la cruz. A lo largo de los siglos se han filtrado en el cristianismo posturas semejantes, absolutizando lo ritual y legal externo y demeritando la conversión del corazón y la indispensable libertad de los hijos Dios, aportada por Jesùs. La economía de salvación del Evangelio es radicalmente distinta: “La Escritura dice: tuve fe y por eso hablè. De igual manera, nosotros, con esa misma actitud de fe, creemos y también hablamos. Porque sabemos que Dios, que resucitò de la muerte al Señor Jesùs, también nos resucitarà a nosotros con èl y, juntamente con ustedes, nos llevarà a su presencia”. 10 Trabajo de siempre en el mundo cristiano es recuperar la originalidad de Jesùs, su misterio teologal, su prodigiosa síntesis de humanidad y divinidad, su Buena Noticia en la que la misericordia de Dios protagoniza la inclusión de todos los que se sienten perdidos y abandonados.

En su vida el acatamiento de la voluntad de Dios es principio y fundamento: “Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, añadió: “Estos son mi madre y mis hermanos. Todo el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”. 11 Jesùs es el relato definitivo de Dios, en èl y por èl sabemos quien es el Padre, esto lo avala con la constante referencia a su voluntad. Esta consiste en la plenitud trascendente del ser humano, para eso El no escatima esfuerzo de crear oportunidades y modos para que nada de lo nuestro fracase y se pierda, ni por el pecado, ni por la injusticia, ni siquiera por la contundencia de la muerte. Por eso , todo el proceder de Jesùs se arraiga en esa voluntad, con ellos también nos comunica un modo de ser para lograr plenitud y felicidad. La herramienta del discernimiento, consagrada en la tradición espiritual del Nuevo Testamento, es el modo del cristiano comprometido para sintonizar con la voluntad de Dios,12 disipando tantos malentendidos que se le asignan a ella para justificar interpretaciones erróneas de la misma o arbitrariedades nuestras, que bajo el signo de esa voluntad imponemos a nuestros prójimos.

La soberbia humana, el pretender constituirse como medida de todo, prescindiendo de Dios y del prójimo, es la expresión concreta del desconocimiento de esa voluntad, que se traduce en tantas injusticias, violencias, guerras, pobrezas, exclusiones, maltrato a los seres humanos, afectos desordenados por el dinero, abuso del poder, implementación de modelos políticos y económicos que atentan contra nuestra propia dignidad, ideologías que proponen el lucro como criterio prioritario, negación del sentido trascendente de la existencia, atropello a la vida en todas sus manifestaciones. A propósito de este elenco de rupturas con Dios, pecaminosidades las llamamos, tenemos presente que hay personas que se molestan profundamente cuando se toca el sensible asunto del pecado, tal vez hastiadas de la antigua predicación fundamentalista sobre esta materia o sumergidas en la disolvente cultura del relativismo moral. Constatarlo no es motivo para silenciar la palabra profética que tiene como deber aludir a esta realidad, porque sería otorgar argumentos y autoridad a quienes – personas o instituciones – pactan con el mal . 13

El relato del Gènesis que es primera lectura de este domingo revela la confrontación entre Dios y el ser humano, cuando este va en contra de su realización y emprende el fracaso del pecado: “Pero Dios el Señor llamò al hombre y le preguntò: dònde estàs? El hombre contestò: oì que andabas por el jardín y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondì. Entonces Dios le preguntò: y quien te ha dicho que estàs desnudo? Acaso has comido del fruto del árbol del que te dije que no comieras? El hombre contestò: la mujer que me diste por compañera me diò de ese fruto y yo lo comì. Entonces Dios preguntò a la mujer: por què lo hiciste? Ella respondió: La serpiente me engañò y por eso comì del fruto”. 14

Extaordinario don de Dios es nuestra libertad, con ella lo acogemos y vivimos libres y felices en El, o lo rechazamos y construímos nuestros propios modos. En el relato bíblico Dios “pide cuentas” a Adán, luego a Eva, ninguno se hace responsable, la culpabilidad está en “otra realidad”, la culpa se diluye y el mal campea con su poder destructivo sin encontrar una fuente de responsabilidad. Así, las situaciones y estructuras de pecado son producto de tristes causalidades? Se trata de causas indeterminadas a las que no es posible confrontar? Algo así como el infantil “yo no fui, fue Juanito”, cuando papá y mamá exigen al niño que asuma su culpa por lo cometido. A la profecía de Jesús le compete denunciar el mal moral, no soslayarlo, y proponer el bien moral según el Evangelio como alternativa de felicidad y plenitud.



Antonio José Sarmiento Nova, SJ



1 Lucas 2: 34-35

2 MONTES, Fernando. Jesùs como signo de contradicción. En Mensaje volumen 64 , número 643; página 19. Jesuìtas Chile, octubre 2015. NOGUEZ, Armando. Las grandes controversias de Jesùs. Relatos, historia y mensaje descolonizador según Marcos. Verbo Divino. Estella, 2023. SOBRINO, Jon. El principio misericordia: bajar de la cruz a los pueblos crucificados. Sal Terrae. Santander, 1992. ECHEGARAY, Hugo. La pràctica de Jesùs. Centro de Estudios y Publicaciones CEP. Lima, 1986. KASPER, Walter. La misericordia: clave del Evangelio y de la vida cristiana. Sal Terrae. Santander, 2012. MEIER, John P. Un judío marginal: nueva visión del Jesùs histórico (5 volùmenes). Verbo Divino, 2005. PAGOLA, Josè Antonio. Recuperar el proyecto de Jesùs. PPC. Bogotà, 2015. SCHWEIZER, Edward. Jesùs, signo de contradicción. En https://www.seleccionesdeteologia.net/assets/pdf/045.07.pdf DROUZY, M. Jesùs come con los pecadores. En https://www.seleccionesdeteologia.net/assets/pdf/016_08.pdf GARRIDO, Javier. El camino de Jesùs. Sal Terrae. Santander, 2006.

3 Marcos 1: 22

4 Marcos 3: 21

5 AGUILERA, Juan Miguel. La locura de Dios. Suma de Letra. Madrid, 2003. GIL ARBIOL, Carlos. La locura de la cruz y el desafío al imperio. Aula de Teologìa de la Universidad de Cantabria. Santander, 21 de octubre de 2008. OCTARIANO WIDIANTORO, Dominicus Savio. “Loco por Cristo”: en la tradición, en San Ignacio y en el mundo de hoy. Trabajo de grado para obtener el título de Master en Espiritualidad. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, junio 2022. GONZALEZ FAUS, Josè Ignacio. Locura y escàndalo: un Mesìas Crucificado y una historia marcada por la cruz. En Perspectiva Teològica volumen 52 nùmero 3; páginas 585-606. Faculdade Jesuita de Filosofia e Teologia FAJE. Belo Horizonte, septiembre-diciembre 2020. GUERRERO, Josè Ramòn. El otro Jesùs. Sìgueme. Salamanca, 1978. BLINZLER, Josef. El proceso de Jesùs. Editorial Litùrgica Española. Barcelona, 1959. MACHOVEC, Milan. Jesùs para ateos. Sìgueme. Salamanca, 1977.

6 Marcos 3: 22

7 GARCÌA, Pedro Josè. Los valores y antivalores en el plan del Reino proclamado por Jesùs: su actitud ante el dinero, el poder y el prestigio. En Teorìa y Praxis número 6; páginas 93-105. Universidad Autònoma de Quintana Roo. Chetumal, 2005. THEISSEN, Gerd. El movimiento de Jesùs. Historia social de una revolución de los valores. Sìgueme. Salamanca, 2009. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. Jesùs anuncia el Reino y nos revela un Dios Padre entrañable y misericordioso. Aula de Teologìa de la Universidad de Cantabria. Santander, 8 de noviembre de 2011; La mirada de Jesùs sobre el poder. En Teologìa y Vida volumen 55, número 1; páginas 83-104. Pontificia Universidad Catòlica de Chile. Santiago, 2014. CASTILLO SÀNCHEZ, Josè Marìa. El Reino de Dios: por la vida y la dignidad de los seres humanos. Desclèe de Brower. Bilbao, 1999. RUIZ ORTEGÒN; Laura Catalina. El Reino de Dios como un proyecto presente. En Reflexiones Teològicas número 13; páginas 115-136. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotà, julio-diciembre 2014. HORSLEY, Richard. La revolución del Reino. Còmo Jesùs y Pablo transformaron el mundo antiguo. Sal Terrae. Santander, 2005.

8 Marcos 3: 28-30

9 FEUILLET, Andrè. La situación privilegiada de Israel en su rechazo de Cristo según la Carta a los Romanos. En Scripta Theologica volumen 15 nùmero 1; páginas 31-82. Universidad de Navarra. Pamplona, 1983. CASTILLO, Josè Marìa. La alternativa cristiana. Sìgueme. Salamanca, 1981. SANDERS, E.P. Jesùs y el judaísmo. Trotta. Madrid, 2004. BUBER, Martin. Dos modos de fe. Caparròs. Madrid, 1996.

10 2 Corintios 4: 13-14

11 Marcos 3: 34-35.

12 CASTILLO, Josè Marìa. El discernimiento cristiano: por una conciencia crìtica. Sìgueme. Salamanca, 1984.GARCÌA DE CASTRO, Josè. La historia del discernimiento espiritual. Aula de Teologìa de la Universidad de Cantabria. Santander, 28 de noviembre de 2017. CATALÀ, Toni. Discernimiento y vida cotidiana. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2016. ARENAS MOLINA, Enrique. Abandonarse con confianza en Dios. Uniagustiniana. Bogotà, 2019. WINKLER KOCH, Andrès. En què sentidos se es libre cumpliendo la voluntad de Dios, según San Agustìn. Trabajo de grado para obtener el título de Licenciado en Filosofìa. Universidad de Chile, 2014. THUNE, Robert & WALKER, Willa. La vida centrada en el Evangelio. New Growth Press. Greensboro, 2009. CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA. Aquì estoy, Señor, hágase tu voluntad. Materiales para la jornada mundial de la vida consagrada. CEC. Madrid, 2014. MIFSUD, Toni. El discernimiento: de la espiritualidad a la ética. En Cuestiones Teològicas volumen 47, número 108; páginas 34-54. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellìn, julio-diciembre 2020.

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14 Gènesis 3: 9-13.

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