domingo, 23 de febrero de 2025

COMUNITAS MATUTINA 23 DE FEBRERO 2025 VII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

 

Pero yo les digo a ustedes que me escuchan: amen a sus enemigos, hagan el bien a quienes los odian”

(Lucas 6: 27)



Lecturas:

  1. 1 Samuel 26: 2-23

  2. Salmo 102

  3. 1 Corintios 15: 45-49

  4. Lucas 6: 27-38



El texto evangélico de hoy desbarata la “lógica” de la venganza milimétrica ante la ofensa infligida y nos propone un asunto fundamental en la identidad cristiana y en la configuración de quienes nos empeñamos en seguir el camino de Jesús. Perdonar al enemigo,1 no agraviar a quien nos hace mal, no desencadenar espiral de violencia cuando somos agredidos, es una manera bien concreta de aterrizar el espíritu de las bienaventuranzas: “Pero yo les digo a ustedes que me escuchan: amen a sus enemigos, hagan el bien a quienes los odian. Bendigan a quienes los maldicen, rueguen por quienes los difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica2

Cómo perdonar y cómo construir cultura de paz y reconciliación en esta era de gobiernos intransigentes y vengativos? Cómo iluminar con el amoroso perdón del buen Dios estas sociedades polarizadas ideológica y políticamente? Cómo decir con las narrativas testimoniales de nuestras vidas que convivir en la diferencia, con respeto y delicadeza, es garantía de progreso y felicidad?

Desde las rivalidades escolares, las incomprensiones en el medio familiar, las discrepancias ideológicas y políticas, las rupturas amorosas en medio de gran conflictividad, hasta los aterradores episodios de destrucción de la humanidad propiciados por ambiciones desmedidas de poder, como las dos guerras mundiales del siglo XX, las de Vietnam y Corea, nuestra interminable violencia colombiana, las guerras civiles en nuestros hermanos países de Centroamérica, las sangrientas contiendas del mundo árabe, los ahora dolorosos dramas de Ucrania y Palestina, constatamos unos escenarios en los que emerge lo peor del ser humano, el ensañamiento contra sus semejantes, la violación total de la dignidad humana, el espíritu destructivo en sus versiones de mayor malignidad. 3 Ante estos desafueros, una “justicia”, muy básica y primaria, propone la retaliación. En esta perspectiva, vengarse es la conducta natural que debe seguirse como respuesta a la agresión. Es ese el camino para reconstruír las sociedades deterioradas por odios y enemistades?

En cambio, en “escandalosa” y exigente paradoja , Jesús propone una justicia inspirada en el perdón. Qué se trae con esta exigencia tan extrema? Después de la radicalidad de las bienaventuranzas, proclamadas el domingo anterior en la versión de Lucas, nos propone otro de los hitos sustanciales del Evangelio: amar y perdonar a los enemigos, no devolver mal por mal, hacer el bien a quien nos maltrata, no generar ningún movimiento de venganza. Este es, para Jesús, el gran indicador de que cumplimos con seriedad aquello de “ámense los unos a los otros como yo los he amado4.

Este planteamiento desbarata el concepto de justicia retributiva vigente en el Antiguo Testamento y en el derecho romano, inspirador este último de las grandes legislaciones del mundo occidental. Es la célebre ley del talión: “ojo por ojo, diente por diente”.5 El término alude a un principio jurídico de justicia retributiva en el que la norma imponía de modo matemático un castigo que se identificaba con el delito cometido. De esta manera, no sólo se habla de una pena equivalente, sino de una pena idéntica.

Multitud de ordenamientos jurídicos se han inspirado en este principio. Su motivación es la de establecer una proporcionalidad entre delito y castigo, y con ello frenar el espíritu de venganza que surge instintivamente, y que puede alcanzar resultados incalculables y lamentables. Lo ilustramos con algunos ejemplos:

  • Si un arquitecto construía una casa sin la debida solidez y esta se derrumbaba matando a sus habitantes, al referido constructor se le castigaba condenándolo a muerte.

  • Si un hijo agredía a su padre, a aquel se le cortaban las manos.

  • Si en una riña alguien rompía los huesos de su opositor, al agresor también se le aplicaba la misma sanción.

  • La mentalidad vigente en el Antiguo Testamento, la apreciamos con un ejemplo como este: “Si unos hombres se pelean, y uno de ellos atropella a una mujer embarazada y le provoca un aborto, sin que sobrevenga ninguna otra desgracia, el culpable deberá pagar la indemnización que le imponga el marido de la mujer, y el pago se hará por arbitraje. Pero si sucede una desgracia mayor, tendrás que dar vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, contusión por contusión6

  • En la primera lectura de hoy se presenta un contraste entre lo ordenado por la ley del talión y la actitud de David, este desafía la norma dominante perdonando la vida de Saúl, a quien debía venganza y castigo. El texto pretende demostrar cómo en la vida de David la misericordia está unida a su valentía. Les sugerimos leer completo el relato de 1 Samuel 26: 2-23 para comprender el contexto, captar por qué Saúl “merecía” el castigo por parte de David, y por qué este último antepone el perdón a la venganza: “Porque hoy el Señor te entregó en mis manos, pero yo no quise atentar contra el ungido del Señor. Hoy yo he mostrado un gran aprecio por tu vida: que el Señor muestre el mismo aprecio por la mía y me libre de todo peligro!”7

Estas referencias nos ayudan a entender la mentalidad en la que el castigo era proporcional a la ofensa recibida, considerándose como la genuina práctica de la justicia. 8 Es lo que rige la conducta de muchos seres humanos en la actualidad, la venganza sigue a la orden del día, desde las pequeñas desavenencias hasta los grandes conflictos de la sociedad. En muchos ambientes el odio a los enemigos es considerado como algo natural,9 mientras que para Jesús el amor a ellos está totalmente inscrito en la gran categoría del amor al prójimo.

Los padres de la Iglesia – Agustín, Cipriano, Gregorio Nacianceno, Juan Crisóstomo, Ireneo de Lyon, Ambrosio de Milán , entre muchos – vieron en el perdón a los enemigos la gran novedad de la ética cristiana. Alegrarse de la desgracia de quien nos ha ofendido, devolver mal por mal, son conductas incompatibles con el seguimiento de Jesús. Lo sensato – evangélicamente hablando – es la magnanimidad y el socorro ofrecido al enemigo necesitado. La novedad de Jesús supera la ley del talión, nos pide no tener actitudes condenatorias, sino abrir los espacios para que los enemigos encuentren el camino de la conversión y de la reconciliación.10 Qué decimos a las palabras de Jesús: “Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados”?11

Reflexiones de hondo calado que nos llevan a un replanteamiento radical del modo de vivir en sociedad. He aquí un potente desafío para nuestra conciencia cristiana. De una parte se presenta la indispensable sanción social y jurídica a quienes han procedido como enemigos de la vida, de la humanidad, del bien común, de la justicia. La historia humana sobreabunda en excesos de proporciones colosales. Cuál es la postura cristiana ante estas inocultables violencias e injusticias? Cómo no seguir alimentando la espiral de venganza? Cómo hacer vigentes los valores de Jesús , estos de misericordia y de perdón, en sociedades tan expuestas al conflicto como las nuestras? Y cómo practicar una justicia que reconozca los derechos de las víctimas,12 que propicie la transformación de los victimarios, y que sea causa de una radical reforma en los ordenamientos jurídicos de los países? No se propone una ingenua postura de perdón sin implicaciones y responsabilidades en los individuos y en la sociedad. La cultura de paz , precedida de hondos procesos de perdón y reconciliación, nos abre al saludable pluralismo de la vida, en el que la diversidad de posturas existenciales, de creencias y de visiones ideológicas es un acicate para una convivencia rica en opciones y no un factor de desintegración y de ruptura. Eliminar al adversario no es propio de un ser humano civilizado. Estas polarizaciones no son alternativa para una vida ecuánime; el estilo de secta intransigente no va con la dignidad humana. El aporte cristiano a la reconfiguración del tejido social tiene en el perdón su herramienta esencial.

Jesús no intenta reducirnos a la pasividad, el conformismo o la resignación ante los males causados por los agresores. Por cuánto tiempo utilizaron los poderosos la pésimamente entendida “resignación cristiana” para acallar las voces de quienes exigían – y siguen exigiendo – sus derechos? No se propone renunciar a los mismos, ni de hacer silencio ante la injusticia, sino de renunciar a la violencia como medio absoluto para superar las diferencias, también con la sabiduría de renunciar a nuestros intereses de comodidad , de poder o económicos, para entregarlos a quienes más los necesitan.

Amar, bendecir, orar por los enemigos, no equivale a perder el sentido de la crítica, de la denuncia o de la reprensión. El testimonio de perdonar y de no mover a la venganza es lo que finalmente puede llevar a la transformación de los ofensores,13 aunque muchos de ellos permanezcan en su dureza: “Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque El es bueno con los desagradecidos y con los malos14



Antonio José Sarmiento Nova, SJ









1 DE SOUZA MOITAS, Yochabel. El carácter transformador y los límites del perdón: una reflexión acerca del proceso de reconciliación en Sudáfrica. Tesis para optar al título de doctor en filosofía. Universidad Autónoma de Barcelona, 2015. En https://www.tesisenred.net/bitstream/handle/10803/330922/ydsm1de1.pdf?sequence=1&isAllowed=y ABEL, O. El perdón: quebrar la deuda y el olvido. Cátedra. Madrid, 1992. GALTUNG, Johann. Tras la violencia 3 R: reconstrucción, reconciliación y resolución. Bakeaz. Bilbao, 1998. LEDERACH, Jean Paul. La imaginación moral: el arte y el alma de construír la paz. Norma. Bogotá, 2008. MANDELA , Nelson. El largo camino hacia la libertad. Aguilar. Madrid, 2010. DE ROUX, Francisco José. La audacia imperfecta de la paz. Ariel. Bogotá, 2018.

2 Lucas 6: 27-29. PIKAZA IBARRONDO, Xavier. El perdón de Jesús en el sermón de la montaña. En https://www.unican.es/campuscultural/Documents/Aula%20de%20estudios%20sobre%20religión/2006-2007/CursoTeologiaElPerdonDeJesus2006.2007.pdf ZULETA SALAS, Guillermo León. Perdón y esperanza: el camino a la reconstrucción de la justicia. En Cuestiones Teológicas volumen 41 número 96 ; páginas 271-276. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, julio-diciembre 2014. BOROBIO, Dionisio. Entrada Perdón en FLORISTÁN, Casiano & TAMAYO-ACOSTA, Juan José. Conceptos fundamentales del cristianismo, páginas 1019-1030.Trotta. Madrid, 1993.

3 ARENDT, Hannah. Sobre la violencia. Alianza Editorial. Madrid, 2005; Los orígenes del totalitarismo. Alianza Editorial. Madrid, 2019, 3 volúmenes. JOHNSON, Eric: El terror nazi: la Gestapo, los judíos y el pueblo alemán. Paidós. Buenos Aires, 2003. BANKIER, David (compilador). El Holocausto: perpetradores, víctimas, testigos. Fundación Memoria del Holocausto-Museo de la Shoá. Buenos Aires, 2004. RONDEROS, María Teresa. Guerras recicladas: una historia periodística del paramilitarismo en Colombia. Aguilar. Bogotá, 2014. GONZÁLEZ GONZÁLEZ, Fernán. Poder y violencia en Colombia. CINEP-ODECOFI. Bogotá, 2014. INFORME DE LA COMISIÓN DE LA VERDAD PARA EL SALVADOR. De la locura a la esperanza: la guerra de 12 años en El Salvador. Presidencia de la República. El Salvador, 2014.

4 Juan 13: 34. MADUEÑO, Manuel. El abrazo del Padre: relatos de perdón y reconciliación. PPC. Buenos Aires, 2014. BAUTISTA, Mateo. El duelo del perdón: relatos para recibir y dar perdón. San Pablo. Madrid, 2018. GILBERT, Paul. Fenomenología de la misericordia y el evangelio. En Isidorianum volumen 25 número 49, páginas 9-28. Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla, 2018. KASPER, Walter. La misericordia: clave del evangelio y de la vida cristiana. Sal Terrae. Santander, 2014.

5 MALISHEV, Mijail. Venganza y ley del talión. En https://www.redalyc.org/pdf/4463/446344563003.pdf FROMM, Erich. Anatomía de la destructividad humana. Siglo XXI. México, 1997. LEFRANC, Sandrine. La venganza de las víctimas. En Revista de Estudios Sociales número 59; páginas 140-144. Universidad de Los Andes. Bogotá; enero-marzo 2017. OROZCO, Iván. La posguerra colombiana: divagaciones sobre la venganza, la justicia y la reconciliación. En https://www.kellogg.nd.edu/sites/default/files/documents/306_0.pdf FUNDACION PARA LA RECONCILIACION. Venganza o perdón? Un camino para la reconciliación. En https://www.storage.ideaspaz.org/documents/5910ceb156715.pdf

6 Exodo 21: 22-25

7 1 Samuel 26: 23-24

8 MARTÍNEZ ESPINOSA, Luisa Fernanda & MORALES GÓMEZ, Diana Marcela. El perdón en los procesos de justicia transicional. Las dos dimensiones del perdón: el perdón interpersonal y el perdón del estado. En https://www.scielo.org.co/pdf/dere/n49/0121-8697-dere-49-351.pdf RICOEUR, Paul. Lo justo. Caparrós Editores. Madrid, 1999. RUBIO, N. El perdonar al estilo y en el nombre de Jesús. En El perdón, virtud política. Anthropos. Barcelona, 2008.

9 HÄSLER, Alfred A. El odio en el mundo actual. Alianza Editorial. Madrid, 1973. MACHADO BARRERA, Daniela & VILLA GÓMEZ, Juan David. Barreras sociales para la paz y la reconciliación. En https://www.scielo.org.co/pdf/agor/v18n2/1657-8031-agor-18-02-459.pdf MARTÍN-BARÓ, Ignacio. Psicología social de la guerra. UCA Editores. San Salvador, 1991; Poder, ideología y violencia. Trotta. Madrid, 1999.

10 LÓPEZ PÉREZ, Elías. La liberación desde la reconciliación: la alianza preferencial con el enemigo. En Theologica Xaveriana número 179, páginas 251-268. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2015. MARTÍNEZ-GAYOL FERNÁNDEZ, Nurya. La misericordia: una conmoción de las entrañas. En Perspectiva Teológica volumen 49 número 1, páginas 127-154. Facultad Jesuíta de Filosofía y Teología FAJE. Belo Horizonte, 2017.

11 Lucas 6: 36-37

12 CASTILLO, José María. Víctimas del pecado. Trotta. Madrid, 2004.

13 MORERA PERICH, Joan. Desarmar los infiernos: practicar la no violencia de Jesús hoy. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2018. CÁMARA, Helder. La revolución de los no violentos. Dinor. San Sebastián, 1972; El desierto es fértil. Sígueme. Salamanca, 1986. Espiral de violencia. Sígueme. Salamanca, 1978.

14 Lucas 6: 35

domingo, 16 de febrero de 2025

COMUNITAS MATUTINA 16 DE FEBRERO 2025 DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

 

Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y proscriban su nombre, considerándolo infame, a causa del Hijo del hombre!”

(Lucas 6: 22)

Lecturas:

  1. Jeremías 17: 5-8

  2. Salmo 1: 1-6

  3. 1 Corintios 15: 12-20

  4. Lucas 6: 17-26



La propuesta de sentido y felicidad que nos hace Jesús es definitivamente contracultural, sorprendente, de altísima exigencia, pero no disfuncional ni imposible de seguir. Tiene como garante al mismísimo Dios Padre – a quien también llamamos Madre – , que nos abraza con su gracia - la iniciativa siempre es de El! – y ofrece a nuestra libertad esta alternativa de sentido que conocemos como bienaventuranzas, este domingo presentada por el evangelio de Lucas. Por contrapartida, y para dar fuerza al mensaje , contiene unas malaventuranzas, claro contraste de todo lo que es incompatible con el Evangelio de Jesús. Estas última son muy fuertes y severas, con esa indignación profética que caracterizó su misión cuando se encontraba con injusticias e incoherencias.

Lucas es el evangelista de los pobres, los propone como bienaventurados, destaca la prioridad que ellos tienen en la misión pública de Jesús.1 Este texto evangélico abunda en referencias que subrayan la orientación de la salvación y liberación de la que él es portador para todos los humanos, con particular predilección por los condenados de la tierra. Para respaldar esta afirmación destacamos: el comienzo de su ministerio : “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” 2; el texto de las Bienaventuranzas que nos ocupa este domingo: “Felices ustedes los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece” 3; exigencias de la vocación apostólica: “Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: te seguiré adonde vayas. Jesús le respondió: los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza4; la revelación del Evangelio a los humildes: “Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños” 5; la parábola del Buen Samaritano que es un clásico universal de la solidaridad y la compasión: “Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vió y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo” 6; la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro: “Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas. El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado…….” 7; la conversión de Zaqueo: “Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: Señor, ahora mismo voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más” 8

Estas referencias nos presentan la mentalidad y el estilo de Jesús. Su ministerio no es una acción caritativa ocasional, la entrega de alguna limosna para salir del paso; lo suyo es reconstruír íntegramente al ser humano dañado por el pecado y la injusticia, él es salvador y liberador de todo lo que menoscaba la dignidad humana, bien en esta historia promoviendo la liberación integral de la humanidad, bien proyectándola a la plenitud de Dios cuando hagamos el tránsito definitivo hacia la plenitud de Dios. Esta temática es clave en el evangelio de Lucas, a quien también se denomina evangelista de la misericordia. 9 Jesús es presencia sacramental de Dios en la historia humana para salvar, liberar, redimir, para implantar un modo de vida bienaventurado, pleno, libre de ataduras, profecía del mundo nuevo que surge con él para esperanza de toda la humanidad. La osadía de Dios al hacerse humano, insertarse en nuestra realidad, tomar modo de pobre y vulnerable, es la proeza mayor de la historia, es el atrevimiento divino para impedir que la humanidad fracase. 10

Bienaventuranza, solidaridad con los pobres, misericordia, aprecio profundo por la austeridad y sobriedad, son valores esenciales que Jesús propone para una vida feliz y realizada. Todos sabemos esto desde los comienzos de nuestro camino en la fe, y sabemos también que no es una simple abstinencia de bienes materiales o de una pobreza sicorrígida y neurótica. Lo de Jesús es felicidad, realización plena del ser humano que demanda una gran dosis de libertad, capacidad para relativizar todo eso que la sociedad de consumo ofrece en permanente bombardeo publicitario, entereza y serenidad para vivir a partir de lo esencial evangélico, reto a esta lógica de mundanidad que presiona dando el mensaje de la falsa felicidad, que Jesús confronta en las malaventuranzas: “Pero, ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! Ay de ustedes los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas! “ 11.

Este tema de felicidad-infelicidad, bienaventuranza-malaventuranza, merece varias claridades orientadas a una mejor vida en seguimiento de Jesús.

La más contundente es que no se trata de una exaltación de la pobreza en sí misma, pues esta es un mal social causado por estructuras económicas injustas, cuyo desequilibrio no es fruto del azar sino de decisiones deliberadas de seres humanos empeñados en enriquecerse a costa del trabajo de los más pobres, con todas las políticas y prácticas que bien conocemos. El clamor de la bienaventuranza es un reconocimiento a la dignidad de los excluídos y un estímulo para promover condiciones de justicia, de sostenibilidad, de vida digna, siguiendo todos los valores y contenidos del humanismo esencial y, en el caso nuestro, todo lo que proviene de la Doctrina Social de la Iglesia y de las corrientes teológicas comprometidas con la liberación de los últimos del mundo. 12

También es punto muy importante en esta materia la invitación a un estilo de vida sobrio, con espiritualidad ecológica, don de discernimiento para no dejarse enredar por el consumismo, vida feliz sin destruír los recursos de la madre naturaleza, talante de libertad que disfruta de los bienes de la creación con el modo evangélico del servicio, de la fraternidad, de la mesa servida en igualdad de condiciones para todos, junto con el compromiso de trabajar para lograr condiciones reales de dignidad y de equidad. 13

Se puede decir que las bienaventuranzas de Lucas son más radicales que las de Mateo. Dan primacía a los pobres – siguiendo la ya señalada tendencia lucana - , que a pesar de tantos maltratos y opresiones siguen confiando en Dios por encima de todas las contradicciones que padecen. Contrasta la felicidad prometida a los pobres con el rechazo directo de los ricos, expresado en las malaventuranzas. Este domingo la Palabra interpela a estos últimos porque confían más en su dinero, en sus posesiones, haciendo de esto ídolo y “seudorreligión”, y relegando a Dios, o desconociéndolo por completo. Esto es muy radical, decirlo es “políticamente incorrecto”, más de un profeta de nuestro tiempo se ha involucrado en líos de marca mayor por hacer de sus vidas una narrativa de la justicia divina y de la solidaridad de Dios con los desposeídos. Los conocemos bien: el santo arzobispo mártir de San Salvador Monseñor Romero; el gigantesco obispo brasilero Dom Helder Cámara; el muy evangélico Don Pedro Casaldáliga, y tantos otros que libraron la batalla evangélica de la entrega a los pobres y de la denuncia vigorosa del “sistema”, 14 las estructuras de pecado y la violencia institucionalizada, denominación y denuncia hecha por los obispos de América Latina en su segunda asamblea general realizada en Medellín en agosto-septiembre de 1968, con la convocatoria y bendición del Papa Pablo VI.15

Las palabras de Jeremías, en la primera lectura de hoy, son un nítido compendio de esta felicidad de origen teologal, también humano demasiado humano, que es esencia del Señor Jesús y de su misión entre nosotros: “Así habla el Señor: maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor……Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza”. 16

Queda la pregunta: entonces los ricos no son bienaventurados, no se salvan, no tienen el derecho al beneficio de la gracia? Sólo los pobres son los bendecidos? Dejamos esos interrogantes para la oración y el discernimiento de quienes nos leen cada semana. Lo que sí queda claro es que el cristianismo no es una tranquila costumbre religiosa, es un modo de vida exigente y radical, como el Señor Jesucristo.



Antonio José Sarmiento Nova, SJ

1 AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. La obra lucana en su contexto histórico, eclesial y social. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 13 de octubre de 2009. ESCUDERO FREIRE, Carlos. Devolver el evangelio a los pobres. Sígueme. Salamanca, 1985. PAOLI, Arturo. La perspectiva política de San Lucas. Siglo XXI. Madrid, 1974. LÁZARO BARCELÓ, Ricardo. Los pobres en la obra de Lucas. En https://www.repositorio.sandamaso.es/bitstream/123456789/1/13%20LAZARO.pdf MARTÍN-MORENO, Juan Manuel. Opción por los pobres en el evangelio de San Lucas. En https://www.academia.edu/31147591/Los-pobres-en-la-obra-lucana GONZALEZ FAUS, José Ignacio. Ricos y pobres en el Nuevo Testamento. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2023.

2 Lucas 4: 18-19

3 Lucas 6:20

4 Lucas 9: 57-58

5 Lucas 10: 21

6 Lucas 10: 33-34

7 Lucas 16: 19-22

8 Lucas 19: 8

9 CENTRO BÍBLICO VERBO DIVINO. El Evangelio de Lucas. Verbo Divino. Quito, 2019. BOVON, Francois. El Evangelio según San Lucas (4 volúmenes). Sígueme. Salamanca, 2010. Schmid, Josef. El Evangelio según San Lucas. Herder. Barcelona, 1968. GARCÍA, Santiago. Evangelio de Lucas. Comentarios a la nueva Biblia de Jerusalén. Desclée de Brower. Bilbao, 2017. GARCÍA-VIANA, Luis Fernando. El perdón y la misericordia en Lucas. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 27 de octubre de 2009. ROMÁN MARTÍNEZ, Carmen. El proyecto de la misericordia en el Evangelio de Lucas. En Proyección volumen LXIII, páginas 193-2010. Universidad Loyola de Andalucía. Granada, 2016. PAGOLA, José Antonio. El camino abierto por Jesús: Lucas. PPC. Bogotá, 2012.

10 GONZALEZ FAUS, José Ignacio. Otro mundo es posible….desde Jesús. Sal Terrae. Santander, 2010; Plenitud humana. Sal Terrae. Santander, 2022. CASTILLO, José María. El Reino de Dios: por la vida y la dignidad de los seres humanos. Desclée de Brower. Bilbao, 2000; La alternativa cristiana. Sígueme. Salamanca, 1986; La humanización de Dios. Trotta. Madrid, 2010.

11 Lucas 6: 24-25

12 GUTIERREZ MERINO, Gustavo. Teología de la Liberación: perspectivas. Centro de Estudios y Publicaciones CEP. Lima, 1972. SOBRINO, Jon. Fuera de los pobres no hay salvación. UCA Editores. San Salvador, 2009. TAMAYO-ACOSTA, Juan José. Para comprender la Teología de la Liberación. Verbo Divino. Estella, 1989.

13 PONTIFICIO CONSEJO JUSTICIA Y PAZ. (Hoy Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral).Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2005. SORGE, Bartolomeo. Introducción a la Doctrina Social de la Iglesia. Sal Terrae. Santander, 2017. SARDIÑAS IGLESIAS, Loida Lucía. Dignidad humana. Concepto y fundamentación en clave teológica latinoamericana. Universidad de Santo Tomás. Bogotá, 2018. MIFSUD , Tony. Moral de Discernimiento (4 volúmenes: moral fundamental, moral de la vida, moral sexual, moral social). San Pablo. Santiago de Chile, 1997; Una construcción ética de la utopía cristiana (Moral Social). Paulinas. Santiago de Chile, 1988. PAPA FRANCISCO. Carta Encíclica Laudato Si sobre el cuidado de la casa común. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2015.

14 BROCKMAN, James R. Monseñor Romero: la biografía del mártir de América. Sal Terrae. Santander, 2026. LOPEZ VIGIL, María. Piezas para un retrato (Sobre Monseñor Romero). UCA Editores. San Salvador, 2014. ECHEVERRY PÉREZ, Antonio J. Un profeta invisibilizado: Monseñor Gerardo Valencia Cano. Universidad del Valle-Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium. Cali, 2017.HORNMAN, Win. El Obispo Rojo. Sígueme. Salamanca, 1977. CASAS ANDRÉS, Roberto. Dios pasó por El Salvador. La relevancia teológica de los mártires salvadoreños. Desclée de Brower. Bilbao, 2009.

15 CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO CELAM. La Iglesia en la actual transformación de América Latina a la luz del Concilio Vaticano II: Documento conclusivo de la II Asamblea General del Episcopado Latinoamericano Medellín 1968. Indo American Press Service. Bogotá, 1969. PAPA PABLO VI. Carta Encíclica Populorum Progressio sobre el Desarrollo de los Pueblos. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 1967.

16 Jeremías 17: 5 y 7.

domingo, 9 de febrero de 2025

COMUNITAS MATUTINA 9 DE FEBRERO 2025 VI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

 

“Bienaventurados serán Ustedes cuando los hombres los odien, cuando los expulsen, los injurien y proscriban su nombre como malo por causa del Hijo del hombre”

(Lucas 6: 22)

 

Lecturas:

1.      Jeremías 17: 5-8

2.     Salmo 1

3.     1 Corintios 15: 12-20

4.     Lucas 6: 17-26

 

La afirmación evangélica que encabeza el Evangelio  de este domingo , en la versión de Lucas,  pertenece a la entraña más original y auténtica del mensaje de Jesús: es su propuesta de felicidad, eso mismo es lo que significa la palabra bienaventuranza.    Nos remonta al mismo Señor, a la constante contradicción que vivió con los dirigentes judíos de su tiempo, a la frecuente incomprensión que vivió por parte de sus mismos discípulos, pero también, y por encima de todo eso tan adverso, a su oferta de sentido de la vida claramente a contracorriente de los estilos de poder y vanagloria, [1] a las persecuciones y crudas incomprensiones vividas por las primeras comunidades de seguidores suyos, a las páginas heroicas escritas por los testigos de la fe en todos los tiempos de la historia,   vidas ofrecidas a Dios y al prójimo,  multitud de hombres y mujeres que en estos largos siglos de historia cristiana han dado testimonio del carácter definitivo del mensaje de Jesús , muchos de ellos con  heroísmo fuera de lo común.[2] Su legado, con el Señor Jesucristo como referente fundamental, sigue siendo un lenguaje que interroga nuestros estilos de vida, los distanciamientos del ideal evangélico, las inconsistencias que generamos en lo personal y en lo institucional, refiriéndonos con esto último a la Iglesia, de la que somos parte responsable de su santidad y de su pecado también. [3]

La carta a los Hebreos  atestigua con dramática belleza la variedad de relatos heroicos de testigos de la fe: “Por tanto, también nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con constancia la carrera que se nos propone, con los ojos fijos en Jesús, que inicia y lleva a la perfección la fe. El , en vista del gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo a la ignominia y está sentado a la diestra del trono de Dios[4]. Para avalar esta fuerza testimonial de los creyentes:  qué significativa y hermosa es la vida de este jovencito italiano Carlo Acutis, ya beatificado por el Papa Francisco, y en espera todos nosotros de su inminente canonización, el domingo 27 de abril de este año. [5] Preciosa narrativa del buen Dios en estos tiempos en los que tantos prescinden de la fe! Impactante testimonio de una espiritualidad juvenil en condiciones de total normalidad emocional y efectiva para tantos jóvenes que buscan norte seguro para sus proyectos de vida.

La Palabra de este domingo nos habla de bienaventuranzas y de malaventuranzas, dinamismo teologal que sigue inspirando a quienes toman en serio el camino de Jesús.  En este contexto se inscribe su propuesta  que invita a un modo de vida libre ante las  mentalidades dominantes de enriquecimiento, de ascenso en la escala del poder, de búsqueda de éxito y de privilegios.[6] No se trata de presumir farisaicamente de superioridad moral ante los demás sino de tomar un camino de serena sobriedad, de mesa compartida, de vida solidaria, como anuncio profético que indica la nueva manera de vivir en Dios.

Las Bienaventuranzas,  con los pobres como protagonistas y las malaventuranzas con los ricos como destinatarios, expresan el plan programático de Jesús en el evangelio de Lucas. Para los primeros hay una promesa de plenitud, inversa a la habitual que ofrece el mundo[7], dando sentido a su pasión por la justicia y  a su sentido de la fraternidad.  Para los segundos , las palabras son fuertes y estremecedoras: “Pero, ay de ustedes, los ricos! Porque ya han recibido su consuelo. Ay de ustedes, los que ahora están hartos, porque tendrán hambre. Ay de los que ríen ahora! , porque se afligirán y llorarán[8]

Estas promesas de felicidad son una forma literaria propia de culturas de la antigüedad (Egipto, Grecia, Mesopotamia), también en los escritos bíblicos, principalmente en los sapienciales y en los profetas. En estos últimos se considera bienaventurada a la persona que es fiel a la ley, como concreción de su fidelidad a Yahvé: “Feliz quien no sigue consejos de malvados ni anda mezclado con pecadores ni en grupos de necios toma asiento, sino que se recrea en la ley de Yahvé, susurrando su ley día y noche. Será como árbol plantado entre acequias, da su fruto en sazón, su fronda no se agosta. Todo cuanto emprende prospera, pero no será así con los malvados[9]

Estas malaventuranzas son más comunes en los profetas, cuando denuncian con severidad las inconsistencias morales y religiosas de quienes se dicen creyentes, proclamándolo con actitudes externas de observancia ritual pero distantes del verdadero Dios que propone la ética de la projimidad como culto auténtico.  Conocemos ampliamente la referencia directa del profetismo bíblico a las injusticias cometidas por los poderosos, y la condenación  que hacen de su conducta, que desconoce a los últimos del mundo, religión sin solidaridad con el prójimo es un culto vacío y acreedor de maldición: “Ay de los que dictan normas inicuas, y los que firman decretos vejatorios, excluyendo del juicio a los débiles, atropellando el derecho de los pobres de mi pueblo, haciendo de las viudas su botín y despojando a los huérfanos[10]

En la literatura sapiencial del Antiguo Testamento se insiste en un comportamiento acorde con la ley, entendiendo el cumplimiento de esta como algo muy superior a un acatamiento formal, porque es una legislación que tiene como contenido el reconocimiento del prójimo débil, empobrecido, deseoso de que    su dignidad sea tenida en cuenta.

  En la  formulación de las bienaventuranzas de Mateo y de Lucas,  Jesús va más allá porque  declara que los perseguidos por causa de la justicia,[11] los que aman la pobreza ( que no miseria sino vida sobria sin dar a lo material la primacía), los que no se dejan tomar por la mentalidad de poder y de éxito, esos son los merecedores de la felicidad de Dios, no solo  como promesa después de la muerte sino como estatuto de una genuina humanidad, la que toma en serio vaciarse del ego, de su comodidad, para trascender hacia Dios y hacia el prójimo: “Bienaventurados los pobres, porque de ustedes es el reino de Dios. Bienaventurados los que tienen hambre ahora, porque serán saciados. Bienaventurados los que lloran ahora, porque reirán. Bienaventurados serán cuando los hombres los odien, cuando los expulsen, los injurien y proscriban su nombre por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, que su recompensa será grande en el cielo[12]

La bienaventuranza clave es la de los pobres. Lucas recuerda la promesa del Antiguo Testamento de un Dios que venía   a actuar a favor de los oprimidos, los que tienen a Dios como único defensor, que claman constantemente a El. Todas estas promesas van a ser cumplidas en Jesús, quien ha definido desde el principio su programa misionero en favor de los pobres y de los oprimidos.[13]

Cuando se habla de “cielo” no se limita a una plenitud que sólo sucederá cuando el bienaventurado pase la frontera de la muerte hacia la vida definitiva. Con esta referencia se alude a la condición de una vida plena de sentido, aquí en la existencia histórica y en la total y feliz consumación del ser humano en Dios. Se habla así del modelo ideal de ser humano según Jesús.

Los pobres no son bienaventurados por su condición de tales, sino porque asumiendo tal circunstancia, por situación o por opción, se empeñan en la liberación y superación de todo lo que menoscabe al ser humano en su dignidad. Pobres no son los miserables sino los que libremente renuncian a considerar el dinero y el poder como valores supremos – haciendo de ellos ídolos y estableciendo una “religión” que socava la libertad y que rompe los vínculos de comunión -, el pobre de la humanidad nueva de Jesús es el que opta por una sociedad justa, eliminando las causas de toda injusticia. Este es un asunto que, si bien tiene una implicación sociológica ineludible, tiene el carácter de anuncio de lo definitivo de Dios en el ser humano, es la trascendencia que empieza su curso en la historia y se consuma en la plenitud de Dios.

El reino de Dios es la sociedad alternativa que Jesús propone como programa de vida. No se matricula en tal o cual ideología o partido político, supera con creces las clásicas polarizaciones de derecha o izquierda. Este reino está alentado por la bienaventuranza del ser humano que sabe compartir, que se deja tomar por la gratuidad espléndida de Dios. [14]

Indudablemente se trata de un mensaje que incomoda profundamente nuestras conciencias tranquilas, acomodadas, “satisfechas” con la buena conciencia de los cumplimientos religiosos (misa, sacramentos, limosnas ocasionales). Jesús no plantea una religión más, en la que dominan los ritos, las normas, y un cuerpo de doctrinas desconectados de la realidad humana. Para él resulta esencial   una confianza radical en Dios que tiene como correlato la confianza en el ser humano, entendido y vivido como prójimo. El carácter teologal de la vida – según Jesús – es simultáneo con el carácter antropológico. La verdadera divinidad se vive en el ejercicio de la más radical humanidad, esta es la plenitud del ser en la lógica de Dios.

 

Antonio José Sarmiento Nova, SJ

 



[1] GONZÁLEZ-CARVAJAL, Luis. Las bienaventuranzas, una contracultura que humaniza. Sal Terrae. Santander, 2014. PÉREZ ANDREO, Bernardo. La revolución de Jesús: el proyecto del reino de Dios. PPC. Madrid, 2018. GALEANO ATEHORTÚA, Adolfo. El paradigma cristiano de pensamiento: la revolución cultural del cristianismo. En  Cuestiones Teológicas volumen 38 número 90 ;  páginas 235-268. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, julio-diciembre 2011.  

[2] MARTÍN VELASCO, Juan de Dios. Ser testigos: comunidades de testigos y profetas. En https://web.unican.es/campuscultural/Documents/Aula%20de%20estudios%20sobre%20religion/2009-2010/CursoTeologiaSerTestigos2009-2010.pdf RICCARDI, Andrea. El siglo de los mártires. GALLAGHER, Michael Paul. Mapas de la fe: diez grandes creyentes desde Newman hasta Ratzinger. Sal Terrae. Santander, 2012. TAVARES, Ana Helena. Un obispo contra todas las cercas: vida y causas de Pedro Casaldáliga. Verbo Divino. Estella, 2020. LASSALLE-KLEIN, Robert. Blood and ink: Ignacio Ellacuría and the jesuit martyrs of the university of Central America. Orbis Books Maryknoll. New York, 2014.

[3] CONGAR, Yves. Por una Iglesia servidora y pobre. San Esteban. Salamanca, 2014;  Verdadera y falsa reforma en la Iglesia. Sígueme. Salamanca, 2014. GAILLOT, Jacques. Una Iglesia que no sirve, no sirve para nada. Sal Terrae. Santander, 1990.

[4] Hebreos 12: 1-2

[5] RIZZO, Vito. Carlos Acutis, el apóstol de los millennials. Ciudad Nueva. Madrid, 2021. MARTÍNEZ-MARKUS, Silvia. Carlo Acutis: estaré contigo para siempre. Casals. Barcelona, 2023. SALZANO ACUTIS, Antonia con RODARI, Paolo. El secreto de Carlo Acutis. Por qué mi hijo es considerado un santo. San Pablo. Madrid, 2022.

[6] PHILIPPE, Jacques. La felicidad donde no se espera: meditación sobre las bienaventuranzas. Rialp. Madrid, 2018. VÁSQUEZ AMÉZQUITA, Hernán David. El concepto de dignidad en las bienaventuranzas para una aplicación en el contexto latinoamericano. En  Alberto Magno volumen 6 número 1, páginas 135-154. Universidad de Santo Tomás,  Bogotá, 2015. CHÉRCOLES, Adolfo. Las Bienaventuranzas. En https://www.dioscaminaconsupueblo.files.wordpress.com/2013/09/la-bienaventuranzas-chercoles.pdf

[7] Recordemos el significado de mundo en los relatos evangélicos: No es desprecio de la realidad material, de la experiencia histórica, de la corporalidad, de la experiencia cotidiana.  Mundo en los evangelios es lo contrario a Dios y   al prójimo, lo que va en contravía de la dignidad humana, es lo pecaminoso entendido como egoísmo, como indiferencia ante la suerte del prójimo que clama justicia y reconocimiento, es la lógica que absolutiza el poder, el dinero, las comodidades, sin referencia ética y humanizante. Ver TRIGO, Pedro. Artículo Creación y mundo material en ELLACURÍA, Ignacio & SOBRINO, Jon, editores. Mysterium Liberationis: conceptos fundamentales de la teología de la liberación. Volumen II, páginas 11-48. UCA Editores. San Salvador, 2008.

[8] Lucas 6: 24-25

[9] Salmo 1: 1-4

[10] Isaías 10: 1-2. GIMENO GRANERO, José Carlos. El culto agradable a Dios. En  Veritas volumen II número 17 , páginas 367-386. Facultad de Teología San Vicente Ferrer. Valencia, 2007. CASTILLO, José María. Espiritualidad para insatisfechos. Trotta. Madrid, 2008. GRUM, Anselm & DUFNER, M. Espiritualidad desde abajo. El diálogo con Dios desde el fondo de la persona. Narcea. Madrid, 2000. MORENO LAIZ, Estrella. Identidades líquidas y conversión cristiana. La propuesta del Evangelio a la generación millennial. Sal Terrae. Santander, 2024,

[11] LÓPEZ-MELÚS, Francisco. Las bienaventuranzas, ley fundamental de la vida cristiana. Sígueme. Salamanca, 1988. MATEOS, Juan & CAMACHO, Fernando. El horizonte humano: la propuesta de Jesús. El Almendro. Córdoba, 1988. DUPONT, Jacques. El mensaje de las bienaventuranzas. Verbo Divino. Estella, 1999.

[12] Lucas 6: 20-23

[13] Lucas 4: 16-19, es el texto programático de la misión de Jesús. FRAIJÓ, Manuel. Jesús y los  marginados: utopía y esperanza cristiana. Cristiandad. Madrid, 1985. SCHOTTROFF, Louise & STEGEMANN, Wolfgang. Jesús de Nazaret,  esperanza de los pobres. Sígueme. Salamanca, 1989. GUTIÉRREZ, Gustavo. En busca de los pobres de Jesucristo. Sígueme. Salamanca, 1993.

[14] CASTILLO, José María. La alternativa cristiana. Sígueme. Salamanca, 1987. ARTIGA GONZÁLEZ, Alvaro. Una sociedad según el corazón de Dios: la polis cristiana en el pensamiento de Monseñor (San) Oscar Arnulfo Romero. UCA Editores. San Salvador, 2017. THEOBALD, Cristophe. El cristianismo como estilo. Pensar una pluralidad de maneras de vivir. En https://www.repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/8511/1/cristianismo-como-estilo-pensar-pluralidad.pdf

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