domingo, 17 de noviembre de 2019

COMUNITAS MATUTINA 17 DE NOVIEMBRE 2019 DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C


“Pero antes de esto, a ustedes les echaràn mano y los perseguirán. Los llevaràn a juzgar en las sinagogas, los meterán en la cárcel y los presentaràn ante reyes y gobernadores por causa mìa. Asì tendrán oportunidad de dar testimonio de mì”
(Lucas 5: 12 – 13)
Lecturas:
1.   Malaquìas 3: 19 – 20
2.   Salmo 97: 5 – 9
3.   2 Tesalonicenses 3: 7 – 12
4.   Lucas 21: 5 – 19
Nos encontramos cerca de la conclusión del año litúrgico, nos restan este domingo y el siguiente,   solemnidad de Jesucristo Rey del Universo. Como sabemos,   el año asì visto es un ciclo completo de catequesis en el que los textos bíblicos y los contenidos que de allì proceden son un servicio a la formación de los creyentes para crecer en una captación e interiorización de la totalidad del hecho cristiano, el recurso bíblico más importante que se sigue es el de los tres evangelios sinópticos, así: en el ciclo A el evangelio de Mateo, en el ciclo B el evangelio de Marcos y en el ciclo C el evangelio de Lucas, este último es el que estamos concluyendo.[1]
La pretensión, si este formato sistemático se toma en serio, es que cada comunidad cristiana y cada discípulo de Jesús en particular, tengan una visión integral de la realidad salvadora y liberadora que Dios nos manifiesta en su hijo, siguiendo los énfasis propios de cada uno de los tres relatos evangélicos conocidos como los sinópticos:
-      Mateo es un texto dirigido a judíos convertidos al cristianismo, esto explica el uso constante de tradiciones del Antiguo Testamento, de costumbres, prácticas y demás, muy conocidas de quienes procedían del judaísmo. El núcleo central de Mateo es demostrar que en Jesús se cumple plenamente la promesa mesiánica,[2] en quien se superan con creces las expectativas que al respecto tenía el pueblo de Israel.
-      Marcos se orienta a cristianos provenientes del paganismo (gentiles), por eso se esmera en explicar detalles bíblicos que para este tipo de personas resultan novedosos. Este evangelista destaca de modo peculiar la humanidad de Jesús y la condición de un mesianismo crucificado y en conflicto con la institución religiosa judía.[3]
-      Lucas tiene como autor a un personaje y una comunidad que se originan en el mundo pagano. Tiene un marcado saber de universalidad, de Jesús que con su Buena Noticia traspasa las estrechas fronteras del judaísmo para comunicarla a toda la humanidad. Apreciamos también dos puntos esenciales: la opción preferencial por los pobres y la revelación en Jesús de la misericordia de Dios. [4]
En su momento procuraremos ilustrar mejor a nuestros lectores con una visión más integral de cada uno de los evangelios. [5]
Lo que este domingo  se nos plantea con los textos de Malaquìas, 2 Tesalonicenses y  Lucas, es una visión de profundidad sobre el sentido de la historia desde la clave de Dios como plenitud de lo  humano. En estas lecturas hay un lenguaje que en estudios bíblicos se llama mentalidad apocalíptica,   amerita un fino trabajo de interpretación para no incurrir en un literalismo que puede causar miedos y angustias, debido al lenguaje que utilizan estos textos, muy propios de aquella cultura.
Recordamos ahora a los profetas de desgracias que  predicen que en tal dìa y hora sucederà el fin del mundo, suceso acompañado de desastres naturales y de señales de destrucción. Cada cierto tiempo surgen estas hipótesis creando confusión en muchísimas personas, màxime cuando tal asunto se asocia con  una predicación moralista y con  un anuncio de los castigos de Dios para la maldad de la humanidad; tales lenguajes son muy propios de  los grupos religiosos fundamentalistas.[6]
Todo esto es falso y no expresa la realidad de un Dios a quien reconocemos en su esencia como compasivo y misericordioso. No està de màs advertir sobre las falsas imágenes que de El transmiten  tales tendencias   nada solidarias con la bondad esencial de todo lo que ha salido de sus manos amorosas. No nos equivocamos al afirmar que allí hay alto contenido de “terrorismo religioso”, inaceptable por supuesto.
El texto de Malaquìas surge en un contexto bien explìcito:  en el siglo VI antes de Cristo muchos judíos fueron tomados como cautivos y deportados a Babilonia, perdieron su independencia y  la autonomía para expresar su fe religiosa.  Fue una catástrofe total.
Por contraposición  surgieron muchos mensajes proféticos orientados a anunciar un futuro mejor, como este de hoy: “Pero para ustedes, los adeptos a mi Nombre, les alumbrarà el sol de justicia con la salud en sus rayos, y ustedes saldrán brincando como becerros bien cebados fuera del establo” [7],los profetas pretendìan alimentar la esperanza del pueblo en medio de la desolación que este despojo representaba para ellos, causado por el poder invasor del imperio babilónico. Es un operativo profético para rehacer el sentido de vida de los creyentes, que podemos comparar con la teología de la esperanza, que empezó a elaborarse en la Alemania de la postguerra, luego del desastre de la II guerra mundial,  [8] o también con nuestra teología latinoamericana de la liberación, que anima desde Dios a la lucha por un mundo justicia y de reivindicación de los pobres.
Sin embargo, ese esperado dìa de liberación, de restitución de su territorio y de su templo,   nunca llegó,  por eso los profetas derivaron hacia el anuncio de un mundo distinto, siempre mejor  y definitivo en Dios, màs allà de la historia, que se concreta en la bendición del “sol de justicia”, expresión que alude al mismo Yavè.
En general, la historia de Israel estuvo atravesada por glorias y grandezas, pero también por derrotas y fracasos, muchos de ellos producto de su arrogancia y de su olvido de los fundamentos de su fe y de los compromisos adquiridos en el pacto de la alianza. Ante esto, cabe aclarar que la crisis, la pèrdida de sus seguridades y garantías no fueron   castigo de Dios, ni venganza de El, sino consecuencia de la vida desordenada que los llevò a la injusticia y al abandono de los valores èticos que debían vivir como expresión de su coherencia en la fe.
A la luz de esto, también estamos llamados a valorar nuestra vida real, lo que sucede en el mundo de hoy, lo que hemos vivido en el siglo reciente y lo que nos sucede en lo que va corrido de este. Malaquías y otros textos bíblicos de similar naturaleza contienen una teología de la historia que presenta, con un lenguaje propio de esas culturas semitas antiguas, la realidad humana frágil en búsqueda de sentido, dando a la misma un significado trascendente desde la experiencia de Dios que se revela como salvador y liberador, es decir, como el dador de sentido por excelencia.[9]
 Es una tensión contradictoria permanente entre las maravillas que hace el ser humano, los avances del conocimiento y los desarrollos de la tecnología, la conciencia de la libertad y del valor esencial de la razón, los movimientos emancipatorios, la crìtica rigurosa de los poderes que esclavizan y maltratan la dignidad humana, y la cadena interminable de guerras, totalitarismos, dictaduras, esclavitudes, destrucción del hábitat, economía deshumanizada, pobreza, exclusión, violación de los derechos humanos.
Estas son señales de los tiempos que – como creyentes – estamos llamados a discernir en un saludable ejercicio de fe para entender nuestro presente y nuestro futuro, y para asumir la responsabilidad que nos corresponde como constructores de una mejor humanidad. En esta hora difícil de América Latina, cuando se fractura el modelo económico neoliberal, se polarizan nuestros países con visiones encontradas de la cosa política, las derechas y las izquierdas entran en franca contradicción, es imperativo ético para los cristianos tomar una postura inteligente, encarnada en la realidad, desprovista de anatemas y respaldos a los partidos políticos, convirtiéndonos todos en sacramentos de solidaridad y de justicia y, por ello mismo, de esperanza. [10]
Es imperativo someter a una exigente crìtica las visiones religiosas deformadas, generadoras de temores ante un Dios eventualmente justiciero e implacable, para acceder a la fe genuina,  que libera y  da sentido.
El lenguaje que utiliza el texto de Lucas  también es apocalíptico,   propio de una tendencia  del judaísmo de los tiempos de Jesùs y de los posteriores a su muerte,  la conciencia de un combate entre las fuerzas del bien y las del mal,   contraste fuerte entre unas manifestaciones que anuncian el tèrmino de la historia disponiendo a la humanidad para convertirse y aguardar la inminencia de la irrupción decisiva de Dios en la historia.[11]
Ayudan a comprender este contexto las contradicciones  que vivieron con particular intensidad las primeras comunidades cristianas. La oficialidad religiosa del judaísmo los detestaba por ser  seguidores de Jesùs, a quien ellos acusaron de hereje y blasfemo y condenaron a muerte. Para griegos y romanos resultaba incomprensible que estas personas depositaran toda su confianza en un crucificado que , visto en clave de poder, era un derrotado de la historia.
 Eso ayuda a explicar  bien el lenguaje que nos propone el evangelio: “Como algunos hablaban del Templo, de còmo estaba adornado de bellas piedras y de ofrendas votivas, èl dijo: De esto que ven, llegaràn días en que no quedarà piedra sobre piedra, ni una que no sea derruìda. Le preguntaron: Maestro, cuàndo sucederà eso? Cuàl será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?”[12] .
 Es claro que Jesùs no alude a una materialidad arquitectónica, la del templo, que era suntuoso y motivo de orgullo para los judíos. El se refiere   a una manera de entender la vida, de relacionarse con Dios,  eso es lo que se va a poner en crisis y es El  mismo el responsable de suscitarla.  Socava un estilo religioso y propone una nueva manera de relacionarse con Dios y con el ser humano, y para eso debe someter a confrontación el modelo que se simboliza en el Templo, que desatará su ira contra los profetas que sigan el camino que él señala: “Les echaràn mano y los perseguirán; los entregaràn a las autoridades de las sinagogas y los conducirán ante reyes y gobernadores por causa de mi Nombre. Esto sucederà para que den testimonio de mì”. [13]
Su vida y  enseñanza nos disponen para asumir la historia presente en clave del reino de Dios y su justicia, preparando asì el futuro definitivo que es el Padre, quien en Jesùs asume toda nuestra realidad para llevarla consigo a su plenitud. Dentro de esto se comprende que un cristianismo testimonial se torna signo de contradicción y es perseguido, porque va a contracorriente de las mentalidades habituales de poder,  y las somete a juicio desde la òptica de la cruz que es dar la vida para que el mundo se redima de su injusticia.
A Jesùs no le impresiona tanto ese posible fin del mundo cuanto la actitud ante la realidad, es el presente del ser humano lo que a èl le interesa. La garantía la da la confianza en Dios, no “el templo” ni la absolutización de instituciones e ideologías, por eso es sano que de vez en cuanto estas seguridades entren en crisis, para que podamos llegar a lo esencial del  proyecto de Dios.




[1] LEVORATTI, Armando J. TAMEZ, Elsa. RICHARD, Pablo; editores. Comentario Bíblico Latinoamericano: Nuevo Testamento. Verbo Divino. Estella (Navarra, España), 2004.
[2] GRILLI, Massimo y LANGNER, Cordula. Comentario al evangelio de Mateo. Verbo Divino. Estella (Navarra, España), 2003.
[3] PIKAZA, Xabier. Comentario al evangelio de Marcos. Clíe. Madrid, 2013.
[4] DILLMAN, Rainer & MORA PAZ, César. Comentario al evangelio de Lucas . Verbo Divino. Estella (Navarra, España) 2003. PAOLI, Arturo. La perspectiva política de San Lucas. Siglo XXI editores. México, 1976.
[5] MALINA, Bruce J. & ROHRBAUG, Richard. Los evangelios sinópticos y la cultura mediterránea del siglo I. Verbo Divino. Estella (Navarra, España), 1996.
[6] MARDONES, José María. Para comprender las nuevas formas de la religión. Verbo Divino. Estella (Navarra, España), 1997. BOSCH, Juan. Para conocer las sectas. Verbo Divino. Estella (Navarra, España), 2000. SAMUEL, Albert. Para comprender las religiones en nuestro tiempo. Estella (Navarra, España), 1999.
[7] Malaquías 3: 19
[8] MOLTMANN, Jürgen. Teología de la esperanza. Sígueme. Salamanca, 1976. También del mismo autor: Esperanza y planificación del futuro. Sígueme. Salamanca, 1987.
[9] ALIAGA GIRBES, Emilio. El Apocalipsis de San Juan: lectura teológico-litúrgica. Verbo Divino. Estella (Navarra, España), 2008.
[10] GONZALEZ FAUS, José Ignacio. Otro mundo es posible desde Jesús. Sal Terrae. Santander (España), 2016.
[11] SARAVIA, Javier. El camino de la historia: un curso sobre el apocalipsis. Publicado en www.nuestrabiblia.org Servicio Biblico Verbo
[12] Lucas 21: 5-7
[13] Lucas 21: 12-13

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