domingo, 17 de enero de 2021

COMUNITAS MATUTINA 17 DE ENERO 2021 DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

 

Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús”

(Juan 1: 37)



Lecturas:

  1. 1 Samuel 3: 3-19

  2. Salmo 39

  3. 1 Corintios 1: 6: 13-20

  4. Juan 1: 35-42

Celebrado y vivido intensamente el tiempo de Navidad, entramos ahora en lo que se conoce en el ordenamiento litúrgico de la Iglesia como el tiempo ordinario, el tiempo de la cotidianidad, donde acontece la vida de los seres humanos, nada espectacular, el discreto discurrir de la humanidad. El año litúrgico no es asunto que se propone al azar, es algo pensado pedagógicamente para que cada comunidad cristiana pueda hacer un seguimiento sistemático – a partir de las lecturas bíblicas que se señalan para cada domingo – del proyecto que el Padre Dios realiza para nosotros en la persona de Jesús. Se trata de hacernos conscientes de su acontecer en nosotros, como él sabe hacerlo, de modo salvador y liberador, para que nuestra condición madure en la progresiva identificación con el Señor.1

La existencia cotidiana, la común y corriente, de hogar, de trabajo, de estudios, de felicidad y satisfacciones, de dolor y preocupaciones, es el lugar natural donde Dios se manifiesta, donde El nos llama a una vida de dignidad y de sentido pleno de nuestro existir. Queremos designar esto con el nombre de llamamiento o vocación, invitación a vivir una vida con significado trascendente, aprovechada al máximo, en la que los valores de amor, servicio, espiritualidad, solidaridad, sean determinantes de todas nuestras decisiones y conductas. A esto apuntan las lecturas de este domingo, estupenda propuesta para marcar nuestro derrotero del año 2021.

La primera es bien elocuente. Nos habla de un joven llamado Samuel, que había sido ofrecido a Dios por su madre. La escena del texto es sugerente: “El Señor llamó a Samuel y él respondió: aquí estoy. Samuel fue corriendo a donde estaba Elí (su maestro) y le dijo: aquí estoy porque me has llamado. Pero Elí le dijo: Yo no te llamé, vuelve a acostarte. Y él se fue a acostar” .2 Samuel aún no conoce a Yahvé, pero sabe de la constancia en la obediencia, porque le ha sido inculcada, y tiene claro que debe acudir al llamado, aun cuando en las primeras ocasiones su prontitud pareció haber sido en vano. El maestro Elí comprendió que el llamado venía de Dios, por eso indujo al discípulo a escuchar y a distinguir las señales de la presencia que le invitaba a una vida de más profundidad y compromiso.

La vocación , hablando en lenguaje de creyentes en Jesús, no es un tema reservado a sacerdotes, religiosas, o a élites de “perfectos”. Todo ser humano está llamado a ser feliz, a ser plenamente humano, a realizar todas las potencialidades de su vida; cada uno, en ejercicio de su libertad, va encontrando las alternativas donde llevar a cabo su respuesta vocacional. Cada vocación es buena en sí misma, no hay unas mejores que otras, la bondad de ellas está dada por la posibilidad real de que cada ser humano logre su plenitud en el camino escogido libremente. Y allí acontece el proyecto liberador de Dios. El joven Samuel es un prototipo de esta realidad.3

Este texto nos ayuda a esclarecer nuestro camino vocacional. Toda persona, en su camino de maduración, llega a percibir la seducción de unos valores que le llaman, con voz imprecisa al principio, que poco a poco se van perfilando y le invitan a salir de sí, a consagrar la vida a una gran causa : Todos “tenemos vocación”, descubrirlo es atinar con el camino de la felicidad!

Esas voces difusas en la noche, difícilmente reconocibles, provienen de la fuente honda que será capaz más tarde de absorber y centrar toda nuestra vida. No hay mayor don que encontrar esa vocación, como la experimentó Samuel: “Entonces vino el Señor, se detuvo, y llamó como las otras veces: Samuel! Samuel! El respondió: habla porque tu servidor escucha” , 4 equivale a encontrarse a sí mismo, a descubrir lo que moviliza la vida, lo que nos enamora y apasiona, la razón fundamental de la existencia.

Es triste constatar el drama de tantas personas que no adivinan esta jugada maestra. Los españoles utilizan la expresión “pasotismo” para referirse a aquellos que viven sólo para el presente, sin integrar su pasado ni proyectarse al futuro, inmediatizados por lo pasajero, por sensaciones placenteras y momentáneas que no configuran un ser humano auténtico. Muchos domesticados por la seudocultura “light”, manipulados por las conveniencias sociales, cargan ladrillos a las mentalidades vacías de valores y de trascendencia, “líquidas”, como las denomina el pensador polaco Zygmunt Bauman. 5 En muchos lo vocacional no es un referente porque carecen de visión de futuro y de capacidad para los compromisos sólidos y definitivos. 6

En este orden de cosas podemos captar mejor el sentido de las palabras que Pablo dedica a los cristianos de Corinto, en la segunda lectura de hoy, con palabras que nos pueden sonar fuertes , pero comprensibles en el contexto de aquella ciudad de Corinto, puerto, lugar de comercio, cruce de personas de diversa índole, bullir de ideas y también de superficialidades: ”O no saben que sus cuerpos son templo del Espíritu Santo, que habita en ustedes y que han recibido de Dios? Por lo tanto, ustedes no se pertenecen, sino que han sido comprados, y a qué precio!. Glorifiquen entonces a Dios en sus cuerpos!” . 7

Ser el cuerpo-templo del Espíritu tiene que ver con aquello de que lo humano es la sacramentalidad de lo divino, a lo que aludíamos en las reflexiones de la pasada Navidad. De acuerdo con esto, se impone un fino discernimiento para detectar lo que nos acerca a Dios, lo que nos aleja de El. Porque esta relación no se queda en el ámbito de lo espiritual, sino que abarca la totalidad de la vida: el trabajo, las relaciones humanas, la política, la cultura ciudadana, el conocimiento científico, la familia, la sexualidad, la afectividad. En todo momento y circunstancia debemos preguntarnos si actuamos en armonía con el plan de Dios y en fidelidad a su deseo de amor y de justicia para todos.8

Vale decir que este proyecto de vida, en perspectiva cristiana, no consiste en la formación de gente adusta, reñida con el gozo de vivir, de rasgos fundamentalistas, obsesionados con reglamentos y rituales. El ser humano que surge del llamado de Jesús es alguien normal, muy normal, bien conectado con la realidad, ecuánime en el manejo de sus emociones, socialmente comprometido, con espíritu crítico, libre y profundamente humano. 9

El evangelio de hoy, de Juan, típico relato vocacional, se refiere a los primeros discípulos que Jesús elige. Dos discípulos de Juan el Bautista escuchan a su maestro expresarse sobre Jesús como “el cordero de Dios”, y sin vacilaciones, con la misma ingenuidad del joven Samuel, siguen a Jesús, se disponen a ser sus discípulos, lo que conllevará un cambio sustancial para sus vidas: “Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. El se dio la vuelta, y viendo que lo seguían, les preguntó: qué quieren? Ellos le respondieron: Rabbí – que significa maestro – dónde vives? Vengan y lo verán, les dijo. Fueron, vieron donde vivía y se quedaron con él ese día” .10

Estos buscadores de sentido se sienten movidos por Jesús, por su vida, por su estilo, por su Buena Noticia y por eso desean hacer parte de su grupo. Jesús, en gesto muy diciente, no guarda las distancias, sino que los invita a su cercanía, a conocer su morada, a quedarse con él, a integrarse a su causa del reino de Dios y su justicia.

Muchos modelos de identidad se nos proponen hoy: el ganancioso, el cosechador de éxitos y de títulos, el rico y poderoso, el coleccionista de parejas con las que no se compromete, el de la felicidad superficial, el de la vida cómoda y carente de abnegación, el que se codea con los que son como él, vanos colectivos de máscaras y de penosas interioridades! Por contraste, la llamada de Jesús resuena proféticamente, con vigor, invitándonos a un modo de vida plasmado en las bienaventuranzas.

Seguir a Jesús, caminar con él, no puede hacerse sino por haber tenido una experiencia explícita de encuentro con él. Estamos abiertos a esa invitación gratuita, desinteresada? Nos dejamos mirar por Jesús, como Pedro?: “Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: hemos encontrado al Mesías, que traducido significa Cristo. Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: Tú eres Simón, el hijo de Juan, tú te llamarás Cefas, que traducido significa Pedro” .11

Que sean estas reflexiones una ayuda para discernir nuestro camino vocacional en 2021 y siempre. Nuestra ruta de felicidad, en el caso de muchos será consolidar lo ya decidido, y en el de otros la iniciación de una aventura existencial. En el uno y en el otro lo que está en juego es la autenticidad humana con signo trascendente, la apuesta por una humanidad erguida, libre, con temple para hacer frente al aspecto adverso de la vida, sin doblegarse ante ningún poder. Esa es la humanidad a la que invita Jesús de Nazareth. 12





Antonio José Sarmiento Nova, S.J.





1 LE BON, Jean. Para vivir la liturgia. Verbo Divino. Estella, 1987. BERNAL, José Manuel. Para vivir el año litúrgico. Verbo Divino. Estella, 2004. BECKHAUSER, Alberto y varios. Manual de Liturgia: expresiones celebrativas del misterio pascual en la vida de la Iglesia. Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM. Bogotá, 2005.

2 1 Samuel 3: 4-5

3 GARRIDO, Javier. Adulto y cristiano: crisis de realismo y madurez cristiana. Sal Terrae. Santander, 1987; Ni santo ni mediocre: ideal cristiano y condición humana. Sal Terrae. Santander, 1992; Proceso humano y gracia de Dios. Sal Terrae. Santander, 1998. QUOIST. Michel. Triunfo. Herder. Barcelona, 1998. URTEAGA, Jesús. El valor divino de lo humano. Rialp. Madrid, 2008.

4 1 Samuel 3: 10

5 1925-2017.BAUMAN, Zygmunt & LEONCINI, Thomas. Generación líquida: transformaciones en la era 3.0. Paidós. Barcelona, 2017. REGUILLO CRUZ, Rossana. Emergencia de culturas juveniles: estrategias del desencanto. Grupo editorial Norma. Bogotá, 2000. BERGER y LUCKMAN, Thomas. Modernidad, pluralismo y crisis de sentido: la orientación del hombre moderno. Paidós. Barcelona, 1997. CUBIDES, Humberto; LAVERDE, María Cristina; VALDERRAMA, Carlos Eduardo. Viviendo a toda: jóvenes, territorios culturales y nuevas sensibilidades. Universidad Central – Siglo del Hombre Editores. Bogotá, 1998.

6 GONZALEZ MENENDEZ, Ricardo Angel. Es la visión integral actual del ser humano, suficiente? En revista Medisur volumen 14 número 6. Facultad de Ciencias Médicas Universidad de La Habana, diciembre, 2016. BAUMAN, Zygmunt. Tiempos líquidos: vivir en una época de incertidumbre. Tusquets. Barcelona, 2014; Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica. México D.F., 2004.

7 1 Corintios 6: 19-20

8 FREIRE, Paulo. La educación como práctica de libertad. Siglo XXI. México, D.F., 1982. MASLOW, Abraham. El hombre autorrealizado. Paidós. Barcelona, 1979. LUQUE, Francisco. Un proyecto de vida: ejercicios espirituales a jóvenes. Indo American Press Service. Bogotá, 1988. FRANKL, Viktor. La voluntad de sentido. Herder. Barcelona, 1999.

9 ESTRADA DIAZ, Juan Antonio. El ser humano como proceso: don y naturaleza. En Revista Iberoamericana de Teología volumen X número 19, páginas 77-104. Universidad Iberoamericana. México D.F., 2014. LEVINAS, Emmanuel. Humanismo del otro hombre. Caparrós. Madrid, 1998. ZUBIRI, Xavier. Sobre el hombre. Alianza Editorial. Madrid, 1986. PLASENCIA LLANOS, Vicente. Ser humano: un proyecto inconcluso. Universidad Politécnica Salesiana. Cuenca, Ecuador, 2017.

10 Juan 1: 37-39

11 Juan 1: 41-42

12 DUQUOC, Christian. Jesús, hombre libre. Sígueme. Salamanca, 1989. MANARANCHE, André. Creo en Jesucristo hoy. Sígueme. Salamanca, 1976.

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