domingo, 14 de marzo de 2021

COMUNITAS MATUTINA 14 DE MARZO 2021 DOMINGO IV DE CUARESMA Ciclo B

 

Porque Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna”

(Juan 3: 16)

  1. 2 Crónicas 36: 14-23

  2. Salmo 136

  3. Efesios 2: 4-10

  4. Juan 3: 1-21

En nuestra manera corriente de hablar sobre Dios solemos referirnos a su amor, a su misericordia, a su compasión, un contenido así hace parte integral de la tradición con la que nos ha sido inculcado el sentido de la trascendencia divina.1 Sin embargo, al detenernos en su significado, contrastándola con muchas realidades personales y sociales , nos encontramos con escandalosas incoherencias y fracturas de nuestra parte. Predicamos comprensión y condenamos con violencia a quienes – según cierta soberbia moral y religiosa – no cumplen con los cánones de la buena conducta que se ajusta a los designios de Dios.2

Ejemplo de esto son las interminables homofobias surgidas en el mundo cristiano, la anatematización de los no creyentes, la condena hacia quienes disienten del pensamiento oficial, el estilo “anti” de muchos predicadores y de cristianos que ven en lo mundano un enemigo de la fe. Son comportamientos claramente alejados del amor de Dios.

Al respecto recordamos aquella parábola de Jesús , la del servidor despiadado,3 el que fue perdonado por su rey de una deuda de diez mil talentos, pero después fue a tratar inmisericordemente a uno de sus compañeros que le debía dinero: “Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: Miserable!, me suplicaste y te perdoné la deuda. No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti? E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía” .4

El asunto que planteamos demanda una revisión profunda, autocrítica personal e institucional en la Iglesia y en las comunidades cristianas, tema esencial en tiempo de cuaresma, en el que se nos invita a un giro radical en nuestras prioridades existenciales. El diálogo de Jesús con Nicodemo, como se propone en el evangelio de este domingo, es una excelente coyuntura para tan exigente confrontación.5

Nicodemo es un personaje destacado en su tiempo y en su contexto religioso; el evangelio de Juan lo refiere en varias oportunidades, 6 es fariseo observante de la ley, muy cuidadoso en su cumplimiento, ostenta la condición de ser un jefe y de hacer parte del sanedrín7, altamente representativo de la religiosidad de ese momento: “Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. Fue este donde Jesús de noche y le dijo: Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar los signos que tú realizas, si Dios no está con él”. 8

Empieza el diálogo, la propuesta pedagógica para nuestros lectores consiste en que cada uno haga “composición de lugar”9, y se ponga como testigo de la conversación entre Jesús y Nicodemo, dejándose interpelar por su contenido. Es notable que un fariseo busque a Jesús y le llame “Rabbí”, con este término ellos designan a los maestros de la ley, Nicodemo está reconociendo en Jesús una autoridad particular, imagina que el maestro así reconocido viene a promover un movimiento de apropiación rigurosa de la Ley de Moisés y a llevar al pueblo a comprometerse con ella. A pesar de su fariseísmo, en Nicodemo hay una búsqueda sincera.

Sabemos bien que para este mundo de la observancia judía la Ley es el centro de sus deberes religiosos. Al comienzo del encuentro, Nicodemo está lejos de comprender el cambio radical que propone Jesús: “En verdad, en verdad te digo que el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios. Nicodemo le preguntó: cómo puede uno nacer siendo ya viejo? Puede acaso entrar otra vez en el seno de la madre y nacer? Respondió Jesús: En verdad, en verdad te digo, que el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne es carne, lo nacido del Espíritu es espíritu”. 10

Para los fariseos, en la Ley está el porvenir de Israel; para Jesús , el nacimiento en el Espíritu abre el reino de Dios al porvenir humano. El ser humano no puede obtener plenitud y vida por la observancia de una ley, sino por la capacidad de amar que completa y perfecciona su ser. 11 Sólo con seres humanos dispuestos a la generosidad y al servicio se puede construir un mundo más humano y equitativo, la ley por sí misma no elimina las raíces de la injusticia, ella tiene sentido si se toma como una mediación inscrita en el camino fundante del amor. Esta es la vida en el Espíritu!12

En el ámbito religioso cristiano muchas personas y comunidades viven en rigurosos cumplimientos de normativas, no fallan en sus rituales y en sus códigos, lo hacen con extrema severidad y transmiten a otros esta “convicción” de que para llegar a Dios hay que vivir imprescindiblemente en esta cultura de la obligatoriedad, con eso se sienten satisfechos y justificados por Dios. Pero en estos mismos grupos ocurren con frecuencia abusos de conciencia, maltratos a la dignidad de las personas, manipulaciones, producto de la imagen de un Dios justiciero. Este no es el camino de Jesús, es lo que descubre Nicodemo en el riquísimo coloquio que nos describe el evangelio de Juan.

En el camino cuaresmal estamos llamados a encontrar la experiencia del amor liberador de Dios, que se nos comunica por vía de gratuidad, que redimensiona todas las leyes religiosas y civiles, situándolas en la saludable relatividad de la mediación, y se nos invita a reflejar en el testimonio de la propia vida la más fina coherencia con el proyecto de Dios y con el respeto y justicia que debemos a cada ser humano. 13

El evangelio enfoca el amor y el perdón de Dios de forma universal, amor de altísima exigencia porque le cuesta la condenación y la muerte de su propio Hijo: “Porque Dios amó tanto al mundo , que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo sino para que el mundo se salve por él” .14 En la mediación humana y divina de Jesús el Padre significa con eficacia su intención misericordiosa para que nada del ser humano se pierda y fracase.

Qué consecuencias podemos deducir de esta intención salvadora de Dios?

  • Asumir humildemente que somos responsables de egoísmos, de discriminaciones, de injusticias, de complicidad con la deshumanización del mundo. A esto hay que ponerle nombre claro: se llama pecado, ruptura con el amor de Dios y con el que debemos al prójimo.

  • Que no somos nosotros los salvadores de nosotros mismos, que no nos damos el sentido de la vida por nuestros propios medios, que hay un Misterio desbordante de amor en el cual se consuma plenamente el significado del ser humano y de su historia.

  • Que es otro, distinto de nosotros, llamado Jesús el Cristo, él, su vida, su humanidad, su encarnación en las realidades del mundo, la humillación y condena a la que fue sometido por el egoísmo de los hombres religiosos y morales de su país, la realidad decisiva que nos salva, libera y redime de toda ambigüedad pecaminosa.15

Usando la metáfora del evangelio, es como si un potente foco de luz cayese sobre nosotros poniendo al descubierto nuestra debilidad: “Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios” . 16

Esta iniciativa de salvación universal es concretada por Pablo en su carta a los Efesios, comunidad de nuevos cristianos de la ciudad de Efeso ( en la actual Turquía), a estos hombres y mujeres, llamados paganos por los judíos, que no hacen parte de este “pueblo elegido”, también les llega el favor ilimitado de Dios, porque también son hijos suyos: “Así, Dios ha querido demostrar a los tiempos futuros la inmensa riqueza de su gracia por el amor que nos tiene en Cristo Jesús. Porque ustedes han sido salvados por su gracia, mediante la fe. Esto no proviene de ustedes, sino que es un don de Dios; y no es el resultado de las obras, para que nadie se gloríe” . 17

El amor de Dios no se anda con medidas restrictivas, con escatimar sus dones, El no sabe de poquedades, lo suyo es el amor desbordante, siempre deseoso de la plenitud y salvación de todos los humanos, sin excepción de ninguna clase.

Preguntas para reflexión y discernimiento: Hemos apropiado esta convicción y ella es patente en nuestro estilo de vida? Estamos dispuestos a hacer de nuestra Iglesia y de nuestra sociedad ámbitos de convivencia amorosa, de respeto y de inclusión, de apertura a la diversidad, de sano pluralismo humano y evangélico? Tenemos el coraje de vivir sin reservas el acontecimiento liberador del amor de Dios en todo lo que somos y hacemos, al estilo de Jesús? Damos el salto del cristianismo incompleto de leyes, rituales, observancias minuciosas, a la experiencia de “nacer de nuevo” en el amor de Dios, como Nicodemo? Tenemos claro que la práctica de la religión es auténtica cuando nos damos por completo al prójimo, a cualquier clase de prójimo? 18

El insólito viaje apostólico del Papa Francisco a Iraq, la semana anterior, sus finísimos diálogos con los líderes del Islam chiíta, su respaldo amoroso a las martirizadas comunidades cristianas de ese país, su sincera disposición para el diálogo interreligioso, su denuncia valiente del fundamentalismo violento, son elocuente expresión de la más profunda ética de la projimidad. Ese es el camino!

1 SOBRINO, Jon. El principio misericordia: bajar de la cruz a los pueblos crucificados. Sal Terrae. Santander, 1992. GONZALEZ FAUS, José Ignacio & VIVES, Josep. Creer sólo se puede en Dios: ensayo sobre las imágenes de Dios en el mundo actual. Sal Terrae. Santander, 1990. JUAN PABLO II. Carta Encíclica Rico en misericordia. Tipografía Vaticana. Roma, 1980.

2 Papa FRANCISCO. El escándalo de la incoherencia. Homilía del 27 de febrero de 2014 en la casa Santa Marta. Ciudad del Vaticano.

3 Mateo 18: 23-35

4 Mateo 18: 31-34

5 GELABERT BALLESTER, Martín. Nacer de nuevo para ir a la luz: el diálogo de Jesús con Nicodemo según Unamuno. Publicado en Cuadernos Cátedra Miguel de Unamuno volumen 42 número 2 2006, páginas 75-91. Ediciones Universidad de Salamanca.

6 Juan 3: 1-21; 7: 50-52; 19:39.

7 Consejo supremo del judaísmo en tiempo de Jesús.

8 Juan 3: 1-2

9 Expresión frecuente de San Ignacio de Loyola en el texto de sus Ejercicios Espirituales para referirse a un ejercicio imaginativo de contemplación-oración con el fin de visualizar personajes, diálogos, espacios físicos, de tal manera que sitúe al orante en un escenario bastante real y asequible a su sensibilidad.

10 Juan 3: 3-6

11 VILA PORRAS, Carolina. Concepción de la ley israelita en el Nuevo Testamento y la concepción que de ella tiene Jesús. Publicado en revista Cuestiones Teológicas volumen 42 número 98 julio-diciembre 2015,, páginas 483-510. Facultad de Teología, Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín.

12 VON BALTHASAR, Hans Urs. Sólo el amor es digno de fe. Sígueme. Salamanca, 1999.

13 SLAVOJ, Zizek. SANTNER, Eric. REINHARD, Kenneth. El prójimo: tres indagaciones en teología política. Amorrortu Editores. Buenos Aires, 2010. Papa BENEDICTO XVI. Carta Encíclica Caritas in Veritate. Tipografía Vaticana. Roma, 2009.

14 Juan 3: 16-17

15 BOFF, Leonardo. Jesucristo, el Liberador: ensayo de cristología crítica para nuestro tiempo. Sal Terrae. Santander, 1994. KASPER, Walter. Jesús, el Cristo. Sígueme. Salamanca, 1994. Papa JUAN PABLO II. Carta Encíclica Redemptor Hominis El Redentor del Hombre. Tipografía Vaticana. Roma, 1979.

16 Juan 3: 20-21

17 Efesios 2: 7-9

18 CAMPANA, Silvia Julia. De la projimidad a la hospitalidad: el rostro desnudo de la íntima vulnerabilidad. Ponencia presentada en VII jornadas de literatura, estética y teología. 7, 8 y 9 de mayo de 2019. Universidad Católica Argentina UCA. Buenos Aires. LAIN ENTRALGO, Pedro. Teoría y realidad del otro. Revista de Occidente. Madrid, 1961. METZ, Johann Baptist. Por una mística de ojos abiertos: cuando irrumpe la espiritualidad. Herder. Barcelona, 2013.

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