domingo, 6 de enero de 2013

COMUNITAS MATUTINA DOMINGO 6 DE ENERO SOLEMNIDAD DE LA EPIFANIA DEL SEÑOR



Lecturas
1.      Isaìas 60: 1-6
2.      Salmo 71: 1-2 y 7-13
3.      Efesios 3: 2-6
4.      Mateo 2: 1-12
Epifanìa viene de la expresión griega “epifaneia” (epifaneia) que significa manifestación. En el contexto que nos ocupa hoy se trata de la manifestación de Dios a la humanidad, en su historia concreta, siguiendo lo que ya hemos propuesto en ocasiones anteriores: que la revelación de Dios acontece en la realidad histórica del ser humano y que se vale de esto humano como su lenguaje preferencial, lo que no es algo casual sino el talante propio suyo: Dios està en nuestra historia y en ella se nos comunica humanamente – Jesucristo, la Palabra encarnada – para orientar todo lo nuestro hacia su plenitud.
Lo primero que hay que destacar en esta solemnidad es que el don que de sì mismo hace el Padre en Jesùs es para toda la humanidad, sin excepciones, no es un beneficio exclusivo para el pueblo judío. Jesùs es universal, es para los seres humanos  de todos los tiempos, esto en abierta contraposición con el elitismo religioso y moral de los judíos de aquel tiempo, que se sentían los únicos destinatarios de la salvación ofrecida por Dios, considerando que todos los demás eran de condición inferior por esta razón.
En la primera lectura se habla de bendiciones especiales para Jerusalem, la ciudad sagrada. Esta nueva Jerusalem de la que habla Isaìas es un símbolo de la humanidad entera: “levanta la vista y mira y mira a tu alrededor: todos se reúnen y vienen a tì; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos” (Isaìas 60: 4). Bien sabemos que esta ciudad es patrimonio de las tres religiones monoteístas: el judaísmo, el Islam, el cristianismo; esto a menudo se ve afectado con las grandes desavenencias que en ella ocurren, especialmente entre los israelitas contemporáneos y los palestinos, estos últimos fuertemente afectados por la política intransigente del estado de Israel: un verdadero contrasentido!!
En nuestra oración de hoy estamos llamados a mirar esta dimensión de universalidad. Si bien somos cristianos, seguidores de Jesùs, muchos en la comunión católica, y otros en las iglesias surgidas de la Reforma, es preciso recordar que a menudo hemos pecado como los judíos del siglo primero, por sentirnos dueños de la verdad, y por desconocer el significado y el valor de otras tradiciones religiosas, en las que estupendos hombres y mujeres también caminan hacia Dios con sinceridad y rectísima intención. Que la esperanza que ponemos en Jesùs, salvador universal, haga de nosotros personas abiertas y dialogantes, sin sacrificar lo especìfico de nuestra identidad cristiana y, justamente por ser asì, llamados al encuentro fraterno con los creyentes de todas las religiones. A esto nos ha invitado el Concilio Vaticano II en su declaración sobre la libertad religiosa.
Gran parte de la guerra y de la violencia que se ha dado y se da tiene su causa en la intransigencia religiosa y en el desprecio de unos creyentes hacia otros. Ante el misterio de Belèn oremos con mente y corazón limpios, y preguntémonos si también nosotros nos hemos sido triunfalistas en este sentido, arrogantes, como los maestros de la ley, a quienes Jesùs cuestionò tan severamente.
El salmo 71 reconoce a este Mesìas universal como : “ que èl defienda a los humildes del pueblo, que salve a los necesitados y aplaste al opresor” (Salmo 71: 4), o “que se postren ante èl todos los reyes, y lo sirvan todas las naciones. Porque èl librarà al necesitado que suplica , al humilde que no tiene defensor” (Salmo 71: 11-12). Esta es la gran esperanza de quienes tradicionalmente han vivido sin ella, porque no les es permitida por los poderosos.
De què manera mis convicciones de cristiano me llevan a ser portador de esta esperanza para tantas personas afectadas por el desencanto, la ausencia de ilusiones? Soy un empecinado trabajador del sentido de la vida según Jesùs de Nazareth? Me tomo en serio esta condición? O mi cristianismo flota en las nubes de un pietismo individualista desconectado de la realidad del mundo sufriente?
Y también: soy un creyente sinceramente ecuménico, universal, dispuesto al diálogo, o pertenezco a grupos de mentalidad conservadora, recalcitrante, incapaces de diálogo y de gozosas epifanías?
Esta vocación universalista la ratifica Pablo con estas densas palabras, en la segunda lectura de este domingo: “un plan que consiste en que todos los pueblos comparten la misma herencia, son miembros de un mismo cuerpo y participan de la misma promesa en Cristo Jesùs por medio del evangelio” (Efesios 3: 6). Conviene también recordar que la palabra católico , que viene del griego “catholicòs” (catolikos) significa universal. Debemos desarrollar un profundo trabajo espiritual para que esta denominación tenga su genuino contenido en nuestra pràctica cotidiana.
Es penoso, lamentable, constatar el espíritu cerrado de muchos grupos de cristianos, tanto en la comunidad católica como en la reformada, siempre recelosos de los demás, prevenidos, autosuficientes, desentendidos de la dialéctica de la vida y de la historia, con posturas acrìticas  y poco vinculantes. Seamos dòciles al Espìritu para que la epifanìa de Dios nos haga cristianos ecuménicos, abiertos, respetuosos de las diferencias, fraternos, solidarios, como el Señor Jesùs.
La leyenda de los reyes sabios venidos de oriente, que nos refiere el texto de Mateo, es un bellísimo relato de hondo contenido teologal que viene a rematar este deseo universal de Dios en la manifestación de su hijo en nuestra historia. Ellos significan a los hombres que, desde diversos contextos socioculturales y espirituales, buscan a Dios y , en El, el genuino sentido de la vida: “entraron en la casa, vieron al niño con su madre Marìa y lo adoraron postrados en tierra” (Mateo 2: 11).
Tambièn en el relato evangélico de este domingo advirtamos el siguiente contraste: el rey judío Herodes, miembro del pueblo elegido, indaga afanosamente por el lugar del nacimiento del niño que buscan los sabios de oriente, pero la suya es intención maligna: quiere matarlo; en cambio, estos extranjeros hacen su búsqueda con total honestidad, e insisten en buscar la señal que los guiarà: “al ver la estrella, se llenaron de una inmensa alegría” (Mateo 2: 109. Sin palabras….Cuàntos que no son del mundo cristiano buscan a Dios con la màs exquisita pasión en pos de la verdad, cuàntos de ellos son personas de la màs radical coherencia!
Què nos dicen los sabios buscadores del oriente? Es la nuestra una búsqueda constante del Señor? Nos dejamos sorprender por la manifestación-manifestaciones de Dios en nuestra historia? O, estamos acomodados en la zona confortable e instalada donde no hay búsqueda porque nos sentimos dueños de todas las respuestas?
Damos gracias a Dios y a la vida por el profesor Guillermo Hoyos Vàsquez , fallecido en la madrugada de este sábado 5 de enero; destacado filòsofo, profesor en las universidades Javeriana, Nacional, Andes, Rosario. Un incansable buscador de la verdad! Descanse en paz!
Antonio Josè Sarmiento Nova,S.J.
Alejandro Romero Sarmiento

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