domingo, 17 de febrero de 2013

COMUNITAS MATUTINA DOMINGO 17 DE FEBRERO I DE CUARESMA



Lecturas
1.      Deuteronomio 26: 4-10
2.      Salmo 90 : 1-2 y 10-15
3.      Romanos 10: 8-13
4.      Lucas 4: 1-13
Puede servirnos de marco para la oración de este domingo considerar el significado de la renuncia del Papa Benedicto XVI a su ministerio petrino, la valentía contenida en esta decisión y también una reflexión profunda, en perspectiva de conversión y purificación, sobre el pecado de la Iglesia, que es el nuestro propio. Con esto último, pasamos del papel de críticos francotiradores al de seguidores de Jesús, hondamente implicados en la comunidad eclesial y solidarios con ella en todo lo suyo, en su santidad e ímpetu apostólico, también en su pecaminosidad y en las realidades que la alejan del proyecto original de Jesús.
Con el texto de Deuteronomio podemos entrar en acción de gracias, recordando los beneficios recibidos por los israelitas y los que, a lo largo de nuestra vida, hemos experimentado como bendición de Dios: “Nosotros clamamos a Yahvé, Dios de nuestros padres, y Yahvé escuchó nuestra voz. Vió nuestra miseria, nuestras penalidades y nuestra opresión, y Yahvé nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido……..Nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra, tierra que mane leche y miel  (Deuteronomio 26: 7-9)
Es altamente saludable entender que el tiempo de cuaresma no es una etapa sombría, la conciencia del pecado empieza por sabernos amados y bendecidos por Aquel que llena de sentido nuestra vida, como los israelitas. Por eso, la sugerencia es orar haciéndonos conscientes de todas esas bendiciones y dádivas en nuestra vida personal, en la relación de pareja, en el hogar, en la iglesia, en los padres y en los hijos, en los hermanos y en los amigos, en los estudios y en el trabajo, en la dinámica de la sociedad. Y, a partir de allí, desarrollar la más exquisita gratitud.
En esta iglesia nuestra también, plena de hombres y mujeres de raigambre evangélica, de tantas iniciativas de servicio y de innegables esfuerzos de fidelidad al Señor, pero también iglesia que tiene manifestaciones de incoherencia por silencios cómplices, por abusos sexuales, por alianzas indebidas con el poder, por pugnas internas. Y…… antes de eso, reviso mi vida personal, y dejo que el Señor me haga las más serias preguntas en clave de “control de calidad”, para constatar cuáles son aquellos núcleos míos en los que estoy desordenado con respecto al amor de Dios.
Así nos disponemos a entrar en este tiempo cuaresmal, de oración y discernimiento, de austeridad y de compartir, para disponernos de la mejor manera al encuentro con el Señor Jesucristo, y para generar en nosotros y en nuestra iglesia el estilo evangélico que nos compromete, el de la vida auténtica, el de la oración sincera, el del servicio y la solidaridad, el de la renuncia al poder y a la comodidad.
Pablo recuerda a los romanos y a nosotros cuál es la garantía de esperanza: “Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvado” (Romanos 10: 9), oferta que es universal y abarcante para todos los seres humanos: “O sea, que no hay distinción entre judío y griego, pues uno mismo es el Señor de todos, rico para todos los que lo invocan” (Romanos 10: 12).
Esta feliz realidad es la razón de nuestra esperanza y es la que debe fundamentar todo el ser y quehacer de la iglesia y de cada comunidad de cristianos. Nuestro aval no reside en el prestigio social ni en la fuerza de nuestras instituciones, ni en la aceptación por parte de los poderosos. Lo decisivo de nuestra condición creyente reside en el Señor Jesús! Leamos el breve texto de renuncia del Papa y podremos encontrar allí una muy sincera aceptación de esto, lo único esencial para el cristiano.
Esto también implica un examen de conciencia para verificar en nuestra vida y en la iglesia si hemos puesto la seguridad en argumentos contrarios al evangelio, y si nos hemos dejado encantar por el “vano honor del mundo”, como llamaba san Ignacio de Loyola a los criterios alejados de Dios.  Exceso de apego a nosotros mismos? Vida sin opciones de servicio y solidaridad? Afecto desmedido por el dinero y los bienes materiales? Enfriamiento en los compromisos que hemos adquirido? Ausencia de espíritu?
El texto de Lucas, bien conocido porque es el relato de las tentaciones de Jesús en el desierto, es la mejor ambientación para adentrarnos sin reserva en la lógica cuaresmal. La seducción de lo espectacular, de las pruebas  fabulosas para hacerse creíble, la fascinación por el poder, la entrega de la propia dignidad adorando al espíritu diabólico, todo esto asedia a Jesús, y hace parte de su contexto social, político y religioso. Son asuntos que están siempre en la historia de la humanidad, fuerzas malignas que privan al ser humano de su libertad y lo “subdesarrollan” con respecto a su evolución hacia Dios y hacia el nuevo ser que El quiere fraguar en nosotros.
Esto nos pasa, le pasa también a la Iglesia. Por eso, se impone un “desierto”, árido, severo, confrontador, sin comodidades, un espacio de desnudez total ante Dios, para que de El, a través de la vida, de la realidad, de la oración, nos vengan los grandes interrogantes, los que pueden provocar una nueva manera de ser, suscitando lo mejor de nosotros mismos, y lo más evangélico en cada bautizado y en la iglesia toda, en el papa y en los obispos, en los ministros ordenados, en los matrimonios, en las congregaciones religiosas, en la institucionalidad, en los movimientos apostólicos.
Dejándonos llevar por el Espíritu digamos con Jesús: “Adorarás al Señor tu Dios y sólo a El darás culto” (Lucas 4: 8), y empeñémonos en una cuaresma evangélica, densa, en clave de esperanza y de nueva vida en El, y sintamos como propio este dolor de la iglesia, este dolor de Benedicto, y trabajemos en comunión y participación para que todo el ser eclesial sea genuinamente el rostro del Señor, la comunidad que vive cabalmente al estilo de Jesús!
Antonio José Sarmiento Nova,S.J.
Alejandro Romero Sarmiento

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog