“Pues ustedes andaban
antes como ovejas extraviadas, pero ahora han vuelto a Cristo, que los cuida
como un pastor y vela por ustedes”
(1
Pedro 2: 25)
Lecturas:
1.
Hechos 2: 36-41
2.
Salmo 22: 1-6
3.
1 Pedro 2: 20-25
4.
Juan 10: 1-10
El lenguaje de Jesús
fue intencionalmente inculturado en su contexto de pescadores, amas de casa,
campesinos, pastores. Las parábolas, ejemplos, metáforas, fueron su recurso,
siempre de gran sencillez, para compartir con su gente la realidad de Dios, el
reino y su justicia, los valores del mundo nuevo de libertad y sentido digno
para todos. En esto fue ejemplar y estratégico.[1] De
esa mentalidad, el evangelista Juan toma el ejemplo del pastor y sus ovejas
para comunicar la experiencia de Jesús dedicado por entero a su gente,
incondicional, de tiempo completo, sintiendo todo lo de ellos, compadeciendo,
sintonizando, amando, dando vida, en nombre de la paternidad-maternidad de
Dios. Es lo mismo que hace decir al papa Francisco sus conocidas expresiones de
“pastores con olor a oveja”, “Iglesia en salida”, y otras parecidas.[2]
Como suele hacerlo,
Jesús pone en tela de juicio los modos
habituales en los que está organizado el mundo de las jerarquías y las
autoridades, ordenamiento de poderes que
se manejan verticalmente, como funcionan la mayoría de las organizaciones
políticas, empresariales, religiosas, sociales. Muchas de ellas oprimiendo a millones
de personas, creando condiciones de indignidad y de sometimiento servil. Nunca olvidemos que Jesús es señor del cuidado y de
la libertad.[3]
Hay afecto desordenado por el poder, entendido como
dominio sobre otros, gran deseo de muchos en la sociedad es el de ascender escalones hasta llegar al
máximo nivel, cifrando en esto la felicidad. Con notable frecuencia esto deriva
en autoritarismo y dictaduras, tiranizando con violencia a quienes están
sometidos.[4] La
historia de la humanidad sobreabunda en dominaciones de unos pocos sobre muchos.
Con modos más sofisticados conocemos la tiranía social, la del consumo, los
indicadores de éxito, la manipulación mediática, que produce gentes enajenadas
y dependientes. [5]
La obsesión por el
poder llega a ser idolatría, ella ha traído a la humanidad desgracia, muerte,
esclavitud. Nombres tristemente célebres
de tiranos y déspotas que afianzaron sus ambiciones personales y políticas
arrasando con la dignidad de millones de hombres y mujeres. [6]
En abierta
confrontación profética aparece Jesùs
rompiendo esquemas,
enseñando que el verdadero
sentido de la existencia reside en el servicio amoroso y solidario, en la
donación de la vida hasta la consecuencia mayor del martirio, en la abnegación
sin reservas para llevar vida en abundancia a quienes la han perdido, y lo hace – como lo propone el evangelio de
hoy – bajo la figura del pastor que se compromete ilimitadamente con la vida y
con la dignidad de sus ovejas: “Esto les aseguro: Yo soy la puerta por
donde pasan las ovejas. Todos los que vinieron antes de mì, fueron unos
ladrones y unos bandidos; pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la
puerta: el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y
encuentra pastos” . [7]
Jesús alude a quienes buscan a la gente para
utilizarla en interés propio, usándola como trampolín para su ascenso y exprimiéndola
sin compasión. Todo en èl, su misión, sus palabras, sus gestos , son para
comunicar un modo bienaventurado: “…pero
yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” .
[8]
Plena humanidad, plena divinidad.
Quien se interese por tomar este camino está llamado
a asumir el mismo estilo de servicio, de
dar todo lo mejor para sus ovejas, sin
buscar en ello ningún reconocimiento distinto de la satisfacción de
reivindicarlas en su dignidad, de contribuír señaladamente a la mejor humanidad
de todos los que integran el rebaño. [9]
Recordamos las palabras del papa Francisco : “La
Iglesia en salida es la comunidad de discípulos que primerean, que se
involucran, que acompañan, que fructifican y festejan. Primerear: sepan
disculpar este neologismo. La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor
tomó la iniciativa, la ha primereado en
el amor; y, por eso, ella sabe adelantarse, toma la iniciativa sin miedo, salir
al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para
invitar a los excluídos”. [10]
Este domingo se conoce tradicionalmente como del Buen Pastor.
Se quiere expresar el afecto y gratitud de las comunidades hacia sus pastores ,
los obispos , sacerdotes y diáconos, reconocimiento más que legítimo. Pero es muy importante destacar que Jesús no
“inventó” una casta clerical, un grupo de hombres superiores a los demás para
gobernar las comunidades, sacralizados y exaltados. De él se desprende el
estilo ministerial, que es el servicio de cuidar a todos, creando las mejores
condiciones para que cada uno pueda ser reconocido como un digno integrante de
sus seguidores, promoviendo sus dones para bien de todos. Podemos hablar así de
una horizontalidad ministerial, “porque ni aún el Hijo del hombre vino
para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud”.[11]
El Concilio Vaticano II
en su Constitución sobre la Iglesia – “Lumen Gentium” – la ha definido como
Pueblo de Dios y Sacramento Universal de Salvaciòn, destacando el aspecto
ministerial de quienes son ordenados para el servicio , indicando que una consecuencia clara del
bautismo es vivir todos en condición
ministerial. El clericalismo, la configuración de una Iglesia con superiores e
inferiores, no van con el espíritu de Jesús.[12]
Todos iguales en dignidad, diversos en servicios y ministerios.
Esta es la exigencia de
vida para los ministros ordenados y para las comunidades a ellos confiadas: “Como
ustedes saben, entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus
súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos. Pero entre
ustedes no debe ser así. Al contrario,
el que entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los demás; y el que
entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser su esclavo. [13]
Las comunidades
cristianas deben ayudar a sus pastores a
que sean así, deponiendo todo culto a la personalidad, optando por modos de
vida sobrios, distinguiéndose en su atención cuidadosa a los humildes y
desconocidos, sirviendo sin excepción a todos, haciendo de sus manifestaciones una réplica de ese modo
original del Señor.[14]
El reciente nombramiento del nuevo arzobispo de Bogotá – Luis José Rueda
Aparicio – ha sorprendido gratamente a muchos por sus maneras humildes y nada
presuntuosas. [15]
Atràs han de
quedar vanidades y prepotencias,
vestimentas principescas, títulos de poder, dando paso a un ministerio que se
inspire en estas palabras de Pedro, de la segunda lectura de este domingo: “
Cristo no cometió ningún pecado ni engañò jamàs a nadie. Cuando lo insultaban,
no contestaba con insultos; cuando lo hacían sufrir, no amenazaba sino que se
encomendaba a Dios, que juzga con rectitud. Cristo mismo llevò nuestros pecados
en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros muramos al pecado y vivamos una
vida de rectitud. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados” .[16]
La comunidad de Juan,
de la que procede el relato evangélico que se denomina con tal nombre, està
hablando testimonialmente de la Vida que ha recibido de Jesùs el Viviente:
“Pero yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”
, [17]afirmación de Jesùs sucediendo en ellos e invitándolos a
convertirse en el punto de partida de la Iglesia, para que esta, en cada generación de su historia sea lo
mismo, haga lo mismo, proclame lo mismo . Las palabras de Jesús confrontan a
los malos pastores por su lejanía, por entender su función como poder, y
también…. penosamente! – por los conocidos e inaceptables abusos con niños y
jóvenes, pecado que tanto avergüenza por
las víctimas del mismo y por la mancha que inflige a la dignidad del
ministerio.
Un auténtico pastor es
el que se dedica en totalidad al ejercicio de la misericordia, a la inclusión,
a tener en cuenta a cada uno de los suyos sin distinguir condición social o ideológica, sin fobias ni
antievangélicos criterios de discriminación, cada oveja le interesa por sì
misma, por el valor y dignidad que cada una posee. Mientras los dirigentes del
templo llevan las ovejas a la muerte, Jesús las lleva hacia la vida!.
[1]
Xavier León-Dufour. Estudios de
evangelio: análisis exegético de relatos y parábolas. Cristiandad. Madrid,
1990. Rolando Camozzi. Las parábolas de Jesús. Perpetuo Socorro.
Madrid,2013. Carlos Mesters, Eugenio García Martínez, Rocío García Sanmartín. Las
parábolas de Jesús. Verbo Divino. Estella (Navarra España), 2005.
[2]
Francisco García Echeverría. Pastores
con olor a oveja: 40 rasgos desde el corazón del evangelio. PPC. Madrid,
2016.
[3] Christian Duquoc. Jesús hombre libre.
Sígueme. Salamanca, 1977.
[4] Timothy Schneider. Sobre la tiranía.
Destino. Barcelona, 2018.
[5]
Ignacio Ramonet. La tiranía de la
comunicación. Debate. Barcelona, 2003.
[6]
Augusto Roa Bastos. Yo, el
supremo. Alfaguara. Madrid, 2018. Gabriel García Márquez. El otoño del
patriarca. Plaza & Janes. Barcelona, 1975. Miguel Angel Asturias. El
señor presidente. Alianza Editorial. Madrid, 1995.Mario Vargas Llosa. La
fiesta del chivo. Alfaguara. Madrid, 2006.
[7] Juan 10: 7-9
[8] Juan 10: 10
[9]
Jacques Gaillot. Una iglesia que
no sirve, no sirve para nada. Sal Terrae. Santander (España), 1995.
[10]
Papa Francisco. Exhortación
Apostólica Evangelii Gaudium La Alegría del Evangelio, número 24
[11]
Marcos 10: 45
[12]
José Ignacio González Faus.
Hombres de la comunidad: repensando el ministerio eclesial. Convivium
Press. Madrid, 2010.
[13] Mateo 20: 25-27
[14]
Antonio González Dorado. Sacerdotes
dignos de crédito: perspectivas latinoamericanas. Sal Terrae. Santander
(España), 1988.
[15]
Ver entrevista en www.vidanuevadigital.com/2020/05/01/luis-jose-rueda-soy-el-mas-pequeno-de-los-obispos-de-colombia/
[16] 1 Pedro 2: 22-24
[17] Juan 10: 10
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