domingo, 13 de diciembre de 2020

COMUNITAS MATUTINA 13 DE DICIEMBRE 2020 DOMINGO III DE ADVIENTO CICLO B

 

Yo bautizo con agua, pero entre ustedes hay uno a quien no conocen, que viene detrás de mí, a quien no soy digno de desatarle la correa de su sandalia”

(Juan 1: 26-27)



Lecturas:

  1. Isaías 61: 1-11

  2. Interleccional Lucas 1: 46-54

  3. 1 Tesalonicenses 5: 16-24

  4. Juan 1: 6-8 y 19-28

En la memoria del pueblo judío tradicional estaban grabadas las imágenes del Ungido, de Elías y del Profeta, inscritas en la esperanza mesiánica de los israelitas y en la correspondiente certeza de la visita de Dios a su pueblo para liberarlo de toda opresión e infortunio. La figura de Elías es la del gran restaurador de la unidad de Israel; es, por tanto, un recuerdo que genera profundo sentido para los creyentes, como cuando entre nosotros surgen figuras como el Papa Francisco, San Romero de América, la Madre Laura o San Francisco de Asís. Las lecturas de este domingo nos ponen en saludable alerta ante estos liderazgos que encarnan las mejores expectativas de la humanidad, que nos remiten a la libertad y a la vida digna, al sentido pleno de la existencia. 1

Estas evocaciones no se hacen en plan de recordar simplemente historias de la antigüedad del pueblo israelita. El propósito de la Palabra que se anuncia en las comunidades de fe es el de establecer un vínculo significativo entre la experiencia de nuestros antecesores en este camino creyente y los contextos de realidad de nuestros tiempos. 2En unos y otros encontramos siempre hondas insatisfacciones, desencantos, búsquedas apasionadas de sentido, esfuerzos concretos de liberación y de configuración de la dignidad individual y colectiva, denuncia profética de todo aquello que es injusto, lesivo del ser humano, esclavitud. Vale decir, que estamos constantemente en actitud de esperanza y de construcción de un presente y de un futuro en el que nos experimentemos liberados y liberadores. 3

Esta expectativa tiene su punto de partida en una conversión personal y también comunitaria. Si no existe la primera no hay un compromiso responsable para replantear nuestra existencia. La llegada de las realidades que nos liberan ha de iniciarse en nosotros mismos, con un profundo examen de conciencia, ejercicio autocrítico consistente, revisión de nuestra jerarquía de valores, confrontación exigente que proviene del mismo Dios para configurar un creyente adulto, sólido y comprometido con su reino y con su justicia. Adviento es tiempo de conversión!4

Juan el Bautista5 es un magnífico referente para iluminar estas realidades: “Hubo un hombre , enviado por Dios, se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz” .6 Este profeta vivió un radical desacuerdo con el “desorden establecido” en su país, el mismo de Jesús: una religión formal y estereotipada sin conversión del corazón a Dios y al prójimo, una aristocracia religiosa totalmente desconectada del sentir popular, entregada a los intereses del imperio romano, este último dominando y sometiendo, sin compasión por el pueblo, pobreza, exclusión, olvido de Dios, olvido del hermano; por estas razones se siente movido a llamar la atención de todos , a retornar a lo esencial de su fe y de su sabiduría humanista y teologal, y va al desierto para invitar a la conversión, cambio de prioridades, novedad de vida en Dios.

Su pasión dominante es la justicia de Dios, su deseo de una conversión radical a El, su indignación ante la perversión de los sacerdotes del templo y de los maestros de la ley, dedicados a la religión exterior sin transformación de la vida y plegados al poder imperial de Roma. Ante estas oscuridades el relato nos habla así: “Yo soy la voz del que clama en el desierto, rectifiquen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías”.7

Esto, en nuestro Adviento contemporáneo, nos conecta con la realidad en la que vivimos: como seres humanos con vocación de dignidad y de felicidad aspiramos a llevar una vida que haga honor a esta condición, estructuramos proyectos existenciales que hagan viables estos deseos, nos esforzamos por mantenernos en una esperanza activa, encontramos personas y comunidades que trabajan a tiempo y a destiempo por hacer esto posible, como nuestros muy conocidos líderes sociales de Colombia, tan maltratados y humillados por los enemigos de la paz; pero también estamos ante los tropiezos que provienen del egoísmo sistemático de muchos, convertidos en “situación de pecado” ,un pecado que se plasma en estructuras sociales y económicas marcadas por el egoísmo de una economía desalmada y de unas categorías sociales excluyentes y responsables de la desigualdad vigente. Esta pecaminosidad estructural nace de posturas individuales igualmente marcadas por esta cerrazón al amor de Dios y al amor del prójimo. Individuos y sociedad requeridos de conversión!8

En la primera lectura, el profeta Isaías invita a todo el pueblo que vuelve del exilio, y que se ve desencantado porque les parece que las promesas iniciales no eran tan ciertas: “El espíritu del Señor me acompaña, por cuanto me ha ungido Yahvé. Me ha enviado a anunciar la buena nueva a los pobres, a vendar los corazones rotos, a pregonar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la libertad; a pregonar año de gracia de Yahvé….” .9

El trabajo del profeta es promover la esperanza y rescatar el sentido de vida de estas comunidades en retorno a su tierra, su prioridad son los desheredados, a ellos dirige su misión de aliento; es consciente de que las condiciones del regreso no son las mejores, pero no se echa para atrás, en nombre de Dios hay posibilidades de reconstruír todo lo que se había perdido: “Igual que una tierra produce plantas y en un huerto germinan rebrotes, el Señor hace germinar la liberación y la alabanza ante todas las naciones” .10

El interleccional recoge el testimonio de alabanza de María en la clásica oración del Magnificat, los pobres y desvalidos son socorridos en detrimento de los poderosos e Israel es objeto del favor de Dios desde la promesa hecha a Abraham. Ella canta la grandeza de Dios que se ha fijado en los humildes, invirtiendo así la habitual mentalidad de dominación y sometimiento: “Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los de corazón altanero. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos con las manos vacías”. 11 Este himno expresa en preciosa síntesis la lógica del Evangelio de Jesús, un mundo en el que la justicia, el reconocimiento de la dignidad de cada ser humano, la reivindicación de los humillados, tienen carácter prioritario. 12

Tiene esto algo que ver con la despilfarradora navidad de la sociedad de consumo? Esta sociedad se deja permear por la luz que desvelan el Bautista y los humildes del mundo? La sobriedad humana y evangélica de María nos dice algo de peso en estas navidades mundanas que no evocan a Jesús ni dan un giro hacia la solidaridad? Los más frágiles interpelan siempre la prepotencia de los poderosos!

Pablo, en la segunda lectura, invita a sus cristianos de Tesalónica a la fidelidad y a la esperanza. Esta comunidad procedía del paganismo, vivían algunas dificultades, les costaba desprenderse totalmente de sus ídolos y de sus tradiciones de su antigua vida para seguir con libertad al Dios verdadero. Por esto , les llama la atención, para que decidan definitivamente seguir el camino de Jesús, sin ambigüedades: “No extingan el Espíritu, no desprecien las profecías, examínenlo todo y quédense con lo bueno. Absténganse de todo género de mal” .13

Es reiterado en estas reflexiones construír conciencia en torno a la autenticidad del camino cristiano, lo hemos dicho repetidas veces, no se trata de una cómoda pertenencia a una entidad prestadora de servicios religiosos, ni una membresía institucional que nos protege de los males del mundo, lo que Jesús plantea – y así lo prepara Juan el Bautista – es una comunidad de personas apasionadas por Dios y por el prójimo, en la que la fraternidad y la comunión, la solidaridad y la justicia, sean el testimonio calificado de ser genuinos hijos de la luz.

Somos precursores del reino de Dios y su justicia, captando los alcances de la misión de Jesús? Nuestro estilo de vida lo ratifica? Preparamos con audacia los caminos del Señor? Estamos dispuestos a ser sal de la tierra y luz del mundo, como Juan el Bautista y su movimiento?











1 Antonio Bentué. El espíritu mesiánico de Jesús. Publicado en Revista de Teología de Cataluña, volume XI número 2, páginas 253-282. Facultad de Teología de Cataluña. Barcelona, 1986. José María Abrego de Lacy. El mesianismo en la Biblia. Verbo Divino. Estella, 2006. Rafael Luciani. El mesianismo asuntivo del Hijo del Hombre: reflexión a la luz de la cristología contemporánea. Publicado en Theologica Xaveriana número 186-julio-diciembre 2018. Facultad de Teología, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. Rafael Aguirre Monasterio. Jesús, el judío, qué modelo de mesianismo? Publicado en revista El Olivo, número 43. Centro de estudios judeo-cristianos. Madrid, 2019.

2 Daniel Marguerat & Yvan Bourquin. Cómo leer los relatos bíblicos: iniciación al análisis narrativo. Sal Terrae. Santander, 2001. Carlos Mesters. Dios, dónde estás? Una introducción práctica a la Biblia. Verbo Divino. Estella, 1996.

3 Juan Hernández Pico. Profetismo y resistencia: espiritualidad de un pueblo en liberación. Publicado en revista Diakonía 1985 repositorio.uca.edu.ni/3639/1/profetismo%20y%20resistencia%20espiritualidad%20de%20un%20pueblo%20en%%liberacion.pdf Universidad Centro Americana Managua, 1985

4 Juan Alberto Casas. La conversión como condición de posibilidad del seguimiento del Señor en el evangelio de Marcos. Publicado en revista Cuestiones Teológicas volumen 40 número 93 enero-junio 2013 páginas 127-146. Facultad de Teología Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín, 2013.

5 Ariel Alvarez Valdés. Enigmas de la vida de Juan Bautista. San Pablo. Buenos Aires, 2012. Francisco Javier Sáez de Maturana. Juan el Bautista, una aproximación al profeta del desierto. PPC. Madrid, 2020.

6 Juan 1: 6-8

7 Juan 1: 23

8 Agenor Brighenti. Nueva evangelización y conversión pastoral: un abordaje desde la Iglesia en América Latina y el Caribe. Publicado en Theologica Xaveriana volumen 63 número 176, páginas 33-366. Facultad de Teología Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2013.

9 Isaías 61: 1-2

10 Isaías 61: 11

11 Lucas 1: 51-53

12 Ivone Gebara & María Clara Bingemer. María, mujer profética. Paulinas, Madrid, 1999. M.C. Tempolli. María mujer de Dios y de los pobres. San Pablo. Buenos Aires, 2008.

13 1 Tesalonicenses 5: 19-22

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