1. Sabiduría 2: 12. 17-20
2. Salmo 53:3-8
3. Santiago 3: 16 a 4:3
4. Marcos 9:29-36
La lectura del texto de la Sabiduría
nos lleva directamente a la figura y entrañable realidad de Monseñor Romero,
asediado y perseguido por los hombres malignos que no soportaron la rectitud de
su vida en Dios y el vigor de su profecía que ponía en evidencia la perversidad
de las condiciones de aquellos años en El Salvador: “Persigamos al justo que nos
molesta y que se opone a nuestra forma de actuar, pues nos echa en cara las
faltas contra la Ley…..” (Sabiduría 2: 12).
Este es un asunto central para las personas
que deseen tomar en serio la fe en Dios y el seguimiento de Jesús: la vida
insobornable, pulcra, límpida, que se convierte en pregunta exigente para los
hacedores del mal. Así, los profetas bíblicos; así, el Señor Jesús; así, los
testigos del cristianismo primitivo; así, los perseguidos por causa de la fe y
de la justicia. Son los relatos del Dios verdadero que satura plenamente la
vida de tantos hombres y mujeres seducidos por su amor, por su ideal y, por
ello mismo, comprometidos hasta las últimas consecuencias con la dignidad de
los seres humanos.
En la serie televisiva “Escobar: el
patrón del mal” , a ratos repugnante y siempre dolorosamente sorprendente, se
recuerda un tiempo reciente de la historia colombiana, en el que jueces,
policías, magistrados, periodistas, candidatos presidenciales, todos con el
sueño de un país digno, respetable, de juiciosas instituciones, cayeron
fulminados por la insania de esos “patrones del mal” con este siniestro
personaje a la cabeza. Denunciaron,confrontaron, no silenciaron sus voces ante
este poder corruptor, fueron valientes, y apostaron su vida por este ideal.
-
Qué dice esta palabra a nuestra conciencia?
-
Se trata de simples recuerdos truculentos expuestos por la
llamada narcoestética?
-
O, más bien, surge en nosotros la sincera indignación y la
pasión por la justicia?
El justo auténtico sabe que la
garantía total de su vida está en Dios y por eso se dispone a entregar todo de
sí mismo como manifestación de su plena coherencia. La violencia de los
malvados elimina la vida física pero no sofoca la rectitud ni la fuerza
justiciera de la honestidad: “porque se han alzado en mi contra los
soberbios, y los violentos buscan mi muerte: hombres para los cuales no cuenta
Dios. Pero a mí, Dios me ayuda, el Señor es apoyo de mi vida” (Salmo
53: 3-4).
Buena reflexión para conmover
nuestras vidas acomodadas a menudo en estilos mediocres, en religiosidades
inertes, en conciencias dormidas. Jesús interroga nuestros letargos para
llevarnos a una existencia inquieta, profética, creativa, generosa, exigente, y
nos pone en el camino los relatos de profetas y mártires, de santos y héroes,
de justos e inocentes.
En la carta de Santiago se nos invita
a desentrañar las malas ambiciones, los afectos desordenados, la codicia, y a
cambiar todo esto por “la sabiduría que viene de arriba es pura,
pacífica, indulgente, bondadosa, llena de compasión y produce buenas obras”
(Santiago 3:17).
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Qué nos motiva en la vida: la afirmación de nuestro ego? La
arrogancia? La búsqueda de poder y de comodidad material?
-
Cuáles son los núcleos de mi ser que están desordenados en
este sentido?
-
Experimento la insatisfacción que esto produce y me siento
movido a la “sabiduría que viene de arriba”?
En respuesta a esto, el modelo de
vida que Jesús nos propone es el de la donación amorosa de todo lo que se es y
se tiene y el del servicio, entendido como apertura solidaria a todos los seres
humanos: “Si alguno quiere ser el primero, que se haga el último de todos y el
servidor de todos” (Marcos 9: 35). Pone en tela de juicio la búsqueda
desordenada de autoafirmaciones, la prepotencia, el pensar que se es alguien
por estar en posiciones destacadas, el querer dominar a los demás, el
desconocer los valores y las verdades de los otros, el atropellar vidas y
dignidades.
En el relato constitutivo de nuestra
fe, el del Señor Jesús, queda clarísimo que se trata de un estilo “desde
abajo”, “con los de abajo”, con una negativa explícita a toda forma de vanidad
y supremacía, dando paso a la lógica liberadora del amor. En el comienzo del
texto evangélico de este domingo Jesús sorprende a los discípulos diciéndoles
que “El
Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres. Lo van a matar; y a
los tres días de muerto resucitará” (Marcos 9: 31), y como a nosotros,
a ellos también les costaba entender esta extraña y desempoderada manera de
proyectarse: “Pero ellos no entendían lo que les decía y tenían miedo de
preguntarle” (Marcos 9: 32).
Entender a Jesús es costoso porque su
oferta de sentido suele ir en contravía de intereses humanos considerados
“normales”, es escandaloso lo que El propone porque deshace cierto tipo de
lógica muy determinada por el hacer carrera, buscar aplauso y fama, sentirse
importantes, descollar, aparecer, brillar. La cruz de Jesús deslustra estas
ambiciones y nos propone el talante de la pequeñez, de lo mínimo, de lo
anodadado, de lo vaciado del ego desordenado, para acatar la soberanía de Dios
en la propia vida y adoptar la projimidad como sustancia de nuestras opciones y
actuaciones.
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Considero que esta es una retórica piadosa? Circunstancial?
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Dejo que Jesús me haga preguntas fuertes , tales que
desacomoden mi tranquilidad y mi egoísmo?
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Entiendo que es esto del servicio? Cómo lo vivo?
-
Soy libre frente al vano honor del mundo y tengo capacidad de
relativizarlo?
Quedémonos con estos elementos para
nuestra oración de esta semana, para dejar que el Espíritu entre impetuosamente
en nuestro interior y nos sacuda de la modorra que impide en nosotros la pasión
profética y la vida en el amor.
Recordemos que este mensaje es un
aporte al crecimiento de nuestra vida en el Espíritu y se publica semanalmente
en:
Y recordemos estos sitios de
espiritualidad:
Comunitas Matutina en Facebook
Hacemos memoria amorosa de Clarita
Sarmiento Nova, de Elvira Pachón de Gómez, de Gerardo Arango Puerta,SJ, de Magdalena
Lamus Cuesto, de Pedro Ortiz Valdivieso,SJ, de tantas personas de nuestros
afectos que ya gozan de la plenitud de Dios.
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