domingo, 19 de enero de 2014

COMUNITAS MATUTINA 19 DE ENERO II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO



Lecturas
1.      Isaías 49: 3-6
2.      Salmo 39: 2-10
3.      1 Corintios 1: 1-3
4.      Juan 1: 29-42
En estos primeros domingos del año, la Palabra nos quiere dejar  bien claro lo concerniente a la misión de Jesús, porque eso tiene consecuencias esenciales para nuestra condición de creyentes, para nuestra manera de vivir lo humano y lo divino, en la simbiosis maravillosa del Señor.
Sucede que una deficiente comprensión de los textos bíblicos – o ignorancia de los mismos – y también unas interpretaciones incompletas o sesgadas de lo cristiano, nos conducen a estilos y prácticas igualmente limitadas. Es muy común, para poner un caso relevante, el reducir todo lo de Jesús y su evangelio a una fábula piadosa, sin vigor histórico y liberador, una religión más de corte emocional, milagrera, fantasiosa, sin una traducción adecuada en la configuración del sentido de la vida humana.
Ir directamente al texto bíblico, que es fruto de la experiencia original y originante de la fe, nos lleva al contacto con lo genuinamente cristiano, tratando así de purificarnos de tantas interpretaciones que deforman a Jesús y su mensaje. Desde luego, es preciso advertir que el texto, en su totalidad y en sus partes, tiene un contexto y un pretexto, cuya captación es decisiva para tener la mejor visión posible de la revelación, y para facilitar su implicación en nuestros proyectos de vida.
No olvidemos que circulan muchas tendencias fundamentalistas en el ámbito religioso, claramente reñidas con la originalidad evangélica. La proliferación de grupos de este talante, dentro y fuera de la iglesia católica, es definitivamente muy problemática. Recordemos las críticas de fondo planteadas al cristianismo por parte de algunos pensadores serios, especialmente de los siglos XIX y XX, señalando el carácter alienante y esclavizante de ciertas mentalidades religiosas.
Valgan estas aclaraciones hechas al comenzar al año, de tal modo que nos sirvan como ayudas constructivas para una vivencia integral de todo lo que demanda de nuestra parte el seguimiento de Jesús, la realidad de bautizados, nuestra membresía en la Iglesia, cada uno en el estado de vida por el que haya optado.
Y ahora sí, volvamos a la misión de Jesús.  Siguiendo a Isaías, en el segundo canto del Siervo de Yahvé (el domingo anterior proclamamos el primero), encontramos que se trata reiteradamente de una misión de alcance universal: “No basta que seas mi siervo sólo para restablecer las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo haré que seas la  luz de las naciones, para que lleves mi salvación   hasta las partes más lejanas de la tierra” (Isaías 49: 6).
Este último elemento delinea el carácter excepcional de lo que Dios quiere realizar a través de este siervo ideal, mesiánico, prefiguración de Jesús, en quien se realiza plenamente ese querer salvador del Padre. No es una oferta para un grupo de selectos, para una minoría de escogidos, esta  es para la totalidad de los seres humanos.
En estos días se dio mucho realce en los medios de comunicación a las declaraciones excluyentes de una líder religiosa, que niega a los discapacitados físicos la posibilidad de ser predicadores de la Buena Noticia, por considerar que esta minusvalía afecta la calidad del mensaje y escandaliza a la comunidad. Qué apreciación  tan contraria a la mente y estilo de Jesús, siempre tan incluyente, tan posibilitador de la acogida a todos sin excepción, tan resuelto a superar el esquema segregacionista de la religión de su tiempo!
Esta es apenas una muestra de las muchas intolerancias que, en nombre de Dios, maltratan a tantos seres humanos. Que sea el contraste de esta figura universal del Siervo doliente de Yavé, la gran posibilidad de modificar de raíz actitudes y actuaciones tan equivocadas!
A la luz de estas consideraciones, somos conscientes de que el seguir a Jesús nos compromete a tener una misión en la vida? Somos conscientes de esto? Hacemos discernimiento y oración para detectarlo? Actualizamos la misión ya asumida? Estamos preocupados por hacer de nuestras biografías unos relatos con sentido trascendente? La misión de Jesús esclarece la nuestra? Nos hacemos sensibles a las esclavitudes, idolatrías, fracasos, pobrezas, injusticias, pecados, egoísmos, de tal manera que esto nos mueva a asumir nuestra misión en la perspectiva salvadora y liberadora de Jesús?
Recordemos que para muchos seres humanos las noticias que les llegan y las realidades que viven son francamente desoladoras. Igualmente, tengamos presente que la cercanía a estos sufrimientos es normativa en la vida del Señor: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres, me ha enviado a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos, a anunciar el año favorable del Señor” (Lucas 4: 18).
Este texto es programático para Jesús y para nosotros.  A la luz del mismo, miremos nuestra realidad, captemos sus principales tendencias y manifestaciones: cómo proceder humana y cristianamente ante esto? Cómo vamos a aportar en 2014 para que haya justicia y respeto a la dignidad humana? Nos indignaremos proféticamente ante este escandaloso movimiento de descalificaciones que se dan entre sí altos dirigentes de la cosa pública? Impediremos los falsos positivos, la depredación financiera como la de Interbolsa, los abusos de la Drummond, el carrusel de la contratación, la interpretación acomodaticia de la constitución y las leyes? Nuestra vida hará una huella significativa en la historia del país?
Leamos ahora las saludables palabras de Pablo, dirigidas a la comunidad cristiana de Corinto: “…a los que forman la Iglesia de Dios que está en Corinto, que en Cristo Jesús fueron santificados y llamados a formar su pueblo santo, junto con TODOS los que en TODAS PARTES invocan el nombre de Nuestro Señor Jesucristo….” (1 Corintios 1: 2). Es una alusión claramente universal,ecuménica, incluyente!
Para COMUNITAS MATUTINA el ecumenismo hace parte sustancial de su comprensión y vivencia del cristianismo. Ponderando las bondades de esta realidad evangélica, invitamos a todos nuestros integrantes a abrirse al Espíritu para apreciar las riquezas que El suscita en las diversas comunidades y denominaciones que tienen a Jesucristo como Señor y Salvador, siempre sin menoscabo de la propia identidad pero abiertos a todos los creyentes, respetando las particularidades de cada congregación y aprendiendo de ellas, y proyectándonos,  más allá de los límites cristianos, a la multiforme riqueza religiosa y espiritual de la humanidad.
Esto, para afirmar nuestra coherencia radical con la misión de Jesús. Juan Bautista, una vez más, es referente de identidad para esto: “ Al día siguiente, Juan vió a Jesús, que se acercaba a él, y dijo: Miren, ese es el Cordero de Dios , que quita el pecado del mundo” (Juan 1: 29).  El cordero inmolado, desde el Antiguo Testamento, es figura del Dios que salva y libera, por eso en el ritual israelita de la Pascua se lo asume como el simbolismo central de esa celebración, que conmemora anualmente la intervención liberadora de Yavé para sacar al pueblo de la dominación egipcia y conducirlo a la tierra prometida.
Aquí es el mismo Hijo de Dios, el que ofrece su vida de modo cruento, y el Padre acepta ese sacrificio como plenamente meritorio para que todos los humanos sean acogidos por la eficacia salvadora de esta donación extremadamente amorosa. El Cordero , ahora Jesús, expresa con decisiva elocuencia esta gozosa realidad!
Juan Bautista es testigo de la identidad de Jesús, y lo presenta como esencial en su ministerio de profeta: “He visto al Espíritu Santo bajar del cielo como una paloma, y reposar sobre él. Yo todavía no sabía quien era; pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: Aquel sobre quien veas que el Espíritu baja y reposa, es el que bautiza con Espíritu Santo. Yo ya lo he visto, y soy testigo de que es el Hijo de Dios” (Juan 1: 32 – 34). Esto mismo tiene las mayores consecuencias para la Iglesia toda y para cada  cristiano en particular: presentamos a Jesús al mundo cabalmente, e implicamos en ello todo nuestro ser y quehacer, o amañamos el mensaje, le rebajamos su intensidad, lo volvemos una ideología piadosa y moralista?
Todas las catequesis y homilías del Papa Francisco van a esto, a recuperar lo esencial cristiano, que es , en primerísimo lugar, el mismo Señor Jesús. Así como el Bautista testimonia a Jesús, en las palabras previas de Juan, así también la Iglesia tiene sentido en la medida en que cumpla esta misión de comunicar a Jesús y su Buena Noticia sin recortes, íntegra, esperanzadora, reconstructora de la plenitud humana afectada por el pecado y por la muerte.
La Iglesia no se puede predicar a sí misma, ni comprometerse con ideologías, normas, pensamientos, que sean incompatibles con el Evangelio. Por eso, escuetamente como Juan el Bautista, estamos llamados a mostrar a toda la humanidad la bienaventurada integridad del Señor Jesucristo.
A esto llama El, a todos sin excepción: “ Al día siguiente, Juan estaba allí otra vez con dos de sus seguidores. Cuando vió pasar a Jesús, Juan dijo: Miren,ese es el Cordero de Dios! Los dos seguidores de Juan lo oyeron decir esto y siguieron a Jesús “ (Juan 1: 35 – 37)
Hagamos un discernimiento cuidadoso de nuestros mapas mentales en materia de captación de la persona de Jesús y de su Evangelio, de la forma como vivimos lo cristiano: inercia sociocultural u opción fundamental por El, resuelta a todo?  Y valoremos también las expectativas de sentido y trascendencia de las gentes de nuestro entorno, y preguntémonos si para ellos, Jesús es pro-vocador, seductor, apasionante, o si, gracias a nuestras flojeras, no pasa de ser el protagonista de una fantasía piadosa.
Esto, que retos nos plantea? Cuáles son los cambios cualitativos que debemos poner a funcionar?

Alejandro Romero Sarmiento – Antonio José Sarmiento Nova,SJ

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