domingo, 15 de marzo de 2020

COMUNITAS MATUTINA 15 DE MARZO 2020 DOMINGO III DE CUARESMA CICLO A

Pero llega la hora (ya estamos en ella), en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren”
(Juan 4:23)
Lecturas:
  1. Exodo 17: 3-7
  2. Salmo 94: 1-9
  3. Romanos 5: 1-2 y 5-8
  4. Juan 4: 5-42

La experiencia de confiar en Dios – la fe – no es una minimización de la condición humana – como se suele interpretar en posturas que ponen en tela de juicio la creencia en Dios y la validez de la mediación religiosa - , es la gran posibilidad de acceder al sentido definitivo de la vida, a la genuina humanización , y a la auténtica libertad. El ser humano , siempre en búsqueda de significado pleno para sí mismo y para su quehacer, vive sediento de una realidad que le colme esta constante peregrinación existencial.
1 Es la búsqueda del significado absoluto de la vida, aspiración que pone en juego la configuración trascendente y trascendental de nuestros proyectos existenciales, sin agotarse en los límites de tal o cual experiencia religiosa. 2
A través del simbolismo del agua, según los proponen dos de las lecturas de hoy – Exodo y evangelio de Juan - se suscita una experiencia de búsqueda del absoluto trascendente que lleva a la humanidad a experimentar la definitiva verdad liberadora. Conocemos bien el significado de la historia de los israelitas atravesando el desierto – en el Exodo – guiados por Moisés hacia la tierra prometida, resumen de todas sus esperanzas. Pero – como sucede en toda biografía humana – este proceso no se da sin crisis y angustias, producto de la lejanía de la respuesta final y de la natural actitud de querer encontrar la felicidad cuanto antes y a menor costo.
La referida vivencia se plasma con claridad en la narración de la primera lectura: “Pero el pueblo, sediento, murmuraba de Moisés: por qué nos has sacado de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? Entonces Moisés clamó a Yahvé y dijo: Qué puedo hacer con este pueblo? Por poco me apedrean” 3 este clamor refleja muy bien el carácter paradigmático de la historia del Exodo y de la teología y la antropología que hay en él. Es la condición humana expresada con notable elocuencia en sus gozos y esperanzas, en su pasión por lo definitivo y en su experiencia de la inevitable precariedad.
Qué o quién podrá calmar con creces estas expectativas? Cómo conectamos esta historia con la nuestra? Cuáles son las dimensiones insatisfechas de nuestro ser? Dónde hallamos las respuestas? Cuáles son esas realidades con las que pretendemos encontrar sentido y plenitud? 4
Ante los grandes dramas humanos - como Auschwitz y otros de naturaleza parecida, todas las grandes tragedias que afectan a la humanidad - se suele hablar del silencio de Dios. Es lo que plantea la excelente película “Silencio” del director Martin Scorsese. Qué hacer cuando la vida nos pone en situaciones límite, cuando el mal invade y domina los escenarios de la historia? Es la protesta de los israelitas ante Moisés, cuando la sed y las insatisfacciones les hacían dudar de un Dios que para ellos estaba callado.
La respuesta se significa en la roca del Horeb que empieza a manar agua: “Yo estaré allí ante ti, junto a la roca del Horeb; golpea la roca y saldrá agua para que beba el pueblo” 5 elemento vital, esencial para la vida de todos los seres vivos, adquiere así el sentido de Dios como saciedad del espíritu humano siempre anhelante de plenitudes y felicidades sin término.
Conviene estar alerta ante esto porque es el asunto por excelencia de la humanidad, ocupa las respuestas que provienen de las diversas tradiciones religiosas y espirituales, de los juiciosos esfuerzos de la filosofía, de las múltiples maneras en las que el ser humano canaliza su pregunta fundamental por el sentido de la existencia.6
Algunos lo responden desde el sentimiento trágico de la vida indicando que esta carencia esencial no tiene alternativa de respuesta, dejando a la humanidad expuesta al absurdo definitivo. 7 Otros construyen paraísos efímeros en la cultura de lo fácil, en el bienestar material, en el poder y en el dinero, o en religiosidades fundamentadas en miedos e inferioridades, haciendo de sus dioses divinidades que se solazan con la precariedad humana mirándola con desprecio. 8
Qué novedad nos ofrece el clásico diálogo entre Jesús y la mujer samaritana, propuesto por el evangelio de Juan? Este evangelista es enteramente simbólico, los símbolos desplazan a la realidad, es una sofisticada composición teológica que conduce a la superación de la religión, a la libertad religiosa y al diálogo interreligioso, relativizando la inquietud manifestada por la mujer: “Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, pero ustedes dicen que el lugar donde se debe adorar es Jerusalén. Jesús le contestó: créeme, mujer, que llega la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén se dará adoración al Padre”. 9
En Juan no hay símiles sino identificaciones que el evangelista maneja mediante alusiones teológicas, del estilo de “Yo soy el buen pastor” 10, “Yo soy la resurrección. El que cree en mí, aunque muera, vivirá” 11 “Yo soy el camino, la verdad, y la vida” 12 con las que este autor y la comunidad primitiva de creyentes en la que él está arraigado dan a entender que Jesús es la manifestación plena de Dios y que, en cuanto tal, da respuesta a las infatigables búsquedas humanas de significado, trascendiendo las barreras religiosas de aquel tiempo y de todos los tiempos de la historia. 13
Los judíos veían con profundo desprecio a los samaritanos porque los consideraban herejes y blasfemos, porque se habían separado del culto central del templo de Jerusalén e históricamente habían permitido la entrada de otras creencias y prácticas religiosas. Para un judío los samaritanos eran una maldición.
Jesús rompe con esta segregación, también con la de un varón pidiendo de beber a una mujer: “Llegó entonces una mujer de Samaría a sacar agua. Jesús le dijo: dame de beber. La samaritana le respondió: cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer de Samaría? (Es que los judíos no se tratan con los samaritanos” . 14 Con esta sencilla plática se abre el asunto central de todo el relato: la superación del aislamiento y del fundamentalismo de las religiones, cuando estas se pretenden poseedoras exclusivas de la verdad de Dios y de la mediación de salvación, desconociendo las posibilidades que tengan las otras en este mismo sentido, y desconociendo al mismo Dios en cuanto pleno dador de sentido y salvación.
Viene así la cuestión sobre cuál es la religión verdadera. Qué es lo que determina esta condición? Jesús llega al núcleo profundo de la religación del ser humano con Dios con estas palabras y contenidos: “Ustedes adoran lo que no conocen, nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad”. 15
No es un desprecio de Jesús a la diversidad religiosa, ni a los valores de sentido y trascendencia que hay en las múltiples tradiciones de fe, ayudando a las mismas a esclarecerse y a superar algunos aspectos que en no pocos momentos de la historia las han hecho antipáticas, cuando algunas de ellas se erigen en monopolizadoras de Dios y de las verdades que lo quieren formular. La interpretación de Juan conduce a la saludable ubicación de la religión en general y a la verdad liberadora que el Padre comunica en la persona de Jesús.
El Concilio Vaticano II en su declaración sobre la libertad religiosa “Dignitatis Humanae”, dice:” Este Concilio declara que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de individuos como de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera que en materia religiosa ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se la impida que actúe conforme a ella en privado o en público, sólo o asociado con otros, dentro de los límites debidos. Declara, además, que el derecho a la libertad religiosa está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana, tal como se la conoce por la palabra revelada de Dios y por la misma razón humana” 16.
En el diálogo de Jesús con la samaritana se habla de tres pozos o fuentes de agua: los de Moisés y Jacob que son limitados e incompletos, y el de Jesús que es decisivo e inagotable, aludiendo con ello al carácter pleno de la manifestación que Dios hace de sí en la persona de Jesús, como satisfacción total de la sed humana de salvación y de sentido, y a la superación del establecimiento religioso judío como mediación exclusiva de acceso a Dios.
Jesús trasciende las fronteras de las religiones y es constituído por Dios en oferta salvífica universal. El es el agua viva que sustituye a la ley y al templo de los judíos, y también al culto samaritano. Tal es la clave de comprensión de este hermoso relato: “Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le dé no tendrá sed jamás, pues el agua que yo le dé se convertirá en el en fuente de agua que brota para vida eterna” . 17
Jesús responde de modo revolucionario a la gran inquietud contenida en la búsqueda religiosa. El no dice que el templo de Jerusalén o el monte Garitzin resulten opciones inválidas, pero sí dice que quien quiera ir más al fondo – los verdaderos adoradores – no va a tener que ir imperiosamente a un lugar o a otro, porque la cualidad novedosa que él ofrece es la “adorar al Padre en espíritu y en verdad” , es decir, en el culto auténtico que se hace desde la propia vida , asumido en aquella mediación en la que el ser humano encuentre su plenitud.18
Jesús es el lugar del encuentro pleno con Dios, El es la vitalidad definitiva, este culto nuevo suprime las distancias religiosas y nos lleva a la vida como ámbito de esta religación.
El culto antiguo exigía que el ser humano se negara a sí mismo ante Dios, era una humillación ante la majestad divina. El nuevo culto eleva al creyente, haciéndole cada vez más semejante al Padre. El culto antiguo hacía énfasis en la distancia, el nuevo la suprime. Dios no necesita dones ni ofrendas. Los samaritanos aceptan a Jesús y le piden que se quede un tiempo con ellos : “Cuando llegaron a él los samaritanos, le rogaron que se quedara con ellos. Y Jesús se quedó allí dos días. Fueron muchos más los que creyeron por sus palabras…..”19. Así, los herejes samaritanos están más cerca de Dios que los ortodoxos judíos.
Como hoy, cuando los fundamentalistas religiosos, poseídos por su intransigencia excluyente, se niegan a ver la acción del Espíritu en los movimientos de fe que trabajan por y desde la libertad de los creyentes.
1 Juan de Sahagún Lucas. Dios, horizonte del hombre. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 2004.
2 Michael Amaladoss. Experiencia de Dios en el encuentro interreligioso. Revista Iberoamericana de Teología volumen 5 # 9 diciembre 2009 páginas 27 a 43. Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. Karen Armstrong. La gran transformación. Paidós. Barcelona, 2012.
3 Exodo 17: 3-4
4 Javier Sádaba. De Dios a la nada: las creencias religiosas. Espasa Libros. Madrid, 2006. José María Mardones. Matar a nuestros dioses: un Dios para un creyente adulto. PPC. Madrid, 2007.
5 Exodo 17: 6
6 San Agustín. Confesiones. Ediciones Palabra. Madrid, 2017.
7 Albert Camus. El mito de Sísifo. Alianza Editorial. Madrid, 1979.
8 Erich Fromm. El miedo a la libertad. Paidós. Barcelona, 1976; Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Fondo de Cultura Económica FCE. México D.F. 1964.
9 Juan 4: 19-21
10 Juan 10: 11
11 Juan 11: 24
12 Juan 14: 5
13 Secundino Castro Sánchez OCD. Evangelio de Juan. Desclée de Brower. Bilbao, 2008.
14 Juan 4: 7-9
15 Juan 4: 22-23
16 Concilio Vaticano II. Declaración sobre la libertad religiosa Dignitatis Humanae, número 2.
17 Juan 4: 13-14
18 Carlos Mesters. La práctica liberadora de Jesús. En Revista Diakonía No. 41 1987, páginas 49 a 61. Managua, Nicaragua.
19 Juan 4: 40-41

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