domingo, 22 de marzo de 2020

COMUNITAS MATUTINA 22 DE MARZO 2020 DOMINGO IV DE CUARESMA CICLO A

Porque en otro tiempo ustedes fueron tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de la luz, pues el fruto de la luz consiste en todo tipo de bondad, justicia y verdad”
(Romanos 5: 8-9).
Lecturas:
  1. 1 Samuel 16: 1-13
  2. Salmo 22
  3. Romanos 5: 8-14
  4. Juan 9: 1-41
En medio de las múltiples vicisitudes que vivieron los israelitas, muy críticas y desoladoras , se fue cultivando en ellos la expectativa por una respuesta de Dios, respuesta salvadora y definitiva, que se perfilaba en un enviado, un Mesías portador de libertades y de buenas nuevas, esperanza fundante en la configuración religiosa y humana de este pueblo. 1
Lo que nos refiere la primera lectura, del libro 1 de Samuel , revela ese contexto y las complicaciones que les traía. Samuel estaba empeñado en sacar al pueblo del atolladero en el que se encontraba por sus propias crisis internas y por el enemigo que los amenazaba: los filisteos. Surgiò Saùl, pero pronto los defraudò porque se convirtió en un tirano insoportable que no estuvo a la altura de la misión encomendada. Es bien antiguo esto de los líderes y gobernantes que, después de grandes ilusiones cuando se les confía la misión, resultan altamente decepcionantes. 2
Samuel permanece en su intención y define el gesto de la unciòn profética como el que va a legitimar a quien sea el escogido, proceso que empieza descartando varios candidatos , hermanos todos, que aparentemente cumplían con los requerimientos, tenían perfil, sus probabilidades de pasar airosos el “casting” eran notables. Finalmente, el profeta se inclina por el que parecía el màs insignificante de todos, y lo hace siguiendo este criterio: “No mires su apariencia ni su gran estatura, pues yo lo he descartado. Yahvè no ve lo mismo que el hombre, pues el hombre se fija en las apariencias, pero Yahvè escudriña el interior” . 3
Dios se manifiesta en lo discreto, en lo que no tiene pretensiones de poder y vanagloria. Lo mismo viene a suceder en el caso de Jesús, a quien no reconocen sus contemporáneos judíos, especialmente los líderes religiosos, porque veían en él a alguien sin vinculación con el Templo, de igual manera su origen pobre era impedimento para ser reconocido. El evangelio de Juan destaca que Jesús es el ungido, el Mesías, y lo hace enfatizando la actitud de rechazo de parte de los sacerdotes y maestros de la ley. Lo que para estos era obstáculo es lo que lo hace significativo en la comunidad cristiana apostólica4 , su minusvalía a los ojos de esta “mundanidad religiosa”.
Jesús es un ungido sin el poder del mundo. Su origen social y su marginalidad no lo hacen aceptable para la dirigencia religiosa. La ceguera de los judíos reside en esta incapacidad para reconocer al Dios que acontece en lo mínimo de la sociedad, mientras que la luminosidad del Padre se vuelca en este judío marginal 5 , así lo reivindica Dios.
El relato de la curación del ciego de nacimiento, que nos trae este domingo el evangelio de Juan, tiene que ver directamente con esta reivindicación, es un texto de notable riqueza simbólica que sale al paso del escepticismo judío y del profundo desprecio que estos vanidosos de la Ley sentían por la persona de Jesùs.
Se propone aquí un camino que lleva al hombre de las tinieblas a la luz, de la opresión a la libertad, del vacío a la plenitud. Jesús lo hace porque està dotado por Dios de la autoridad para hacerlo, tal como lo reconocen las comunidades primitivas. Nunca debemos olvidar que la plena percepción de Jesús sucede después de su muerte, a partir de la experiencia pascual. Los evangelios son testimonio post-pascual y todos convergen en el reconocimiento del mesianismo de este Jesús de Nazareth en quien está presente el Cristo, el ungido. 6
Las señales y prodigios que Jesùs realiza causaron gran impacto : “Algunos fariseos comentaban: este hombre no viene de Dios porque no guarda el sábado. Otros decían: pero cómo puede un pecador realizar semejantes signos? Y había disensión entre ellos” 7 . Sus discípulos, a partir de la experiencia pascual, comprendían el sentido liberador y salvífico de estas señales, en las que no se trataba solamente de poner remedio a las limitaciones humanas , se restaura también al ser humano en su dignidad.
Conocemos bien el drama de los marginales en tiempos de Jesús, ser excluídos de la religión oficial y de la integración al cuerpo social, como sucede hoy en tantos lugares del mundo, en los que se aparta a personas incluso con razones de tipo religioso y moral8 . Al ciego de nacimiento lo libera del peso de la marginación social y lo conduce hacia una comunidad donde lo aceptan por su ser y por su valer : “Mientras estoy en el mundo soy luz del mundo. Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva y untò con el barro los ojos del ciego. Luego le dijo: vete, lávate en la piscina de Siloé (que quiere decir enviado). El fue, se lavó y volvió ya viendo 9.Es un drama teológico de gran belleza, portador de esperanza definitiva para el ser humano. Todos quedan inquietos y se preguntan por qué el ciego ha recuperado la vista, pues su invidencia era de nacimiento. Parece imposible que un simple hombre como Jesús sea capaz de obrar tal maravilla . Su egoísta incredulidad los incapacitaba para reconocerlo.
La argumentación judía se esmera en ir contra Jesús: obra el prodigio en sábado, sagrado para ellos e inadmisible que en este día se haga algo distinto de asistir al culto ritual; el neovidente es un mendigo y persona sin relevancia social; interrogan a sus padres para cerciorarse de su ceguera y de su origen; le preguntan con insistencia enfermiza buscando argumentos para descalificar a Jesús: “Jamàs se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento. Si este no viniera de Dios, no podría hacer nada. Ellos le respondieron: has nacido todo entero en pecado y pretendes darnos lecciones? Y lo echaron fuera” 10.
Jesùs se hace el encontradizo con el hombre, en este nuevo encuentro el ciego llega a ver plenamente no sòlo la luz sino la gloria de Dios, reconociendo en él al enviado definitivo, al que tiene la posibilidad de rehacer su humanidad y rescatar su dignidad: “Tú crees en el Hijo del hombre? El respondió: Y quien es, Señor, para que crea en él? Jesús le dijo: le has visto, es el que está hablando contigo. A lo que él contestó: Creo, Señor y se postró ante él” 11.
Juan quiere transmitir que Jesús es el enviado de Dios, él trasciende el establecimiento religioso, en nombre del Padre rescata al ser humano y lo salva. Lo que llamamos reino de Dios , caracterizado por esta plenitud de humanidad, es verdaderamente revolucionario en cuanto porque se manifiesta con la vitalidad total del Padre llamada misericordia.12
El ciego es ahora un “ungido” como Jesús , mediante el simbolismo de la unción con barro ha sido transformado por el Espíritu. Este hombre estaba limitado y carecía de libertad ; su vida está ahora plena de sentido, pierde el miedo y comienza a ser él mismo, en su interior y ante la comunidad.
El relato finaliza con la adoración de Jesús por parte de este hombre. La expresión se postró es el mismo verbo que se utiliza en el Nuevo Testamento para designar la adoración debida a Dios. Jesús es el nuevo santuario donde se verifica la presencia de Dios. El ciego, expulsado de la sinagoga, ingresa ahora al verdadero ámbito de salvación que es Jesús, donde se rinde el culto en espíritu y en verdad, que se anunció a la samaritana, en el evangelio del domingo anterior.
Esta convicción es la que hace decir a Pablo: “Vivan como hijos de la luz, pues el fruto de la luz consiste en todo tipo de bondad, justicia y verdad. Examinen que es lo que agrada al Señor y no participen en las obras infructuosas de las tinieblas” 13
En estos últimos meses, la crisis del corona virus pone al descubierto muchos desatinos de la humanidad, sus cegueras y soberbias, el ser humano que se pone a sí mismo como la medida de todo, las injusticias y estos virus de la carencia de humanismo y espiritualidad, el inaceptable maltrato al varón y a la mujer y a la casa común, tantos discursos religiosos que no pasan de inoportunas consideraciones piadosas, las escandalosas pederastias, el deleznable ídolo neoliberal, la economía sin corazón, la comedia de los gobernantes ególatras, el consumo enloquecido y depredador. Pero no se trata de volver por los fueros de los predicadores de desgracias ni de las religiosidades fundamentalistas y fanáticas. El asunto fundamental que nos convoca está en vislumbrar al Dios que trasciende hacia todo lo humano, en Jesús, su sacramentalidad, en su oferta eficaz de sentido y salvación. Viendo esto , dejamos atrás la ceguera 14 : “Luego ví un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya”. 15

1 Ver el artículo Mesías en el Diccionario enciclopédico de exégesis y teología bíblica. Editorial Herder. Barcelona, 2010. El autor del artículo es el biblista Antonio Piñero.
2 Eugene Ionesco. El rey se muere (obra de teatro. Losada. Buenos Aires 1966; Augusto Roa Bastos. Yo, el supremo. Alfaguara. Barcelona, 2017; Ramón del Valle-Inclán. Tirano Banderas. Cátedra. Madrid, 2017; John Bright. La historia de Israel. Desclée de Brower. Bilbao, 1970.
3 1 Samuel 16: 6-7
4 Papa Francisco. Homilía en la misa del 21 de enero de 2014 Dios elige a los pequeños. En www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2014//documents/papa-francesco_20140121_dios-pequenos.html
5 John P. Meier. Un judío marginal: nueva visión del Jesús histórico. Verbo Divino. Estella (Navarra), 2009. Obra en cinco volúmenes.
6 Walter Kasper. Jesús, el Cristo. Sígueme. Salamanca, 1977.
7 Juan 9: 16
8 Jon Sobrino. Fuera de los pobres no hay salvación. UCA editores. San Salvador, 2009.
9 Juan 9: 5-7
10 Juan 9: 32.34
11 Juan 9: 35-38
12 Walter Kasper. La misericordia: clave del Evangelio y de la vida cristiana. Sal Terrae. Santander (España), 2014.
13 Efesios 5: 8-10
14 José Saramago. Ensayo sobre la ceguera. Editorial Punto de Lectura. Madrid, 2005.
15 Apocalipsis 21: 1

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