“Porque
en otro tiempo ustedes fueron tinieblas, pero ahora son luz en el
Señor. Vivan como hijos de la luz, pues el fruto de la luz consiste
en todo tipo de bondad, justicia y verdad”
(Romanos
5: 8-9).
Lecturas:
- 1 Samuel 16: 1-13
- Salmo 22
- Romanos 5: 8-14
- Juan 9: 1-41
En
medio de las múltiples vicisitudes que vivieron los israelitas, muy
críticas y desoladoras , se fue cultivando en ellos la expectativa
por una respuesta de Dios, respuesta salvadora y definitiva, que se
perfilaba en un enviado, un Mesías portador de libertades y de
buenas nuevas, esperanza fundante en la configuración religiosa y
humana de este pueblo. 1
Lo
que nos refiere la primera lectura, del libro 1 de Samuel , revela
ese contexto y las complicaciones que les traía. Samuel estaba
empeñado en sacar al pueblo del atolladero en el que se encontraba
por sus propias crisis internas y por el enemigo que los amenazaba:
los filisteos. Surgiò Saùl, pero pronto los defraudò porque se
convirtió en un tirano insoportable que no estuvo a la altura de la
misión encomendada. Es bien antiguo esto de los líderes y
gobernantes que, después de grandes ilusiones cuando se les confía
la misión, resultan altamente decepcionantes. 2
Samuel
permanece en su intención y define el gesto de la unciòn profética
como el que va a legitimar a quien sea el escogido, proceso que
empieza descartando varios candidatos , hermanos todos, que
aparentemente cumplían con los requerimientos, tenían perfil, sus
probabilidades de pasar airosos el “casting” eran notables.
Finalmente, el profeta se inclina por el que parecía el màs
insignificante de todos, y lo hace siguiendo este criterio: “No
mires su apariencia ni su gran estatura, pues yo lo he descartado.
Yahvè no ve lo mismo que el hombre, pues el hombre se fija en las
apariencias, pero Yahvè escudriña el interior”
. 3
Dios
se manifiesta en lo discreto, en lo que no tiene pretensiones de
poder y vanagloria. Lo mismo viene a suceder en el caso de Jesús, a
quien no reconocen sus contemporáneos judíos, especialmente los
líderes religiosos, porque veían en él a alguien sin vinculación
con el Templo, de igual manera su origen pobre era impedimento para
ser reconocido. El evangelio de Juan destaca que Jesús es el ungido,
el Mesías, y lo hace enfatizando la actitud de rechazo de parte de
los sacerdotes y maestros de la ley. Lo que para estos era
obstáculo es lo que lo hace significativo en la comunidad cristiana
apostólica4
, su minusvalía a los ojos de esta “mundanidad religiosa”.
Jesús
es un ungido sin el poder del mundo. Su origen social y su
marginalidad no lo hacen aceptable para la dirigencia religiosa. La
ceguera de los judíos reside en esta incapacidad para reconocer al
Dios que acontece en lo mínimo de la sociedad, mientras que la
luminosidad del Padre se vuelca en este judío marginal 5
, así lo reivindica Dios.
El
relato de la curación del ciego de nacimiento, que nos trae este
domingo el evangelio de Juan, tiene que ver directamente con esta
reivindicación, es un texto de notable riqueza simbólica que sale
al paso del escepticismo judío y del profundo desprecio que estos
vanidosos de la Ley sentían por la persona de Jesùs.
Se
propone aquí un camino que lleva al hombre de las tinieblas a la
luz, de la opresión a la libertad, del vacío a la plenitud. Jesús
lo hace porque està dotado por Dios de la autoridad para hacerlo,
tal como lo reconocen las comunidades primitivas. Nunca debemos
olvidar que la plena percepción de Jesús sucede después de su
muerte, a partir de la experiencia pascual. Los evangelios son
testimonio post-pascual y todos convergen en el reconocimiento del
mesianismo de este Jesús de Nazareth en quien está presente el
Cristo, el ungido. 6
Las
señales y prodigios que Jesùs realiza causaron gran impacto :
“Algunos
fariseos comentaban: este hombre no viene de Dios porque no guarda el
sábado. Otros decían: pero cómo puede un pecador realizar
semejantes signos? Y había disensión entre ellos” 7
. Sus discípulos, a partir de la experiencia pascual, comprendían
el sentido liberador y salvífico de estas señales, en las que no
se trataba solamente de poner remedio a las limitaciones humanas , se
restaura también al ser humano en su dignidad.
Conocemos
bien el drama de los marginales en tiempos de Jesús, ser excluídos
de la religión oficial y de la integración al cuerpo social, como
sucede hoy en tantos lugares del mundo, en los que se aparta a
personas incluso con razones de tipo religioso y moral8
. Al ciego de nacimiento lo libera del peso de la marginación
social y lo conduce hacia una comunidad donde lo aceptan por su ser
y por su valer : “Mientras
estoy en el mundo soy luz del mundo. Dicho esto, escupió en tierra,
hizo barro con la saliva y untò con el barro los ojos del ciego.
Luego le dijo: vete, lávate en la piscina de Siloé (que quiere
decir enviado). El fue, se lavó y volvió ya viendo
9.Es
un drama teológico de gran belleza, portador de esperanza
definitiva para el ser humano. Todos quedan inquietos y se preguntan
por qué el ciego ha recuperado la vista, pues su invidencia era de
nacimiento. Parece imposible que un simple hombre como Jesús sea
capaz de obrar tal maravilla . Su egoísta incredulidad los
incapacitaba para reconocerlo.
La
argumentación judía se esmera en ir contra Jesús: obra el prodigio
en sábado, sagrado para ellos e inadmisible que en este día se
haga algo distinto de asistir al culto ritual; el neovidente es un
mendigo y persona sin relevancia social; interrogan a sus padres para
cerciorarse de su ceguera y de su origen; le preguntan con
insistencia enfermiza buscando argumentos para descalificar a Jesús:
“Jamàs
se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos de un ciego de
nacimiento. Si este no viniera de Dios, no podría hacer nada. Ellos
le respondieron: has nacido todo entero en pecado y pretendes darnos
lecciones? Y lo echaron fuera”
10.
Jesùs
se hace el encontradizo con el hombre, en este nuevo encuentro el
ciego llega a ver plenamente no sòlo la luz sino la gloria de Dios,
reconociendo en él al enviado definitivo, al que tiene la
posibilidad de rehacer su humanidad y rescatar su dignidad: “Tú
crees en el Hijo del hombre? El respondió: Y quien es, Señor, para
que crea en él? Jesús le dijo: le has visto, es el que está
hablando contigo. A lo que él contestó: Creo, Señor y se postró
ante él” 11.
Juan
quiere transmitir que Jesús es el enviado de Dios, él trasciende el
establecimiento religioso, en nombre del Padre rescata al ser
humano y lo salva. Lo que llamamos reino de Dios , caracterizado por
esta plenitud de humanidad, es verdaderamente revolucionario en
cuanto porque se manifiesta con la vitalidad total del Padre
llamada misericordia.12
El
ciego es ahora un “ungido” como Jesús , mediante el simbolismo
de la unción con barro ha sido transformado por el Espíritu. Este
hombre estaba limitado y carecía de libertad ; su vida está ahora
plena de sentido, pierde el miedo y comienza a ser él mismo, en su
interior y ante la comunidad.
El
relato finaliza con la adoración de Jesús por parte de este hombre.
La expresión se
postró
es el mismo verbo que se utiliza en el Nuevo Testamento para designar
la adoración debida a Dios. Jesús es el nuevo santuario donde se
verifica la presencia de Dios. El ciego, expulsado de la sinagoga,
ingresa ahora al verdadero ámbito de salvación que es Jesús,
donde se rinde el culto en espíritu y en verdad, que se anunció a
la samaritana, en el evangelio del domingo anterior.
Esta
convicción es la que hace decir a Pablo: “Vivan
como hijos de la luz, pues el fruto de la luz consiste en todo tipo
de bondad, justicia y verdad. Examinen que es lo que agrada al Señor
y no participen en las obras infructuosas de las tinieblas”
13
En
estos últimos meses, la crisis del corona virus pone al descubierto
muchos desatinos de la humanidad, sus cegueras y soberbias, el ser
humano que se pone a sí mismo como la medida de todo, las
injusticias y estos virus de la carencia de humanismo y
espiritualidad, el inaceptable maltrato al varón y a la mujer y a
la casa común, tantos discursos religiosos que no pasan de
inoportunas consideraciones piadosas, las escandalosas pederastias,
el deleznable ídolo neoliberal, la economía sin corazón, la
comedia de los gobernantes ególatras, el consumo enloquecido y
depredador. Pero no se trata de volver por los fueros de los
predicadores de desgracias ni de las religiosidades fundamentalistas
y fanáticas. El asunto fundamental que nos convoca está en
vislumbrar al Dios que trasciende hacia todo lo humano, en Jesús,
su sacramentalidad, en su oferta eficaz de sentido y salvación.
Viendo esto , dejamos atrás la ceguera 14
:
“Luego ví un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer
cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya”. 15
1
Ver el artículo Mesías en el Diccionario enciclopédico
de exégesis y teología bíblica. Editorial Herder. Barcelona,
2010. El autor del artículo es el biblista Antonio Piñero.
2
Eugene Ionesco. El rey se muere (obra de teatro. Losada.
Buenos Aires 1966; Augusto Roa Bastos. Yo, el supremo.
Alfaguara. Barcelona, 2017; Ramón del Valle-Inclán. Tirano
Banderas. Cátedra. Madrid, 2017; John Bright. La historia de
Israel. Desclée de Brower. Bilbao, 1970.
3
1 Samuel 16: 6-7
4
Papa Francisco. Homilía en la misa del 21 de enero de 2014 Dios
elige a los pequeños. En
www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2014//documents/papa-francesco_20140121_dios-pequenos.html
5
John P. Meier. Un judío marginal: nueva visión del Jesús
histórico. Verbo Divino. Estella (Navarra), 2009. Obra en
cinco volúmenes.
6
Walter Kasper. Jesús, el Cristo. Sígueme. Salamanca, 1977.
7
Juan 9: 16
8
Jon Sobrino. Fuera de los pobres no hay salvación. UCA
editores. San Salvador, 2009.
9
Juan 9: 5-7
10
Juan 9: 32.34
11
Juan 9: 35-38
12
Walter Kasper. La misericordia: clave del Evangelio y de la vida
cristiana. Sal Terrae. Santander (España), 2014.
13
Efesios 5: 8-10
14
José Saramago. Ensayo sobre la ceguera. Editorial Punto de
Lectura. Madrid, 2005.
15
Apocalipsis 21: 1
No hay comentarios:
Publicar un comentario