domingo, 5 de mayo de 2013

COMUNITAS MATUTINA DOMINGO 5 DE MAYO VI DE PASCUA



Lecturas
1.      Hechos 15: 1-2 y 22-29
2.      Salmo 66: 2-8
3.      Apocalipsis 21: 10-14 y 22-23
4.      Juan 14:23-29
Al comenzar la reflexión de la Palabra para este domingo VI del tiempo de Pascua queremos recordar a nuestros lectores y corresponsales que COMUNITAS MATUTINA nació como una comunidad de oración a partir de la enfermedad y encuentro pleno con el Señor de nuestra hermana (de Antonio José) y mamá ( de Alejandro) Clarita Sarmiento Nova. Eso mismo nos movió a proponer que las intenciones de quienes recibían – y siguen recibiendo -  este mensaje semanal  también fueran acogidas aquí y remitidas a todos para expresar nuestra comunión cristiana en este elemento esencial de nuestra fe que es el de orar los unos por los otros, experimentando el vínculo común que nos une en el Señor Jesús.
Sirva este comentario para invitarlos-as a enviar sus intenciones, y a todos-as para fortalecer esta dinámica orante (a comunitasmatutina@gmail.com) . Es nuestra esperanza que esta reflexión dominical sirva de crecimiento en la fe y en la vida según el Evangelio.
En la oración de este domingo les proponemos hacer memoria de todas las personas de la comunidad de Bojayá (Departamento del Chocó) que fueron asesinadas por fuego cruzado de guerrilleros y paramilitares el 2 de mayo de 2002, hace once años: fueron más de cien las víctimas! Veamos en ellos a tantos seres humanos que padecen injustamente la demencia criminal de los grupos armados en nuestro país y en tantos lugares del mundo.
Al respecto tengamos presente el magisterio de los obispos de América Latina, en su III Asamblea Plenaria de Puebla (México) en enero de 1979, cuando en los numerales 32 a  40  de su documento final evocan los rostros de niños, jóvenes, indígenas, campesinos, obreros, sub-empleados, desempleados, marginados, ancianos, en los que reconocen un desafío de Dios para reconocer y promover su dignidad y para realizar una acción pastoral que responda evangélicamente a este requerimiento. Algún parecido con nuestra realidad 34 años después de este hecho eclesial?
Igualmente, confiamos al Señor, el eterno descanso del Sr. Obispo Jaime Enrique Duque  Correa (1942-2013), pastor de la diócesis de El Banco (Departamento del Magdalena), recientemente llamado a la plenitud de Dios, miembro del Instituto de Misioneros Javerianos de Yarumal.
En la primera lectura se plantea una situación que da pie a una discrepancia en la primitiva comunidad cristiana pero también a un discernimiento que tiene mucho sentido para quienes deseamos vivir en el proyecto de Jesús. Se trata del asunto  de la obligatoriedad del cumplimiento de la ley judía para los convertidos cristianos procedentes del paganismo, insistencia que provenía de un grupo de judíos neo cristianos que aún no entendían del todo la novedad radical de la salvación realizada en Jesucristo, superando la antigua lógica de la relación con Dios fundamentada en el cumplimiento minucioso, estrictísimo de la complicada maraña normativa del judaísmo: “Bajaron algunos de Judea que adoctrinaban así a los hermanos: si ustedes no se circuncidan  conforme a la costumbre mosaica, no podrán salvarse. Esto fue ocasión de una acalorada discusión de Pablo y Bernabé contra ellos” (Hechos 15: 1-2).
Esto, que podría verse como una anécdota curiosa, da pie para un debate, diálogo, discernimiento, que hace referencia a directa a qué es lo que verdaderamente salva-libera en la novedosa lógica de plenitud que el Padre nos ofrece en Jesucristo. Conocemos bien las severas confrontaciones que El hace a los sacerdotes y maestros de la ley por su fundamentalismo legalista y por su cerrazón e intransigencia ante la iniciativa de la misericordia de Dios que desborda las fronteras de esta mentalidad.
Pablo, primero fariseo radical  y perseguidor de los discípulos de Jesús, es ahora un testigo convencido de que ha ocurrido un hecho salvífico que introduce algo cualitativamente novedoso para la relación de los humanos con Dios y para su esperanza de vida y salvación: es el mismo Jesús que anula la justicia de la ley y se ofrece el mismo como mediación definitiva para este encuentro donde el ser humano halla  su verdadera realización y trascendencia.
Por eso llevan el tema a un discernimiento comunitario: “Así que decidieron que Pablo y Bernabé y algunos más de ellos subieran a Jerusalén, adonde los apóstoles y presbíteros ,para tratar esta cuestión”, proceso que concluye felizmente con estas palabras: “Que hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponerles más cargas que estas indispensables…… (aquí la mención de las mismas” (Hechos 15: 2 y 28-29).
Es un caso típico de contraste entre la absolutización de leyes humanas con la auténtica voluntad de Dios. Las prescripciones y determinaciones legales son medios relativos a un fin, la ley está al servicio del ser humano y de su dignidad, no al revés. Este es uno de los núcleos, como bien sabemos, del pensamiento que San Pablo expone en sus cartas, justamente para que en esos tiempos de primera evangelización quedara suficientemente claro que el acontecimiento de Jesús no era, ni es, una simple reforma del viejo judaísmo, sino una novedad radical de salvación, universal, incluyente, de total misericordia, la justicia que Dios ofrece a toda la humanidad que se quiera acoger a ella, expresada de modo decisivo en Jesús, en la donación de su vida, en su muerte, en su Pascua.
Cuántas veces absolutizamos normas humanas! Esto en el ámbito religioso ha sido particularmente problemático: milimetrías , estrecheces mentales, que han servido más bien para generar culpa y angustia, que esperanza y salvación. Este hecho nos revela que la Buena Noticia de Jesús es por esencia liberadora, saturada de cercanía de Dios al ser humano, provocadora de sentido, rescatadora de la ilusión de vivir con dignidad.
 Así las cosas, una pregunta clave: distinguimos las costumbres, normas y prácticas religiosas de lo esencial cristiano? Estamos encadenados a esa vieja mentalidad y nos empeñamos en imponerla a otros? O, más bien, nos dejamos sorprender por el Espíritu y nos llenamos de la sabiduría esencial que hace de todo ese conjunto de normativas un medio pedagógico que no puede ni debe oscurecer la justicia salvadora que se nos da en Jesús?
En la complejidad que nos suscita el lenguaje del Apocalipsis descubramos otro aspecto de esta novedad: Jesús es el verdadero templo, en El se supera la localización puntual en tiempos, lugares, rituales,prácticas, porque Dios asume la historia y realidad del ser humano en su Hijo y a través de El, y hace de todo lo humano el espacio de su acontecer salvador: “Pero no ví santuario alguno en ella, porque su santuario es el Señor, el Dios todopoderoso y el Cordero. La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbren , porque la ilumina la gloria de Dios, y su lámpara es el Cordero” (Apocalipsis 21: 22-23)
Dicho de otra manera, el templo de Dios es la realidad, El sucede en nuestra historia, en lo cotidiano, no separándose de ella sino integrándose para que todo el devenir de la humanidad se articule en una unidad de sentido. Esta es la Jerusalén del futuro ( que ya se inició) a la que alude esta segunda lectura. Es el futuro felicísimo , razón de nuestra esperanza, que llegará a su consumación cuando vayamos a la bienaventuranza definitiva, pero que encuentra en esta historia un espacio privilegiado de anticipación en las realizaciones propias del reino de Dios y su justicia.
Con esto queda derrumbada la mentalidad que distingue lo profano de lo sagrado, creando como un ámbito de superioridad, ciertamente ficticio y artificial. El Dios Padre que se nos ha revelado en Jesús se despoja de esa sacralidad e ingresa a la historia para caminar con nosotros , confiriendo significado salvador-liberador a los nobles aconteceres con los que construimos sentido y  en los que buscamos su voluntad.
Lo ratifica Juan cuando dice: “Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él” (Juan 14: 22). El ser humano es el lugar donde Dios realiza sus intenciones de vida y plenitud! Por eso, el constante tema de la dignidad humana, que no es una veleidad ideológica, sino el espacio de su amorosa intervención!
La vida según el Espíritu es el inmenso y desbordante espacio de un Dios profundamente apasionado por el ser humano y por su historia, un Dios que no acepta esclavitudes ni designios humanos sacralizados, un Dios   empeñado en hacernos siempre libres, que mira con predilección a los escarnecidos, que es el mayor vocero de esta dignidad que el egoísmo de tantos pierde y prostituye.
Alejandro Romero Sarmiento
Antonio José Sarmiento Nova,S.J.

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