Pero
llega la hora (ya estamos en ella), en que los adoradores verdaderos
adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el
Padre que sean los que le adoren”
Lecturas:
- Exodo 17: 3-7
- Salmo 94: 1-9
- Romanos 5: 1-2 y 5-8
- Juan 4: 5-42
La experiencia de confiar en Dios – la fe – no es una minimización de la condición humana – como se suele interpretar en posturas que ponen en tela de juicio la creencia en Dios y la validez de la mediación religiosa - , es la gran posibilidad de acceder al sentido definitivo de la vida, a la genuina humanización , y a la auténtica libertad. El ser humano , siempre en búsqueda de significado pleno para sí mismo y para su quehacer, vive sediento de una realidad que le colme esta constante peregrinación existencial.1 Es la búsqueda del significado absoluto de la vida, aspiración que pone en juego la configuración trascendente y trascendental de nuestros proyectos existenciales, sin agotarse en los límites de tal o cual experiencia religiosa. 2
A
través del simbolismo del agua, según los proponen dos de las
lecturas de hoy – Exodo y evangelio de Juan - se suscita una
experiencia de búsqueda del absoluto trascendente que lleva a la
humanidad a experimentar la definitiva verdad liberadora. Conocemos
bien el significado de la historia de los israelitas atravesando el
desierto – en el Exodo – guiados por Moisés hacia la tierra
prometida, resumen de todas sus esperanzas. Pero – como sucede en
toda biografía humana – este proceso no se da sin crisis y
angustias, producto de la lejanía de la respuesta final y de la
natural actitud de querer encontrar la felicidad cuanto antes y a
menor costo.
La
referida vivencia se plasma con claridad en la narración de la
primera lectura: “Pero
el pueblo, sediento, murmuraba de Moisés: por qué nos has sacado de
Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros
ganados? Entonces Moisés clamó a Yahvé y dijo: Qué puedo hacer
con este pueblo? Por poco me apedrean”
3
este clamor refleja muy bien el carácter paradigmático de la
historia del Exodo y de la teología y la antropología que hay en
él. Es la condición humana expresada con notable elocuencia en
sus gozos y esperanzas, en su pasión por lo definitivo y en su
experiencia de la inevitable precariedad.
Qué
o quién podrá calmar con creces estas expectativas? Cómo
conectamos esta historia con la nuestra? Cuáles son las dimensiones
insatisfechas de nuestro ser? Dónde hallamos las respuestas? Cuáles
son esas realidades con las que pretendemos encontrar sentido y
plenitud? 4
Ante
los grandes dramas humanos - como Auschwitz y otros de naturaleza
parecida, todas las grandes tragedias que afectan a la humanidad -
se suele hablar del silencio de Dios. Es lo que plantea la excelente
película “Silencio” del director Martin Scorsese. Qué hacer
cuando la vida nos pone en situaciones límite, cuando el mal invade
y domina los escenarios de la historia? Es la protesta de los
israelitas ante Moisés, cuando la sed y las insatisfacciones les
hacían dudar de un Dios que para ellos estaba callado.
La
respuesta se significa en la roca del Horeb que empieza a manar agua:
“Yo
estaré allí ante ti, junto a la roca del Horeb; golpea la roca y
saldrá agua para que beba el pueblo”
5
elemento vital, esencial para la vida de todos los seres vivos,
adquiere así el sentido de Dios como saciedad del espíritu humano
siempre anhelante de plenitudes y felicidades sin término.
Conviene
estar alerta ante esto porque es el asunto por excelencia de la
humanidad, ocupa las respuestas que provienen de las diversas
tradiciones religiosas y espirituales, de los juiciosos esfuerzos de
la filosofía, de las múltiples maneras en las que el ser humano
canaliza su pregunta fundamental por el sentido de la existencia.6
Algunos
lo responden desde el sentimiento trágico de la vida indicando que
esta carencia esencial no tiene alternativa de respuesta, dejando a
la humanidad expuesta al absurdo definitivo. 7
Otros construyen paraísos efímeros en la cultura de lo fácil, en
el bienestar material, en el poder y en el dinero, o en
religiosidades fundamentadas en miedos e inferioridades, haciendo
de sus dioses divinidades que se solazan con la precariedad humana
mirándola con desprecio. 8
Qué
novedad nos ofrece el clásico diálogo entre Jesús y la mujer
samaritana, propuesto por el evangelio de Juan? Este evangelista es
enteramente simbólico, los símbolos desplazan a la realidad, es una
sofisticada composición teológica que conduce a la superación de
la religión, a la libertad religiosa y al diálogo interreligioso,
relativizando la inquietud manifestada por la mujer: “Señor,
veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, pero
ustedes dicen que el lugar donde se debe adorar es Jerusalén. Jesús
le contestó: créeme, mujer, que llega la hora en que ni en este
monte ni en Jerusalén se dará adoración al Padre”.
9
En
Juan no hay símiles sino identificaciones que el evangelista maneja
mediante alusiones teológicas, del estilo de “Yo
soy el buen pastor”
10,
“Yo soy la resurrección. El que cree en mí, aunque muera, vivirá”
11
“Yo
soy el camino, la verdad, y la vida”
12
con las que este autor y la comunidad primitiva de creyentes en la
que él está arraigado dan a entender que Jesús es la manifestación
plena de Dios y que, en cuanto tal, da respuesta a las infatigables
búsquedas humanas de significado, trascendiendo las barreras
religiosas de aquel tiempo y de todos los tiempos de la historia. 13
Los
judíos veían con profundo desprecio a los samaritanos porque los
consideraban herejes y blasfemos, porque se habían separado del
culto central del templo de Jerusalén e históricamente habían
permitido la entrada de otras creencias y prácticas religiosas. Para
un judío los samaritanos eran una maldición.
Jesús
rompe con esta segregación, también con la de un varón pidiendo de
beber a una mujer: “Llegó
entonces una mujer de Samaría a sacar agua. Jesús le dijo: dame de
beber. La samaritana le respondió: cómo tú, siendo judío, me
pides de beber a mí, que soy una mujer de Samaría? (Es que los
judíos no se tratan con los samaritanos”
. 14
Con esta sencilla plática se abre el asunto central de todo el
relato: la superación del aislamiento y del fundamentalismo de las
religiones, cuando estas se pretenden poseedoras exclusivas de la
verdad de Dios y de la mediación de salvación, desconociendo las
posibilidades que tengan las otras en este mismo sentido, y
desconociendo al mismo Dios en cuanto pleno dador de sentido y
salvación.
Viene
así la cuestión sobre cuál es la religión verdadera. Qué es lo
que determina esta condición? Jesús llega al núcleo profundo de la
religación del ser humano con Dios con estas palabras y contenidos:
“Ustedes
adoran lo que no conocen, nosotros adoramos lo que conocemos, porque
la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora (ya estamos en
ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu
y en verdad”.
15
No
es un desprecio de Jesús a la diversidad religiosa, ni a los
valores de sentido y trascendencia que hay en las múltiples
tradiciones de fe, ayudando a las mismas a esclarecerse y a superar
algunos aspectos que en no pocos momentos de la historia las han
hecho antipáticas, cuando algunas de ellas se erigen en
monopolizadoras de Dios y de las verdades que lo quieren formular. La
interpretación de Juan conduce a la saludable ubicación de la
religión en general y a la verdad liberadora que el Padre comunica
en la persona de Jesús.
El
Concilio Vaticano II en su declaración sobre la libertad religiosa
“Dignitatis Humanae”, dice:” Este
Concilio declara que la persona humana tiene derecho a la libertad
religiosa. Esta libertad consiste en que todos los hombres han de
estar inmunes de coacción, tanto por parte de individuos como de
grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera
que en materia religiosa ni se obligue a nadie a obrar contra su
conciencia, ni se la impida que actúe conforme a ella en privado o
en público, sólo o asociado con otros, dentro de los límites
debidos. Declara, además, que el derecho a la libertad religiosa
está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana,
tal como se la conoce por la palabra revelada de Dios y por la misma
razón humana”
16.
En
el diálogo de Jesús con la samaritana se habla de tres pozos o
fuentes de agua: los de Moisés y Jacob que son limitados e
incompletos, y el de Jesús que es decisivo e inagotable, aludiendo
con ello al carácter pleno de la manifestación que Dios hace de sí
en la persona de Jesús, como satisfacción total de la sed humana de
salvación y de sentido, y a la superación del establecimiento
religioso judío como mediación exclusiva de acceso a Dios.
Jesús
trasciende las fronteras de las religiones y es constituído por Dios
en oferta salvífica universal. El es el agua viva que sustituye a la
ley y al templo de los judíos, y también al culto samaritano. Tal
es la clave de comprensión de este hermoso relato: “Todo
el que beba de esta agua volverá a tener sed; pero el que beba del
agua que yo le dé no tendrá sed jamás, pues el agua que yo le dé
se convertirá en el en fuente de agua que brota para vida eterna”
.
17
Jesús
responde de modo revolucionario a la gran inquietud contenida en la
búsqueda religiosa. El no dice que el templo de Jerusalén o el
monte Garitzin resulten opciones inválidas, pero sí dice que quien
quiera ir más al fondo – los verdaderos adoradores – no va a
tener que ir imperiosamente a un lugar o a otro, porque la cualidad
novedosa que él ofrece es la “adorar
al Padre en espíritu y en verdad”
, es decir, en el culto auténtico que se hace desde la propia vida ,
asumido en aquella mediación en la que el ser humano encuentre su
plenitud.18
Jesús
es el lugar del encuentro pleno con Dios, El es la vitalidad
definitiva, este culto nuevo suprime las distancias religiosas y nos
lleva a la vida como ámbito de esta religación.
El
culto antiguo exigía que el ser humano se negara a sí mismo ante
Dios, era una humillación ante la majestad divina. El nuevo culto
eleva al creyente, haciéndole cada vez más semejante al Padre. El
culto antiguo hacía énfasis en la distancia, el nuevo la suprime.
Dios no necesita dones ni ofrendas. Los samaritanos aceptan a Jesús
y le piden que se quede un tiempo con ellos : “Cuando llegaron a él
los samaritanos, le rogaron que se quedara con ellos. Y Jesús se
quedó allí dos días. Fueron muchos más los que creyeron por sus
palabras…..”19.
Así, los herejes samaritanos están más cerca de Dios que los
ortodoxos judíos.
Como
hoy, cuando los fundamentalistas religiosos, poseídos por su
intransigencia excluyente, se niegan a ver la acción del Espíritu
en los movimientos de fe que trabajan por y desde la libertad de los
creyentes.
1
Juan de Sahagún Lucas.
Dios, horizonte del hombre. Biblioteca
de Autores Cristianos BAC. Madrid, 2004.
2
Michael Amaladoss. Experiencia
de Dios en el encuentro interreligioso.
Revista Iberoamericana de Teología volumen
5 # 9 diciembre 2009 páginas 27 a 43. Universidad Iberoamericana,
Ciudad de México. Karen Armstrong.
La gran transformación. Paidós.
Barcelona, 2012.
3
Exodo 17: 3-4
4
Javier Sádaba. De
Dios a la nada: las creencias religiosas.
Espasa Libros. Madrid, 2006. José María Mardones. Matar
a nuestros dioses: un Dios para un creyente adulto.
PPC. Madrid, 2007.
5
Exodo 17: 6
6
San Agustín.
Confesiones. Ediciones Palabra.
Madrid, 2017.
7
Albert Camus. El
mito de Sísifo. Alianza Editorial.
Madrid, 1979.
8
Erich Fromm. El
miedo a la libertad. Paidós.
Barcelona, 1976; Psicoanálisis de la
sociedad contemporánea. Fondo de
Cultura Económica FCE. México D.F. 1964.
9
Juan 4: 19-21
10
Juan 10: 11
11
Juan 11: 24
12
Juan 14: 5
13
Secundino Castro Sánchez OCD.
Evangelio de Juan. Desclée de Brower.
Bilbao, 2008.
14
Juan 4: 7-9
15
Juan 4: 22-23
16
Concilio Vaticano II. Declaración
sobre la libertad religiosa Dignitatis
Humanae, número 2.
17
Juan 4: 13-14
18
Carlos Mesters. La
práctica liberadora de Jesús. En
Revista Diakonía No. 41 1987, páginas 49 a 61. Managua, Nicaragua.
19
Juan 4: 40-41
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