1. Lecturas:
a. Hechos de los Apóstoles 2, 1-11
b. I Carta de san Pablo a los Corintios 12, 3-7. 12-13
c. Juan 20, 19-23
2. Hoy celebra la liturgia la fiesta de
Pentecostés, que es como la “partida de nacimiento” de la actividad
evangelizadora de la Iglesia:
a. Cristo Resucitado nos deja el
Espíritu Santo, que acompañará a la comunidad de los seguidores del
Señor en su caminar por la Historia.
b. La presencia del Espíritu Santo
transformó a estos discípulos, que dejaron atrás sus temores e
inseguridades para asumir, hasta las últimas consecuencias, la misión
que les ha confiado el Maestro. Gracias a la sabiduría espiritual que
les comunica el Espíritu Santo, los sencillos pescadores que fueron
reclutados en las orillas del mar de Galilea se volvieron formidables
comunicadores de la experiencia vivida junto a Jesús.
c. Se inicia, pues, una nueva etapa de
la historia de la salvación, marcada por la universalidad de los
destinatarios; la Buena Noticia desborda los estrechos límites de la
cultura judía para expandirse por todo el Imperio Romano, que en esa
época era sinónimo de globalización. El latín como lengua universal, la
red de vías, la unidad en el sistema jurídico y político fueron
herramientas providenciales para la difusión del Evangelio.
3. El Espíritu Santo, comunicado a los
Apóstoles reunidos en oración junto a María, actuará en los individuos y
en las comunidades. Utilizando imágenes provenientes de nuestra
experiencia, diríamos que el Espíritu Santo actúa a la manera de un
sabio pedagogo que aconseja a su discípulo, lo inspira, le señala
horizontes de superación, le ayuda a descubrir los valores y a
desenmascarar los antivalores…
4. Así la presencia del Espíritu Santo
va acompañando a los individuos y a las comunidades en su proceso de
maduración en la fe. A todos nos concede sus DONES, que son gracias
especiales para poner en práctica la vida nueva que se nos ha comunicado
a través de las aguas del bautismo, que nos hace partícipes de la
Pascua del Señor.
5. En la tradición de la Iglesia se
afirma que los DONES del Espíritu Santo son siete: Sabiduría,
inteligencia o entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y
temor de Dios. Algunas de estas palabras suenan extrañas pues no
pertenecen a nuestro lenguaje cotidiano. Ahora los invito a reflexionar
sobre le significado de algunos de ellos, y veremos su conexión con
nuestra vida diaria.
6. Empecemos por el DON DE SABIDURÍA:
a. Los seres humanos somos muy curiosos;
desde los primeros meses de nacidos empezamos a explorar, con nuestros
sentidos, el mundo que nos rodea: con el tacto, con la mirada, con el
olfato, con el oído. Y cuando empezamos avanzar en el uso del lenguaje,
aparecen las preguntas…
b. Esta curiosidad nos acompañará a lo
largo de toda la vida, pues deseamos saber el por qué y el para qué del
mundo que nos rodea. Las ciencias (naturales, humanas y sociales) son
resultado de esta dinámica escrita en el corazón humano.
c. El DON DE SABIDURÍA es una gracia
para ver el mundo con otra mirada, descubriendo la presencia amorosa de
Dios en la creación. Para los que han recibido esta gracia, la creación
es un formidable concierto que proclama la gloria y la alabanza de Dios a
través de la infinita variedad de formas y colores del microcosmos y
del macrocosmos; que descubre la presencia de Dios en la fascinante
complejidad de la Biología Molecular y también en los “Huecos negros”
del espacio en permanente expansión.
7. El DON DE INTELIGENCIA o
ENTENDIMEINTO, concedido por el Espíritu Santo a los individuos y a las
comunidades, proporciona una mirada penetrante y limpia sobre la
realidad, que permite leer, más allá de las apariencias, el sentido de
los acontecimientos dentro del plan de Dios:
a. Acontecimientos que, para una mirada
simplemente humana, son fruto del azar, a la luz de la fe son
manifestaciones de la Providencia. El DON DE ENTENDIMIENTO permite
escuchar la voz de Dios donde otros sólo perciben ruidos ininteligibles.
b. Esta gracia del Espíritu Santo nos
permite descubrir vetas inexploradas cada vez que leemos la Palabra de
Dios. Pensemos, por ejemplo, en la parábola del sembrador; siempre que
la meditamos, descubrimos nuevos significados de la semilla depositada
en nuestros corazones, que no siempre acogemos con la misma
disponibilidad porque somos terriblemente cambiantes. Pensemos, por
ejemplo, en la parábola del hijo pródigo, que nos descubre la ternura de
Dios, quien siempre tiene abiertos los brazos para darnos la
bienvenida, a pesar de nuestras continuas infidelidades.
8. El DON DE CONSEJO es una gracia particular del Espíritu para tomar las decisiones adecuadas:
a. La libertad es el tesoro que
defendemos con mayor celo. Los seres humanos llegamos al sacrificio de
la vida con tal de salvaguardarla.
b. Ahora bien, en nombre de la libertad
se realizan las acciones más sublimes, pero también puede ponerse al
servicio de causas perversas. Ser libre es poder tomar decisiones, y
ello implica una gran responsabilidad porque acertar no es fácil, ya que
se entremezclan los aspectos positivos y negativos, las luces y
sombras.
c. A través del DON DE CONSEJO, el
Espíritu Santo afina nuestra conciencia para valorar, desde la
perspectiva del plan de Dios, las diversas alternativas que se nos
ofrecen y así optar por lo que sea “a mayor gloria de Dios”. Nos da la
fuerza para escoger los valores superiores, sabiendo que muchas veces
esto implicará pagar un alto precio.
9. Que en esta fiesta de Pentecostés, el
Señor Resucitado nos conceda la presencia del Espíritu Santo, quien
transformará nuestras vidas con sus gracias y dones. En el silencio de
nuestros hogares recitemos pausadamente la hermosa Secuencia de la misa:
“Fuente de todo consuelo, amable huésped del alma, paz en las horas de
duelo. Eres pausa en el trabajo; brisa, en un clima de fuego; consuelo,
en medio del llanto”.
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