miércoles, 4 de abril de 2012

Miercoles 4 de abril.

Mientras estoy aquí, en esta silla, el latido de mi corazón, el flujo de mi respiración, los pensamientos de mi mente, son todos signos de la continua creación de Dios en mí.
Hago una pausa, y tomo conciencia de esta Presencia en mi interior.

Pido la gracia de creer en lo que podria llegar a ser y hacer, si solo le permitiera a Dios continuar su obra en mí­.
Dejar que El, quien me creó y me ama, continúe creándome, guiándome y dándome forma.

Existo en una red de relaciones con mi entorno, con la naturaleza, con mis hermanos, con Dios...
Algunos tejidos de la red están rotos, otros torcidos...
Pido la gracia de la aceptación ... y del perdón ...

Mateo 26, 14-25
En aquel tiempo, uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: "¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?" Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: "¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?" El contesto: "Id a casa de tal hombre, y decidle: "El Maestro dice: mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos"". Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los doce. Mientras comían, dijo: "Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar". Ellos consternados se pusieron a preguntarle uno tras otro: "¿Soy yo acaso, Señor?" El respondió: "El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo el Hombre se va como está escrito de él; pero: ¡ay del que va a entregar al Hijo del Hombre!, más le valdría no haber nacido". Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: "¿Soy yo acaso, Maestro?" El respondió: "Así es".

  • Se dice que cada uno de nosotros tiene un precio. Judas estaba contento de traicionar a Jesús por el precio de un esclavo. Pero “nuestro precio” no necesita ser en dinero en efectivo. Puede ser nuestra carrera, éxito, popularidad, comodidad, aprendizaje y muchas otras cosas. Porqué podría yo traicionar a mi Señor?
  • Nosotros tendemos a pensar en los amigos de Jesús solamente como aquellos que están mencionados en los Evangelios o aquellos que viajan con Él, como aquel hombre desconocido que hace que Él sea tan bienvenido en la fiesta de Pascua. Lo mismo es verdad hoy en día. Jesús tiene muchos amigos improbables en muchos lugares improbables. Nosotros en la Comunidad del Espacio Sagrado estamos entre ellos!
  • "Vean cómo la divinidad se oculta" es una sugerencia de San Ignacio para rezar durante la Pasión de Jesús. Vemos dignidad en la Última Cena; pero poca divinidad. La debilidad de su cuerpo humano será el foco de las próximas horas de la vida de Jesús. Dolor, tortura, indignidad y muerte lo esperan. Las oraciones de estos días entran en el sufrimiento de Jesús, y con Jesús entran en el sufrimiento presente de su pueblo, especialmente en el dolor, la tortura, la indignidad y la muerte causadas por otros.

    Que sentimientos surgen en mí­ al orar y reflexionar sobre la Palabra de Dios?
    Me imagino a Jesús mismo sentado o de pie, cerca mío, y le abro mi corazón.

    Gloria al Padre,
    Gloria al Hijo,
    Gloria al Espiritu Santo,
    como era en el principio,
    es ahora y siempre será,
    por los siglos de los siglos
    Amen.

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