lunes, 4 de abril de 2011

La parábola del funcionario que no quiso perdonar.


¿Qué tan difícil es perdonar a alguien que nos ha herido? ¿o a alguien que nos debe algo? Sin embargo, en esta lectura del evangelio de Mateo, Jesús nos invita a una gran generosidad y una grandeza de corazón en nuestras relaciones. Observa que se queda contigo de la gente que puede, o que no puede perdonar.

Entonces Pedro fue y preguntó:
-Señor, ¿Cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete?
Jesús le contestó:
-No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.
-Por esto, sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que quedara pagada la deuda. El funcionario se arrodilló delante del rey, y le rogó “Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagaré todo.” Y el rey tuvo compasión de él; así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad.
Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole: “!págame lo que me debes! El compañero, arrodillándose delante de él, le rogó: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo” Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter a la cárcel hasta que pagara la deuda. Esto dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: “! Malvado ¡Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues tu también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti” Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara lo que debía.”
Jesús añadió:
-Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano.

Empieza con la pregunta de Pedro, parece práctica, casi como de sentido común, pero también algo ingenua. Jesús nos ha dicho que perdonemos, muy bien, pero, supongamos que alguien hace la misma mala cosa una y otra vez ¿qué acaso no hoy un límite? ¿Acaso no serían 7 veces suficientes? Por supuesto, Jesús no nos dice que debemos contar con rigor, para que por fin en la ocasión numero  491, finalmente podamos tener venganza. ¿Entonces qué quiso decir?
La historia que Jesús cuenta, nos lleva directo a un nivel de significado, si tú mismo/a has sido perdonado/a, entonces tu gratitud por eso debe prepararte para perdonar a otros. Es así de simple y directo. Cuando alguien te molesta, se atraviesa frente a ti, toma tu puesto en el bus, o incluso en la iglesia, canta desentonadamente justo detrás de ti, entonces es muy fácil ensañarse y permitir el rencor.  Probablemente sigas pensando en eso,  un día o una semana después, con mayores molestias u ofensas, podrías llegar a meses e incluso años. Tu vida entera puede llegar a verse empañada por estos recuerdos iracundos, por el sentimiento de frustración y de egolatría, ¿Cómo pudieron comportarse de esa forma en mi contra? ¿es esta una pregunta que me hago frecuentemente? ¿Suelo quedar atrapado/a en estas molestias u ofensas sin importan cuan grandes o pequeñas?  La primera y mejor respuesta de Jesús sería esta: Solo imagina lo que Dios y sus ángeles piensan de lo que hiciste ayer, a la persona con la que te chocaste en la calle, cuando no estabas mirando. Piensa en cuantas personas pueden estar disgustadas contigo por tu falta de cuidado, tu arrogancia, tu egoísmo. Y piensa que opinan los ángeles  de la forma en que tu cantas en la iglesia, y sin embargo HAS SIDO PERDONADO/A.  Cuando digas tus oraciones hoy, Dios no está sentado pensando amargamente “¿Cómo te atreves?, aun estoy enojado contigo después de lo que hiciste la semana pasada” Dios te ha perdonado, ¿es acaso mucho pedir que hagas lo mismo? Mantén esta idea en tu mente mientras lees de nuevo el pasaje:
Entonces Pedro fue y preguntó:
-Señor, ¿Cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿hasta siete?
Jesús le contestó:
-No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.
-Por esto, sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que quedara pagada la deuda. El funcionario se arrodilló delante del rey, y le rogó “Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagaré todo.” Y el rey tuvo compasión de él; así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad.
Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole: “!págame lo que me debes! El compañero, arrodillándose delante de él, le rogó: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo” Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter a la cárcel hasta que pagara la deuda. Esto dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: “! Malvado ¡Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues tu también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti” Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara lo que debía.”
Jesús añadió:
-Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano.

Expresa tus deseos a Dios, háblale sobre lo que tú quieres para tus relaciones, sobre las gracias que deseas, y como esta lectura te afecta.

Gloria al Padre. 

Gloria al Hijo. 

Gloria al Espíritu Santo. 

Como era en un principio, 

Es ahora 

Y Siempre será 

Por los siglos de los siglos. 

Amén. 

*Traducción de las oraciones y reflexiones para el día de hoy publicadas en http://www.pray-as-you-go.org/index.htm sitio web de los Jesuitas británicos.

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