domingo, 24 de julio de 2011

DOMINGO 24 DE JULIO


Lecturas de hoy
1.      1 Reyes 3:5-12
2.      Salmo 118:57.72.76-77.127-130
3.      Romanos 8: 28-30
4.      Mateo 13:44-52
Podemos empezar la oración de hoy haciéndonos la pregunta: cuáles son las grandes prioridades de nuestra vida? Sugiero que lo hagamos sin rodeos, con la mayor sinceridad del mundo, y que elaboremos una lista de diez prioridades, o las que cada uno vea con claridad.
Y comparemos la respuesta con los textos del 1 libro de los Reyes y el de Mateo 13, propuestos en este domingo como primera lectura y evangelio, respectivamente. Se trata de hacer un ejercicio de discernimiento para verificar a qué realidades estamos apostando nuestros mayores esfuerzos, cómo estamos implicados en esto, y qué consecuencias trae esto para nuestra vida, si liberadoras y generadoras de autenticidad, o si causantes de inmadurez, de desasosiego, de atraso humano y espiritual.
En 1 Reyes Salomón pide al Señor el don de la sabiduría, concediendo a esta expectativa la  primacía sobre todo lo demás, y en Mateo, Jesús sigue proponiendo otras parábolas – la del tesoro escondido, la perla de gran valor y la de la pesca – buscando suscitar en los oyentes la pasión dominante por el reino de Dios y su justicia.
Se nos proponen ideales de vida: el éxito, el ascenso social, la capacidad adquisitiva, el hacer carrera, el “triunfar”, pero vemos muy a menudo que estas realidades derivan en seres humanos vacíos, simplemente disfrazados de personajes, sin una perspectiva de trascendencia. Recuerden cuando hace unos meses referimos aquí el libro titulado “El hombre light”, del psiquiatra español Enrique Rojas. Justamente ese es el tema del libro, una vida desaforada en búsqueda de los paraísos artificiales para terminar en unos alarmantes niveles de superficialidad. A esto apuntan muchos ambientes de la sociedad de hoy, y la fuerza de la comunicación en sus sofisticados medios influye mucho en este sentido.
Vamos a mirar con gran franqueza, y puestos delante de Dios y de nuestra conciencia, si estamos “cargando ladrillos” a estas felicidades ficticias, y a explorar cuáles son las motivaciones que nos llevan a esto. Dentro de las preguntas está el interrogarnos por las personas con quienes compartimos nuestra vida: las afectamos  con nuestras banalidades? Cómo vivimos nuestros compromisos, si los hay? Cuáles son los criterios con los que valoramos las realidades del mundo?
La sabiduría es una manera de ser humanos según Dios: libres en el amor, solidarios, comprometidos con la lógica de las bienaventuranzas,reproduciendo en nosotros los rasgos del Hijo, como lo expresa el texto de hoy de la carta a los Romanos, transparentando en nuestras motivaciones, intenciones, actitudes y actuaciones, una manera de vida configurada con Jesús, apta para ir a lo esencial, a las raíces mismas del ser que se deja asumir por Dios con la certeza de que en esto va la más genuina felicidad.
Al hacer esta oración de hoy no adoptemos un estilo de juzgar a los demás porque no son como nosotros, ni desarrollemos ese talante de presumidos religiosos neoconvertidos, fundamentalistas, porque es clarísimo que por ahí no es el camino. Dejémonos llevar por el Espíritu, con humildad, con apertura de mente y corazón, y seamos nosotros arcilla en manos de Dios para que el modele en nosotros el don del discernimiento a partir de los criterios liberadores de la NUEVA HUMANIDAD, y vivamos la sabiduría feliz de lo esencial, en una constante tarea de buscar siempre la voluntad del Padre, como garantía de una vida llena de sentido.
Al tomar en serio a Dios nos tomamos en serio a nosotros mismos, y esto nos hace sabios y esenciales.
Antonio José Sarmiento Nova,S.J.
Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús
Pontificia Universidad Javeriana
24 de julio de 2011

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