martes, 21 de junio de 2011

MARTES 21 DE JUNIO


Lecturas de hoy
1.      Génesis 13:2 y 5-18
2.      Salmo 14:2-5
3.      Mateo 7: 6 y 12.14

A QUIEN CORRESPONDA  (Carta a Dios)
Isabel Gómez Acebo (biblista)
“Me vas a permitir que no encabece esta carta con tu denominación tradicional de Dios, pues tengo un par de razones que te voy a exponer. La primera tiene que ver con el mal uso que se ha hecho de tu vocablo a través de los siglos. Sabes bien que muchas personas han usado tu nombre para aventuras que nada tenían que ver contigo .Lo malo es que, aunque ajeno a sus causas, ese mal uso te ha salpicado involucrándote en guerras, torturas, exclusiones…Incluso desde la buena fe te han pintado como un Dios legalista y normativo que impide un desarrollo normal en la vida de los que le siguen.
Pero la culpa también es mía, pues no sé a qué atenerme sobre tu persona. Mis ideas sobre ti se han ido desenvolviendo. Comencé como mucha gente viéndote como un extraordinario ser “tapa agujeros”. Te imploraba indistintamente para que no lloviera,aprobar un examen o que se interesara por mí algún muchacho que me atraía.
Cuando llegaron las primeras muertes de mis seres queridos, esa visión se fue desvaneciendo, pero no tuve tiempo de plantearme una nueva. Gestaciones, partos, crianzas, colegios, fueron absorbiendo mi vida de esposa y madre. Bien sabes que, en el mundo actual, los niños tienen que hacer deporte, estudiar música, aprender matemáticas, a la vez que ir al dentista o a las fiestas que organizan sus amigos. Fueron años en los que no pensé en mi persona, y tampoco en la tuya, pues no encontraba momentos del día para hacerlo.
No importaba mucho, pues estabas detrás de mí como un telón de fondo, aunque se estuviera quedando un poco ajado.
Llegó un momento en que decidí buscarte de nuevo. Para ello escogí un camino doble,pues, por un lado, me sumergí en los libros para indagar lo que otros habían dicho sobre tu persona y, por otro, sopesaba todo aquello en tu presencia. Fue entonces cuando comprendí mi afinidad con lo que pensaban algunas mujeres.Probablemente ellas hablaban desde experiencias personales que eran semejantes a las mías y con las que me encontraba a gusto. Ya sabes que pienso que los hombres, cuando hablamos de ti, estamos describiendo lo mejor de nuestras vidas y lo proyectamos en tu persona.
La bonanza de nuestras relaciones duró varios años, hasta que saltó hecha añicos. Un inmenso dolor en mi vida me obligó a repensar toda mi existencia desde nuevos parámetros. Tu imagen también se rompió en mil pedazos, y me resulta difícil reconstruírla. He perdido algunas piezas del cuadro que me había hecho sobre tu persona,otras están rotas y,lo que es peor, no recuerdo cómo era el dibujo originario. Tampoco tengo mucho interés en memorizarlo de nuevo, pues sospecho que no me iba a servir de nada. En las situaciones extremas es posiblemente mejor el borrón y cuenta nueva.
En este largo proceso tengo claro que hay una serie de calificativos sobre tu persona que no me sirven. Muchos son los que adornaban tradicionalmente tu nombre, y no te han hecho gran beneficio. Me refiero,en primer lugar, al que te definía como todopoderoso. Creo que es algo que tiene poca relación con el Dios encarnado que fue Jesús de Nazareth. Esa encarnación tuvo especial interés en poner el acento en la renuncia a todo tipo de poder. Jesús nació en un humilde portal y fue colocado en un pesebre. El desarrollo de su vida pública tampoco se caracterizó por los símbolos de soberanía. A la hora de morir lo hizo de la forma más deshonrosa que existía en el imperio romano. Y Tú permitiste que todo eso pasara.
Mi pregunta es: podías haberlo impedido? Prefiero apostar por el no, pues de lo contrario me llena de angustia. Dejas que los hombres sufran y no haces nada para pararlo? Creo que , al crear el mundo, dejaste que las reglas del juego que le habías impuesto a la materia siguieran su curso. Te digo más, siempre he pensado que no abandonaste a  la creatura cuando  salió del paraíso,cuando se hizo adulta y no podía seguir viviendo de la sopa boba bajo las faldas maternas. Saliste con ella y vives su vida de alguna manera.
Una manera que me hace entrar en otros dos calificativos tradicionales de tu persona que tampoco me convencen. Iré por orden. En primer lugar, deja que me refiera a tu trascendencia.La consideración negativa que nuestros antepasados tenían por el mundo que tú habías creado les obligó a cortar todo contacto contigo,no te fueras a contaminar. Y eso que tú mismo dijiste que era bueno! Para ello te alojaron en un cielo que estaba a años luz de nuestro hábitat. No nos puede extrañar que proliferaran tanto los santos para rellenar la distancia que se había producido así servir de enlace.
No niego tu trascendencia, pero prefiero entenderla como algo completamente distinto.Apuesto por la cercanía, una cercanía que me hace pensarte en lo más profundo de todos los seres creados. Nuestra incapacidad de llegar a esas simas de nuestro yo es lo que te convierte en trascendente. Esa visión tiene muchas ventajas, pues no necesitamos intermediarios para relacionarnos contigo. Estás cerca, está a la mano, estás ahí.
Y esto me lleva a preguntarte y a contestarme. Si vives dentro de nosotros, cómo podemos decir que eres impasible? Qué tipo de vivencia es esa? Me parece que este es uno de tus calificativos que más me han desagradado. Me parecía imposible que llamándote amor te colocáramos fuera de las reglas del juego de ese sentimiento. Sabes mejor que yo que el amante sufre con lo que les pasa a aquellos que ama. Sabes mejor que yo que el amor de madre sufre tanto por su hijos que prefiere que sus males recaigan sobre ella, que se ofrece como víctima para evitar el dolor de los que  fueron y son carne de su carne.
El limitado espacio de esta carta no me da pie para discutir muchas más cosas,pero deja que haga referencia al último de tus calificativos,el que te llamaba omnisciente. Una palabra extraña que permitía afirmar que todo lo sabes,incluso lo que va a ocurrir mañana o dentro de cien siglos. Dónde se queda mi libertad? Si todo está atado y bien atado, no soy más que una marioneta en tus manos,lo que no me convence.
Habrás visto que no me gustan muchas cosas que se han dicho sobre tu persona, y me preguntarás con razón: Y tú quien dices que soy yo? “

                                                     Isabel Gómez Acebo
(Tomado del libro “50 cartas a Dios”.PPC.Madrid,2005)
Sea esta una buena razón para purificar nuestra fe haciéndonos la gran pregunta y buscando siempre en los caminos del Espíritu la genuina realidad del Dios que se nos ha revelado en Jesucristo: cercano, solidario,encarnado, comprometido con nuestra plenitud, implicado siempre en todo lo humano, misericordioso, y que esto mismo nos ayude a librarnos de falsas imágenes, fundamentalismos, creencias distorsionadas.
A este Dios gratuito presentémosle nuestros de vivir con sentido y esperanza, y por eso mismo confiémosle a todas las personas de nuestra LISTA para que en ellos-as haya vida y esperanza y ser animen a la confianza en El, el Dios con nosotros. Los testigos de esa cercanía, como el Padre Arrupe y Monseñor Romero, nos ayudan en este gran ejercicio de confianza. Por Jesucristo,Nuestro Señor.Amén.

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