La paz sin tormenta, la pasión sin pasión, la encarnación sin carne. El amor sin historia, la risa sin alma. Mentiras. El desprecio en tu nombre. La virtud arrojadiza. La justicia inhumana. La palabra sin misericordia. La promesa sin lazo. La renuncia sin nostalgia. Mentiras.
El amor sin zozobra. La pregunta sin riesgo. La fe sin duda. La seguridad sin resquicios. Lo que siempre ha sido así. Más mentiras.
Pero tu verdad ilumina nuestras sombras, desmonta nuestros engaños y despierta la esperanza.
Por favor: que se despierte la esperanza...
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