jueves, 1 de diciembre de 2011

JUEVES 1 DE DICIEMBRE


Lecturas
1.      Isaìas 26: 1-6
2.      Salmo 117: 1-9 y 19-27
3.      Mateo 7: 21-27
Confìen siempre en el Señor, porque el Señor es la roca perpetua” (Isaìas 26: 4).
1.      En muchos ámbitos de nuestro mundo hay una crisis de desconfianza, continuos desencantos, fraudes a los votos que se han depositado, deslealtades, pèrdida de la credibilidad. Un doloroso realismo nos invita a aceptar estos hechos, contundentes e incuestionables. Pero, significa esto que todo està perdido y que hemos perdido la alternativa?
2.      Pensemos si es que hemos confiado excesivamente en líderes, instituciones, modelos sociales y económicos, y nos hemos olvidado de dar el paso cualitativo, el que nos lleva a confiar definitivamente en Dios, en la misma humanidad que busca lo esencial, en el dinamismo de la espiritualidad, en la sabiduría. Còmo leemos en nuestra experiencia orante esta realidad?
3.      No se trata de providencialismo ni de una renuncia a las posibilidades de nuestra libertad, a lo que apuntamos es a colocar todas las realidades de nuestra vida – sin excepción! – en la lógica del principio y fundamento, tal como lo propone San Ignacio de Loyola en la consideración inicial de los Ejercicios Espirituales, que hemos sido creados para Dios y para hallar en El nuestro sentido pleno , y todo lo que constituye nuestra vida se sitùa en la perspectiva de medio orientado al fin: tiene sentido si nos lleva a eso para lo que Dios nos creò, carece de valor si no es asì. Es el ejercicio saludable de la relatividad, que nos hace libres y nos coloca ante la autèntica meta de la vida, la que sì salva, la que da sentido, la que hace posible que salgamos del absurdo. Es claro esto para nosotros? Nos hace libres y felices? Nos descarga de afanes inútiles?
“No todo el que me diga, Señor,Señor!, entrarà en el reino de Dios, sino el que cumpla la voluntad de mi padre del cielo” (Mateo 7: 21).
1.      No es el alarde exterior de religiosidad, tantas veces señalado aquí, ni el prurito del culto sin contenido de conversión y amor, lo que nos hace aptos para el reino de Dios, es la discreta, sobria, humilde, atención a los signos de los tiempos para encontrarnos allì los caminos de Dios. Esto no sucede de manera mágica ni por revelaciones individuales con fenómenos por encima de la común (apariciones y similares), sino desde una vida inserta en la realidad con mirada trascendente, allì se cultiva esa disposición para descubrir a Dios y su deseo con nosotros en los hechos de la vida cotidiana: los dolorosos y los felices.
2.      Sabemos ver las señales del mundo en esta clave? Què nos dicen las crudas noticias de cada dìa? Las indignidades que se cometen contra los seres humanos? La soledad de muchos? Las banalidades de esta cultura neoliberal? La loca carrera de trajines sin sentido en la que tantos se embarcan? Una mirada creyente nos invita a ver los desafíos concretos de la voluntad de Dios en estas realidades. Estamos en eso? O distraídos en una religiosidad desencarnada?
“Asì, pues, quien escucha estas palabras mìas y las pone en pràctica se parece a un hombre prudente que construyò la casa sobre roca” (Mateo 7: 24).
1.      Què nos quiere decir Jesùs con esta alusión? Oremos evocando alguna situación de crisis que hayamos vivido. Nos sorprendió “fuera de base” y sus resultados fueron destructivos para nosotros? O, a pesar del dolor vivido en ese momento, salimos airosos porque estábamos arraigados en la solidez del amor de Dios?
2.      Dejamos la fundamentación para última hora: “esto no me puede pasar a mì, dejo el cambio para después”, y asì vamos postergando las necesarias modificaciones a nuestro estilo de vida?
3.      Admirable libertad y bienaventuranza la de quienes saben deshacerse de lo fútil, de lo accidental, y con un sentido de lo esencial van construyendo todo su ser y su quehacer sobre la fortaleza de Dios. Nos llega esto hondo? Nos conmueve? Nos estimula a un constante proceso de conversión? Y nos causa ilusión vivir asì?
Nos abandonamos a tu certeza, Señor,
A esta promesa que rompe nuestros esquemas,
A la total incondicionalidad de tu presencia en nosotros,
Celebrando con nosotros en los momentos de plenitud,
Sanando, fortaleciendo, siempre ahì, cuando el sufrimiento nos visita.
Tu amor es desbordante de ternura e imaginación,
Tu misericordia y tu fidelidad nos acompañan
Todos los días de nuestra vida.

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