sábado, 3 de diciembre de 2011

SABADO 3 DE DICIEMBRE


Lecturas
1.      Romanos 10: 8-18
2.      Salmo 85: 1-10
3.      Mateo 18:16-20
Hoy es la fiesta de San Francisco Javier (1506-1552),compañero de San Ignacio de Loyola en la fundación de la Compañía de Jesús. Se entregó plenamente al Señor el 3 de diciembre de 1552, en la isla de Sancián (China), cuando esperaba ingresar a la China Continental para cumplir su sueño de hacer presente la Buena Noticia de Jesús en esta milenaria cultura. Con apenas 46 años de edad,luego de una intensísima vida apostólica, heroica en grado máximo, estuvo maduro para la bienaventuranza.
En esta madrugada del gran Javier, del año 2011, a las 3 a.m., mi hermana Clarita también fue recibida por el buen Dios en su casa paterna. Con la misma entereza y dignidad con la que llevó su vida, y afrontó este último año de enfermedad, ha pasado a la plenitud de Dios: bella, transfigurada en el amor del Padre.
Nació el 13 de mayo de 1953, fue la cuarta en una familia de seis hermanos, precedida de Antonio José, Juan Manuel, Javier Mauricio, y antecediendo a Ximena y a Josefina. Fue una niña bella, juguetona, alegre , graciosa, también con su temperamento recio de clara estirpe santandereana. Sus estudios fueron en la Normal de Señoritas de San Gil y en el Colegio de la Presentación de Zipaquirá, donde se recibió de bachiller en noviembre de 1971. Hizo sus estudios superiores en la Universidad Nacional de Colombia, en la que obtuvo el título de odontóloga, al concluír el año de 1981.
Excelente hija, hermana, amiga, tuvo una personalidad encantadora, simpática, con un bello sentido de la amistad y de los vínculos afectivos. En octubre de 1976 celebró su matrimonio con José Romero Flórez, con quien tuvieron a sus hijos Alejandro y Laurita. 35 años de vida en común, recientemente celebrados.
Largos años de ejercicio profesional sirviendo especialmente a personas muy pobres, a quienes,  además de atender en lo propio de la odontología, también orientaba para la vida, promoviendo su dignidad, haciéndolos conscientes de sus derechos, y tratándolos con inmensa delicadeza.
A comienzos de noviembre de 2010 recibió la noticia de su enfermedad, que desde el primer momento fue diagnosticada como muy grave. Con gran realismo aceptó esta circunstancia, y mantuvo ese hermoso talante que la caracterizó durante toda su vida, sometiéndose al exigente tratamiento quimioterapéutico, hasta que a finales de septiembre se presentó esta etapa final, con la metástasis en la corteza cerebral. En esta última fase su relato vital estuvo marcado por el contraste entre el progresivo debilitamiento de sus fuerzas físicas, y la grandeza de su ánimo, sinceramente cristiano, disponiéndose para este momento de su bienaventuranza plena.
Ahora está en paz, felicísima, contempla con gozo sin límites aquello que fue la razón de su esperanza, y que posee ya en la visión plena. Su hermosura de mujer, su espíritu inmenso, han sido asumidos por el Padre de Jesús, la inevitable precariedad que nos acompaña ya no existe para ella, es eterna, su humanidad pertenece por completo a Dios, y ya ha abrazado a nuestros entrañables padres José Antonio e Inesita.
Estamos tristes, pero no desesperados, y sabemos en quien hemos depositado nuestra confianza.
Clarita Sarmiento Nova: In pace Christi!

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