sábado, 24 de septiembre de 2011

Sábado 24 de septiembre.

Buenos días.
Las lecturas para hoy:
http://lecturadeldia.com/Sabado.htm

Hago una pausa y reflexiono sobre la presencia vivificadora de Dios en todo mi cuerpo, en todo mi entorno, en la totalidad de mi vida.

Si se nos pregunta sobre qué otra palabra podemos usar en vez de "Dios", la respuesta podría ser "Presencia", pues eso es lo que Dios es. Cuando Moisés le preguntó a Javé su nombre, Javé contestó "Soy el que Soy", lo que significa "Estoy Presente". Dios está diciendo "Estaré allí para ustedes". Dios está íntimamente presente en todo, y especialmente en nosotros. El nombre de Jesús es Emmanuel, que significa "Dios está con nosotros". El Evangelio de Mateo finaliza con esta maravillosa declaración: "Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia".

Un tronco de árbol, grueso y sin forma, nunca creerí­a que podri­a ser una estatua, admirada como un milagro de escultura, y no se dejaría trabajar por el cincel de la escultora, que visualiza, a traves de su arte, la forma que puede crear en él (San Ignacio).
Pido la gracia de dejarme formar por el amor de mi Creador.


Esta oración nos ayuda a colocarnos a la disposición de Dios. San Ignacio describe esta "Oración preparatoria", como la petición de la gracia que todas mis intenciones, acciones y realizaciones sean dirigidas solamente a la alabanza y el servicio de la Divina Majestad (Ejercicios Espirituales N° 46).
Ustedes pueden ensayar estas palabras: Señor, deseo prepararme bien para este momento. Deseo que todo mi ser esté listo, atento y dispuesto para Tí. Te ruego me ayudes a clarificar y purificar mis intenciones. Tengo deseo tan contradictorios. Me preocupan cosas que realmente no importan o no permanecen. Yo sé que si te entrego mi corazón, todo lo que haga después será seguir a mi nuevo corazón. Todo lo que ahora soy, todo lo que trato de hacer, todos mis encuentros y reflexiones, incluso mis frustaciones y caídas, especialmente en este tiempo de oración; en todo esto pueda yo colocar mi vida en Tus Manos. Señor, pertenezco a Tí: haz de mí lo que quieras. Amen

Cómo me encuentro hoy?
Cómo estoy con Dios?
Tengo algo que agradecer? Doy las gracias ...
Hay algo que lamento? Pido perdón ...


 Qué es un exámen de consciencia?
Si es verdad que Dios trabaja en cada detalle de nuestras vidas, ¿cómo comenzamos a reconocer sus acciones y nuestras reacciones?
Al final de día, especialmente antes de dormir, nuestra mente, sin esfuerzo conciente nuestro, tiende a repasar algunos de los sucesos del día, en forma tan vívida, que si el día ha sido particularmente activo, podremos tener dificultades para conciliar el sueño. Nos podemos encontrar reviviendo una discusión, pensando en los inteligentes argumentos que podríamos haber usado si hubiéramos sido mas  preparados...
Un exámen de consciencia se basa en esta tendencia natural de la mente. Nos puede ayudar a estar más atentos a la Presencia y a la Acción de Dios en nuestra vida diaria, y a ser más sensibles si estamos colaborando con la Gracia de Dios, o si la estamos rechazando.


Lucas 8:4-8
En aquel tiempo se le juntaba a Jesús mucha gente y, al pasar por los pueblos, otros se iban añadiendo. Entonces les dijo esta parábola: "Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, y, al crecer, se secó por falta de humedad. Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena, y, al crecer, dio fruto el ciento por uno". Dicho esto, exclamó: "El que tenga oídos para oír, que oiga!"


  • La parábola misma es arrojada como una semilla: para florecer o perecer en el corazón del oyente. Me pregunto si la paciencia de Jesús al darse a sí mismo, a pesar de su conocimiento de que este mundo puede no darle la atención y consideración que merece.
  • Señor, procuraré darme el tiempo de escucharte con un corazón abierto, y dar fruto.
  • Es fácil preocuparse del filo desgastado, del recipiente que gotea, de la semilla marchita. Son parte del cuadro, pero solo una parte. Jesús describe una ecología rica que también es éxito y crecimiento. Con Dios, cuido el crecimiento y la vida que hay en mí y le pido que los derrame en todos los lugares vacíos que existan.

    Que sucede en mí, mientras rezo?
    Siento consuelo, preocupación, indiferencia?
    Imagino a Jesús mismo sentado o de pie, a mi lado,
    y comparto estos sentimientos con Él.



    Imagínate que ves a Jesús sentado a tu lado. Al hacerlo, estás usando tu imaginación al servicio de tu Fe. Jesús no está ahí en la forma como tú lo imaginas; pero ciertamente que ahí está, y tu imaginación te ayuda a percibir esta realidad. Ahora conversa con Jesús...si no hay nadie cerca, habla en una voz suave...escucha lo que Jesús te contesta, o lo que imaginas te dice...Ésta el la diferencia entre pensar y rezar. Cuando pensamos, generalmente hablamos con nosotros mismos. Cuando oramos, hablamos con Dios (Anthony de Mello SJ, Sadhana, ps 78-79)
    San Ignacio llama a esta conversación un "coloquio", y dice:"Un coloquio se lleva adelante en la forma que un amigo habla a otro amigo, o un sirviente a una autoridad - pidiendo un favor, reconociendo una mala acción,  contando sus preocupaciones y pidiendo consejo. En los coloquios debemos conversar o rogar, según el tema que nos ocupa; es decir, de acuerdo a si me encuentro tentado o consolado; deseoso de poseer una virtud u otra; buscando disponerme a servir; experimentando dolor o alegría por el tema de mi contemplación. Finalmente debo pedir lo que más deseo sobre una circunstancia en especial" (Ej.Espirituales Nos 54,199).
    Te puede ayudar acompañarte con un Icono de Cristo, un Crucifijo, una imágen de Cristo Resucitado o un Icon de La Madona y el Niño.

    Gloria al Padre y al Hijo y al Espiritu Santo;
    como era en el principio, ahora y siempre,
    por los siglos de los siglos.

    Amen



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog