sábado, 3 de septiembre de 2011

SABADO 3 DE SEPTIEMBRE


Lecturas
1.      Colosenses 1: 21-23
2.      Salmo 53:3-8
3.      Lucas 6: 1-5
El evangelio de hoy continúa evidenciando la actitud y respuesta de Jesús ante la preocupación de los fariseos y maestros de la Ley porque El y sus discípulos no cumplen con las rigurosas determinaciones legales del judaísmo. Ahora la inquietud surge en torno a la observancia del sábado, día religioso por excelencia para los judíos y de estrictísimo acatamiento en el sentido de no trabajar ni de realizar otro tipo de actividades. A todo esto, Jesús responde escuetamente: “El Hijo del hombre es señor del sábado” (Lucas 6:5).
Como sabemos bien, la concepción y práctica judías en los tiempos de Jesús era que la Ley era el único camino de salvación y de hallar favor a los ojos de Dios, esto llevó a extremos de minuciosidad y estrechez en su observancia, no dejando otra alternativa a los creyentes de esta religión. Dejó de ser un medio y se convirtió en un fin en sí misma, absolutizándose. En diversos textos del Evangelio se refieren estas controversias del Maestro con los fieles observantes, fariseos, escribas, expertos en la interpretación de la ley.
Esto es lo que sucede cuando no se tiene al ser humano como el sentido de estas realidades: su dignidad, su libertad, el respeto a sus derechos, y la garantía de una vida con significado trascendente. Toda normativa, todo ordenamiento jurídico, tienen su razón de ser en el ser humano y en el bien común. No es el hombre para la ley, sino la ley para el hombre. Esta es la convicción de Jesús, afirmada y vivida desde la soberanía de Dios en El y desde la correspondiente implicación de hombres y mujeres en este camino de salvación y de liberación.
Es una advertencia exigente para confrontar todos aquellos procedimientos, estilos, determinaciones, que quieren sofocar la conciencia con milimetrías jurídicas, olvidando el empeño liberador de Dios. El asunto con El no es de medida matemática ni de una “lista de chequeo” para verificar si la persona ha cumplido al pie de la letra normas y más normas. La jugada maestra de Dios, revelada plenamente en Jesús, es la de la libertad para trascender en el ejercicio del amor.
Jesús es muy severo con los fanáticos de la ley, los relatos evangélicos así lo testimonian. Esta es el “vino viejo en odres viejos”,  lo de Jesús es el “vino nuevo en odres nuevos”, la irrupción de la gozosa novedad de Dios como buena noticia portadora de libertad.
Con esto, podemos llegar a vivir lo que Pablo dice a los Colosenses: “Pero es necesario que permanezcan firmes y arraigados en la fe y que no traicionen la esperanza transmitida en el evangelio que han recibido, que ha sido proclamado a toda creatura bajo el cielo y del que yo, Pablo, he llegado a ser servidor” (Colosenses 1: 23)   .
Totalmente inmersos en este clima teologal de libertad miramos hoy a todos-as nuestros-as hermanos-as de LA LISTA y los presentamos al Padre Dios para que esté siempre en sus vidas alentándolos-as para que permanezcan en el espíritu del Evangelio y para que se manifiesten en ellos-as la salud y la bendición que vienen de El, siempre estimulados por el testimonio de nuestros hermanos mayores, el Padre Arrupe y Monseñor Romero. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

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