jueves, 1 de septiembre de 2011

JUEVES 1 DE SEPTIEMBRE


Lecturas
1.      Colosenses 1: 9-14
2.      Salmo 97: 2-6
3.      Lucas 5: 1-11
Hoy podemos partir del para qué de nuestras vidas, de la opción fundamental que hayamos asumido como estructurante de todo lo que hacemos. Cada cierto tiempo conviene hacer un alto en el camino y verificar cómo estamos viviendo esta determinación: si estamos activos y creativos en la misma, o dominados por la rutina, o, más  preocupante aún, si hemos abandonado esta orientación y nos encontramos viviendo a la deriva.
La propuesta de Jesús es para que nos integremos a una manera de vida “convocada” por El mismo y plenamente comprometida con el Reino, con la intención de que en esto hallemos el sentido de toda nuestra existencia, siempre con la referencia al Padre Dios y a todos los hermanos, como elementos “sine qua non” de esta decisión. Esto se plasma en las palabras que dice Jesús a Pedro, en el contexto de la pesca: “No temas, desde ahora serás pescador de hombres”  (Lucas 5: 10), invitación que también implica a todos los discípulos: “Y después de arrimar las barcas a tierra, dejaron todo y lo siguieron” (Lucas 5:11).
Este texto, o sus equivalentes en Mateo, Marcos y Juan, los hemos escuchado y/o leído muchísimas veces, la interpretación dominante se refiere a aquellos-as jóvenes que optan por el ministerio sacerdotal o por la vida consagrada en una congregación religiosa. Está muy bien que muchos y muchas descubran en su vida esta posibilidad vocacional como alternativa para seguir a Jesús y dediquen todo su ser y quehacer al ministerio o a la significación teologal y evangélica propia de los votos religiosos. Anima la Iglesia cada vez que alguien se decide por este estilo de vida.
Pero….. la invitación a ser “pescadores de hombres” es para todos los que se plantean tomar en serio a Jesús y  dejar que su vida esté totalmente comprometida con el reino de Dios y su justicia. Por eso, preguntémonos hoy en oración cómo está nuestro nivel de respuesta a este llamamiento, y si realmente vivimos esto de la pesca, dejando atrás realidades que nos limitan, apegos, prioridades vanas, aspectos que nos dejan ser libres para responder al requerimiento del Señor.
Vistas las cosas desde esta óptica, de lo que se trata es de trabajar como instrumentos para que muchos y muchas encuentren el camino del Reino, para que su vida no se despilfarre en mediocridades , en vaciedades, en idolatrías. “Pescar hombres” es ganarlos para que su vida tenga sentido en la trascendencia a la que Jesús nos llama, con un refuerzo fundamental, El dice a Pedro: “No temas” (Lucas 5: 10), consciente de nuestras reticencias, de nuestros medios, El legitima la invitación con la garantía de su presencia para disipar las inseguridades cuando se nos plantea un camino de esta naturaleza.
Hagamos un discernimiento sobre la manera cómo muchas personas “gastan” su vida, y que sea sin moralismo, sin arrogancia de nuestra parte, sin considerarnos superiores, simplemente con él ánimo de ser trabajadores felices de esta nueva manera de vivir comprometida en la pesca abundante. Vamos a ver cómo las mentalidades dominantes, el ambiente social, algunas prioridades, captan a la gente y la absorben por completo. Esto lo hemos propuesto muchas veces aquí, y lo podemos calificar como aquello que San Ignacio de Loyola llamaba el “vano honor del mundo”.
Hacernos “pescadores de hombres” con el aval de Jesús es ayudarlo a El para que lograr que más y más seres humanos asuman el espíritu de las bienaventuranzas como opción fundamental: en la vida matrimonial, en el ejercicio de la profesión y del trabajo, en la construcción de una sociedad justa, en la investigación científica, en el influír en tantos medios de la sociedad para que lo que allí se decida sea justo y digno para todos, en la vida consagrada al ministerio sacerdotal o a la vivencia gozosa de los votos religiosos, en la participación activa en la dinámica de la Iglesia, en el servicio incondicional a la humanidad, en el trabajo por los derechos humanos y la justicia.
Hagámonos a pregunta : somos conscientes de que Jesús está presente  siempre, dando vida a aquello de “No temas”?  Porque esta manera de vida tiene significado porque procede de El y está legitimada por su presencia constante, infaltable, incondicional.
Qué esperanzador es que se pueda decir de nosotros algo como lo que Pablo dice a los Colosenses en la primera lectura de hoy: “Llevarán así una vida digna del Señor, agradándole en todo, dando como fruto toda clase de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios” (Colosenses 1: 10). Si vivimos así, con esta dignidad y confianza, muchos y muchas se van a fijar en nosotros y se van a preguntar el por qué de esa manera de vivir, y seremos entonces instrumentos humildes de Dios para hacer posible que otros y otras se sientan también invitados, sin temor, a esta “pesca” de seres humanos para que vivan siempre comprometidos con este proyecto.
Lo sabemos: es definitivamente apasionante y con argumentos suficientísimos para seducirnos.
Y con esto, mantengámonos firmes en esta oración por todas las personas integradas en nuestra LISTA, atendiendo a las condiciones particulares de cada uno –a en su circunstancia actual de vida, y con confianza hagamos en esta mañana nuestro ofertorio al Padre, al Hijo, al Espíritu, para que los bendigan, los cuiden, los animen, los sanen, los estimulen a una vida digna, protegidos con la intercesión de los dos “pescadores” de COMUNITAS MATUTINA: el Padre Arrupe y Monseñor Romero.

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