lunes, 28 de noviembre de 2011

LUNES 28 DE NOVIEMBRE


Lecturas
1.      Isaías 2: 1-5
2.      Salmo 121: 1-9
3.      Mateo 8: 5-11
“Al final de los tiempos estará firme el monte de la casa del Señor, descollando entre los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán las naciones, caminarán pueblos numerosos. Dirán: vengan, subamos al monte del Señor,a la casa del Dios de Jacob: El nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas, porque de Sión saldrá la ley; de Jerusalén, la palabra del Señor” (Isaías 2: 2-3).
1.      Qué percepción y experiencia tenemos de la esperanza cristiana? Es un rumor lejano, algo muy distante de nuestra vida, o hay hechos concretos que la articulan en nuestra vida?
2.      Cómo es actualmente el camino de nuestra vida: subimos en términos del sentido y de las razones para la esperanza? O nos dejamos agobiar por las contradicciones y no las afrontamos?
3.      Tal vez estamos seducidos por afanes no esenciales y eso oscurece nuestra perspectiva de Dios?
4.      Somos conscientes de lo que aflige a tantos seres humanos e integramos eso en nuestra oración y, por lo mismo, nos sentimos movidos a ser trabajadores del sentido?
5.      Cómo ser testigos encarnados de esta “subida al monte del Señor”, conscientes de las realidades de la historia, con una fe arraigada en el mundo y proyectada hacia el futuro?
COMUNITAS MATUTINA nace por un dolor que se convierte en esperanza: toda la LISTA de las personas a quienes cada día confiamos al Señor en la oración es un relato de vida, de temple espiritual, de entrega confiada a Dios sin renunciar a las posibilidades de la propia libertad. Es historia de cómo se teje el sentido desde la adversidad, asumiendo los límites y encontrando en ellos alternativa de vida, recordándonos la radical precariedad de nuestra condición y remitiéndonos al futuro que ya se empezó a dar en nuestra cotidianidad.
“Al entrar en Cafarnaúm, un centurión se le acercó y le suplicó: Señor, mi criado está en casa, acostado con parálisis y sufre terriblemente. Le dice: Yo iré a curarlo. Pero el centurión le replicó: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que pronuncies una sola palabra y mi criado quedará curado. También yo tengo un superior y soldados a mis órdenes. Si le digo a este que vaya, va, al otro que venga y viene, al siervo que haga esto lo hace. Al oírlo, Jesús se admiró y dijo a los que lo seguían: Les aseguro, una fe semejante no la he encontrado en ningún israelita” (Mateo 8: 5-10)
1.      Cuáles son aquellos aspectos de nuestra vida actual que nos resultan más dolorosos y exigentes?
2.      Estamos abandonados a la inercia de los mismos?
3.      O hay una fuerza superior que nos incita a confiar y a no perder las razones para la esperanza?
4.      Estamos descubriendo, como el centurión, la presencia de Jesús que nos recibe, nos tiene en cuenta, y nos tiende su mano portadora de vida y de confianza?
5.      Conocemos alguna experiencia similar de personas cercanas a nosotros viviendo realidades como las nuestras?
6.      Hagamos hoy un “control de calidad” a nuestra fe, con la referencia de la audacia creyente de este centurión.
“El destino del hombre, que es eterno, no encontrará aquí abajo la paz. La tierra, que sin Dios no dejaría de ser un caos, para convertirse además en una prisión, es en realidad, el campo magnífico y doloroso donde se elabora nuestro ser eterno. Así, la fe en Dios, que nada podrá  arrancar del corazón del hombre, es la única llama donde se alimenta – humana y divina – nuestra esperanza” (Henri de Lubac,S.J. 1896-1991. El drama del humanismo ateo”)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog