martes, 22 de noviembre de 2011

MARTES 22 DE NOVIEMBRE


Lecturas
1.     Daniel 2 : 31-45
2.     Salmo Daniel 3 : 57-61 (tomado del Cántico de los tres jóvenes)
3.     Lucas 21: 5-11
Es la memoria de Santa Cecilia, virgen y mártir en el cristianismo primitivo, patrona de los músicos.
El cántico de los tres jóvenes que glorifican y bendicen a Dios cuando se encontraban en el horno es muy bello. Les propongo que nuestra oración de este día se inspire en él y sea también un reconocimiento de gratitud a Aquel que nos bendice constantemente y es el principio y fundamento de todo nuestro ser.
Hagamos un recuento de nuestra vida, de cómo experimentamos a Dios en la cotidianidad, de los seres queridos que con la coherencia de su vida nos hablan de El, de las posibilidades que nos da para ser mejores personas, de los encuentros transformadores, de los deseos de vivir dignamente, de las realidades que nos dan plenitud, del sufrimiento que se convierte en experiencia de sentido, de la mirada de esperanza más allá de los límites de este mundo, del amor que nos hace felices, y juntemos nuestra acción de gracias con la de estos tres jóvenes, diciendo: “Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor. Todos los que lo adoran, bendigan al Dios de los dioses, glorifíquenlo con cánticos, porque es eterno su amor” (Daniel 3: 89-90).
Pidamos al Espíritu que cultive en nosotros la mirada creyente sobre todas las evidencias de la vida: las que nos dan felicidad y nos llevan por los caminos de la realización de nuestros ideales, y las que nos confrontan y exigen grandes cuotas de sacrificio y abnegación, como estas tan fuertes de ver a nuestros seres queridos desgastándose en su ser físico y transformándose en el Señor, y sintamos cómo El fragua en nosotros una unidad del ser, porque en la confianza incondicional en el Padre de Jesús todo va adquiriendo un nuevo significado, a pesar de los profundos dolores que podamos vivir, y nos va llegando la serenidad que proviene  de su presencia cierta, amorosa, liberadora, provocadora de vida, que nos cuida y nos guía hacia El mismo.
En COMUNITAS MATUTINA tenemos el compromiso de una LISTA de muchas personas a quienes amamos, de quienes hemos recibido también inmenso amor, con ellos y ellas hemos tejido los lugares del afecto, los espacios del encuentro, y están plenamente arraigados en nosotros.
 Unos ya han partido a la bienaventuranza definitiva, otros se han sanado, y otros siguen viviendo sus pruebas intensas. En todos ellos leemos la intervención del Padre en Jesús: cada uno es un relato de su amor. Agradezcamos hoy por cada una de estas bellas personas que hacen parte sustancial de nuestras razones para la esperanza.
Hoy, unámonos a estos tres jóvenes con la totalidad de su cántico (Daniel 3: 46-90), y demos gracias al Señor por nuestra bella gente, y tengamos la osadía de dejarnos llevar por El. Toda la vida tiene sentido y es el lugar de la esperanza, literalmente: “Gracias a Dios”.
Y digamos: “Espíritus y almas de los justos, bendigan al Señor, glorifíquenlo por siempre con cánticos. Santos y humildes de corazón, bendigan al Señor, glorifíquenlo por siempre con cánticos” (Daniel 3: 86-87).

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