jueves, 25 de agosto de 2011

JUEVES 25 DE AGOSTO


Lecturas
1.      1 Tesalonicenses 3:7-13
2.      Salmo 89:3-17
3.      Mateo 24:42-51
Memoria de San José de Calasanz.
Jesús invita en el evangelio de hoy a una “sabiduría vigilante”, que es una conciencia sobre los límites del tiempo y del ser humano y sobre la urgencia de llevar una vida esencial, comprometida con las realidades que dan sentido genuino y trascendente a la existencia nuestra: “Estén pues atentos, porque no saben qué día llegará su Señor…… Lo mismo Ustedes, estén preparados; porque a la hora en que menos piensen, vendrá el Hijo del hombre” (Mateo 24: 42.44). Esta es una invitación a la autenticidad, a la vida responsable, al cumplimiento generoso de los compromisos en los que la vida tiene un significado ético y espiritual.
Porque sucede que mucha gente vive “como si nada”, dedicados a la vanidad de vanidades, a la superficialidad, a un estilo totalmente marcado por la ausencia de responsabilidad, dando prioridad al consumismo, a lo fácil, negándose a la abnegación de si mismos, sin plantearse los grandes interrogantes en los que el ser humano se juega la vida. Algo así como el “comamos y bebamos que mañana moriremos”.
La actitud de vigilancia no consiste en dramatizar la vida ni en sacrificar el gozo de la misma, entrando en actitudes fundamentalistas y temerosas del colapso final. La vigilancia se arraiga en la esperanza en el Dios que nos da vida, comprometido incondicionalmente con nuestra felicidad y deseoso de que cultivemos una estupenda humanidad. Vivir de modo vigilante equivale a tomar en serio la vida, y las opciones fundamentales a partir de las que articulamos todas nuestras decisiones y proyectos.
Preguntémonos por esto: si esperamos a que la vida nos de un golpe fuerte, doloroso, para reaccionar, o si en saludable ejercicio preventivo llevamos una historia sabia,sensata, juiciosa, responsable, esperanzada.
En este contexto entendemos lo que San Pablo dice a los Tesalonicenses: “Por eso, hermanos, en medio de todos los sufrimientos y penas que hemos tenido que soportar por Ustedes, nos hemos sentido confortados por su fe, y ahora comenzamos a vivir de nuevo, al saber que Ustedes se mantienen fieles al Señor” (1 Tesalonicenses 3: 7-8).
Jesús nos invita a vivir desde lo esencial, en la relación constitutiva con el Padre, y en la referencia constante y creciente a los hermanos, como El y a través de El. Desde ahí se dan las condiciones para una existencia vigilante, fundamentada en los valores que El nos propone como proyecto de vida, y que encontramos condensados en las bienaventuranzas, con una inmensa pasión por esta bella vida que Dios nos ofrece como don, y con la esperanza fija en el futuro definitivo, cuyo horizonte es El mismo.
Con este modo de esperanza y de vigilancia miremos a todos-as nuestros-as hermanos-as de LA LISTA, reconociendo en ellos-as su dignidad, su afecto, su entrega a nosotros, su vida, su significado, y la dura circunstancia de su enfermedad o de otras problemáticas, y ofrezcámoslos-as a nuestro Padre Dios, para que reciban de El todas las gracias que requieren para vivir con paz e ilusión. Con Monseñor Romero y con el Padre Arrupe los presentamos a Nuestro Señor. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog