domingo, 14 de agosto de 2011

DOMINGO 14 DE AGOSTO


Lecturas de hoy

1.      Isaías 56: 1 y 6-7

2.      Salmo 67: 2-8

3.      Romanos 11:13-15 y 29-32

4.      Mateo 15:21-28

Las lecturas de este domingo coinciden en destacar el carácter universal, abiertamente incluyente, de la iniciativa de salvación y de vida que el Padre Dios ofrece a la humanidad en Jesucristo. A esto ya hemos hecho referencia en otros momentos de estos comentarios y aportes para la oración, queremos decir que esto es definitivo para comprender y vivir el proyecto de Jesús y el mensaje cristiano.

Al examinar la historia de la humanidad en el pasado y al comprobar muchas prácticas en el presente encontramos la realidad de la exclusión, de la segregación,de la intolerancia, del desconocimiento de lo diverso y diferente, con generación de violencia hacia aquellos que es distinto de lo propio, y esto en términos religiosos, sociales, políticos, raciales, culturales, económicos. Hay una tendencia a afirmar con autoritarismo lo que se considera como la propia verdad desconociendo lo que es distinto de ella, considerándolo peligroso para la subsistencia de esa “verdad” o de esa condición.

Son abundantes las realidades en ese sentido. Veamos la discriminación religiosa y las guerras que por esta razón se han llevado a cabo, lo mismo que las persecuciones, por parte de grupos que se sienten “elegidos”, superiores, considerándose administradores exclusivos de Dios. Por esto les proponemos considerar con cuidado estas lecturas de hoy para captar la sutileza de la universalidad de Dios.

Dios es para toda la humanidad, sin excepción. El haber escogido un pueblo especial en la revelación bíblica no significa que El hubiese querido constituírlo en élite superior sino en proponer un pueblo prototipo de la nueva humanidad que surge de esa invitación. Otra cosa es que el judaísmo, por propia intención, se sintió superior y determinó ese estilo religioso soberbio, presuntuoso, desconocedor de lo diverso, que tanto fustigó Jesús en su ministerio.

Yo conduciré hasta mi monte santo, para llenarlos de alegría en mi casa de oración, a los EXTRANJEROS que se adhieran a mí, para servirme por amor y con el deseo de ser mis servidores” (Isaías 56:7). Apasionante invitación que nos invita a mirar a toda la humanidad, sus búsquedas de sentidos, sus gozos y esperanzas, también sus problemáticas y dificultades, y a tener una genuina óptica ecuménica, de diálogo, de encuentro para generar vínculos y comunión desde la pluralidad de sabidurías, tradiciones religiosas, espiritualidades, y a  saber trascender con inteligencia venida del Espíritu los límites de nuestra parcela para salir a la gran mesa de todos los humanos.

Esto es lo que representa la mujer cananea en el relato del evangelio de hoy (Tiro y Sidón pertenecen al actual Líbano, país de cultura árabe, fronterizo con Israel). La mujer es extranjera e insiste en ser beneficiada por Jesús , a pesar de las aparentes fuertes palabras con las que El le responde: “Sí Señor – repuso ella – pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos” (Mateo 15: 27). Y al final: “Mujer, grande es tu fe, que te suceda como deseas. Y desde aquel momento quedó curada su hija” (Mateo 15:28).

Preguntémonos si somos de ese tipo de persona y de cristianos que solamente apreciamos lo nuestro y nos erigimos como dueños de la verdad despreciando los procesos espirituales de los demás y sus búsqueda de Dios, del sentido, de las razones de vivir con significado. Colombia en muchas de sus manifestaciones religiosas y sociales ha sido un país en el que ha predominado la intolerancia y el desconocimiento, eso está en la raíz de nuestras reiteradas y muy escandalosas violencias. Estas no son simplemente originadas por unos “malos” sino cultivadas a partir de un ambiente y de unas mentalidades individuales y sociales que las favorecen y predisponen.

La violencia de las guerras  civiles del siglo XIX, con componente religioso y político al mismo tiempo; la violencia liberal – conservadora de los años 40 y 50, la violencia guerrillera de tantísimos años entre nosotros, los abominables grupos paramilitares con su desmedida crueldad (La Rochela, Trujillo,El Salado), el narcotráfico que penetró por igual a unos y a otros, también a los políticos: todo eso y mucho más se constituye en preguntas muy fuertes de Dios y de la humanidad doliente a nuestra conciencia, y nos debe llevar a la contraparte liberadora: a esta iniciativa de Dios que incluye, que sirve la mesa en igualdad de condiciones para todos, que en el Señor Jesús no discrimina, sirve, acoge, bendice, hace del reino una dinámica esperanzadora de universalidad.

Por esto Pablo, en el texto de Romanos, expresa su felicidad por ser “apóstol de los gentiles”, enviado a todos en su ministerio, en contraste con los judíos que se resisten a recibir el mensaje: “Yo estoy orgulloso de mi ministerio como verdadero apóstol de los gentiles, pero lo llevo a cabo con la esperanza de despertar celos a los de mi raza y salvar a alguno de ellos” (Romanos 11: 13-14).Pablo se salió de las fronteras del judaísmo y se fue al Asia Menor a fundar comunidades de cristianos: Corinto,Galacia, Efeso, Colosas,Tesalónica, finalmente Roma, son el escenario de su apostolado “global”, superador de límites y de parcelas.

Esta es la iniciativa del Espíritu para este domingo: somos  cristianos universales? Apreciamos la diversidad de creencias religiosas, de sabiduría, de espiritualidad? Reconocemos  en ellas manifestaciones hondas del Espíritu? Estamos abiertos al diálogo y al ejercicio de la pluralidad? O permanecemos enclaustrados en la estrechez de miras que provienen de nuestra soberbia?

La globalización dominante es principalmente económica, de mercado, y da la supremacía a los países dominantes con detrimento de los tradicionalmente empobrecidos y afectados por la exclusión. La globalización vigente no es equitativa. Desde la experiencia espiritual ecuménica, con clara identidad cristiana pero al mismo tiempo universal y abierta se impone un nuevo tipo de cultura global, esa sí equitativa, generadora de vínculos y comuniones, dialogante, constructora de paz, de respeto a la humanidad de todos. La “mujer cananea” significa ese clamor de inclusión, de una nueva lógica de universalidad: la que proviene del reino de Dios y su justicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog