lunes, 3 de octubre de 2011

Lunes 3 de octubre.

Buenos días para todos.
Las lecturas para el día de hoy:
http://www.lecturadeldia.com/Lunes.htm


Hago una pausa y reflexiono sobre la presencia vivificadora de Dios en todo mi cuerpo, en todo mi entorno, en la totalidad de mi vida.

Si se nos pregunta sobre qué otra palabra podemos usar en vez de "Dios", la respuesta podría ser "Presencia", pues eso es lo que Dios es. Cuando Moisés le preguntó a Javé su nombre, Javé contestó "Soy el que Soy", lo que significa "Estoy Presente". Dios está diciendo "Estaré allí para ustedes". Dios está íntimamente presente en todo, y especialmente en nosotros. El nombre de Jesús es Emmanuel, que significa "Dios está con nosotros". El Evangelio de Mateo finaliza con esta maravillosa declaración: "Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia".

Necesito dejar fuera el ruido,
necesito alzarme sobre el ruido:
el ruido que interrumpe, que separa, que aísla.
Necesito escuchar nuevamente a Dios...

Oración por la Libertad

Esta oración nos ayuda a colocarnos a la disposición de Dios. San Ignacio describe esta "Oración preparatoria", como la petición de la gracia que todas mis intenciones, acciones y realizaciones sean dirigidas solamente a la alabanza y el servicio de la Divina Majestad (Ejercicios Espirituales N° 46).
Ustedes pueden ensayar estas palabras: Señor, deseo prepararme bien para este momento. Deseo que todo mi ser esté listo, atento y dispuesto para Tí. Te ruego me ayudes a clarificar y purificar mis intenciones. Tengo deseo tan contradictorios. Me preocupan cosas que realmente no importan o no permanecen. Yo sé que si te entrego mi corazón, todo lo que haga después será seguir a mi nuevo corazón. Todo lo que ahora soy, todo lo que trato de hacer, todos mis encuentros y reflexiones, incluso mis frustaciones y caídas, especialmente en este tiempo de oración; en todo esto pueda yo colocar mi vida en Tus Manos. Señor, pertenezco a Tí: haz de mí lo que quieras. Amen 

En la seguridad que Dios me ama incondicionalmente,
recuerdo honestamente lo hecho en el día anterior, lo sucedido y mis sentimientos.
Tengo algo que agradecer? Doy las gracias...
Hay algo que lamento? Pido perdón...

Lucas 10: 25-37
Un maestro de la Ley, que quería ponerlo a prueba, se levantó y le dijo: "Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?" Jesús le dijo: "¿Qué está escrito en la Escritura? ¿Qué lees en ella?" El hombre contestó: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo". Jesús le dijo: "Excelente respuesta! Haz eso y vivirás!".
El otro, que quería justificar su pregunta, replicó: "¿Y quién es mi prójimo?". Jesús empezó a decir: "Bajaba un hombre por el camino de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron hasta de sus ropas, lo golpearon y se marcharon dejándolo medio muerto. Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote; lo vio, tomó el otro lado y siguió. Lo mismo hizo un levita que llegó a ese lugar: lo vio, tomó el otro lado y pasó de largo. Un samaritano también pasó por aquel camino y lo vio; pero éste se compadeció de él. Se acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que él traía, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al posadero diciéndole: "Cuídalo, y si gastas más, yo te lo pagaré a mi vuelta". Jesús entonces le preguntó: "Según tu parecer, ¿cuál de estos tres fue el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores?" El maestro de la Ley contestó: "El que se mostró compasivo con él". Y Jesús le dijo: "Vete y haz tú lo mismo".

  • A menudo yo soy incapaz de ayudar; pero ayudo cuando puedo, y le pido al Señor me ayude a estar alerta a las necesidades de otros, y a mantenerlos en mis oraciones.
  • Jesús acá revirtió las expectativas de la gente acerca de los sacerdotes, Levitas y Samaritanos. Él desafió sus ideas, y valoró los parias. Estoy yo preparada/o a desafiar mis expectativas y valores?

    Sin olvidar que sigo en la Presencia de Dios, imagino a Jesús mismo, de pie o sentado a mi lado,
    le digo todo lo que está en mi mente, y en mi corazón, tal como se le habla al mejor amigo.


    Imagínate que ves a Jesús sentado a tu lado. Al hacerlo, estás usando tu imaginación al servicio de tu Fe. Jesús no está ahí en la forma como tú lo imaginas; pero ciertamente que ahí está, y tu imaginación te ayuda a percibir esta realidad. Ahora conversa con Jesús...si no hay nadie cerca, habla en una voz suave...escucha lo que Jesús te contesta, o lo que imaginas te dice...Ésta el la diferencia entre pensar y rezar. Cuando pensamos, generalmente hablamos con nosotros mismos. Cuando oramos, hablamos con Dios (Anthony de Mello SJ, Sadhana, ps 78-79)
    San Ignacio llama a esta conversación un "coloquio", y dice:"Un coloquio se lleva adelante en la forma que un amigo habla a otro amigo, o un sirviente a una autoridad - pidiendo un favor, reconociendo una mala acción,  contando sus preocupaciones y pidiendo consejo. En los coloquios debemos conversar o rogar, según el tema que nos ocupa; es decir, de acuerdo a si me encuentro tentado o consolado; deseoso de poseer una virtud u otra; buscando disponerme a servir; experimentando dolor o alegría por el tema de mi contemplación. Finalmente debo pedir lo que más deseo sobre una circunstancia en especial" (Ej.Espirituales Nos 54,199).
    Te puede ayudar acompañarte con un Icono de Cristo, un Crucifijo, una imágen de Cristo Resucitado o un Icon de La Madona y el Niño.


    Gloria al Padre,
    Gloria al Hijo,
    Gloria al Espiritu Santo,
    como era en el principio,
    es ahora y siempre será,
    por los siglos de los siglos
    Amen




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